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- Investigación multidisciplinaria que se realiza en la Bahía de La Paz por expertos en la materia
La Paz, Baja California Sur.- 16 de abril de 2017.- (aguzados.com).- Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) realiza una investigación multidisciplinaria sobre el caballito de mar (Hippocampus ingens) en la Bahía de La Paz, para generar datos de prospección biológica, densidad y distribución poblacional y aspectos biológicos, como su reproducción y crecimiento.
“Existe un gran desconocimiento del caballito de mar, por ejemplo no sabemos cuál es su función ecológica en el campo, ni siquiera sabemos dónde se encuentra y en qué cantidad, además estos ejemplares tienen una alta demanda comercial y en ese sentido es importante investigarlos para descubrir nuevos usos y generar planes de manejo sostenibles”, mencionó el maestro en ciencias marinas Ismael Ortiz Aguirre, quien realiza la investigación dentro del doctorado en ciencias marinas y costeras (Cimaco) de la UABCS, perteneciente al padrón del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
“La idea es arrancar con un programa de investigación de manejo del caballito de mar, estamos planteando estudiar no nada más su estatus, sino también hacer trabajos de cultivo para intentar repoblar la especie, porque sabemos que se explota y ha sufrido muchos problemas por el cambio del hábitat”, agregó el doctor Carlos Rangel Dávalos, profesor investigador titular B del Departamento de Ciencias Marinas y Costeras de la UABCS y responsable del Laboratorio de Acuacultura de la Unidad Pichilingue de la institución, quien es el director de la investigación.
En una primera etapa, el estudio se integró de censos visuales en ocho localidades costeras de la Bahía de La Paz, desde San Juan de la Costa hasta Puerto Pichilingue. Posteriormente se eligió un área de 0.380 kilómetros cuadrados para realizar una muestra de prospección poblacional de la especie.
“Se tomó como muestra una localidad aledaña al Puerto Pichilingue, llamada La Bruja, ahí utilizamos una técnica de cuadrado, en donde dividimos la localidad en cuadrantes de 20 metros por 20 metros y cada cuadrante se revisó exhaustivamente, para documentar el número de caballitos de mar”, explicó Ortiz Aguirre.
“Encontramos 43 ejemplares. Debemos tomar en cuenta que los caballitos de mar son considerados especies con baja densidad poblacional y además por el propio desconocimiento de la especie, no sabemos si este número es bueno o malo”, continuó.
En la siguiente etapa, se examinaron las estructuras marinas en donde se encontró un mayor número de especímenes, como plantas, piedras, corales o estructuras antropogénicas, y la salud de estos sitios, con el objetivo de identificar la preferencia de hábitats marinos del caballito de mar. Los datos indican un mayor número de caballitos de mar en los ecosistemas rocosos y marinas portuarias.
“En la parte central y norte del margen costero de la Bahía de La Paz, se encuentran mantos de sargazo, teóricamente el hábitat más idóneo para el caballito de mar y solamente se ha encontrado un ejemplar; y en la parte sur de la bahía, en donde existen ecosistemas marinos rocosos y marinas portuarias, hemos encontrado la mayor cantidad de ejemplares”, precisó Ortiz Aguirre.
“En estas zonas de acceso libre para el hombre, existe un exceso de nutrientes que los organismos marinos aprovechan y, por otro lado, estos sitios están protegidos contra el oleaje, quizás estas sean las razones por las cuales los caballitos de mar prefieren estos sitios”, continuó.
Los investigadores además observaron que esta especie llega a encontrarse a profundidades de hasta 70 metros.
“Aparentemente es una especie que no solo se encuentra en aguas someras, cercanas a la costa, sino que llega a desplazarse en profundidades de hasta 70 metros, obviamente trabajos de observación a esas profundidades son muy difíciles de llevar a cabo”, aseveró Rangel Dávalos.
Potencial biotecnológico
Los investigadores realizan análisis de la microbiología del caballito de mar para comprender sus interacciones en el campo y descubrir su potencial biotecnológico. Examinan isótopos estables de nitrógeno y carbón para determinar el tipo de alimentos que consumen y comprobar si la especie es un depredador tope, omnívoro o herbívoro.
“De entrada, nuestra hipótesis es que es un depredador tope, es decir, que se alimenta exclusivamente de carne, las presas principales son larvas de peces y pequeños camarones. Debemos considerar que cuando los caballitos de mar nacen miden menos de un centímetro y, lo más probable, en ese momento se alimentan de rotíferos y copépodos u otros organismos marinos de los que se compone el zooplancton, conforme van creciendo se alimentan de organismos de mayor tamaño”, detalló Ortiz Aguirre.
Compuestos aislantes de organismos marinos
Los análisis microbiológicos a especímenes adultos detectaron 280 cepas bacterianas, de las que en algunas se identificó una actividad antiepibiótica que inhibe el crecimiento de organismos externos al caballito de mar.
“Esta especie en particular nos llama mucho la atención porque no presenta parásitos. Esta característica nos hace pensar que en su epidermis tiene una sustancia que evita la fijación de otros organismos; nos hemos enfocado en analizar qué sustancias posee y sus potenciales utilidades”, mencionó Rangel Dávalos.
De estos compuestos se derivan aplicaciones biotecnológicas, como aislantes para estructuras marinas, muelles o embarcaciones, que los protege de balanos —pequeños organismos marinos— y compuestos para el desarrollo de probióticos para cultivos de peces y camarones.
“Es muy probable que estas bacterias ayudan a que no se adhieran organismos al caballito de mar”, mencionó Ortiz Aguirre.
“Detectamos tres bacterias que tienen una actividad impresionante; hacemos crecer las bacterias en laboratorio y extraemos los compuestos químicos de las mismas. Estamos analizándolos porque tienen una aplicación para el uso humano, con relación a estructuras marinas, como aislante y actividades microbianas, para generar probióticos y eliminar patógenos en cultivos acuícolas”, detalló.
El desarrollo de procesos de reproducción de caballitos de mar en cautiverio es otro de los principales objetivos dentro de las líneas de investigación del proyecto. Actualmente, los científicos trabajan para aumentar el índice de sobrevivencia de las crías, el cual sigue siendo bajo a causa de múltiples factores, como el tipo de tanques en los que se cultivan los organismos, material y dimensiones de los que están hechos, temperatura del ambiente y alimentos para los caballitos de mar, entre otros.
“El caballito de mar es una especie muy carismática, pero los alcances de la investigación son inciertos y se relacionan con el presupuesto asignado, ojalá que pudiéramos llegar más lejos, sobre todo en lo que se refiere a la reproducción de estas especies en laboratorio, para su repoblamiento”, finalizó Rangel Dávalos.
El caballito de mar del Pacífico es un pez de la familia Syngnathidae en el orden de los Syngnathiformes. Posee una cabeza que asemeja a la de un caballo, su cuerpo y cola están cubiertos de anillos óseos concéntricos. Y nada erguido, impulsado por una aleta dorsal y pequeñas aletas pectorales.
Entre sus características biológicas resalta su capacidad de mimetismo con su hábitat, para resguardarse de depredadores marinos. Es monógamo, se reproduce al año de edad y llega a vivir hasta cinco años.
Dentro de las especies de caballitos de mar, los machos son los de mayor tamaño conocidos, alcanzando alrededor de 30 centímetros de longitud.
Contacto 1: Ismael Ortiz Aguirre.- Maestro en ciencias marinas.- Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Teléfono 01 (612) 348 2819
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- Hasta la fecha sigue sin encontrarse el origen o la razón de este fenómeno corporal
Puebla, Puebla.- 16 de abril de 2017.- (aguzados.com).- El bostezo es un acto innato e involuntario no solo en el ser humano sino también en distintas especies animales y una de sus funciones estaría relacionada con la termorregulación de las estructuras faciales y del cerebro.
Así lo determinaron las pruebas realizadas en ratas blancas de alto bostezo que se desarrollaron en el Laboratorio de Neurofisiología de la Conducta y Control Motor del Instituto de Fisiología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), a cargo del doctor José Ramón Eguibar Cuenca.
Para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Eguibar Cuenca, miembro de la Academia Nacional de Medicina de México y nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), explica que en el Laboratorio de Neurofisiología de la Conducta y Control Motor se dedican al estudio y desarrollo de modelos animales correlacionados con enfermedades humanas.
Entre las líneas de investigación que desarrollan, están la conducta maternal en la rata, su conducta sexual, mecanismo de aseo, el bostezo, el sueño y sus reflejos espinales, entre otros trabajos.
Para llevar a cabo sus investigaciones, el Laboratorio de Neurofisiología cuenta, entre otras, con ratas albinas de alto y bajo bostezo de la cepa Sprague-Dawley. Las de alto bostezo en promedio bostezan 20 veces por hora, mientras que las de bajo bostezo tan solo dos veces por hora.
Estos grupos de ratas fueron obtenidos a partir de un macho con una alta frecuencia de bostezo espontáneo; con ese ejemplar se realizó un entrecruzamiento consanguíneo para fijar el carácter genético, recurriendo para mayor éxito al retrocruce (apareamiento entre el macho y sus hijas), lo que permitió reproducir las ratas de alto bostezo desde 1982 a la fecha, más de 90 generaciones.
La hipótesis Gallup
En 2010, el doctor Olivier Walusinski organizó la primera conferencia del bostezo (First International Conference on Yawning). El doctor Eguibar Cuenca, que ya tenía estudios previos sobre el bostezo, asociado a estados de ansiedad y estrés, conoció en este congreso la propuesta del doctor Andrew Gallup, de la Universidad de Nueva York.
La hipótesis del doctor Gallup plantea que al hacer una inspiración de aire fresco al momento de bostezar permitirá refrescar la sangre que va hacia el cerebro y, por lo tanto, lo enfría.
Al contar con las ratas de alto bostezo, el doctor Eguibar Cuenca propuso realizar mediciones de la temperatura de la córnea y la concha de la oreja en este tipo de ratas a través de una cámara termográfica y así comprobar de manera más certera la teoría del doctor Gallup.
Pruebas en laboratorio
“Capturamos la imagen termográfica durante el bostezo usando las ratas de alto bostezo, tomando la temperatura de la córnea y de la concha de la oreja. Esto permitió determinar los valores mínimos, el promedio y el máximo en ocho animales. Se obtuvo que cuando la rata abre la boca para bostezar, que es cuando entra el aire fresco del medioambiente, la temperatura disminuye de 36.3 a 36.1 grados. Diez segundos después desciende aún más hasta llegar a 35.8 grados, cinco décimas de grado Celsius. Y tan solo 20 segundos después del bostezo la temperatura facial regresó a 36.3 grados”.
La córnea y la concha de la oreja, explica el doctor Eguibar Cuenca, fueron las estructuras elegidas para hacer estas mediciones porque no tienen pelo y este sirve generalmente como un disipador de calor, además de que eran zonas accesibles por la posición lateral en la que se tenían que colocar las ratas para realizar las pruebas.
Registramos más de 100 bostezos que cumplieron con las características adecuadas de posición (tenían que permanecer laterales para tomar la imagen) y con esto se pudo comprobar que con el bostezo se desciende la temperatura de las estructuras faciales. La hipótesis formulada por Gallup hace doce años, y que no había sido comprobada por nadie, se demuestra con nuestros experimentos”, indicó el doctor Eguibar Cuenca.
Los trabajos generados de esta investigación permitieron la publicación, en la edición de enero de 2017 de la revista BMC Neuroscience, del artículo titulado "Yawning reduces facial temperature in the high-yawning subline of Sprague-Dawley rats".
Pruebas en humanos
El siguiente paso en la investigación, posterior a la publicación del estudio, son las pruebas en seres humanos. Para esto, el doctor Eguibar Cuenca mantiene una colaboración con los doctores María del Carmen Cortés, del Instituto de Fisiología, y Amando Bautista, de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT).
En esta segunda fase, se analizarán los registros de temperatura, además de la frecuencia del bostezo en un grupo de estudiantes mujeres. La predicción que espera comprobar el doctor Eguibar Cuenca es que durante la fase de ovulación, cuando aumenta la temperatura en la mujer, exista un mayor registro en la frecuencia del bostezo como un mecanismo para enfriar el cerebro.
“Elaboramos esta hipótesis a partir de la evidencia de que en las mujeres por los cambios de temperatura que experimentan en el ciclo menstrual se tiene una condición única para evaluar el bostezo y los cambios de temperatura facial, ya que cuando ovulan su temperatura aumenta aproximadamente un grado Celsius. La idea es estudiar a este grupo de alumnas utilizando un cuarto termorregulado", explicó.
Para esta fase, aclaró Eguibar Cuenca, será necesario tomar muestras salivales y medir sus niveles hormonales, recabar información sobre la última fecha de menstruación para conocer en qué etapa del ciclo menstrual se encuentran, registrar su frecuencia de bostezo y las imágenes termográficas. Con esta información, el equipo de investigadores establecerá una correlación
directa entre la temperatura corporal, medida a través de termografía, niveles hormonales y la frecuencia de bostezo.
En la prueba con las mujeres, el doctor Eguibar Cuenca explica que la medición de temperatura con el equipo termográfico se realizaría de igual forma en la córnea, un área más expuesta, además de que es un disipador muy eficiente de calor. También se contempla medir la concha de la oreja, pero lo fundamental es que la cámara estará enfocada en el rostro completo de quien participe como muestra en el experimento, lo que permitirá establecer otras mediciones.
“Estas pruebas aportarán evidencia experimental de que el bostezo sirve, entre otras cosas, para termorregular la temperatura de la cabeza”, añadió el doctor Eguibar Cuenca, quien además es director general de Investigación en la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado de la BUAP.
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- Interesante estudio que muestra la realidad de los ecosistemas nacionales
Ciudad de México.- 14 de abril de 2017.- (aguzados.com).- En el marco de la celebración del Día Mundial de los Humedales, celebrado el pasado dos de febrero de este año, se presentó el documento Manglares de México. Actualización y exploración de los datos del sistema de monitoreo 1970/1980-2015, que analiza cómo se han deteriorado los manglares mexicanos en las últimas décadas, pero también presenta propuestas esperanzadoras para su recuperación y conservación.
Esto toma relevancia al considerar que el manglar provee de refugio, para el desove y la crianza, a especies marinas comerciales, aves, mamíferos, insectos y reptiles. Incluso se calcula que 70 por ciento de las pesquerías en el país depende de la existencia de este ecosistema, afirma Alejandro del Mazo Maza, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
México se ubica entre los primeros cinco países con una mayor extensión de manglar, de un total de 125 territorios que poseen este ecosistema. A pesar de ello, este dinámico paisaje solo representa 0.4 por ciento de la superficie del país, lo cual vuelve prioritaria su conservación, puntualiza el coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), José Sarukhán Kermez.
El documento, elaborado por la Conabio, es uno de los resultados del monitoreo sistemático de manglar en el país, que comenzó en el 2005.
Durante este monitoreo se tomaron 150 mil fotos, desde helicóptero, gracias a la colaboración con la Secretaría de Marina (Semar). Estas imágenes sirvieron para ubicar el manglar mediante un sistema de coordenadas, acoplar y validar la información obtenida mediante satélite.
Estas fotos se encuentran georreferenciadas, esto permite que cualquier persona que se encuentre en un manglar se conecte a la red y descargue las imágenes del lugar exacto donde se encuentra, con ello podrá comparar el estado del lugar con el año 2005, 2010, 2015 y la década de los setenta y ochenta, comenta José Sarukhán.
“Fue una enorme cantidad de trabajo, pues queríamos hacer que coincidieran las fotos tomadas en los setenta y pudieran verse en el lugar en el que realmente están en la actualidad”, explica José Sarukhán.
El manglar, protector de la tierra y el océano
Estos bosques, que dividen el mar de la tierra firme, proveen las condiciones adecuadas para el desove y la crianza de camarones y de diversas especies de peces, incluyendo los de interés comercial, de aquí que 70 por ciento de las pesquerías en México dependa de la existencia de este ecosistema, indica Alejandro del Mazo.
El manglar es un paisaje dinámico, refugio para aves, mamíferos, peces y reptiles, como tortugas y cocodrilos. Conforma un muro natural que confronta tormentas, huracanes y ciclones provenientes del trópico, ayudando con ello a mantener el territorio costero de la nación.
Los esfuerzos por su conservación han sido notorios, pasando de uno por ciento de superficie de manglar protegida en el país, a 63 por ciento en el 2015, de acuerdo con los datos del monitoreo presentado.
Sin manglar no hay playa
“Por primera vez tenemos datos muy precisos y confiables sobre el efecto del deterioro de los manglares en la línea de costa del país. Sabíamos que este ecosistema era muy bueno para defender la costa, pero no sabíamos qué tanto. Con este trabajo se pudieron observar retrocesos de más de mil metros de costa, que implica perder miles de hectáreas ante el mar, pero también vimos otros casos donde el manglar ha ayudado a ganar pequeñas áreas de costa”, detalla José Sarukhán y recalca que esto es una verdadera pérdida de territorio nacional.
Estos fueron resultados sorprendentes, pues los expertos no esperaban encontrar tantos cambios en la línea de costa, pero con el estudio observaron que la superficie perdida supera con creces la ganancia de territorio.
Destrucción del manglar
Gracias al trabajo presentado por la Conabio, se tiene una panorámica de cómo ha cambiado, en cuatro décadas, la superficie de manglar.
En el primer periodo, entre 1970 y 2005, se registraron pérdidas muy fuertes en la superficie de este ecosistema, algunos estados perdieron incluso más de la mitad de la superficie de manglar que tenían registrada, detalla Luis Humberto Valderrama Landeros, especialista en percepción remota de la Conabio.
Para el 2010 se siguió con una tendencia de pérdida, pero para el periodo comprendido entre 2010 y 2015 se encontró una recuperación de 11 mil hectáreas de manglar, lo cual se debe a que se tienen cada vez mejores instrumentos para la protección de este ecosistema y a la mejora de la metodología para generar el mapa, añade el especialista.
Para el doctor Jorge López Portillo, quien lleva más de 30 años realizando investigación sobre el manglar en el Instituto de Ecología (Inecol) —que forma parte del Sistema de Centros Conacyt—, es de suma importancia identificar las causas del deterioro de este ecosistema. Las cuales, en ocasiones, pueden no ser tan evidentes, como la construcción de vías de comunicación, las obras hidráulicas o la rectificación de ríos.
Según los datos obtenidos en este trabajo exploratorio, la principal amenaza para este ecosistema es el establecimiento de estanques artificiales y granjas para la cría de camarón y pescado, así como el uso del territorio para la cría de ganado. En segundo lugar se encuentra el cambio de uso de suelo para el desarrollo de zonas turísticas y otros tipos de construcciones.
De aquí la importancia de los acuerdos tomados en la decimotercera Conferencia de las Partes de la Convención de Diversidad Biológica (COP-13), para comenzar en México la búsqueda de una agricultura con respeto pleno a la biodiversidad, señala José Sarukhán.
Esperanza para el manglar
Tanto Luis Valderrama como Jorge López concuerdan que las regiones de manglar perturbado no pueden darse por perdidas, pues el ecosistema, por su dinamismo, tiene la capacidad de recuperarse, si se identifican las causas de la perturbación y se aplican programas de conservación adecuados.
De 1970 a 2010, se perdieron 91 mil 600 hectáreas, pero solo hubo una pérdida irreversible de 17 mil 140 hectáreas. “El resto es manglar perturbado, lo que abre una gran oportunidad para los procesos de restauración”, especifica Jorge López.
Explorando manglares de cuatro décadas
El trabajo que llevó a la publicación de este libro comenzó en 2005, cuando se comienza la elaboración de un mapa a partir de imágenes satelitales, que se construyó para reflejar la distribución de los manglares y territorios aledaños, detalla Luis Valderrama.
En 2010 se actualizó con nuevas imágenes para generar la perspectiva de cinco años después, y casi al mismo tiempo gracias al acervo de fotografías aéreas históricas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Fundación ICA, principalmente, se puede crear esa vista retrospectiva de los manglares para 1970 y 1980. Trabajo al que se le suma la actualización de 2015.
“Una característica de los mapas de Conabio es que tienen asociado un proceso de validación, proceso que solo fue posible gracias a la inestimable ayuda de la Secretaría de Marina que nos permitió en dos campañas, una en 2008 y la última en 2015, subir a sus helicópteros y tomar 150 mil fotos de diferentes tipos y aproximadamente 170 horas de video georreferenciado”, comenta Luis Valderrama.
El libro y toda la información generada por el monitoreo es pública y puede descargarse gratuitamente de la plataforma de la Conabio.
Políticas públicas de protección al manglar
El contraalmirante Fernando Alfonso Angli Rodríguez, director general adjunto de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Semar, recalcó que las personas que trabajan con percepción remota, cartografía y colectando evidencia en campo pueden apreciar que el trabajo realizado es enorme. Y agradeció a la Conabio por la inclusión de la Semar en el proyecto dirigido a generar investigación y políticas públicas para proteger el medio ambiente marino.
Es necesario impulsar análisis de política pública ya que en la medida que nosotros identifiquemos las áreas de conflicto y sinergia entre los actores, podremos proponer cambios para reorientar las actividades productivas y conservar el ecosistema, concluye Luis Valderrama.
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- Investigación basada en un estudio cuantitativo que se realizó en la ciudad de Saltillo, Coahuila
Saltillo, Coahuila.- 15 de abril de 2017.- (aguzados.com).- Investigadores del área de posgrado de la Escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila (Uadec) desarrollaron una propuesta de modelo explicativo para la medición de la calidad de vida de adultos mayores.
“Esta investigación fue un estudio cuantitativo que se realizó en la ciudad de Saltillo, Coahuila; se trabajó con más de 500 adultos mayores, todos en comunidad, es decir, que no están institucionalizados, que no pertenecen a ninguna casa de reposo o centro de atención hospitalario donde permanezcan, todos están abiertamente en comunidad y son funcionales y activos en sociedad”, detalló el doctor José González Tovar, profesor investigador del área de posgrado de la Escuela de Psicología, unidad Saltillo, de la Uadec.
Este proyecto toma como referencia la definición de salud otorgada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) desde 1948, como el completo estado de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad.
“El propósito de esta investigación fue realizar una evaluación-exploración de los indicadores de calidad de vida con una orientación subjetiva para determinar aquellos indicadores, aquellas variables que caracterizan la vida del adulto mayor y, posteriormente, construir un modelo que explique la calidad de vida, además de validar una herramienta para la evaluación de estos indicadores y de ese modelo”, explicó el especialista González Tovar.
De acuerdo con el investigador, a diferencia de otros estudios, esta investigación se enfoca en aspectos de funcionalidad, tanto social como física del adulto mayor, pero sin poner en el centro de atención los aspectos de las patologías, ya que el abordaje que siempre se hace del adulto mayor es cómo vive a partir de la enfermedad. Siempre en la etapa del adulto mayor hay una correlación muy importante sobre cómo vive con enfermedades, sobre todo en el caso de México, o más en el caso Coahuila donde existe un alto índice de enfermedades como la diabetes, obesidad, cáncer y otro tipo de enfermedades crónico degenerativas.
“Nos olvidamos por un momento de la patología y nos enfocamos en saber cómo enfrenta la vida cotidiana, cómo se apoya para enfrentar todos los aspectos de su cotidianidad y hasta qué punto el adulto mayor tiene control de su vida, que es uno de los aspectos más relevantes y que más valoran: la autonomía y el control que ellos tengan sobre su vida”, indicó el doctor González Tovar.
Autonomía, bienestar, autodeterminación...
La propuesta presenta diversos indicadores o variables, a partir de dimensiones trascendentes en la vida de los adultos mayores como son: bienestar general (cuenta con 14 indicadores), necesidades económicas (ocho indicadores), redes de apoyo (seis variables), trabajo y ambiente (cuatro indicadores), autonomía (siete indicadores), bienestar intrasubjetivo (cinco variables) y autodeterminación y plan de vida (15 indicadores).
La propuesta de calidad de vida para la vejez integra de manera independiente estos siete factores, cada uno aparentemente aporta a la calidad de vida pero no existe relación de dependencia a partir de los diferentes indicadores.
“Lo que vamos a aportar con este trabajo es brindar esa herramienta para que se puedan hacer evaluaciones desde psicología. Pero también se pueden hacer desde el trabajo social, que se enfoca en aspectos familiares, también desde el cuidado de la salud, tanto en enfermería y geriatría, como una herramienta de evaluación o de clinimetría para determinar en qué estado están los adultos mayores que llegan a atención médica, cuidados de salud en general o en salud mental”, precisó el investigador González Tovar.
A futuro se busca extender la validación del proyecto más allá de la muestra hecha en el estado de Coahuila, para lograr ciudades integrales en la atención hacia los adultos mayores. Se han hecho muestreos en lugares como Zacatecas, Zacatecas; Mérida, Yucatán, y la municipalidad de Providencia en Santiago de Chile a nivel internacional.
“Lo que sigue en este momento es construir el modelo y empezarlo a validar culturalmente, que tenga relevancia cultural, que tenga aplicabilidad en otros contextos, extender las muestras y continuar con el trabajo de la herramienta para ir afinándolo año con año”, destacó el doctor González Tovar.
Calidad de vida en la vejez: su medición y propuesta de un modelo.- José González Tovar, Rosa Isabel Garza Sánchez y Jesús Acevedo Alemán.-Editorial: Fontamara, Categoría: HumanidadesISBN: 978-607-736-189-3
Contacto: Dr. José González Tovar.- Profesor Investigador del área de posgrado de la Escuela de Psicología, unidad Saltillo, Uadec.- Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., teléfono (01 844) 412 2432.
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- Literatura recomendable para todo público y se puede solicitar de forma gratuita
Ciudad de México.- 14 de abril de 2017.- (aguzados.com).- ¿Por qué envejecemos? Es una de las interrogantes que el ser humano ha intentado resolver a lo largo de su historia: desde la época de la antigua Grecia hasta la actualidad; mitos, teorías, procesos naturales y la ciencia actual han sido parte de este proceso por entender el porqué del envejecimiento.
Esta interrogante también da título a la obra de la doctora en ciencias biológicas Mina Konigsberg Fainstein, ¿Por qué envejecemos? Y otras historias..., editado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el Instituto Nacional de Geriatría (Inger), con financiamiento de la Red Temática Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). La historia de las explicaciones del envejecimiento y de los anhelos por evitarlo es el preámbulo con el que la autora nos lleva a sumergirnos en una lectura amena, ágil y de carácter informativo.
¿Por qué envejecemos? Y otras historias... es un libro para ser leído por un público general. Escrito en un lenguaje sencillo, brinda al lector un panorama general de la biología del envejecimiento, las enfermedades neurodegenerativas, la posibilidad de la regeneración, rejuvenecimiento, la inflamación y otras condiciones asociadas a este proceso biológico.
La teoría del envejecimiento por estrés oxidante ocupa un capítulo del libro que se divide en dos partes: la primera para explicar qué son los radicales libres u oxidantes y antioxidantes; la segunda parte expone la teoría del envejecimiento por radicales libres.
Aunque está firmado por la doctora Mina Konigsberg, se trata de una obra colectiva en la que participan más de 30 investigadores de instituciones nacionales e internacionales, especialistas en el campo de la biología del envejecimiento, tal es el caso del reconocido investigador chileno Felipe Sierra, uno de los precursores de la gerociencia, nuevo campo científico que intenta comprender la relación entre los procesos biológicos y la enfermedad en el envejecimiento.
La gerociencia, se señala en el libro, pretende estudiar los mecanismos moleculares y celulares responsables de que el envejecimiento sea el factor de riesgo más importante de todas las enfermedades crónicas, con la idea de extender una vida sana durante esta etapa de la vida.
La obra, compuesta por 17 capítulos, también incluye un estudio realizado en la Ciudad de México por investigadores de la UAM y el Inger, que busca determinar la percepción que tienen los adultos sobre la vejez, las expectativas de su vejez a futuro y las acciones preventivas que llevan a cabo para enfrentarla.
Para Javier Velázquez Moctezuma, doctor en biología de la reproducción y titular de la Clínica de Trastornos de Sueño de la UAM, este libro enseña que el envejecimiento es, entre otras muchas cosas, un significativo aumento para que aparezcan otras enfermedades, lo que está íntimamente ligado a la calidad de vida. Gracias a la investigación, dice, cada vez nos acercamos más a una larga vida con una excelente calidad.
Esta obra, afirma, además de adentrarnos en los procesos biológicos del envejecimiento, provoca la urgencia y la necesidad de avanzar sobre la reflexión de las políticas públicas que deben acompañar este fenómeno. “No hay en nuestra sociedad moderna profesionales mejor capacitados que quienes analizan científicamente el proceso de envejecimiento para invitar a la sociedad sobre la necesidad urgente de abrir el debate legislativo y sobre el reconocimiento, por ejemplo, a la decisión autónoma de dar fin a la existencia”, dice el doctor Velázquez Moctezuma.
Mina Konigsberg considera muy importante para todos los científicos "tomarnos el momento para escribir artículos de divulgación, tratar de que todo el público en general pueda entender lo que hacemos, y que nuestra investigación permee a la gente y entiendan lo que hacemos. Las personas que trabajamos en el tema del envejecimiento debemos ser las primeras en tratar de reivindicar y empoderar a la vejez”.
Entre las instituciones que colaboran en la obra están el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” (INC), Universidad Estatal de Oregon, el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas y el Instituto Nacional del Envejecimiento de los Institutos Nacionales de Estados Unidos, por mencionar algunos.
Si desea obtener un ejemplar gratuito comunicarse con la Red Temática Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social de Conacyt, a cargo del Instituto Nacional de Geriatría a los siguientes teléfonos: (55) 55 73 90 87 o (55) 56 55 19 21 extensión 59520 o 59521. O bien, escriba al correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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