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Esta crónica fue escrita como apoyo a la iniciativa 24semanas.org, que se enfoca en la recaudación de fondos para apoyar durante 24 semanas a México y Puerto Rico
- Se busca la recuperación y reconstrucción de las comunidades que fueron devastadas a consecuencia de fenómenos ambientales
- México sufrió la destrucción de comunidades en los Estados de Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla y Ciudad de México
- Mientras que la isla de Puerto Rico fue abatida por el Huracán María y también se encuentra en estado de emergencia
Pablo Noriega
Ciudad de México.- 12 de octubre de 2017.- (aguzados.com).- Desde pequeño conocí la historia del famoso temblor del 85, ya sea que la escuchara con diferentes anécdotas de mi familia o me la contaran en la escuela cada año, con su respectivo simulacro.
El reconocimiento de ese evento que marcó la historia y desarrollo del México contemporáneo, ya es parte fundamental de la socialización primaria de los valores que conforman el ethos mexicano; es decir, cualquier niño o adulto tiene el conocimiento que una vez, hace 32 años, un terremoto destrozó la ciudad de México.
Ahora que sucedió el sismo del pasado martes 19 de septiembre de 2017 (como si fuera una broma del destino, en el mismo día del aniversario del que hubo en el 85), se activó esa memoria colectiva que se encontraba latente.
Esta vez, toda persona de la Ciudad de México, así como de los demás Estados donde hubo repercusiones por el sismo, conoce la sensación de ver y oír crujir a la tierra de una forma tal, que el tiempo se hace lento y uno entra de inmediato en un estado de máxima alerta para ver por su vida.
Después de esos 40 segundos de intensidad extrema, el tiempo poco a poco vuelve a retomar su ritmo normal, pero es justo en ese momento donde te das cuenta que algo grave acaba de suceder, que aunque tú te encuentres bien, en algún punto cercano algo seguramente se cayó y alguien ha sido realmente afectado por lo recién ocurrido. Lo que viene posteriormente se resume en una palabra: caos.
La señal de comunicación se satura, siendo muy difícil comunicarte con tus seres queridos de inmediato; la luz se va y con ella todos los servicios de una casa, así como los semáforos que regulan el flujo vehicular, volviéndose un desastre transportarse de un lugar a otro de la ciudad. Inmediatamente después del temblor, la rutina se interrumpe y la cotidianidad se ve afectada.
¿Qué hacer entonces? Es ahí donde se hace presente ese gen que traemos los mexicanos en nuestra memoria colectiva, el cual nos impulsa tras la tragedia ajena a salir a la calle y ayudar de alguna forma a quien lo necesite.
Así, aunque pareciese imposible, de una u otra manera, aunque no se hizo ningún llamado oficial, todos acudieron a ayudar. Sobre todo la juventud fue la que tomó las calles, demostrando que aunque exista un actual repudio a la participación política por parte de los más chicos, la juventud no se encuentra pasmada o inactiva, sino que, por el contrario, es una juventud con muchas ganas de salir a las calles siempre y cuando sea por la causa correcta.
Claramente existe la voluntad de querer inventar nuevas formas de organización, sólo faltaba el detonante que lo echara a andar.
Aunque pareciera que sólo hay saldos negativos después de este último sismo, bien dicen por ahí que no hay mal que por bien no venga. Y ese bien se vislumbra a lo lejos, en donde este sismo puede ser un gran factor que sobredetermine ese sentimiento de solidaridad y empiecen a cambiar las prácticas políticas y sociales que se han enfocado en todo lo contrario de ser solidarios ante la desdicha ajena.
Con este sismo quedó claro que la tierra no es lo único que se mueve. También se mueven los cimientos sociales y las estructuras que configuran el movimiento cotidiano de la sociedad se ven resquebrajadas. El corolario entonces es que urge no sólo una reconstrucción física, también estamos en el momento perfecto para pensar en una reconstrucción social.
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Escrita como apoyo a la iniciativa 24semanas.org, que se enfoca en la recaudación de fondos
- El fin es apoyar a México y Puerto Rico, en la recuperación y reconstrucción de sus comunidades
- Aquellas que en estos países fueron devastadas a consecuencia de fenómenos ambientales
- México sufrió la destrucción de varias comunidades en los Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla y Ciudad de México
- La isla de Puerto Rico fue abatida por el Huracán María y también se encuentra en estado de emergencia.
Tara Rodríguez Besosa
Fundadora/Capitana: El Departamento de la Comida
San Juan, Puerto Rico.- 11 de octubre de 2017.- (aguzados.com).- Todo el asunto de la visita de “trump” nos desanimó mientras nos sentábamos en buena compañía comunal, compartiendo la cena. Una importante decisión ha sido cocinar comida tan buena como la que podamos encontrar y compartirla.
El día se pasó despertando y calentando el café de ayer, tratando de obtener un poco de batería para nuestros teléfonos con un poco confiable cargador solar y haciendo lo que normalmente sería “la caminata de la pena” por las horas más tempranas de la mañana, pero en este caso, hacia la casa de mi amiga para bañarme después de un descanso en una noche calurosa.
Después me fui a conectar el WiFi y la energía eléctrica al techo de un banco que hace unos cuantos meses había denunciado a varias personas por vandalismo y atentados de incendiar el edificio con papel de baño y encendedores como armas que “ameritaban” una sentencia dura en prisión.
Días extraños
El envío de bienes para asistencia inmediata todavía es un asunto serio, que se está convirtiendo en un arte el entender manejarlo. La gente en Nueva York y otros lugares también se está reuniendo, apresurando y tratando de encontrar las mejores maneras para ayudar. Les envío amor por muchos de los días por venir.
Tuve que parar de escribir. Estaba en la hamaca de mi balcón y ha comenzado a llover. Tiempo de correr hacia adentro, donde no hay brisa y me despierto pegajosa, acalorada y deseando un baño, que está a una caminata de distancia.
Éramos personas tan privilegiadas, en nuestra burbuja, en nuestra domesticidad. No todos. Pienso sobre cómo me sentía privilegiada en la Ciudad de Nueva York hace una semana y en cómo ahora que me expreso, pienso en toda la gente que ha perdido su techo, su casa y carece de un lugar para colgar su hamaca, y vuelvo a sentirme privilegiada una vez más.
El verde, lo frondoso, se han ido. Por un tiempo. Las escenas de mis aventuras a los ríos, playas, montañas, nunca serán como son en mi memoria. Quiero ver estos lugares, sentirlos en la manera en que los recuerdo hace apenas unos días atrás. ¿Dónde está menos devastado? ¿Existe algún lugar en esta isla que haya sobrevivido tan hermoso como lo recuerdo de hace poco?
Tenemos mucho con qué lidiar. Estamos definitivamente una zona de desastre. Difícil salir de este contraste en mi cuerpo entre aquello con lo que me había rodeado el otro día y lo que me resisto a aceptar que ya no es igual.
Y luego viene aquél “trump”. ¿El nombre, el hombre, wow, el “Presidente”? ¡¿En verdad?! Es en serio, ¡¿en verdad?! En serio.
Fuimos gravemente afectados por su visita, que llegó a nosotros en tan vulnerable momento. ¿Venir a qué? ¿Ayudar? Robar la energía y tiempo de otros que podría haber sido utilizada en limpiar caminos, hacer entregas eficientes; exhalamos un “jódete”. Es mucho con lo que se tiene que lidiar ahora.
Otra noche, otra “estoy muy cansada para escribir sobre esto”, comienza a llover y… otro momento para reconocer tus sentimientos y respirar a través de ellos. Haz lo que has aprendido. Imagina y transpórtate hacia una noche calurosa en tu finca. Oscura, mojada, silenciosa. El sueño tranquilo de una noche también puede ser autoinfligido. Nos estamos volviendo buenos en eso.
Siguiente día
Despierta, camina hacia una ferretería para encontrar la cadena más grande, por menos de 10 dólares en efectivo que traes contigo, para el espacio del restaurante. El Departamento de la Comida sigue siendo robado; continuamos añadiendo candados y levantando denuncias ante la policía. Toda el área ha sido robada o saqueada sin parar desde el huracán.
Durante la noche está completamente oscuro, para que a la mañana siguiente aparezcan más cosas robadas. Hemos estado tratando de sacar nuestras cosas del espacio tan rápido como nos es posible, pero las dificultades con la gasolina, las barreras de comunicación y encontrar un espacio seguro para almacenar nos han alentado dramáticamente.
Nuestra amiga Eva me encontró en el camino a la ferretería, nos sentamos por un momento a preguntarnos por cada una. Expresé mi preocupación por el bosque tropical lluvioso y cómo me está doliendo el cuerpo por no revisar mis lugares sagrados.
Ella ofreció su camioneta para ir a revisar El Yunque, y nos fuimos. Lo que encontramos fue un sitio similar a un bosque justo después de un invierno no tropical, sin hojas en los pocos árboles sobrevivientes, muchos troncos en el piso del bosque, completamente irreconocible. Pudimos llegar a un lugar donde yo me bañaba cada mañana, después de hacer caminatas hasta el pico más alto del Yunque y limpiarme de todo el estrés de la ciudad, con agua limpia y fresca de río.
El agua todavía corría su curso
Me bañé con una fórmula especial de ingredientes secretos, ofreciendo un pequeño gesto de ritual habitual al río y a mí, a pesar del paisaje tan cambiado a nuestro alrededor. Le agradecí, lloré en él, hablé con él. Manejamos fuera de El Yunque en silencio.
Para mantener mi juicio, decidí ir a visitar a mis amigas Luz y Nori en Cabo Rojo, al suroeste de la isla. Nori se mudó a una finca ahí y construyó una pequeña casa para ella y su hija, acababa de traer a sus cabras justo antes del impacto de ambos huracanes.
Visitar Cabo Rojo nos trajo fuerzas. Nori y Luz eran las mujeres audaces, independientes en las que siempre he encontrado mi fuerza. A pesar de haber perdido su recién casa construida a mano, Nori estaba determinada a reconstruir y no podía perder mucho tiempo en duelo.
Contaba de cómo la tormenta ayudó a su comunidad a tener conversaciones y trabajar juntos, con el bienestar de todos en riesgo. Luz se había mudado apenas hace unas semanas desde San Juan a una casa de madera junto a la costa. Mi corazón y boca se llenaron de alegría cuando vi que sus árboles frutales estaban todavía de pie.
Aguacate, mango, mamey, carambolas; hasta ahora solamente los había visto en el piso. Muchas casas antiguas y edificios sobrevivieron, el municipio estaba levantado y andando, con una buena parte de destrucción y sin electricidad, pero era el mejor área que había podido ver desde que regresé. Como siempre es el caso, fue bueno dejar la ciudad y recargarme.
El viaje fue mucho más largo que lo usual, pero valió cada minuto. Le trajimos a Nori un pequeño refrigerador de mi lugar para que almacene sus semillas y lo conectara a un panel solar. Caminamos montaña abajo y nos sentamos en el suelo del bosque, sus cabras masticaban todo el follaje de los árboles caídos que usualmente no podían alcanzar.
Compartimos nuestros sentimientos de enojo, frustración, shock y determinación. TODXS necesitábamos reacomodar, alterar, dejar ir lo que fueron nuestros planes. Estamos hablando de cinco mujeres que son cocineras, agricultoras, dueñas de restaurantes, gerentes de hoteles, solteras, sus propias proveedoras, tercas y con una fuerza con la que se tiene cuidado; ahora, teniendo que tomar largos respiros, llorar, gritar y aceptar que las cosas tendrán que fluir de acuerdo a un plan diferente del que teníamos en mente.
Manejamos de regreso a San Juan, con noticias del Sur, unas cuantas entregas que llegaron y algunos cocos que recuperamos de una palmera caída. Llegamos a mi humilde apartamento después de un viaje en carretera con tres mujeres, dos perros y una gallina.
De regreso en Santurce, hambrienta y cansada, escuché una voz dentro de mí pidiendo sushi, como parte de mi lluvia sarcástica de humor huracanístico, que por cierto me hizo ganar algunas miradas feas de mis compañeras de camino.
Me llegó una idea. Conseguiría ingredientes suficientes para satisfacer una fantasía fuera de contexto, solamente Tara pensaría en encontrar jengibre encurtido con wasabi y algas nori en un momento como este.
Apenas había arroz, pan y salsa de tomate, pero había algunos cuantos ingredientes “sushi-esques” en el supermercado. Vero, la socia cocinera de El Departamento de la Comida, ya está acostumbrada a aceptar mis retos de cocina improvisados.
Preparó con su muy útil lámpara de cabeza, un fantástico plato de arroz con algas nori, anchoas, los últimos cebollines frescos de mi balcón, y yo saqué lo último de mis verdes que tenía guardados. Marihuana al rescate. Cualquier necesidad de juzgar será enviada directamente al buzón de voz en este momento.
Otra noche calurosa, pero con un sueño profundo
¡A la mañana siguiente, tiempo de apurarnos! Fuimos a Cucina, un espacio de cocina que se convirtió en un espacio para recibir, organizar y lugar de encuentro para varios grupos y organizaciones comunitarias.
Aquí la gente está distribuyendo semillas, herramientas, tinturas, eco kits, comida e información para todos en la isla. Nuestra primera paleta de cajas llegó desde el aeropuerto, finalmente. Ahora sabemos que funcionó y que podemos comenzar a enviar apoyos que están esperando, a través de estos envíos colaborativos con las conexiones entre Puerto Rico y la Ciudad de Nueva York. No daré muchos detalles a propósito, no quiero maldecir nuestro reciente éxito.
Para comenzar el día, los coordinadores de este espacio se presentaron y cada uno de nosotros tomamos turnos para decir nuestro nombre, cómo nos sentimos hoy y cuáles son nuestras prioridades esta mañana. Conocí a una mujer que trabaja con comunidades en Caño Martín Peña, de quien he escuchado muchas cosas inspiradoras y estoy emocionada de conocer por primera vez en persona.
Ella menciona que su prioridad para el día es ayudar a alguien querido por la comunidad a dejar la isla debido a problemas de inestabilidad mental y emocional. Me dirijo a ella para organizar una visita a un jardín comunitario para el que necesitábamos llevar suministros y me dice que seguro conozco a la persona a quien ella quiere ayudar. Mientras que escribo esto, no puedo aguantar mis lágrimas de recorrer mi cara.
No. No es posible. No ÉL. ¿Qué? No
Ha habido muchas personas con quienes he cruzado caminos durante mis años de trabajo con la comida. A través de proyectos de huertos comunitarios, es que he conocido a las fuerzas más influyentes de la naturaleza dentro de mi trabajo. Cuando la mujer insistió en que conocía a su amigo, le contesté que no estaba segura, a menos que pudiese refrescar mi memoria con una foto de él.
Su celular roto se convirtió en un reflejo de mi corazón hecho pedazos. Lloré en silencio frente a ella y un hombre junto a nosotras me abrazó mientras que los tres compartíamos el mismo sentimiento. Ahora estoy sentada en un ferry, escuchando a los pasajeros cantar canciones de karaoke “cortavena” y no puedo pensar en nadie más que en “R”.
La mezcla de emociones entre el barco que se mece, mi cara en llanto y las canciones latinas de amor probablemente no ameritan mayor descripción. Solamente agregaré que entre cada canción se dice algo sobre “¡Viva Puerto Rico! ¡Mantengámonos Fuertes! ¡Esta es para ti Boricua!”
Quizá se pregunten, ¿Por qué está Tara en un barco?
¿Una escapada en un Hotel Todo Incluido en la República Dominicana?
Para nada.
¿Una buena fan del karaoke entonces?
No.
¿Desesperada por dejar Puerto Rico e ir a la Ciudad de Nueva York por un tiempo?
No, aunque podría entender ese sentimiento.
Apenas hace unos días que llegué, desesperada por ir de regreso a casa y con mis pies en tierra Boricua, estaba ayudando y estando presente. Hay mucho por hacer. Muchos amigos en necesidad, comunidades que se están apoyando para encontrar sus propias maneras de apoyo, caminos montañosos que necesitan ser limpiados después de los deslices y árboles que obstaculizan nuestra conexión con aquellos que están del otro lado, agricultores sin comunicación, mis propios animales y hogar requiriendo de mi presencia.
Estoy tomando un ferry que viajará 12 horas hacia nuestros hermanos y hermanas en República Dominicana, para tomar el único vuelo que pude encontrar para llegar a la Ciudad de Nueva York. Me di cuenta de algo mientras estaba de vuelta a casa, que la semana y media que estuve ‘atrapada’ fuera de mi isla que llamo ‘casa’, fue una muy productiva.
Fui capaz de difundir la palabra acerca de la importancia de la agricultura sostenible y la necesidad inmediata de apoyo. Los recaudadores de fondos se organizaron, la gente hizo escuchar sus preocupaciones, ofrecieron ayuda, cientos de correos después un mar de apoyo de parte de colegas alrededor del mundo ha llegado para Puerto Rico.
Comunicaciones, publicaciones, llamadas de teléfono, reuniones, conducir y dejar paneles solares y sierras y filtros de agua y semillas sagradas… Era una viva representante las 24 horas 7 días a la semana, de una comunidad alimentaria incomunicada. En un patín, como dicen. Yo era un desastre.
Regresar a casa ha sido esencial para mi bienestar personal. No podría haber durado un día más sin abrazar mi gata, visitar mi lugar de sanación en el bosque lluvioso, dar señales de vida con mis compañeros, organizar desde adentro, compartir, abrazar y exhalar. Estoy agradecida de poder regresar a casa.
También estoy consciente de lo que nos espera si queremos reconstruir con Puerto Rico, y de una manera más sostenible que nunca. Aún no hay comunicación, todavía existe shock, dolor, desesperación y una necesidad de organizar la ayuda de otros que no están en la isla y que quieren contribuir.
¡La gente en Puerto Rico está “a fuego”! Estamos ayudándonos unos a otros, apoyando y reconstruyendo, valorando y reconociendo lo que queda. Es increíble la resiliencia que los Boricuas tienen en la sangre. No tengo duda de ello, y cada día que pasa se siente más cálida.
Me di cuenta que a pesar de mi sentir, la semana que estuve fuera de casa fue importante dentro del gran panorama de las cosas, para aquellos con quienes trabajo, aquellos a quienes amo. He estado muy agradecida y sido muy privilegiada de vivir en el paraíso por tanto tiempo, tanto que ahora estoy en un ferry escuchando la canción “Preciosa” para después subir a un avión y luego al metro, para llegar a un colchón inflable en Brooklyn; todo en apoyo a la resiliencia y el alimento real.
No, no estoy tratando de parecer un mártir, me siento como una guerrera y una amante, con apariencia grasosa y un cepillo de dientes. Pelearé y amaré por Puerto Rico, por su descolonización, por su autonomía, por su reforestación, por su magia.
Prometo que cada vez que alguien como “trompo” venga a tirar mierda a mi familia y mi hogar, me embarcaré de cualquier manera necesaria, para actuar con fuerza inteligente e intenciones poderosas. Nada como aprender a usar la energía de la furia hacia actos de amor.
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Ciudad de México.- 11 de septiembre de 2017.- (aguzados.com).- El 16 de agosto de este año, iniciaron las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Estados Unidos, México y Canadá. Después de 23 años de haber entrado en vigor, las tres naciones han decido revisar los temas del acuerdo comercial, ello en un contexto de incertidumbre derivado de las amenazas del presidente Donald Trump de salir del mismo.
En este escenario, resulta importante analizar la opinión de los mexicanos sobre dicho acuerdo, saber si consideran que el mismo les ha traído o no beneficios como consumidores e identificar qué tan justo o injusto creen que es el intercambio comercial con los vecinos del norte. Es por ello que en la más reciente encuesta con representatividad nacional realizada en vivienda por Parametría, se dio seguimiento a las preguntas que se han realizado de manera previa sobre el tema.
Es importante mencionar que el TLCAN ha cobrado relevancia en la agenda de los mexicanos, ocho de cada diez (75%) dijeron haber escuchado hablar del mismo. A partir del año 2013, se ha incrementado en 16% las personas que identifican el acuerdo económico, lo cual puede ser explicado por el seguimiento que los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales han dado en el tema.
Un dato relevante de la encuesta es que los mexicanos consideran que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte no ha sido justo para México, pues opinan ha beneficiado más a Estados Unidos (54%), en segundo lugar de menciones de a quién ha beneficiado mencionaron a Canadá (11%) y finalmente sólo 7% dijo que desde hace más de 20 años que entró en vigor el TLCAN nos ha beneficiado más a nosotros. De forma consistente los mexicanos consideran que el TLCAN ha perjudicado más a nuestro país, así lo considera 64% de los encuestados. En este sentido se puede decir que los mexicanos al igual que el Presidente de Estados Unidos consideran que el acuerdo comercial ha sido injusto.
En el caso de México es probable que esta percepción de beneficio este determinada por la relación histórica que hemos tenido con Estados Unidos. Una relación en la que nos asumimos históricamente como el socio regional inferior o con menos capacidad de influencia. Un simil sería como si preguntáramos a los centroamericanos sobre percepciones de beneficio de un potencial acuerdo comercial con México. Esos 35 millones de habitantes de Panamá a Guatemala probablemente se sentirían menos beneficiados por la percepción de tamaño y poder que tienen de México.
En cuanto a las opiniones del Free Trade Agreement (NAFTA) en Estados Unidos, datos del Pew Research Center indican que también los estadounidenses consideran que ha sido malo para dicho país, sólo que a diferencia de nosotros ellos creen que el más beneficiado ha sido Canadá (74%) seguido de México (60%) y finalmente el 51% dijo ha sido algo bueno para su país. La pregunta no es exactamente la misma que aplicamos en Parametria para ver la percepción de país beneficiado, pero son ciertamente comparables.
Tal como ocurre en estos momentos, más mexicanos consideran que México debe continuar en el TLCAN pero haciendo algunos cambios, dos de cada diez tiene una postura más radical y consideran que México debería abandonar el acuerdo comercial y menos aún son quienes dijeron que debemos continuar en el acuerdo tal como está (4%). Esta percepción resulta un poco irónica porque se podría decir que estamos de acuerdo con el Presidente de Estados Unidos. Es preciso renegociar el Tratado porque no creemos que tengamos las mejores condiciones.
Menos de la mitad de los mexicanos están enterados que está en camino la renegociación del TLCAN (43%), todavía es importante el porcentaje de personas que no conocen esta nueva negociación, por lo que sería conveniente que el gobierno del país haga un mejor trabajo de comunicación para informar sobre este tema.
En cuanto a la sofisticación de la información, vemos que tres de cada diez entrevistados saben que EEUU es quien está pidiendo renegociar el TLCAN, otro 17% dijo que Canadá había solicitado cambios y 13% considera que México fue el precursor de ello. El 33% de los mexicanos no sabe qué país está pidiendo renegociar el acuerdo comercial.
Como en muchos otros temas de opinión pública la percepción puede diferir de los datos facticos. Lo cierto es que en México a partir de la firma del Tratado el salario de los mexicanos se ha incrementado en cerca de 50% en el norte del país, por mencionar sólo un dato de los beneficios objetivos, además de los datos de inversión, comercio o incluso movilidad laboral entre países.
Hoy día las negociaciones que lleva a cabo el Secretario de Economía Ildefonso Guajardo se dan en un contexto donde la opinión pública está de su lado. Y más aún de manera irónica, también coincidimos con Trump en que tenemos que renegociar. La ciudadanía parece estar pendiente de las negociaciones que se llevan a cabo. Será importante que el ciudadano perciba algún beneficio de estas negociaciones.
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- Socorro Ramírez O
Aguascalientes, Ags.- 10 de octubre de 2017.- (aguzados.com).- Sí, puede temblar en Agüitas. De hecho hay temblores menores. Esto y lo siguiente no lo digo yo, sino Arturo Sotelo Rodríguez, ingeniero geólogo; quien escribió a esta Cocina, para informar lo siguiente.
El miércoles 20 Agosto del 2014 la titular del Servicio Sismológico Nacional, Xyoli Pérez Campos, inauguró la estación sismológica ubicada en Arroyo Seco, Jesús María; en las instalaciones de la Posta Zootécnica del Centro de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, aunque hasta el 4 de abril del mismo 2014 empezó a funcionar.
Durante su visita a la UAA, Pérez Campos externó ante investigadores y estudiantes que “se requiere tener una mayor cultura sísmica, pues la población necesita entender lo que es un sismo; la capacidad de destrucción que podría tener en una zona, así como concientizar a la población para que esta sepa cómo prevenir y actuar ante una situación de esta índole". Sobre este rubro, es importante hacerle notar a Xyoli Campos que cualquier persona en sus cabales tiene la percepción de lo que es y significa un sismo, lo que no entiende o desconoce es su origen, las zonas de riesgo que pueden resultar mayormente afectadas, y la mayor o menor magnitud que estos pueden generar.
La estación sismológica del Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Autónoma de México, que estuvo localizada en el sótano de las oficinas centrales de telégrafos, en el centro de esta ciudad, estuvo trabajando desde marzo de 1988 y dejo de operar en junio de 1994.
Con el objeto de monitorear continuamente las grietas y sobre todo corroborar y localizar con precisión la actividad observada en la estación, se instalaron a mediados de 1993, como una primera etapa, tres sismógrafos analógicos. Los instrumentos se colocaron en el Fraccionamiento Bona Gens, cerca de la falla Oriente; en el Fraccionamiento Miravalle, cerca de la falla que se localiza en esta fraccionamiento; y en la Universidad Pedagógica Nacional. Así fue como en febrero del 92 se registró un temblor de 3.2 grados; en marzo, también del 92, de 3.0 grados; en enero y noviembre del 93, de 3.0; y en enero y junio del 94 de 3.4 grados, todos en la escala de Richter.
Con semejantes resultados la UNAM concluyó la existencia de actividad sísmica local, asociada al proceso de agrietamiento del valle de Aguascalientes, en donde identificó dos zonas de actividad de entonces: Col Jesús Terán y el Puertecito de la Virgen. Todavía, la misma titular del Servicio Sismológico reconoció que recientemente, el seis de agosto del 2014 año, la estación registró en San Francisco de los Romo un movimiento sísmico de 3.0 grados, en la escala acostumbrada.
El Servicio Geológico Norteamericano establece que el valle de Aguascalientes está situado en una fosa tectónica, sometida a esfuerzos distensivos provocados por la formación y separación desde hace varios millones de años de la dorsal media Atlántica. Lo mismo está corroborando el Servicio Geológico Mexicano y el Centro de Geociencias de la UNAM entre muchos otros. Semejante proceso necesariamente se tiene que traducir en fallas y fracturas.
Es de esperar, por lo tanto, bajo este marco tectónico, movimientos recurrentes de no más de 4 grados, y separados varios cientos o quizás miles de años; sin embargo, paralelamente con estos, el valle también ha estado sujeto a los movimientos transcurrentes o laterales de las dos tremendas fallas que lo limitan al oriente y poniente. Fue precisamente que esta última desplazó y represó, a la altura del rancho San Lorenzo, muy cerca de la Posta Zootécnica, a un arroyo de reciente formación, por lo que desde el punto de vista geológico es considerada como activa y capaz de inducir un terremoto de más de 7 grados, semejante al que desbastó la Cd .de San Francisco en 1906. Hasta aquí la cita.
Juzgue Usted, querida lectora, apreciable lector y formule conclusiones propias, a partir de lo dicho por el Ing. Sotelo Rodríguez. Yo sólo me permito recordar que, efectivamente y como lo mencionamos en esta columna, en Aguascalientes también tuvo un efecto de 3.2 grados el pasado evento del 19 de septiembre y cuyas lamentables consecuencias en otras tierras, aún perduran.
El ingeniero geólogo Sotelo Rodríguez, ofrece para su consulta su dirección de correo, que dejamos aquí al final de la página y, nos envía otros materiales para dar a conocer en la Cocina. No lo pierda Usted de vista, que acá estará con frecuencia. ¡Gracias mil! Arturo Sotelo.
Cinismo. ¡Habrase visto semejante desparpajo! Ante el sufrimiento de muchos queridos paisanos, a consecuencia de los sismos e inundaciones que aquejaron a Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, Guerrero, Estado de México y Ciudad de México; el Partido Revolucionario Institucional, decidió reintegrar a la Tesorería de la Federación el resto de su financiamiento anual con el único requisito que fuera destinado para ayudar a los damnificados por los fenómenos naturales.
El PRI cumplió ni duda cabe, así que el cínico no es él, sino el resto de los partidos políticos registrados ante el INE, que durante semanas han jugado con el ánimo de muchos y no concretan alguna oferta seria, para ayudar en la tortuosa reconstrucción que espera a miles de familias mexicanas.
Esta columna es local, así que el comentario viene a tono, cuando el día de ayer, martes 10 de octubre, el dueño de una quinteta de medios de comunicación regionales, entregó en el Congreso del Estado de Aguascalientes algunos miles de firmas ciudadanas recabadas bajo tremendo embuste. A los mal informados signantes se les aseguró que participarían en un proceso de Iniciativa Ciudadana registrado y autorizado legalmente, lo que en los hechos es falso.
Así las cosas, mientras el PRI se deja de tonterías y cumple con la entrega de los recursos económicos ofrecidos, en tanto propone que los partidos políticos cambien del financiamiento público al privado, es decir: cero recursos públicos al margen la votación; un empresario de la comunicación local engaña a miles de hidrocálidos con “la sopa boba”, mientras el resto de los partidos locales callan convenientemente al respecto. ¡Hágame Usted el favor!
¡Nos vemos en la próxima!
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- Francisco Javier García Zapata
Aguascalientes, Ags.- 9 de septiembre de 2017.- (aguzados.com).- El tema de la evaluación magisterial mantiene el desencuentro entre las autoridades educativas y maestros que consideran laboral, y no educativa, la reforma promovida por la actual administración federal.
La reforma incluye otros aspectos también de sobrada importancia, como los contenidos mismos y la infraestructura; sin embargo, el punto de quiebre está en las formas y consecuencias de la evaluación del desempeño. Sobre ésta, por cierto, disertará el próximo día 13 el subsecretario Otto Granados Roldán, y con ello dará apertura al seminario “La Reforma Educativa, avances y desafíos”.
Sin lugar a dudas el trabajo de los maestros es elemento básico y del que dependen las cifras y estadísticas, pero lo de verdad relevante es que depende el futuro de millones de alumnos y de nuestro propio país; del aula surgen y ahí se fraguan los éxitos que obtienen los estudiantes, las escuelas, la nación, lo mismo que los índices de reprobación y de abandono. Sueños y frustraciones tienen origen en el quehacer magisterial.
Como bien dice Ken Robinson, ciertamente hay muchos profesores muy buenos y no pocos brillantes, pero de igual manera “es evidente que algunos deberían estar haciendo otra cosa y lo más lejos posible de las mentes jóvenes”. Y de sus cuerpos también, cabría agregar.
Por eso, hay voces que se pronuncian por la evaluación de maestros y directivos y evaluación “amplia y a fondo”, señalan, no solamente en términos académicos.
Quizá no sea necesario recordar que la inmensa mayoría tenemos hijos o nietos, hermanos o sobrinos, alguien de nuestro entorno, que está en la escuela, en básica o media superior. Que ese alguien tiene contacto permanente con uno o varios maestros prácticamente más que con nosotros, pues pasa la mayor parte del día en los espacios escolares, así que está sujeto no sólo a la autoridad sino a la influencia y en ocasiones al dominio del maestro. A su cuidado también.
En el caso de los papás, es evidente que con todo derecho procuran la escuela ideal para sus hijos: la de más prestigio, donde “sí enseñan bien”, donde hay un buen ambiente, grato y seguro, y hasta aquella donde “los maestros no faltan, y qué bueno porque luego dónde dejo a los niños”.
Y si además de papás son maestros éticos, profesionales, preparados, dispuestos, innovadores, responsables, respetuosos, empáticos: ¿no es lo que a su vez esperan de aquellos en quienes confían la educación de los suyos?
Como contribuyentes, como empleadores, como usuarios de un servicio público, ¿no estamos en posición de demandar, porque merecemos, un mínimo de calidad?
En este sentido, hay quienes plantean que, más allá de la Reforma Educativa, la evaluación debe ser una práctica constante, y, como se apunta líneas arriba, no únicamente en cuanto a conocimientos. El buen desempeño tiene qué ver también con la forma en la que el maestro se relaciona con el alumno, lo cual por supuesto es crucial.
Para el caso hasta equiparan de alguna manera las competencias o habilidades socioemocionales con los valores y hasta con las virtudes.
Argumentan que, si en no pocas instituciones se solicita a los maestros un certificado de buena salud física, no estaría por demás también una evaluación de buena salud mental, sicológica; la opinión es compartida incluso por trabajadores de la educación que han sufrido atropellos de directivos.
La OMS define salud mental como “Un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
Desde luego no se trata de incurrir en posturas maniqueas como las que exigen la hoguera para una institución y todos sus integrantes por las faltas de unos o muchos de sus integrantes (¿Cuántos son pocos? ¿Cuántos son muchos?), como ocurre hacia la Iglesia Católica. Así mismo mal haríamos en señalar a todos los maestros porque algunos fallan, pero…
Muchos padres de familia afirman que podrían comprender y aceptar que un maestro “no le enseñe” matemáticas o español o inglés a sus hijos, es decir, tolerarían la incompetencia profesional, pero no le perdonarían que ejerciera o permitiera ejercer sobre los chicos algún tipo de violencia.
Lamentablemente la violencia está presente en las escuelas, y en formas mucho más diversas de lo que imaginamos, incluyendo la económica. Lo peor es que no siempre hay personal e instancias adecuadas para atender estas situaciones y dar respuestas efectivas e inmediatas.
En internet abundan las historias documentadas sobre casos en que los alumnos resultan víctimas de los problemas personales, traumas y frustraciones de maestros. Sí, claro, en China, en Japón, en India… ¿Nada más allá?
Es seguro que usted se dio cuenta de que, en días pasados, en Durango, ocho alumnas de secundaria aparentemente intentaron un suicidio colectivo, y justo en horas de clase. Para no entrar en detalle, diremos que la madre de una de ellas se quejó de que la directora del plantel tuvo una actitud desconcertante, pues se comportó de una manera déspota y hasta la echó de la escuela cuando acudió a consultarle sobre los hechos.
También en fecha reciente, los medios dieron a conocer el caso de un maestro de primaria, en Jalisco, que reprobó a una alumna para poder mantenerla bajo control y seguir abusando sexualmente de ella. Aquí y allá hay casos.
Pero no solamente acontece en el nivel básico; una encuesta aplicada a alumnos de media superior reveló que la práctica de la violencia docente hacia los alumnos sigue presente, al menos en cuatro tipos: física, simbólica, verbal y psicológica (Ceja, Cervantes y Ramírez, 2011). Los autores explican la agresión y violencia a partir de diez teorías catalogadas en dos clases: las teorías activas o innatistas, y las teorías reactivas o ambientales.
Añaden que según “resultados relacionados con los primeros años escolares: 42% de los hombres y 24% de las mujeres tuvieron una experiencia física de violencia de parte de algún maestro”. Y si se suman los que además señalan haber sido violentados de manera verbal, simbólica y psicológica, “el panorama se ennegrece aún más”.
En ello no hay distinciones entre instituciones públicas y privadas. Si quienes, a juzgar por sus creencias y prédicas, están más obligados a mantener una conducta moral, a “portarse bien”, pero muchas veces fallan, qué se podría esperar de los simples mortales.
Tenemos claro que la violencia no solamente impacta en el rendimiento escolar, sino que influye decisivamente en la vida presente y futura de los alumnos; en su autoestima y estado de ánimo.
Por fortuna, son mayoría inmensa los docentes buenos, en el sentido de aptitud y actitud, de competencia y bondad; con vocación y pasión; con habilidades socioemocionales innatas, con todas las cualidades y capacidades, conocimientos y conducta de un maestro en el sentido integral del concepto, que sin duda enfrentarían sin temor cualquier evaluación, seguros de que no necesitan tres oportunidades para superarla con éxito; que tienen claro que, así como el matrimonio no se agota en la ceremonia nupcial, la profesión magisterial no termina cuando se cuelga de la pared el título y se lleva la cédula a la cartera, sino que es una vocación que hay que confirmar y alimentar todos los días, y desde luego actuar en consecuencia.
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