- Detalles
- Categoría: Ciencia
- Carlos Lozano de la Torre y Enrique Cabrero Mendoza encabezaron la inauguración de la XXIII Semana Nacional de Ciencia y Tecnología
- Anunciaron la inversión de 74 mdp para la construcción del Centro de Innovación y Transferencia Tecnológica de Aguascalientes
- Se inauguró el Laboratorio de Radiometría y Fotometría para la industria automotriz y autopartes, en el que se aplicó una inversión de 19 mdp
- En comparación con el sexenio anterior, se ha incrementado en más de un 300 por ciento, los recursos destinados al FOMIX
Aguascalientes, Ags, 19 de septiembre 2016.- (aguzados.com).- En el marco de la Inauguración de la XXIII Semana Nacional de Ciencia y Tecnología y de la II Feria Nacional de Ciencias e Ingenierías, el gobernador Carlos Lozano de la Torre y el director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), Enrique Cabrero Mendoza, anunciaron la inversión conjunta de 74 millones de pesos para la creación del Centro de Innovación y Transferencia Tecnológica para el Sector Automotriz, CITTAA.
“Con el respaldo del gobierno federal y el CONACYT entregaremos un estado con empresas líderes en competitividad global, que están bien respaldadas por investigaciones científicas rigurosas y servicios tecnológicos de primer mundo, para que por muchos años más, Aguascalientes pueda seguir avanzando con confianza hacia el futuro, por las vías de la sociedad del conocimiento, la coordinación y la unidad institucional”, afirmó Lozano de la Torre.
Manifestó que del 2011 al día de hoy, el CONACYT, el Fondo Mixto y el Gobierno del Estado han invertido 384 millones de pesos en el desarrollo de proyectos de alto valor tecnológico, científico y social; lo que significa que, en comparación con el sexenio anterior, se ha incrementado en más de un 300 por ciento los recursos destinados al FOMIX.
Por su parte el director de CONACYT, Enrique Cabrero Mendoza, reconoció la labor emprendida durante esta administración en favor de la economía del conocimiento y resaltó que Aguascalientes se destaca como un enclave con fuerte vinculación con los sectores productivo y académico que impulsa cada día nuevos e innovadores proyectos.
“Aguascalientes ha sido pieza fundamental en mostrar cómo podemos generar un ecosistema que apuntala las capacidades productivas del estado al consolidar vocaciones científicas y tecnológicas para construir una sociedad del conocimiento”, aseveró Cabrero Mendoza.
Aseguró que proyectos como este con la asociación de 12 centros públicos de innovación del CONACYT es algo inédito, con lo que se reafirma que Aguascalientes sigue generando las condiciones que permiten la generación de inteligencia en este sector y desarrollo de nueva tecnología que coloque a México como un país indispensable en el sector.
En el marco de esta gira de trabajo las autoridades también realizaron la supervisión y avances de la construcción del Laboratorio de Alta Especialidad en Ingeniería Estadística para el desarrollo e innovación de la industria automotriz y de autoparte e inauguraron el Laboratorio de Radiometría y Fotometría para la industria automotriz y de autopartes el cual tiene una inversión de 19 millones de pesos.
Es importante mencionar que el CITTAA busca fortalecer la cadena productiva de este sector y de los relacionados con los de la electrónica y las tecnologías de la información; a través de 290 equipos especializados, una cartera de más de 520 servicios y cuadros de investigadores, técnicos e ingenieros, altamente capacitados.
Este proyecto es liderado por el Centro de Investigaciones en Óptica (CIO) y lo integran además: el CIATEC, CIMAT, IPICYT, CIATEQ, CIDESI, CIDETEQ, CIMAV, INFOTEC, CIQA, COMIMSA e INAOE. Todos ellos con gran experiencia en la atención a proyectos vinculados con este sector desde diferentes aproximaciones, según su especialidad o líneas de investigación.
Además en este evento se hizo la entrega simbólica de la propiedad del terreno para la edificación de este nuevo centro de innovación.
{ttweet}
- Detalles
- Categoría: Ciencia
- Se pretende ofrecer alternativas a suelos contaminados con fertilizantes y plaguicidas químicos
Querétaro, Qro, 19 de septiembre 2016.- (aguzados.com).- Un equipo de investigadores y estudiantes de la especialidad en ingeniería ambiental del Instituto Tecnológico Superior del Sur de Guanajuato (Itsur) -perteneciente al Tecnológico Nacional de México (Tecnm)-, desarrolla proyectos de investigación enfocados en la producción de plaguicidas y fertilizantes ecológicos.
El objetivo de este proyecto es ofrecer alternativas a productores cuyas tierras y cultivos han sido afectados por los contaminantes presentes en plaguicidas y fertilizantes químicos convencionales.
El proyecto está a cargo de la Coordinación de Ingeniería Ambiental encabezada por Enrique Cossío Vargas, con la colaboración de los profesores investigadores Cielo Esmeralda Rodríguez García, Fernando Jonathan Lona Ramírez y Fernando Daniel Bedolla Flores.
Al respecto, el coordinador de la especialidad en Ingeniería Ambiental del Itsur aseguró que tras un proceso de investigación de campo y documental se determinó que el uso de plaguicidas y fertilizantes químicos están afectando de manera considerable las tierras, en lo que se refiere a la contaminación de la tierra e incluso la desertificación, lo que ha afectado su capacidad productiva.
“La idea que traemos en la institución es ir a otros estados y regiones que han tenido problemas por los contaminantes químicos que se encuentran en los fertilizantes y plaguicidas. Cuando hicimos análisis encontramos problemáticas muy fuertes, en algunos casos les está costando mucho trabajo cultivar, además de que lo que producen no tiene calidad de exportación, lo que limita su mercado”, indicó.
Plaguicidas naturales elaborados con plantas
Cossío Vargas explicó que la composición del plaguicida que desarrollan es a base de plantas dicotiledóneas, liliáceas y amarilidáceas como el chile (Capsicum), ajo (Allium sativum), cebolla (Allium cepa), lo que ha resultado efectivo para las plagas más comunes de la región, además de extractos de plantas con alguna toxicidad.
“Se ha probado en los árboles de laurel de la India (Ficus benjamina) con una efectividad de 95 por ciento contra insectos, estamos en proceso de probarlo con plantas ornamentales de jardín y plantíos frutícolas. Las plagas más comunes que hemos identificado son principalmente hormigas (Formicidae), el pulgón amarillo (Melanaphis sacchari) y algunas variedades de gusanos; todo depende del fruto, por ejemplo, hablando del maíz (Zea mays), el trigo (Triticum) y el sorgo (Sorghum), la plaga que más dificultades ha generado en los agricultores es el pulgón amarillo, al grado que muchos de ellos dejaron de sembrar”, destacó.
El coordinador de Ingeniería Ambiental del Itsur habló también acerca de los riesgos para la salud que el uso de plaguicidas ocasiona. “Después de varios años de exposición a plaguicidas químicos, existe el riesgo de que la gente que se dedica a la agricultura pueda contraer enfermedades degenerativas, daño hormonal, al hígado y sistema nervioso, además de la afectación al suelo causando erosión y desertificación, sin olvidar la contaminación de los mantos acuíferos”, recalcó.
Por su parte, la investigadora especializada en el área de Alimentos, Plaguicidas, Fertilizantes y Biología Molecular del Itsur, Cielo Esmeralda Rodríguez García, informó que a la par de la producción de plaguicidas orgánicos, el Instituto Tecnológico Superior del Sur de Guanajuato desarrolla una línea de investigación enfocada en la elaboración de fertilizantes orgánicos.
“Los fertilizantes los adaptamos de acuerdo con las condiciones del suelo. Estamos utilizando plantas como la moringa (Moringa oleifera), que tiene muchos nutrientes, y a través de basura orgánica, que produce lodos a los que hacemos una estabilización alcalina con calcio”, explicó.
Iniciativas para impulsar nuevos cultivos
Enrique Cossío Vargas informó que estos proyectos son parte de una iniciativa que, además de los plaguicidas y fertilizantes, incluye la asistencia técnica para productores de la región, con el objetivo de que desarrollen otro tipo de cultivos diferentes a los tradicionales, que son de maíz, sorgo y frijol.
“En una primera instancia, la idea es mostrar estos fertilizantes y plaguicidas orgánicos y que los tomen como alternativa para que no perjudiquen el ambiente, tanto la tierra como los mantos acuíferos. Después, estamos trabajando para desarrollar huertos demostrativos enfocados en la producción de granada (Punica granatum), durazno (Prunus persica), nogal (Juglans regia) para la producción de nueces, olivo (Olea europaea), manzana (Malus domestica) y la pitahaya (Hylocereus undatus)”, explicó.
Cossío Vargas detalló que el trabajo de la Coordinación de Ingeniería Ambiental se ha enfocado en demostrar que las condiciones climatológicas de la región no resultan un obstáculo para el desarrollo de este tipo de cultivos, por lo que, dijo, el objetivo es transmitir este conocimiento a los productores mediante la asistencia técnica.
“Originalmente, en Guanajuato, estos cultivos no se daban por el clima, pero con el trabajo de investigación que estamos desarrollando pudimos probar que sí se pueden dar a pesar de estas condiciones; somos uno de los estados en el país con condiciones climatológicas estables. La causa por la que los productores no se animan a desarrollar estos cultivos es el miedo a probar otras cosas”, puntualizó.
El coordinador de la especialidad en Ingeniería Ambiental del Itsur subrayó que otro de los objetivos de esta iniciativa es que los productores de la región tengan más opciones de cultivos que resulten más redituables desde el punto de vista económico.
“Los productores en la actualidad producen sorgo, maíz y trigo, pero no están teniendo las ganancias requeridas y muchos de ellos están dejando el campo para emigrar a los Estados Unidos; lo que buscamos es mostrarles otras alternativas que pudieran dejarles más rendimientos de lo que cultivan tradicionalmente. Actualmente trabajamos con la presidencia municipal de Uriangato, Guanajuato, para después llevar esta propuesta al resto del estado y otras entidades”, finalizó.
Contacto Dr. Enrique Cossío Vargas, Coordinación de Ingeniería Ambiental, Instituto Tecnológico Superior del Sur de Guanajuato (Itsur): Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
{ttweet}
- Detalles
- Categoría: Ciencia
Ciudad de México, 9 de septiembre 2016.- (aguzados.com).- Su amor por los ecosistemas nació después de realizar un viaje de campo mientras estudiaba biología en la licenciatura. Ver las plantas y los animales en su ambiente natural le provocó tal impresión que se olvidó de los tres años de estudios que había realizado sobre daño genético en la desnutrición y comenzó una maestría en etnobotánica.
Su nombre es Patricia Balvanera y actualmente es investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES), donde ha realizado estudios sobre el sistema socioecológico del bosque tropical seco de la región de Chamela-Cuixmala.
Recientemente la doctora Balvanera participó como coordinadora en la publicación del libro Una mirada al conocimiento de los ecosistemas en México, a través de Ecored, uno de los programas de redes temáticas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). El libro, que fue publicado en 2016, tiene por objetivo entender los ecosistemas de México y los beneficios que ofrecen a la sociedad.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Patricia Balvanera relata cómo fue el proceso de investigación previo a la publicación del libro y habla sobre los momentos que marcaron su trayectoria académica.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo surgió el proyecto para la publicación del libro Una mirada al conocimiento de los ecosistemas en México?
Patricia Balvanera (PB): Surgió a través del programa de redes temáticas de Conacyt. El Consejo me invitó a formar parte del CTA que es el Consejo Técnico Académico de una de estas redes, se llamaba Ecored y tenía por objetivo entender los ecosistemas de México y los beneficios que ofrecen a la sociedad.
Entonces Conacyt nos pidió que hiciéramos una evaluación del estado de arte del conocimiento en el tema de la red, y decidimos hacer un estudio sistemático de los ecosistemas de México para conocer cómo están y qué servicios brindan. Partiendo de nuestro marco conceptual del libro, veíamos que estos ecosistemas tienen, por un lado, una gran biodiversidad y había que entender sus especies.
Por otro lado, había procesos que suceden en el ecosistema, que permiten que fluya la energía, los materiales, el agua y que además hay muchas presiones humanas que están afectando tanto las especies como sus procesos.
Eso dio nacimiento a los diferentes capítulos del libro que coordinaron distintos miembros de este comité técnico académico de Ecored, así como los colegas de la red. A su vez, cada uno de estos académicos convocó a otros colegas para llevar a cabo la revisión sistemática de cada uno de estos temas y un análisis de qué sabemos y qué falta por saber.
AIC: ¿De qué trata la parte que coordinó?
PB: Es sobre servicios ecosistémicos, es decir, los beneficios que obtenemos de los ecosistemas. Para este capítulo reunimos alrededor de 30 personas, en su mayoría investigadores, pero había varios estudiantes de posgrado y algunos de licenciatura. En las mañanas tuvimos un curso de servicios ecosistémicos para que todos pudiéramos manejar los mismos conceptos, y por las tardes hacíamos mesas de trabajo para ir seccionando estos conceptos y diseñar la estrategia para analizar los datos y para ir abordando los temas.
AIC: Después de esta investigación, ¿cómo podría decir que trata México los ecosistemas?
PB: En general, en México tenemos una severa degradación ambiental. Hay algunas áreas protegidas que han tratado de conservar pero son insuficientes, por un lado, porque son pocas, y, por otro, porque las características legales de las reservas y sus interacciones con la gente no figuran su permanencia en el largo plazo.
De hecho, recientemente hicimos un estudio donde mostramos que 30 por ciento de las áreas naturales protegidas habían sido concesionadas para la explotación minera y petrolera, lo que es una contradicción.
El libro Un mirada al conocimiento de los ecosistemas en México está disponible de forma gratuita en esta página web.
Consideramos que falta más planeación estratégica, hacer una visión del sistema de interacciones entre sociedad y naturaleza. Sí hay algunos programas importantes en México, pero en general, el problema central es la falta de transversalidad y de visión de largo plazo de las políticas públicas.
AIC: ¿Dónde nació y cómo comenzó su interés por las ciencias biológicas?
PB: Nací en la Ciudad de México. Creo que un factor importante fue que mi padre era médico; desde que éramos muy pequeños nos mostraba películas de cómo hacía sus operaciones. Era ortopedista y ensayaba en la casa las ponencias que iba a dar en los congresos. A veces íbamos también a escucharlo. Yo creo que eso me dejó una huella enorme, en términos del trabajo científico y su presentación en conferencias.
Por otro lado, cuando estaba decidiendo, en la preparatoria, mi padre me llevó a los laboratorios de análisis clínicos y en particular la parte que me fascinó tenía que ver con el análisis del genoma y de los daños genéticos a los cromosomas. Me quedé sorprendidísima, encantada y dije "eso es lo que quiero estudiar" y por eso elegí biología.
AIC: ¿Cómo fue que cambió de estudiar el ADN a estudiar los ecosistemas?
PB: Cuando entré a biología, durante tres años estuve haciendo estudios del daño genético en la desnutrición, pero en el último año en la carrera una profesora nos llevó al campo y descubrí que en realidad me gustaba más el mundo exterior, el contacto con la gente, la naturaleza.
Una vez que nos llevaron, que vi las plantas, los animales, la gente, estar afuera en lugares tan bonitos, me dejó impactada. Fue así que decidí durante la maestría estudiar etnobotánica. Me fascinó estar platicando con la gente, tomar mediciones en el campo y también investigar sobre la historia de las plantas, etcétera.
AIC: Gracias a su trabajo ha tenido la oportunidad de viajar y conocer muchos ecosistemas en México, ¿cuál ha sido el más interesante para usted?
PB: Durante el doctorado me dediqué a la ecología básica, me atrajo mucho. Mi tesis fue sobre árboles en el bosque tropical seco y me quedé enamorada de este sitio. Desde 1994 trabajo en el bosque tropical seco, en particular en la costa de Jalisco.
Su característica principal es que, por un lado, se desarrolla en lugares donde hay suficiente precipitación para que se desarrolle un bosque, pero por otro, se presentan varios meses de muy fuerte sequía. El resultado es que este bosque se caracteriza por tener árboles de menos de 10 metros de altura, por eso se llama selva baja. Además, durante los meses de sequía los árboles no pueden mantener las hojas porque cada vez que tratan de tomar dióxido de carbono (CO2) para hacer fotosíntesis pierden agua, y para evitar estas pérdidas tiran sus hojas, y por eso se llaman caducifolias.
Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
En la siguiente liga puede consultar el libro "Una mirada de los ecosistemas de México": http://redsocioecos.org/nueva-publicacion-una-mirada-al-conocimiento-de-los-ecosistemas-de-mexico
{ttweet}
- Detalles
- Categoría: Ciencia
Ciudad de México, 9 de septiembre 2016.- (aguzados.com).- Ante la falta de donadores de córnea, además de la incertidumbre y tardanza que representa estar en lista de espera para recibir un trasplante de este tejido ocular, un multidisciplinario grupo de investigadores de la Escuela de Medicina del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (EM-ITESM), campus Monterrey, lleva seis años trabajando en una alternativa que pretende subsanar dicha problemática.
“Para ver bien es preciso tener alrededor de dos mil 500 células por milímetro cuadrado. Un paciente con ceguera corneal cuenta con menos de 500. Sin embargo, aunque el grado de opacidad de quienes poseen entre 550 a 800 no les permite ver casi nada, existen parámetros que determinan quién es, o no, candidato a un trasplante de córnea y no son pocos los afectados a los que, al no presentar tan pocas células, se les rechaza, pese a carecer de las suficientes para ver de manera óptima o por lo menos funcional”, informó la candidata (nivel C) al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Judith Zavala Arcos, quien es coordinadora científica del grupo de investigación de oftalmología y ciencias visuales de la EM.
Además de lo anterior, antes de que un trasplante pueda considerarse exitoso, cada paciente debe superar, adicional a la demora y escasa cantidad de córneas que hay para trasplantar, la no compatibilidad con el donante. Una vez que se le asigna a alguien una córnea del banco de órganos y tejidos, no todas son viables porque llegan a carecer de las células necesarias para que el órgano se restablezca e inclusive, en el caso de aquellas que sí logran trasplantarse, algunas presentan la desventaja de que las células se van muriendo; lo que motiva que a los dos años el individuo requiera un nuevo trasplante, con el consecuente tiempo en lista de espera, refirió la experta en terapia regenerativa y celular Judith Zavala Arcos.
Datos del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) reflejan que, al momento, siete mil 520 personas en México aguardan resultar favorecidas con un trasplante de córnea, aunque para ello tengan que transcurrir hasta dos años y medio.
“La ceguera corneal afecta a cuatro millones de sujetos en el mundo y es la tercera causa de pérdida de la visión, antecedida por la catarata y el glaucoma, padecimientos que ocupan el primer y segundo lugar, respectivamente”, aludió la doctora en biotecnología Judith Zavala Arcos, quien ha enfocado su labor en el tratamiento de enfermedades degenerativas, “esas que a la fecha no se sabe por qué dan, ni su cura".
Regeneración celular para volver a ver
Conforme a lo expuesto, el médico especializado en córnea Jorge Eugenio Valdez García, SNI nivel I y decano de la EM-ITESM, con frecuencia se había preguntado acerca de una posible solución, en virtud de que la cirugía y los trasplantes forman parte del adverso panorama que enfrentan quienes pierden la vista por distrofia o enfermedad corneal. Es así como en el Tecnológico de Monterrey surge el proyecto Regeneración celular de córneas artificiales biocompatibles, investigación emblemática que, al igual que otras de las que se realizan en este instituto, espera transformar vidas.
Para el desarrollo de esta destacable contribución en favor de la salud humana, el presidente de la Sociedad Mexicana de Oftalmología durante 2015, Jorge Valdez García, cuenta con 10 profesionales a su cargo, entre médicos oftalmólogos, bioinformáticos, biotecnólogos y biomédicos.
A fin de comprender mejor esta investigación, la doctora Judith Zavala recomienda hacer hincapié en la anatomía de la córnea, a la cual conforman seis capas de células. La más externa, además de protectora, es el epitelio; seguida por la resistente y que asimismo protege, membrana de Bowman. En tercer lugar, siendo la más gruesa de las seis, está el estroma, compuesta de agua, fibras de colágeno y otros tejidos conectivos que, aparte de fortalecer, dan a la córnea su característica de flexibilidad y junto con la capa de Dua, apenas descubierta en 2013, anteceden a la delgada, firme e igualmente protectora membrana Descemet.
Por último, el estrato más interno y cuyo contacto con el humor acuoso es directo, se llama endotelio, su función es dejar pasar agua y nutrientes hacia las demás capas así como filtrar los desechos de las otras células porque las suyas bombean el exceso de líquido hacia afuera de la córnea, lo que la mantiene hidratada y clara.
Cuando el endotelio sufre daño, dependiendo del grado, llega a ser tal la opacidad de la córnea que pudiera derivar en ceguera, condición que el mal funcionamiento de cualquiera de las otras capas también es capaz de provocar. No obstante, y de ahí su relevancia, la afección al endotelio representa más de 50 por ciento de las causas de ceguera corneal. Si un golpe, enfermedad o complicación posquirúrgica daña el endotelio, en el humano adulto esta capa ya no se renueva, explicó la especialista Zavala Arcos.
Al resaltar que a causa de la opacidad corneal más de la mitad de los siete mil 520 aspirantes a recibir un trasplante lo que necesitan es justamente un nuevo endotelio, la doctora Zavala Arcos enfatizó que “es la capa que los involucrados en esta innovación nos hemos abocado a estudiar. In vivo o dentro del organismo es imposible que el endotelio se regenere; sin embargo, en un ambiente controlado o de laboratorio, esto es in vitro, al incorporar en una córnea humana células endoteliales obtenidas de conejos, moléculas a las que nosotros distinguimos como factores de crecimiento, el resultado ha sido su proliferación, lo cual constituye un parteaguas porque de esta manera es factible producir células para ulteriormente trasplantarlas”.
Premio Rosenkranz de investigación médica
A nivel nacional e internacional, grupos de investigación enfocados en el cultivo de células han descubierto que, aun cuando dentro del cuerpo las células son hexagonales, lo que semeja su apariencia con un panal de abejas, en cultivo, una vez que se les agregan moléculas de crecimiento, las células se tornan fibroblásticas, es decir adquieren forma de huso (alargada, elipsoide y con las extremidades más estrechas que el centro). Todavía se ignora si al cambiar de morfología su funcionamiento de igual modo se distorsione, lo que representaría un problema, expuso la investigadora Zavala Arcos.
Para evitar lo anterior, otros grupos de investigación han decidido no poner moléculas al medio de cultivo; si bien esto conserva el aspecto original de las células, aminora su reproducción, ocasionando que permanezcan hasta cuatro meses en cultivo o se consiga una cantidad suficiente que resulte útil para trasplantar, añadió.
“Lo que nosotros hemos hecho es aislar las células. Al obtener muchas células de una sola córnea utilizando factores de crecimiento, las cambiamos del medio de cultivo proliferativo a otro sin factores de crecimiento, a fin de que recuperen su morfología hexagonal. Las células se multiplican a tal grado que de un solo pedacito de córnea podrían realizarse entre tres y 10 trasplantes”, señaló la coordinadora científica del Tecnológico de Monterrey.
Las células en el cuerpo ostentan unos marcadores moleculares específicos relacionados con su función. Empero, en el medio de cultivo proliferativo, aunque crecen mucho, estos marcadores dejan de expresarse y en cambio se manifiestan como genes asociados a procesos de inflamación o de reparación tisular, a saber, de tejidos. “La buena noticia es que al pasar las células al medio de cultivo basal o estabilizador, además de recuperar su morfología, reflejan nuevamente todos los marcadores moleculares del endotelio corneal”, aseveró.
Esta parte de la investigación, que duró cerca de dos años, se identifica como sistema de cultivo de dos fases y, en este caso específico, logró la expansión in vitro de células de endotelio corneal, mas puede utilizarse en terapia celular regenerativa o ingeniería de tejidos u órganos en general, razón por la que, en 2014, el grupo de oftalmología y ciencias visuales del Tecnológico de Monterrey se hizo acreedor al reconocimiento que desde 1984 otorga la empresa farmacéutica Roche de México a los mejores trabajos de investigación clínica del país, con el aval de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud): el Premio de Investigación Médica Rosenkranz, denominado así en honor al doctor Jorge Rosenkranz, de 98 años y origen húngaro, químico e investigador radicado en México hace más de 60 años, cuya especialidad son los esteroides.
Premio Bienal de Oftalmología 2016
Posterior al sistema de cultivo de dos fases, el proyecto de regeneración celular continuó con el desarrollo de biomateriales y el establecimiento de un modelo preclínico adecuado. Debido a que a muchos de los pequeños mamíferos empleados en los laboratorios se les renueva el endotelio, no todos son aptos para trabajar con ingeniería de tejidos enfocada en la córnea, puesto que al obtener un resultado favorable se desconocería si este es a causa de la naturaleza propia del animal o por las células trasplantadas. De ahí la necesidad de trabajar con un modelo preclínico más apropiado, enunció la doctora Judith Zavala.
"Que exista una persona ciega representa una tragedia, diez personas ciegas, un desastre; más cuando se trata de miles o millones de personas ciegas, la consecuencia es una repercusión social grave".
“Independientemente de que son animales muy dóciles para trabajar, los ojos de los conejos tienen características muy similares a las del ojo humano; por ello nos dimos a la tarea de investigar con conejos de diferentes edades. Los reportes científicos que indican no utilizar lagomorfos para este tipo de pruebas, lo disponen así por el peso, mas no por la edad. Por lo tanto, probamos con conejos de tres, seis, 12 y 18 meses de edad, dándonos cuenta que a partir de los 12 meses y en adelante, su endotelio, al igual que en los humanos, deja de regenerarse”, detalló la investigadora.
Una vez definido el modelo animal, el equipo de investigación probó si los biomateriales que idearon servían como andamio —a través de una especie de lente de contacto— para sostener las células proliferadas in vitro y así poder trasplantarlas después. El resultado de este andamio biocompatible, más las células, originó lo que los investigadores describen como córnea artificial biocompatible.
La biocompatibilidad estriba en la carencia de inflamación, opacidad o cualquier otra respuesta indeseada, así como en la eficaz adherencia al tejido. Característica que fue posible gracias a la colaboración que se tuvo con el Centro Transnacional de Ingeniería de Tejidos (TTEC, siglas de Translational Tissue Engineering Center) de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Estados Unidos, en donde elaboraron una membrana a base de colágeno mediante el tratamiento conocido como vitrificación —que consiste en dar a algo la apariencia de vidrio— lo cual le da el nombre de colágeno vitrigel.
Si bien la membrana se desarrolló en el TTEC, allí la probaron in vitro y en el Tecnológico de Monterrey por primera vez se hizo in vivo, es decir con el modelo animal, relató la doctora Zavala Arcos.
“Al trasplantar a los ojos de un conejo adulto la membrana de colágeno vitrigel, cuyas propiedades mecánicas y claridad óptica permitieron que la córnea del conejo permaneciera clara, se mantuviera adherida y fuera fácil de manipular quirúrgicamente, se obtuvieron todas las características deseables que hemos estado buscando”.
Gracias a la biocompatibilidad de la membrana y al modelo preclínico, la investigación también ganó el Premio Bienal de Oftalmología 2016 por su contribución técnica y científica, objetividad, importancia, oportunidad, originalidad, pero sobre todo su aplicación del método científico.
Esta segunda distinción la otorgan la Coordinación de la Investigación Científica (CIC) y el Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); en colaboración con las asociaciones civiles o fundaciones de asistencia privada como la Sociedad Mexicana de Oftalmología (SMO), el Consejo Mexicano de Oftalmología (CMO), la Unidad Oftalmológica de Alta Especialidad Pablo Jiménez Camarena, el Hospital Nuestra Señora de la Luz, la Asociación para Evitar la Ceguera en México (Apec) cuyo hospital “Dr. Luis Sánchez Bulnes”, al igual que el Instituto Conde de Valenciana pertenecen al Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (Reniecyt).
Hacia el futuro
El proyecto de regeneración celular por medio de córneas artificiales biocompatibles ha ido avanzando por etapas y hasta el momento cada una por separado ya cuenta con la aprobación respectiva. El siguiente paso para transpolarlo a los humanos es juntar el cultivo celular, el biomaterial y el modelo preclínico que de manera independiente han arrojado resultados muy alentadores.
“El tiempo estimado para estar en condiciones de implementar este desarrollo en pacientes aún es muy incierto por lo riguroso de los criterios de inclusión, exclusión, más todo el camino que debe recorrerse antes de que algunos voluntarios participen en las pruebas correspondientes”, concluyó la doctora Judith Zavala Arcos.
Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
{ttweet}
- Detalles
- Categoría: Ciencia
Ciudad de México, 9 de septiembre 2016.- (aguzados.com).- Adolfo Navarro Sigüenza, uno de los académicos más reconocidos en el Departamento de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó el papel de la biogeografía en nuestros días al reconstruir la distribución de la vida en el planeta, esto en el marco de la segunda edición de la Reunión Ciencia y Humanismo organizada por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Entendiendo la biogeografía
Según Navarro Sigüenza, la biogeografía engloba una gran cantidad de procesos y maneras de pensar que afectan a los seres vivos y la distribución que presentan en el pasado o en la actualidad con la intención de entender por qué los organismos están.
Para entender mejor este concepto, hizo alusión a algunas ideas centrales cuya vigencia permanece a pesar del tiempo, como la referencia a la ley de Buffon, que representa el primer patrón biogeográfico explícitamente descrito y que está apoyado en mamíferos y aves, expresando coloquialmente que en sitios geográficos diferentes se desarrollan diversas especies de animales.
Además de la ley de Buffon, el investigador refirió otros principios importantes que rigen sus cuestionamientos relacionados con la biogeografía, como por qué los organismos de esta Tierra no están distribuidos de manera aleatoria. Él menciona que como estudiosos del tema tienen registro de los organismos vivos en patrones muy reconocibles y que están reflejando eventos sucedidos en el pasado y actuales.
Los animales y las plantas se mueven
De acuerdo con el especialista, para comprender la distribución de los organismos se deben involucrar diversas escalas que tienen que ver con procesos biológicos y del planeta en los cuales estos se llevan a cabo, como la escala evolutiva que implica la diferenciación de los organismos y la escala ecológica que engloba la relación entre especies y el medio ambiente.
“Las áreas de distribución son esa relación cercana de las especies con el sitio donde habitan, pero también que tiene que ver con cómo se están moviendo para adquirir o reducir esas áreas”, explicó el investigador.
Mencionó que en el estudio de esta ciencia hay visiones teóricas que describen que lo que se mueve no son los organismos sino la Tierra. Esto quiere decir que los patrones de distribución que se observan actualmente no son resultado de que los organismos por sí solos se distribuyan geográficamente, sino que las áreas donde ellos habitan se estuvieron moviendo, haciendo alusión a la teoría del desplazamiento continental llamado Pangea.
“Estos patrones generales los podemos rescatar a través de ver cómo los organismos se distribuyen sobre el planeta y qué nos reflejan esos patrones muy antiguos que tienen que ver con el movimiento de los continentes”.
A través de los análisis de vicarianza, dispersión y extinción, conocidos en el área como un análisis de reconstrucción biogeográfica, se puede entender por qué los organismos están donde están.
¿Cómo se hace la biogeografía en la actualidad?
“La unidad de trabajo del biogeógrafo son las áreas de distribución”, comentó Adolfo Navarro Sigüenza señalando que México es un país de megadiversidad que permite conocer el complejo mosaico de distribución de especies y ecosistemas.
Para conocer con detalle el comportamiento y distribución actual de las especies así como el porqué de su movimiento, es necesario tener registros que se basan en la observación real y estudio minucioso del área, datos de especies identificables en sitios identificables.
Como ornitólogo, el especialista refirió sobre sus investigaciones y comentó que actualmente existe una disparidad de datos que los biogeógrafos necesitan para hacer su trabajo, ya que no hay registros concretos de la distribución de especies en todas las regiones de México.
“Como biogeógrafos siempre nos preguntamos dónde están las mayores acumulaciones de especies”. A ese cuestionamiento se le conoce como datos de puntos y son datos que como ornitólogos tienden a recuperar en sus observaciones.
Después de la obtención de datos se hacen modelos de áreas de distribución de las especies que permiten ver, entre otras cosas, dónde está la riqueza de especies, cómo está concentrada la mayor riqueza de especies endémicas, así como hacer comparaciones adecuadas de patrones de diversidad de especies.
Con esta información adquirida se hace un recuento jerárquico en el que se agrupan esas áreas de riqueza y organización de las especies que permiten conocer de su historia y, por lo tanto, tener una mejor referencia de cómo ha sido su evolución a través del tiempo y la diferenciación genética y morfológica que se ha presentado en algunas poblaciones, catalogando la biogeografía como una ciencia vital para la conservación, afirmó.
{ttweet}