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- Se encontró que al no ser absorbidos por las plantas llegan a los ríos y al desembocar en el mar causan las llamadas zonas muertas
Ciudad de México.- 2 de julio de 2017.- (aguzados.com).- En el golfo de México, en la desembocadura del río Misisipi, existe un área de alrededor de 15 mil kilómetros cuadrados donde los niveles de oxígeno son tan bajos que la vida marina no puede sobrevivir. Esta zona, denominada zona muerta, es 10 veces más grande que la Ciudad de México y es provocada por la presencia excesiva de nutrientes en el agua, nutrientes provenientes del uso de fertilizantes en la agricultura.
Sesenta por ciento de los fertilizantes empleados en la industria agrícola se desperdicia, al no poder ser absorbido por las plantas logra llegar a los ríos, que al desembocar en el mar crean las zonas muertas. Este es uno de los ejemplos que ilustran el gran desafío del siglo XXI para la humanidad: producir mayor cantidad de alimentos con menos agroquímicos y con técnicas amigables con el ambiente.
Justamente ese es el reto al que el investigador y director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), Luis Herrera Estrella, se ha enfrentado durante más de dos décadas. Su trabajo lo ha llevado a desarrollar una solución biotecnológica que permitirá sustituir uno de los agroquímicos más dañinos para el ambiente: los fertilizantes a base de fosfatos.
El investigador logró incorporar en varias especies vegetales, como el maíz y la soya, el gen de una bacteria que le permite a las plantas producir una enzima para utilizar como nutriente el fosfito (PO33-) en vez del fosfato (PO43-), comúnmente empleado en los fertilizantes y cuyas características lo convierten en un contaminante.
Este desarrollo podría reducir hasta 50 por ciento el uso de fertilizantes en la agricultura y disminuir el uso de herbicidas, además de ayudar a la biodiversidad de los cultivos y de evitar la erosión del suelo.
Problemas de los fertilizantes de fosfato
El fósforo es un elemento químico esencial para la vida en la Tierra. En la forma de fosfato es un componente primordial de los ácidos nucleicos, que guardan la información genética, forma parte de las membranas celulares y está involucrado en el transporte y almacenamiento de energía. Por ello, las plantas necesitan forzosamente de la absorción de fosfato del suelo para su desarrollo.
El problema es que el fosfato, por su naturaleza química, forma complejos insolubles con otros componentes del suelo, esto impide que las plantas puedan utilizarlo. De allí que solo de 20 a 30 por ciento del fosfato pueda ser aprovechado, desperdiciándose más de 60 por ciento del fertilizante empleado por el agricultor, explica Luis Herrera Estrella.
Eventualmente, con la lluvia y el riego, el fosfato que permaneció en el suelo escurrirá a los ríos y llegará al mar, provocando un crecimiento excesivo de algas y fitoplancton que liberan toxinas al agua, tapan el paso de la luz solar y provocan un déficit de oxígeno, creando un ambiente en el que no pueden sobrevivir los animales marinos. Estas son las llamadas zonas muertas.
Estas zonas se encuentran en Estados Unidos, Europa, China y México, siendo la más grande la del delta del río Misisipi, cuyo tamaño rebasa 10 veces el derrame petrolero de 2016, comenta Luis Herrera Estrella, y agrega que es un problema del que no se habla mucho, pues varios países, incluyendo México, dependen del maíz y la soya de Estados Unidos para su alimentación.
La solución dentro de una bacteria
El equipo de investigación del Langebio, dirigido por Luis Herrera Estrella, decidió enfrentar el problema del fosfato y pensaron que si el fosforo no se fijara tan rápidamente al suelo, las plantas podrían utilizarlo y se evitaría el desperdicio y la contaminación de las aguas. Afortunadamente existe un compuesto de fósforo que no forma complejos insolubles con el suelo: el fosfito.
La solución no era tan simple como sustituir el fosfato por el fosfito en los fertilizantes, pues el fosfito no puede ser utilizado por las plantas, ya que estas no poseen la capacidad para transformar el fosfito en fosfato, que es el compuesto que requieren para vivir.
“Lo que el equipo hizo fue pensar: bueno, las bacterias sin increíbles y pueden hacer de todo, seguro alguna bacteria en algún lugar en el mundo podrá transformar el fosfito en fosfato para desarrollarse”, narra Luis Herrera Estrella.
Los investigadores llegaron a esta conclusión al reflexionar que hace más de tres millones de años, cuando los organismos vivos no habían desarrollado la fotosíntesis y no había oxígeno en la Tierra, el fósforo se encontraba en su forma menos oxidada, como fosfito, y a pesar de ello la vida ya existía y utilizaban fosfato para su ADN y para otras funciones. Por lo tanto, debían tener la capacidad de transformar un compuesto en otro.
Esta capacidad de transformar el fosfito en fosfato debía estar escrita en el genoma de las bacterias, y los investigadores pensaron que en algún lugar podía existir una especie de bacteria que todavía conservara ese gen. Y, efectivamente, la encontraron.
Una solución para el ambiente
Una vez que encontraron una bacteria con el gen para producir una enzima capaz de transformar el fosfito en fosfato, había que descubrir si las plantas serían capaces de hacer lo mismo. Entonces, el equipo de Luis Herrera Estrella introdujo el gen de la bacteria en una planta modelo, la Arabidopsis thaliana, y hallaron que era posible, la planta utilizaba fosfito para nutrirse. Resultados que publicaron en la revista Nature.
“Ese fue un momento increíble, porque nos permitió pensar en todas las ventajas de dejar a un lado el uso de fertilizantes de fosfato. La primera es una ventaja de costos, pues al no fijarse en el suelo, podría reducirse hasta en 50 por ciento la cantidad de fertilizante a utilizar. Pero la más importante es la del impacto ecológico que este desarrollo tendría al disminuir drásticamente la cantidad de fósforo vertida a los mares y ríos“, considera el director del Langebio.
Fertilizantes y herbicidas: dos pájaros de un tiro
Una vez que Luis Herrera Estrella comenzó a probar esta modificación en otro tipo de plantas, como el maíz, la soya y el arroz, se dio cuenta de que esta modificación genética había vuelto a las plantas más competitivas, es decir, como podían utilizar el fosfito como nutriente crecían mucho más rápido que las plantas que solo utilizaban fosfato, compuesto que ya no estaba siendo añadido como fertilizante. Los científicos habían descubierto una técnica que evitaría el uso irracional de herbicidas.
Esto además ayudaría enormemente a evitar la erosión del suelo y a la biodiversidad de los cultivos, pues las demás hierbas seguirían creciendo alrededor del cultivo de interés. Pero al ser mucho más pequeñas que el cultivo y al ya no competir por nutrientes, ya no sería necesario matarlas, permitiendo que estas plantas conservaran el suelo.
El fósforo, un recurso no renovable
Otra razón apremiante para disminuir el uso de fertilizantes de fósforo en la agricultura es que este elemento es limitado en el planeta, y se calcula que las reservas de fósforo se agotarán en 150 años, lo que generará una verdadera crisis en la agricultura y el modo de alimentación mundial, explica Luis Herrera Estrella.
Y señala que este nuevo desarrollo permitirá alargar la vida de las reservas de fósforo al doble, tiempo que podrá usarse para desarrollar métodos de reciclaje del fósforo. Desarrollar formas de recuperar de los ríos y reutilizar este elemento es imprescindible, pues una vez que llega al mar se va al fondo o se diluye tanto que es casi imposible recuperarlo.
Del laboratorio al campo
Las pruebas de laboratorio con plantas modificadas de maíz, soya y arroz ya se han realizado. Pero ahora el equipo de investigación necesita saber si en condiciones reales, en el campo, las plantas efectivamente pueden utilizar el fosfito y se logra reducir la cantidad de fertilizantes y herbicidas utilizados en el cultivo.
Estas pruebas se harán en su mayoría en Brasil, país que lleva años permitiendo el cultivo de transgénicos y que permitirá seguir perfeccionando esta tecnología con el objetivo de generar una agricultura más sostenible, concluye Luis Herrera Estrella.
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- Se trata de conocer el papel que desempeña en los padecimientos que alteran el sistema locomotor
Xalapa, Veracruz.- 2 de julio de 2017.- (aguzados.com).- Un equipo de especialistas del Centro de Investigaciones Cerebrales (CICE), perteneciente a la Universidad Veracruzana, estudia la relación entre el cerebelo y los ganglios basales con la finalidad de proponer al cerebelo como un blanco terapéutico ante enfermedades locomotoras degenerativas, como el Parkinson.
El equipo conformado por el doctor Luis Isauro García Hernández, la doctora Marta Miquel y la estudiante de posgrado Lizbeth Vásquez Celaya estudia el papel que desempeña el cerebelo en los padecimientos que alteran el sistema locomotor y ocasionan temblor y lentitud de movimientos, tales como el Parkinson.
Los estudios se desarrollan bajo el nombre de “Registro de la actividad multiunitaria de los lóbulos Sim B, Crus II y el núcleo dentado en ratas macho, después de la lesión electrolítica de estriado ventrolateral”, con la dirección de Luis Isauro García Hernández, especialista en investigaciones cerebrales, quien se desempeña también como catedrático del CICE y miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). El proyecto cuenta con la participación de la doctora Marta Miquel Salgado, de la Universidad Jaime I de España, y la estudiante de doctorado del CICE, Lizbeth Vásquez.
Modelo en laboratorio
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Lizbeth Vásquez explicó que su proyecto de investigación recreará un modelo de parkinsonismo en roedores, que se manifiesta con temblores, lentitud de movimientos y alteración del equilibrio.
“Existen diversas causas para la alteración del equilibrio y los movimientos, que van desde traumatismos, tumores, hasta diversas enfermedades como lo es la enfermedad de Parkinson, en esta patología quienes la padecen suelen perder la capacidad de mantenerse quietos completamente, cuando desean iniciar un movimiento este se da de forma lenta y su equilibrio también disminuye”.
Lizbeth Vásquez agregó que para estas alteraciones existen muchas causas médicas, como traumatismos (golpes en la cabeza), tumores, presencia de VIH y la enfermedad de Parkinson.
Para realizar las pruebas en el modelo animal, generaron una lesión eléctrica en los ganglios basales, específicamente en la zona denominada cuerpo estriado, misma que recrea la sintomatología del parkinsonismo.
Los ganglios basales son acumulaciones de células nerviosas ubicadas cerca de la base del cerebro y están relacionadas con el sistema motriz.
“Los ganglios basales conforman una región del cerebro integrada por varios núcleos que están relacionados con los movimientos voluntarios. Estos se conectan con otras regiones del cerebro para poder controlar nuestros movimientos y parte de nuestra coordinación”, señaló.
En las personas que padecen Parkinson mueren células de la sustancia negra, mismas neuronas que se conectan con los ganglios basales y su muerte está relacionada con el avance de la enfermedad.
Durante la prueba en el modelo animal, para simular la sintomatología de parkinsonismo, los especialistas utilizan la técnica denominada registro electrofisiológico, que consiste en la implantación de un electrodo en el cerebelo del roedor para ver y escuchar cómo es que el cerebelo responde ante la alteración del temblor.
“La forma en que inducimos el temblor mandibular es a través de una descarga electrolítica en una parte específica del cuerpo del roedor, esta estructura recibe información de la sustancia negra y es la encargada de controlar la motricidad oral de la rata, así nos aseguramos que la alteración provocada sea la adecuada para emular el temblor presentado por los humanos con esta patología”, detalló.
Para entender este proceso, la investigadora explica que el electrodo funciona como una antena que detecta las neuronas que se activan, con el beneficio de obtener información de la actividad de varias células. Agregó que otro factor positivo es que en el laboratorio observan en tiempo real cómo responde el cerebelo ante cualquier conducta, lo que permite relacionar la conducta de la alteración con la respuesta del cerebelo.
Cerebelo y ganglios basales
El cerebelo constituye una zona importante del cerebro, asociado principalmente con el control motriz del cuerpo; sin embargo, los especialistas del CICE aseguran que hay muchas aristas por conocer acerca de las funciones desempeñadas por el cerebelo, lo cual lo puede posicionar como un blanco para el desarrollo de tratamientos.
Las personas que padecen Parkinson presentan mayor actividad cerebelar que el promedio, ante una alteración de los ganglios basales, por lo que el proyecto de investigación se encuentra enfocado en conocer el porqué.
Las pruebas ejecutadas por los especialistas del CICE mostraron una respuesta compensatoria entre el cerebelo y los ganglios basales, por lo que el cerebelo podría figurar como un blanco terapéutico en este tipo de alteración.
“De los resultados de nuestros estudios preliminares, suponemos que la hiperactividad que tiende a mostrar el cerebelo es para intentar corregir la información que llega a él de los ganglios basales de forma errónea, buscando compensar la función alterada para corregir dentro de lo posible los movimientos no voluntarios”, explicó.
El proyecto se encuentra en fase experimental e intenta enlazar una alteración con la respuesta de la estructura cerebelar. A largo plazo, la información obtenida por estos experimentos puede conducir al desarrollo de terapias dirigidas al cerebelo.
Científicos mexicanos
El director del proyecto de investigación, el doctor Luis García, pertenece al cuerpo académico consolidado de neurociencias y es catedrático del doctorado en investigaciones cerebrales del CICE, posgrado que pertenece al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Luis García detalló que el objetivo de la investigación es entender la relación anatómica y funcional entre los ganglios basales y el cerebelo, mediante la lesión del estriado ventrolateral, ya que ambas estructuras presentan relación en funciones motoras, memoria emocional y capacidad de percepción.
“El director tiene la finalidad de proveer una supervisión permanente al desarrollo y evolución del estudiante. Esta interacción directa es el eje central para la formación del estudiante de acuerdo con los objetivos propuestos en el proyecto”, agregó el doctor Luis García.
Por otra parte, Lizbeth Vásquez es especialista en terapia física y actualmente es becaria Conacyt por cursar el doctorado en investigaciones cerebrales adscrito al PNPC.
Derivado del seguimiento a esta línea de investigación, el CICE publicó en el 2014 el artículo “Inducción del temblor mandibular por lesión electrolítica del estriado ventrolateral y por el tratamiento subcrónico con haloperidol en rata macho: un contraste electromiográfico” en la revista especializada Neurología, y el texto Beyond the basal ganglia: cFos expression in the cerebellum in response to acute and chronic dopaminergic alterations en la revista Neuroscience.
El artículo “Inducción del temblor mandibular por lesión electrolítica del estriado ventrolateral y por el tratamiento subcrónico con haloperidol en rata macho: un contraste electromiográfico” es referencia del actual proyecto de investigación, pues en él exponen las características de la inducción neuroquímica, anatómica y electromiográfica a los roedores similar a los pacientes con parkinsonismo.
Los investigadores esperan que la información arrojada por sus estudios favorezca el desarrollo de terapias dirigidas al cerebelo, por su amplia gama de funciones en el cuerpo humano.
“Tengo la formación de terapia física y si mi hipótesis resulta correcta, podríamos desarrollar a nivel clínico rutinas terapéuticas enfocadas en funciones cerebelares que permitan retrasar el avance de enfermedades locomotoras degenerativas, como la enfermedad de Parkinson”, finalizó Lizbeth Vásquez.
Contacto 1: Dr. Luis Isauro García Hernández.- Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
LTF Lizbeth Vásquez Celaya.- Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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- Se intenta identificarlas en el torrente sanguíneo que origina su invasión a otras partes del cuerpo
Ciudad de México.. 30 de junio de 2017.- (aguzados.com).- El cáncer se encuentra entre las enfermedades de mayor mortalidad en el mundo. Tan solo en 2015 se contabilizaron 8.8 millones de defunciones y cada año se registran 14 millones de nuevos casos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta cifra se incrementará 70 por ciento en los siguientes 20 años.
Por esta razón, Carlos Villarreal Hernández, egresado como médico cirujano y partero de la Universidad de Monterrey, formó parte de un equipo de investigación en University College London que realizó estudios sobre la utilización de la matriz extracelular para modelar la invasión metastásica en pacientes con cáncer. Es decir, buscaron identificar las células del torrente sanguíneo que dan origen a la invasión de cáncer en otras partes del cuerpo y aislarlas.
“Hay diversas características principales que tienen todos los cánceres, pero la que más debería interesarnos es la habilidad que tiene para invadir o generar metástasis. Es la característica que distingue los tumores malignos de los no malignos y es algo que tenemos que tomar mucho en cuenta para generar la supervivencia en pacientes con cáncer”, señaló Villarreal durante una ponencia en el ciclo de conferencias Innovation Match MX 2017, en la Ciudad de México.
Según detalló Villarreal, gracias a los últimos cinco años de investigación se sabe que un tumor primario genera angiogénesis, que es la formación de vasos sanguíneos y, como consecuencia, comienza a liberar células malignas al torrente sanguíneo.
Villarreal señaló que alrededor de un millón de células por gramo de tejido de tumor primario se liberan diariamente hacia el torrente circulatorio y son las que, suponen, dan origen a la metástasis.
“El problema es que la mayor parte de estas células muere cuando está en el torrente sanguíneo, solamente ciertas células con características específicas pueden dar origen a metástasis, y eso es lo que nos importa porque desde que nos dimos cuenta que las células en el torrente sanguíneo son las que dan origen a metástasis, intentamos crear muchos sistemas para aislar estas células”, dijo.
Aislar posibles células metastásicas
Villarreal aseguró que no hay un estándar en la literatura para caracterizar a las células tumorales circulantes que en un futuro darán origen a metástasis, por lo que no existe la seguridad de que las células aisladas son las que darán origen a metástasis.
“Lo que ya se sabía desde hace cinco o seis años es que las células que están en torrente sanguíneo, que tienen potencial metastásico, hacen un pequeño trombo. Se juntan con muchas plaquetas para escapar a la respuesta inmune y para tener oportunidad de quedar atrapadas en un capilar sanguíneo. Hace dos años salió una investigación que establece que el tumor primario envía señales para caracterizar este microespacio antes de que se dé la lesión metastásica”, dijo.
Ante este hallazgo, el equipo de University College London buscó crear un desarrollo para que en lugar de atrapar las células directamente del torrente sanguíneo, basado en sus características, solo se atraparan las que ya se pueden hacer un tumor secundario, una metástasis.
“Lo que hicimos fue elegir una línea celular que fuera altamente metastásica, en este caso usamos células de cáncer de pulmón que expresaran el receptor CR4, que es muy abundante en los cánceres más comunes, y además la quimosina que responde a este receptor está favorablemente en los sitios donde encontramos metástasis. Basado en eso, nuestra hipótesis era que si usábamos este receptor, íbamos a atrapar con más facilidad estas células”, indicó.
Con este constructo de matriz extracelular se promovía el crecimiento celular a tal grado que se creaban microtumores con centros que ya presentaban hipoxia y se logró representar el paso crítico en el que la micrometástasis se convierte en macrometástasis y da lugar a una lesión.
Los resultados
Luego de diversos ensayos, errores y experimentos, la investigación pudo arrojar que las células sí lograron invadir las matrices de contenido extracelular, además estas células invadieron más cuando se encontraban en contacto con la quimosina.
“Terminamos con microtumores en cultivos de tres dimensiones. Eran viables, estaban vivos y estaban a punto de generar ese paso crítico de micrometástasis a macrometástasis por los centros hipóxicos que presentaban”.
Villarreal señaló, sin embargo, que existen aún diversas limitaciones en el sistema que no siempre se encontrarán estas células en la sangre. “Es difícil, de hecho no son tan comunes, pero al final logramos aislarlas en una relación de uno a 10 millones”.
Para el equipo de investigación, el próximo paso es analizar las células que sí se pudieron aislar mediante esta técnica, sobre todo las células que dan origen a las micrometástasis y hacer un mapeo molecular de esta célula para identificar exactamente cuáles son las interacciones que las generan y las hacen ser metástasis.
Además, están buscando probar este sistema en muestras de pacientes con enfermedad para validar la utilidad de la plataforma.
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- Les apoya para crear soluciones en temas de bienestar y conocer oportunidades para detonarlas
Guadalajara, Jalisco.- 30 de junio de 2017.- (aguzados.com).- La innovación social tiene como fin generar un bien a la sociedad, a través de soluciones que integren la generación de conocimientos, capacidad de aprendizaje y aprovechamiento óptimo de recursos para la realización de nuevas ideas.
Con ello en mente, investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) realizaron un estudio respecto a la percepción de los jaliscienses sobre el concepto de innovación social, pensada como una herramienta para generar soluciones a diferentes problemas de la sociedad.
La percepción de los jaliscienses de innovación social 2016 fue el título de este proyecto, mismo que fue liderado por la doctora Rocío Calderón García, investigadora del Departamento de Estudios Internacionales del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, quien también se desempeña como coordinadora de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico en la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de Jalisco (Sicyt), compartió algunas de las conclusiones a las que llegaron a partir de este estudio.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuál fue el objetivo de este estudio?
Rocío Calderón García (RCG): Conocer el imaginario de los jaliscienses dentro del ecosistema de innovación, relacionado a cómo la ciencia y la tecnología les apoya para crear soluciones en temas de bienestar, y conocer cuáles serían las áreas de oportunidad para poderlas detonar.
AIC: ¿Cuáles fueron algunos de los principales hallazgos?
RCG: Que los jaliscienses visualizan la innovación principalmente en temas de emprendimiento pero también de creatividad.
Un resultado que nos arrojó fue que para poder fortalecer la innovación es muy importante que las escuelas incorporen (el concepto) a asignaturas que busquen despertar este espíritu creativo y poder desarrollar una pedagogía basada en proyectos, sobre todo en áreas prioritarias en desarrollo nacional y local.
En el estudio preguntamos cuáles serían las áreas que a ellos les gustaría detonar más en el campo de la innovación social y muchas personas mencionaron el combate a la pobreza y el tema de la seguridad pública, trabajado a nivel de proyectos para revertir el impacto que tiene sobre ellos.
Otro elemento fue el tema de la sustentabilidad, que tanto la población adulta como jóvenes lo ven muy necesario; que los ciudadanos se conviertan en personas socialmente responsables y atiendan problemas que tienen que ver con la contaminación.
AIC: ¿Para qué sirve la información?
RCG: Nosotros lo que queremos es impulsar políticas públicas que nos permitan el fomento de la innovación social en la población en el estado, así como generar bolsas de apoyo para proyectos semilla que se puedan impulsar.
Por otro lado, a través del CUCSH queremos trabajar en redes de colaboración con otros países que también tienen parques temáticos en innovación social para la atención de temas prioritarios. Y el Centro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas (CUCEA) quiere abrir una maestría en innovación social para formar capital que permita profesionalizar proyectos. Actualmente ellos están trabajando una cátedra Unesco en innovación social.
AIC: ¿A cuántas personas se encuestó?
RCG: La encuesta se seccionó en dos sectores: población general y jóvenes, encontrando en los jóvenes mucha inquietud y áreas de oportunidad para detonarlo a través de la creatividad. La prueba piloto se aplicó para 150 jaliscienses —población abierta— y más de mil 70 jóvenes de entre 12 y 30 años en todo el estado.
A través de una plataforma tecnológica y redes sociales aplicamos la encuesta; buscamos también estrategias para obtener los grados de confiabilidad necesarios.
AIC: ¿Hubo mayor entendimiento en el sector de jóvenes?
RCG: Sí. Este sector reportó una mayor necesidad e impulso de que se abran programas que puedan promover iniciativas de creatividad que deriven en innovaciones, ya sean tecnológicas o en los campos de ciencias sociales, para procurar atender problemas prioritarios como el hambre, escasez y contaminación de agua, contaminación ambiental e inseguridad.
AIC: ¿En qué momento se aplicó la encuesta?
RCG: Fue aplicada en noviembre y diciembre de 2016; ahora la aplicaremos de junio a agosto de 2017.
AIC: ¿Cuáles son los pasos siguientes?
RCG: Tenemos como pendiente hacer la validación matemática del cuestionario, que ya lo estamos valorando con expertos para que tenga los grados de confiabilidad y validez científica que necesitamos. La prueba piloto ya terminó pero en próximas fechas lo vamos a volver a realizar, ya validada matemáticamente con los niveles adecuados de confiabilidad. La prueba también sirvió para ver si las preguntas estaban bien planteadas y no tuvimos ningún inconveniente en este sentido.
Dra. Rocío Calderón García
Egresó como médico cirujano dentista de la Universidad de Guadalajara, institución en donde también cursó la maestría en planeación para el desarrollo de la educación superior. Cuenta además con otra maestría en gestión de la ciencia e innovación tecnológica en la Universidad Politécnica de Valencia, en España; es especialista en cultura científica y divulgación de la ciencia por la Organización de Estados Iberoamericanos y la Universidad de Oviedo, en donde también se tituló como doctora en cooperación y bienestar social.
Es miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y pertenece a la Academia Jalisciense de Ciencia y al Instituto Mexicano de Gestión de la Ciencia e Innovación Tecnológica, sociedad civil que cuenta con el registro nacional como institución y empresa científica y tecnológica (Reniecyt).
Su principal línea de investigación es la percepción social de la ciencia y la relación de los jóvenes con la ciencia, tecnología e innovación.
Sobre las barreras que existen en Jalisco para llevar a cabo innovaciones sociales la mayor parte de los participantes coincidieron en señalar sobre la falta de financiamiento para poner en práctica las iniciativas así mismo enfatizaron sobre la desarticulación de las actividades de investigación de las Universidades y Centros de Investigación con los problemas sociales de la población, también se hizo mención a la desactualización del marco institucional y las políticas públicas y la escaza participación ciudadana y comunitaria en los problemas que los aquejan señalando también que la innovación social no es utilizada como una herramienta para la gestión pública.
Y en relación a los retos que se deberá asumir la ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo del estado de Jalisco, los participantes en el estudio mencionaron que la educación a la educación como el reto principal con un 62.4% sobre todo de calidad y con una cobertura que permita cubrir las expectativas de los jóvenes, seguido del medio ambiente, salud pública y seguridad alimentaria, destacando con un porcentaje mejor la investigación espacial.
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- Se relaciona con muchos de los temas que se han tocado en la Ciencia para Todos
Ciudad de México.- 25 de junio de 2017.- (aguzados.com).- En el marco del aniversario de la colección La Ciencia para Todos, se realizó la quinta mesa temática de la serie de eventos “Un catálogo en expansión”, esta vez se discutió sobre la divulgación en las ciencias aplicadas y sus características.
Se presentaron María Cristina Piña Barba, Daniel Reséndiz Núñez y Juan Tonda Mazón, con una mesa moderada por el editor de ciencia y tecnología del Fondo de Cultura Económica (FCE), Heriberto Sánchez.
"La categoría de ciencias aplicadas ya cuenta con 25 títulos en la colección. Es un área transversal porque se relaciona mucho con muchos de los temas que se han tocado en La Ciencia para Todos”, reconoció Heriberto Sánchez.
El primer título publicado de esta temática fue Más allá de la herrumbe, de Joan Genescá y Javier Ávila, un libro sobre el fenómeno químico de la corrosión de metales. “También tenemos publicados, por ejemplo, uno de los primeros libros que relacionan la física y la tecnología, El desarrollo de la tecnología, la aportación de la física, de Fernando Alba Andrade”, explicó el editor del FCE.
"Me encantó escribir libros de divulgación científica. Me invitó Alejandra Jaidar y me interesó mucho. Pero fue a partir del accidente de mi padre del cual ya no pudo caminar, que decidí dejar todo para hacer física aplicada a la medicina”, explicó la investigadora experta en biomateriales, María Cristina Piña.
Relató que su labor en divulgación de la ciencia empezó desde cero, ya que no había nada de material en el área que a ella le interesaba, por lo que empezó a conformar un grupo interdisciplinario en el que pudo conjuntar lo necesario para escribir los libros La física en la medicina I y II.
La colección que llegará a los 250 números en septiembre de este año, tiene muy pocos libros dedicados a la tecnología, en específico a la ingeniería, reconoció Heriberto Sánchez. A pesar de ello, dijo que hay material muy bueno en las entregas que ha aportado el investigador emérito del Instituto de Ingeniería (II) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Daniel Reséndiz Núñez.
“De las presentaciones o charlas a las que me ha dado más satisfacción asistir son las que están relacionadas con mi labor de divulgador. Este libro para mi sorpresa ha tenido una recepción muy buena”, dijo Reséndiz Núñez refiriéndose a su obra titulada El rompecabezas de la ingeniería.
En ese sentido, explicó que el propósito por el cual aceptó escribir un libro de divulgación era llevar al público en general la ciencia, es decir, contribuir a llevar una imagen más realista de lo que es la ingeniería. “La imagen que la gente tiene de la ingeniería es muy estereotipada y contraproducente para fines de divulgación y de comunicación con los jóvenes”, expresó el catedrático de la UNAM.
El enfoque que le dio a este libro publicado en 2008 fue para que se perciba la ingeniería como una profesión al servicio de la humanidad. Este concepto fue motivado a raíz de lo que el doctor Reséndiz Núñez había aprendido de sus maestros que le enseñaron que la ingeniería puede y debe volcarse al servicio de la sociedad.
“Tan pronto como empecé a escribir el libro mi actitud cambió radicalmente, porque es muy diferente escribir, por ejemplo, un artículo científico. A partir de las primeras líneas me di cuenta de que era otra cosa, y todo lo que yo había escrito estaba dirigido hacia especialistas”, indicó Reséndiz Núñez.
Avance de la tecnología
El divulgador de la ciencia Juan Tonda Mazón comentó que muchos temas que se escribieron hace 25 o 30 años en la colección se han vuelto aún más relevantes por el contexto de las sociedades actuales y el avance exponencial de la tecnología.
Tonda Mazón contó que trabajaba en el Instituto de Investigaciones Eléctricas de la UNAM, pero cuando empezó a conocer más la divulgación de la ciencia decidió dedicarse de tiempo completo a esta y abandonar la investigación, motivado porque a través de la divulgación de la ciencia se llega a un mayor número de personas que pueden hacer suyo el conocimiento.
“También es importantísimo hacer investigación científica, además de la formación y la divulgación. Esas tres áreas son sumamente importantes ya que son indispensables para que se pueda formar una cultura científica en la sociedad”, explicó el divulgador, quien tiene publicados diversos títulos en la colección como El oro solar y otras fuentes de energía, publicado en 1993.
Asimismo, acotó que la divulgación de las ciencias aplicadas es una tarea interdisciplinaria donde participan especialistas de todas las áreas del conocimiento, lo que obliga a los divulgadores a trabajar en equipo y genera un producto de mayor calidad.
“Desde mi punto de vista, lo más importante es que tú motives al lector, no haciendo un texto aburrido sino que de alguna forma tú utilices algún recurso o técnica que lo divierta y se acerque al objeto de divulgación. Se puede hacer uso de las metáforas cuando se quiere acercar algo”, comentó el egresado de la carrera de física en la UNAM.
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