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- Morena y el PRI hacen historia
Ciudad de México, 10 febrero 2017.- (aguzados.com).- Faltan menos de 18 meses para la contienda presidencial en nuestro país. Algunos analistas cuestionan que se estén publicando mediciones electorales faltando tanto tiempo. Es evidente que con tal distancia temporal, las preferencias electorales se modificarán. Sin embargo, para el registro de la opinión pública y comportamiento electoral es oportuno saber en qué momento nos encontramos y cómo están nuestras simpatías por distintos partidos políticos.
En comportamiento electoral hay una diferencia sustancial entre medir la preferencia electoral por partido político y por candidato. Es claro que el resultado de las elecciones en nuestro país cada vez se explica más por las cualidades y atributos del candidato que por el partido que representa.
La identidad partidista explica cada vez menos de por quién votamos. No sólo ha crecido el porcentaje de los electores independientes, si no que el desprestigio de los institutos políticos ha ido en ascenso. Por ello, a nivel analítico es muy revelador medir las diferencias entre las preferencia por un partido, la preferencia por un candidato o el diferencial entre ambos.
La caída de la intención de voto por el PRI como partido es histórica. A tal distancia de las elecciones sin la nominación de un candidato el partido en el poder a nivel federal nunca se había ido a la tercera posición. El partido en el gobierno como tercera fuerza electoral no sólo es un evento inusual, es histórico.
Un referente cercano puede ser el proceso electoral de 2012. En 2012, es cierto que a mediados de mayo, Acción Nacional con su candidata Josefina Vásquez Mota se fue a tercer lugar en prácticamente todas las series que midieron es elección, como fue el resultado final. En ese momento ya había un candidato nominado y el evento sucedió como resultado de las campañas electorales en curso.
La diferencia con lo que está sucediendo ahora es que este es un registro sin candidato, sólo midiendo al partido en el gobierno, y sin una campaña en curso. Las razones de esta caída del partido en el gobierno pueden dividirse en las de orden tendencial y las circunstanciales.
En la primera categoría estaría el cuestionamiento de las reformas estructurales que viene desde 2013, temas como La Casa Blanca o Ayotzinapa. Con un claro efecto sobre la aprobación Presidencial. En la segunda categoría eventos recientes como el cuestionamiento de la negociación con Trump o las acciones y la comunicación del incremento del precio de la gasolina.
Razones para explicar la caída en la preferencia por el Revolucionario Institucional sobran. Tal vez lo que requiere más análisis es la forma en que se está canalizando esa inconformidad.
Por ello es interesante analizar el caso de Morena. Morena hace historia como partido, como fuerza política. Tal vez en la combinación con su líder histórico, Andrés Manuel López Obrador ya se había tenido registros similares, pero no como fuerza política en sí misma.
Durante 2005 y 2006 el PRD – al que pertenecía López Obrador– se empezó a perfilar como uno de los partidos más competitivos. Medido como partido empataba las preferencias con el PAN. Era sólo cuando se hacían los careos y se ponía el nombre del candidato López Obrador que tomaba una clara ventaja hasta de 10 puntos porcentuales. Así lo reconoció en ex presidente Calderón al inicio de su campaña electoral.
Morena obtuvo su registro como partido político en 2014 y han bastado tres años para que se observe un crecimiento considerable en su electorado. En la primera elección donde participó en 2015, logró el triunfo en cinco delegaciones de la Ciudad de México; además, tiene un número importante de presidencias municipales en distintos estados así como diputaciones locales y 36 diputados federales. Aun cuando no tiene ninguna gubernatura quedó en segundo lugar en estados como Zacatecas o en tercero en el caso de Oaxaca o Veracruz.
Si analizamos las preferencias para la presidencia de la república, podemos ver que durante el segundo semestre de 2016 y apenas pasada la elección del 5 de junio, Acción Nacional pasó al primer lugar. En las mediciones de julio y agosto de ese año ya se observaba un crecimiento notable de Morena.
En octubre ya había empatado al PRI, y durante diciembre de 2016 y enero de 2017 lo rebasó. Este lento crecimiento de Morena culminó en sobrepasar no sólo al PRI, sino al PAN que se había colocado como la primera fuerza electoral desde junio. La última medición de Parametría indica que la distancia entre Morena y el segundo lugar (PAN) es de dos puntos porcentuales -31% vs 29%- y hay diez puntos de distancia con el PRI, quien llega a 21%.
Las preferencias electorales rumbo al 2018 sin duda alguna se irán modificando, sin embargo, hoy tenemos un escenario donde Morena se posiciona como el partido que ha subido en preferencias, canalizando el descontento social, lo que ha quedado registrado en las encuestas realizadas por distintas firmas.
Es claro que estás preferencias se modificarán con el tiempo y para efectos prácticos Morena y Acción Nacional están empatados, lo cual le da la posibilidad al segundo de poder canalizar la inconformidad social con el partido en el gobierno que hoy día ha aprovechado Morena. La tendencia que se observa más difícil de revertir es la del partido en el gobierno, tanto por su porcentaje de preferencia como por la distancia con las dos fuerzas electorales con liderazgo.
Faltan casi 18 meses, una elección con altos niveles de atención y con un electorado cada vez más volátil. Como hemos aprendido con todo proceso electoral, más allá de lo que dicen los números hoy, todo comportamiento futuro es de pronóstico reservado.
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Aguascalientes, Ags, 07 febrero 2017.- (aguzados.com).- Una respuesta natural a lo que ya podríamos considerar una crisis con los Estados Unidos es el surgimiento de un sentimiento nacionalista en nuestro país. Este se podría expresar de distintas formas y en distintos grados.
Una pregunta que nos tomará tiempo resolver es hasta donde los mexicanos estamos distinguiendo entre lo que es la nación estadunidense o el pueblo de ese país de su gobierno. Es evidente el sujeto de animadversión, primero el Presidente y luego su administración. Sin embargo, no está claro que esta distinción la podamos sostener a lo largo del tiempo o que evite un alejamiento hacia todo lo estadunidense en general.
Las acciones de gobierno del Presidente Donald Trump, como el cuestionamiento del TLC, la orden de construcción de un muro en la frontera con nuestro país, así como sus declaraciones, son factores que han contribuido a que la opinión pública mexicana perciba que nuestra relación con el vecino del norte se ha deteriorado.
Datos de Parametría indican que la mitad de los mexicanos (49%) considera que la relación actual que existe entre México y Estados Unidos es “mala” o “muy mala”, sólo 21% opina lo contrario. Estas cifras contrastan con lo registrado hace dos años, en enero de 2015 -cuando Barack Obama era el Presidente de Estados Unidos-, en ese contexto, el 49% dijo que nuestra relación con el vecino del norte era “muy buena” o “buena”, 29% la veía como regular y sólo 11% como “mala” o “muy mala”.
En la última medición aumentó 38% quienes dijeron que nuestra relación con Estados Unidos es mala y disminuyó 28% quienes consideran que tenemos una buena relación con dicha nación. Además de este nuevo escenario los mexicanos nos empezamos a replantear nuestro acercamiento a América Latina.
La encuesta registra un porcentaje histórico de entrevistados que consideran que México debe estar más cerca de América Latina que de Estados Unidos, así lo señaló el 55% en enero de este año. Para el 32% el país debe conservar la cercanía con EEUU y 13% no supo que opinar del tema.
Desde que inició la serie con esta pregunta en 2002, es decir hace 15 años, nunca se había registrado un porcentaje tan alto de mexicanos que consideraran que el país debe tener un mayor acercamiento con los países latinoamericanos en lugar de buscar una relación más cercana con Estados Unidos. Nuestra apuesta era por el vecino al que le iba bien y quien era un ejemplo aspiracional, ahora parece ser que se pide mirar a la otra parte del continente.
De 2009 hasta 2014 fueron mayoría quienes dijeron que preferían que México se acercara al vecino del norte en vez de tener mejores relaciones con los países del sur del continente. Ahora con Trump como Presidente, las opiniones se han modificado.
Es interesante ver que el tema que los mexicanos consideran es el más importante en estos momentos en la relación de nuestro país con Estados Unidos es el de migración, así lo mencionó el 45% de entrevistados, seguido del comercio (28%) y la seguridad (18%). La migración ha sido considerada como el tema fundamental entre nuestro país y EEUU desde 2015, no obstante, donde si encontramos modificaciones es en el tema del comercio, el cual pasó del tercer sitio al segundo como prioridad de atención.
Donald Trump hizo que el gobierno mexicano repensara el acuerdo comercial más importante que tenemos con Estados Unidos, el Tratado de Libre Comercio. Además lo posicionó como un tema que los mexicanos consideran fundamental, por arriba de la seguridad.
Para los mexicanos no queda duda sobre cuál debería ser la postura del país frente a las políticas de Trump. A la pregunta de si México debería tratar de negociar con Donald Trump o bien ser firme en sus intereses, más entrevistados apoyan que se defiendan los intereses aunque ello implique una confrontación con el presidente de EEUU, así lo dijo el 62% de los entrevistados, contra 34% que apoya la negociación para tener una buena relación.
Este nuevo escenario en Estados Unidos está provocando cambios de opinión entre los mexicanos sobre cuál debe ser la relación del país con el vecino del norte. Históricamente los mexicanos consideraban que debería haber una mayor cercanía con EEUU que con los países latinoamericanos, sin embargo, estas opiniones se han modificado.
A pesar de que distintas encuestas muestran que la ciudadanía estadounidense está en contra de las políticas que el Presidente electo ha emprendido a una semana de asumir el cargo, las decisiones de Donald Trump empiezan a tener impacto en las opiniones de los mexicanos sobre Estados Unidos.
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Ciudad de México, 02 febrero 2017.- (aguzados.com).- El estilo personal de gobernar de Trump se reveló desde la primera semana en su administración. Ejercer órdenes ejecutivas presidenciales para llevar a cabo sus proyectos o políticas públicas revela la falta de consenso que tiene para realizarlas.
En las encuestas de salida ya había algunos indicadores de las preferencias de los estadunidenses de diversas promesas de campañas, aunque no se podía hacer un análisis exhaustivo de ellas. Para este propósito la Universidad de Quinnipiac hizo una medición pasada la elección, en la que se estimaron las preferencias no sólo de los electores sino de los estadunidenses en su conjunto.
Esta revisión de diversas posibles medidas a implementar nos permite prever la forma en que procederá el Presidente Trump. La opinión pública no parece ser un actor relevante en su toma de decisiones. Es útil saber en qué momentos estará con él y cuando la enfrentará. En principio esperaríamos que aquellos temas en los que el público esté con él los llevará al Congreso para que sean debatidos. En aquellos donde sepa que hay un costo político que pagar para estos representantes, muy probablemente lo procesara cómo lo ha hecho hasta ahora, imponiendo el poder presidencial con órdenes ejecutivas.
Al analizar las tendencias de opinión de diversos temas de campaña sorprende que en muy pocos tiene a la opinión pública de su lado. Su baja aprobación ya es un tema en sí mismo, pero si además observamos tema por tema se podría decir que está en contra de su mandato. Bastan algunos ejemplos para ilustrar.
En aborto tiene a la opinión pública en contra en una relación 2 a 1. Mientras 64% considera que debe ser legal en todos los casos o en la mayor parte de ellos, sólo 32% cree que debe ser ilegal en la mayor parte de los casos o en todos los casos. Aún con estos números el Presidente Trump suspendió toda la ayuda a ONG´s que apoyaran programas pro aborto fuera de Estados Unidos. Tuvo que ser a través de una orden ejecutiva.
En control de armas se observa una situación similar. La mayor parte de la población se opone a flexibilizar la regulación del control de armas para que la gente pueda portarlas (57%). Mientras sólo poco más de una tercera parte de la población (38%) estaría a favor de hacer más fácil adquirir armamento. Este es un tema más en el que Trump está en contra de la opinión pública.
Otro tema polémico y controvertido es del cambio climático. La mayor parte de los estadunidenses no quiere que el presidente entrante quite regulación específica para combatir el cambio climático (59%). Sólo una minoría estaría a favor (31%) de no combatirlo.
En lo fiscal observamos la misma tendencia. La mayor parte de los ciudadanos no están de acuerdo con que Trump baje la carga fiscal a aquellos que tienen más ingresos. La mayoría en una proporción mayor de 2 a 1 (67%) rechaza la idea que los que más ganan paguen menos. Sólo una minoría (29%) estaría de acuerdo con esta acción con la promesa de que esto activaría la economía.
Incluso en el tema de cambiar el sistema electoral, la mayor parte de los estadunidenses preferirían que el ganador fuera el que tuviera el voto popular y no el Colegio Electoral. La mayoría de los ciudadanos en Estados Unidos así lo cree (53%) contra una minoría que lo rechaza (39%). Esta opinión cuestiona la elección del ahora Presidente. El hecho que haya perdido el voto popular y el cuestionamiento de legitimidad se validan con estos números.
Esta falta de consenso incluye la propuesta del muro. Si bien la opinión está dividida, son más quienes están en contra de su construcción. La mayor parte de los estadunidenses (55%) se opone al proyecto. Una minoría (42%) lo apoya. Sin duda fue una de sus propuestas más visibles y atractivas de su campaña, pero lo cierto es que ya puesto en números no cuenta con el apoyo de la mayor parte de los estadunidenses.
Esta opinión sobre el muro es consistente con la opinión sobre migración. La mayor parte (60%) prefiere que se regularice a los inmigrantes ilegales. Otro porcentaje quiere que se queden, pero sin ciudadanía (12%). Sólo una minoría (25%), uno de cada cuatro preferiría que se fueran o deportaran. Esto nuevamente está en contra de las acciones ejecutivas que el Presidente Trump ha tomado.
Aun cuando no tiene a la opinión pública de su lado, el presidente de EEUU ha empezado a tomar medidas. Esto implica que eventualmente habrá un costo político. No lo sabremos hasta después de que las haya implementado y ver qué niveles de consenso puede llegar a tener.
Independientemente de estas y otras propuestas, y lo impopular que puedan ser, hay un renglón en particular que nos debe preocupar: comercio con otras naciones. Esto obviamente incluye NAFTA. Según la medición citada, la mayor parte de los estadunidenses están a favor de que se renegocien los acuerdos comerciales vigentes (64%). Esto significa en alguna medida que Trump tendrá el apoyo de los ciudadanos en este punto en particular.
La renegociación de los acuerdos comerciales, junto con la propuesta de construir más infraestructura, son de los pocos temas en los que el Presidente Trump tiene apoyo en la opinión pública. Aunque este no sea su principal motivador o restricción eventualmente importará. Por lo que dicen estos números preparémonos para una negociación comercial dura. Este es de los pocos tópicos donde tiene al público de su lado.
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Socorro Ramírez O
Aguascalientes, Ags, 07 febrero 2017.- (aguzados.com).- ¡Al mal tiempo buena cara! Así es querida lectora, apreciable lector. Es el mes del amor y la amistad. El mes de la fraternidad, de los corazones por todas partes, de los chocolates y los bombones ¡En fin! Todos flotamos por el aire con ese dulce veneno del amor… aun cuando más bien flotamos en el apestoso aroma de la basura que se acumula en las calles de Aguascalientes, ciudad capital.
El rey feo de la basura Héctor Anaya Pérez, Secretario de “servicios” públicos municipales; se quedó sin medios para la recolección de la basura citadina, por desviar hasta el último recurso para la compra millonaria de despensas en la pasada campaña electoral. Así que ahora no hay camiones recolectores ¡vaya! No hay siquiera trabajadores recolectores porque fueron despedidos por decenas para contribuir con el mismo fin. Así que ¿Cuál es la ruta que debemos tomar ante la adversidad que amenaza con rebasarnos? ¡La del amor y la alegría! Aquí le van a los lectores y lectoras, las sugerencias de esta cocina para aprovechar los cerros de basura que se acumulan en nuestras esquinas.
El desfile de la porquería. Algo así como el desfile de alegría, pero teniendo como tema la basura, los despojos, los residuos sobras y desechos. La modalidad de este bonito desfile será que la reina Teresita y su respectivo “rey feo” Héctor, no arrojarán dulces o flores a los espectadores ¡por el contrario! Los ciudadanos arrojarán a los reyes el basural que ya tienen acumulado en sus casas: papeles, bolsas, desechos de comida, pañales, envolturas, hierba del jardín, etc y etc. De hecho en el carro emblema, también serán invitados personajes como el “eco-loco” de aquél grupo infantil “burbujas”, el tierno “topogigio” por aquello de que no me quiero bañar, no, no-no, no-no, no-no, y por supuesto “Pig-pen” el pequeño oloroso del comic “Snoopy”.
El inmundice fashion. ¡Linda pasarela para mostrar lo mejor de la moda basuril 2017! En este año, las bellas candidatas a reina de la FNSM serán requeridas para darnos una muestra de su imaginación, en el aprovechamiento de lo que sobra dentro, sobre y varios metros a la redonda fuera de los contenedores públicos. Así por ejemplo, habrá quien diseñe y luzca, bonito vestido hecho sólo con bolsas plásticas usadas, con aplicaciones de desechos de verduras y frutas.
Otra de las lindas candidatas, se ingeniará para lucir futurista y hacerse con un traje tipo robot, hecho con latas de refresco, botellas plásticas y cajas “tetrapack”; para lucir aún más de avanzada, seguro que sambutirá la cabeza en un viejo televisor, logrando un resultado impactante.
Skatos-sheat. Nuestros queridos jóvenes, que gozan del dificilísimo deporte del skate (complicadas piruetas con impulso en patinetas); también serán contemplados en el uso social de la porquería citadina, que el rey feo no ha podido controlar: para ellos se crearán muchas y bien coloridas rampas para skate. No habrá parque o espacio público, donde los arriesgados jovencitos, no encuentren al menos una de estas maravillas, que resultarán del amontonamiento y compactación del basural que abunda en las calles.
Alberca infantil de botellas. ¡Oiga Usted! Treinta pesos por 20 minutos de permitir que mi ahijada Andreita, retoce en las llamadas “albercas de pelotitas” ¡Me van a dejar en la ruina! Pero con la visible incapacidad del rey feo y el cómplice silencio de la reina ¡se nos terminó el problema a tíos y abuelos! ¿La solución? Albercas de botellas ¡Si señor!
Botellas plásticas de todo tipo de bebidas, harán la delicia de nuestros chiquitines y chiquitinas que gozarán sin límite de tiempo (y de dinero) en sendas albercas; con el añadido que si les da sed, podrán buscar alguna con residuos de bebida y ¡asunto resuelto!
¡Gracias mil por mil! A la reina Basutere y al rey feo Héctor Anaya por tan sano esparcimiento para los reyes del hogar. En nombre de quienes ya no encontramos cómo entretener a esos pequeños diablillos cuando sus padres nos los encomiendan; de corazón ¡Gracias!
Alfombra residual. Mire Usted, en la Ciudad de México, existen bares, que se enorgullecen de la altura de sus alfombras. Esas alfombras, son producto de las cáscaras de cacahuate que los parroquianos arrojan noche a noche en el piso, hasta lograr alturas de record: treinta, cincuenta, hasta un metro de alfombra logran reunir con persistencia lo selectos parroquianos.
¿Y si en Aguascalientes capital intentamos algo similar? ¡Nada de barrer pisos de casas, banquetas y calles aquicalidenses! Vamos todos y todas a lograr lo imposible. Mejor aún, vaciemos los contenedores públicos y desparramemos su contenido. ¡Oiga Usted! De por sí ya no falta mucho para lograr unos treinta centímetros de basura, ante la mirada complaciente del rey Anaya quien dice que “no pasa nada” y “que ya está resuelto”. Ande que hasta un reconocimiento “Guinnes world record” nos otorgan ¡Qué orgullo, oiga usted!
Sólo me resta desearle a usted querida lectora y a usted apreciable lector ¡Que no lo sorprendan! Los contenedores rebosantes de basura que sólo tienen por objeto el hartazgo ciudadano para legitimar el compromiso de la alcaldesa con sus padrinos: privatizar el servicio de recolección de basura. ¡Usted sabrá si permite el engaño!
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Jorge Varona Rodríguez
Aguascalientes, Ags.- 31 de enero de 2017.- (aguzados.com).- Ante el centenario de la Constitución de 1917, y los 160 de la de 1857, es preciso volver al origen, reconocer vocación y destino, recuperar el espíritu reivindicatorio que contenía la redacción original de la Ley Suprema, que emanó del vasto movimiento social y político que fue la Revolución Mexicana, en cuya entraña esencial figuró el rescate de México para los mexicanos.
Es imperativo a la vista de la enésima agresión del gobierno de Estados Unidos a los mexicanos y a nuestra República.
Replantear con visión del siglo 21, el contenido y los alcances de nuestra idea de democracia y nacionalismo que late en cada artículo y en cada palabra de la Carta de 1917. Ser nosotros mismos: congruentes y leales con los vigentes ideales de justicia social e independencia.
México vive momentos decisivos de frente no solamente al carácter y los peligros que provienen de la insolente y rudimentaria amenaza externa, sino acaso más importante ante la manifiesta inconformidad por la condición difícil que guardan la economía, el desarrollo social y la convivencia política.
Realidad nacional que revela una sociedad dividida por la desigualdad socioeconómica, las diferencias culturales, la inequidad en las oportunidades y la exclusión.
Se conjugan la inconformidad de amplios segmentos de la población enardecidos porque se sienten agraviados por actos de gobierno y políticas públicas muy alejadas de la necesidades de la gente y paradójicamente, también sectores altamente privilegiados a lo largo de décadas de concentración del ingreso y de fomento a la acumulación de capital, también se consideran vulnerados en sus intereses o creen que están en riesgo.
A lo largo de la historia se registran innumerables acontecimientos de rupturas revolucionarias cuando las élites –o una parte significativa de ellas-- logran movilizar a las masas contra el orden establecido.
Encarar con decisión y coraje la provocación y el peligro de la potencia del norte, exige unidad de los mexicanos. Unidad en lo esencial, como afirmó Ignacio Ramírez y reiteró Jesús Reyes Heroles. Y lo esencial es México.
Y ello, sin duda, presupone obligadamente estrategia de Estado en la política y en la economía, desechando meras actitudes reactivas y sólo de respuesta a la coyuntura.
Por ello, es necesario, ya, reelaborar el proyecto de república, de Estado y de sociedad, toda vez que concluyó el ciclo de la Revolución Mexicana, fracasó el modelo neoliberal y está en crisis la globalización del capitalismo de inspiración anglosajona.
Es menester, por tanto, la convocatoria de los poderes públicos nacionales a los mexicanos para proponernos acuerdos básicos para lograr nuevamente una economía eficaz y competitiva, cuyos frutos sean distribuidos equitativamente, una convivencia social fundada en los derechos humanos, culturales y sociales, y una democracia que nos cohesione porque nos incluya a todos, identificados no por la falsa homogeneidad que esconde desigualdades sino a partir de las diferencias que son las que realmente nos unen.
Más allá de repartir culpas y endosar errores, sentar las nuevas condiciones, fijar las responsabilidades y puntualizar tareas que toca a cada uno de los poderes públicos, los órdenes de gobierno, a cada sector social y productivo, a cada familia y a cada ciudadano para recuperar el rumbo y el destino de México.
Las libertades y los derechos civiles contenidos en la Constitución de 1857, fortalecidas con los postulados de igualdad y justicia social de la Constitución de 1917, son valores y normas cuya finalidad no es sino remediar la desigualdad natural de la fuerza y de la inteligencia, así como la que engendra una tipo de sociedad controlada por el mercado que, sin contrapesos éticos, transforma la economía y la política en estructuras de dominación.
De ahí que la democracia es el único medio legítimo para dirimir las diferencias y para la plena vigencia de esas libertades, esos derechos y la equidad social.
En consecuencia, no aferrarse a esquemas ideológicos rígidos ya históricos, ni sostener los privilegios económicos de la minoría opulenta, sino procurar un enfoque diferente para abordar nuevas soluciones, satisfactorias para todos los mexicanos, a los problemas económicos, políticos y sociales, a fin de que los procesos sociales para la creación de la riqueza sean compatibles con los procesos de distribución equitativa; para construir, desde la pluralidad y la diferencia, esa democracia como forma de vida que determina y profundiza la voluntad general del pueblo –que somos todos; y conferir fortaleza, gobernabilidad y viabilidad a la nueva república; vigorizar la sociedad libre que se acredite en la justicia y la ética social.
Únicamente con esta unidad firme y auténtica será posible la victoria de México.
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