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Nistela Villaseñor
México, D.F., 31 de diciembre 2015.- (aguzados.com).- Con 41 años de trabajar la bioquímica y la biología molecular del veneno de los alacranes en México, el laboratorio del doctor Lourival Possani Postay ha hecho contribuciones muy importantes en el conocimiento de los componentes que causan los problemas de intoxicación en las personas que son picadas, como por ejemplo, hallar en el veneno péptidos que pueden controlar enfermedades inmunológicas.
Possani, de origen brasileño y naturalizado mexicano en la década de los setenta, es doctor en Biofísica Molecular por la Universidad de París, Francia, y posdoctor en Bioquímica por la Rockefeller University en Nueva York; además es miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, compartió cuál es la importancia del estudio del veneno del alacrán y cuáles han sido los resultados de estas investigaciones a lo largo de más de 40 años.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Por qué el alacrán produce veneno?
Lourival Possani Postay (LPP): Para defenderse de las bacterias, pues es un organismo que está en el suelo, hace túneles en la tierra, está en lugares que tienen suciedad y se puede contaminar. Durante la evolución (los alacranes tienen más de 400 millones de años) han podido desarrollar mecanismos para defenderse. En general, el alacrán tiene muy pocas toxinas para el humano.
En México, no todos los alacranes tienen toxina para los humanos: existen más de 176 especies distintas, de esas, solamente una media docena son peligrosos, o sea, la gran mayoría no tiene toxina para las personas, pero todos los alacranes la tienen contra artrópodos: grillos, cucarachas, larvas de moscas, etcétera, y algunas plagas de la agricultura, porque son presas de las cuales se alimentan.
Sin embargo, las estadísticas de los últimos años apuntan que hay 313 mil personas picadas por alacrán en el año; este es un número subestimado porque son números de personas que acudieron a los centros médicos, y para los cuales hicieron un reporte, por tanto son casos auténticos registrados, pero hay mucha gente picada que no va a atención médica.
AIC: ¿Tienen estimaciones de esa gente que no acude a atención médica?
LPP: Probablemente tendremos en la república mexicana en el orden de medio millón de personas que todos los años son picadas por alacranes, pero los datos registrados son en el orden de 300 mil.
AIC: ¿Muere la gente cuando es picada?
LPP: Puede morir, sobre todo si son niños y si están en áreas muy apartadas donde no hay el antiveneno. En los años 70, 80, solían morir entre 700 y 800 personas en México por piquete de alacrán.
AIC: ¿Cómo se desarrollaron en su laboratorio las primeras investigaciones del veneno del alacrán en México?
LPP: Cuando llegué a México venía de haber trabajado con la bioquímica del veneno de algunas serpientes, y la idea era ver qué pasaba con el problema de salud pública por la presencia del alacrán desde un punto de vista farmacológico con una persona picada, por qué manifiesta la sintomatología de envenenamiento, los antídotos que se hacían en aquella época y qué podíamos hacer para mejorar la situación.
De 1974 en adelante ya empezaban a aparecer, en algunas publicaciones de la literatura mundial, personas que trabajaban con el componente del veneno del alacrán hacia el norte de África; de alguna forma me junté a ese grupo de científicos que hacían la pregunta de por qué el veneno del alacrán nace o qué hace. Estudiamos el veneno, separamos sus componentes, determinamos su estructura y su función, y eso es lo que hemos hecho durante 41 años.
Empezamos casi de cero porque, aunque conocíamos literatura, era muy reducida. Iniciamos estudiando venenos de alacranes mexicanos: de Nayarit, Durango, después de Morelos y Guerrero, que son los alacranes que más problemas de salud pública causan, y pudimos evidenciar que, de los cientos de componentes que hay en el veneno, son pocos —que llamamos péptidos tóxicos, o sea toxinas— los que causan el problema. Descubrimos esa nueva clase de péptidos, de proteínas, que está presente en el veneno del alacrán.
Otra situación que estaba vigente en México cuando llegué era que los médicos tenían un poco de miedo de usar el antiveneno existente porque era hecho a partir de la inmunización de caballos: se le sacaba sangre, después se separaba el suero, se fraccionaba y se usaban las inmunoglobulinas para contrarrestar el efecto del veneno. Pero como son proteínas de un animal, extraño al humano, pueden causar problemas; en algunos casos había una reacción de no aceptación y causaba problemas como anafilaxis.
Entonces, primero pudimos separar los venenos e identificar químicamente las sustancias tóxicas y dañinas al humano y determinamos la estructura. Al conocer la estructura química de esas proteínas se nos ocurrió que podríamos hacer una vacuna contra el veneno del alacrán, y durante 20 años trabajamos ese asunto, financiado por Conacyt; tengo que mencionar el apoyo que he tenido desde 1973 en adelante: sin el Conacyt, no hubiera hecho lo que he hecho hoy en día.
AIC: ¿Qué surgió después de esas investigaciones básicas?
LPP: Conociendo la estructura de los péptidos que funcionaban como tóxicos, diseñamos una estrategia para sintetizar en el laboratorio segmentos de las toxinas que no mataran a las personas, pero que pudieran ser utilizados como inmunógenos para empezar una respuesta inmune protectora.
Iniciamos usando ratones. La sorpresa fue que al usar esos fragmentos químicamente sintetizados que correspondían a la estructura de las toxinas del veneno de los alacranes, se generaba una respuesta inmune, o sea, el ratón era capaz de sintetizar un anticuerpo que reconocía la toxina, que es lo que hace el caballo: se le inyectan concentraciones crecientes de veneno —que no mate el animal— pero genera una respuesta inmune que es capaz de neutralizar la acción del veneno, por eso usamos su sangre, para obtener de ahí las inmunoglobulinas.
La idea prevaleció en nuestros experimentos. El ratón era capaz de sintetizar inmunoglobulinas que respondían a las toxinas; sin embargo, la respuesta no era eficiente en el sentido de que esas inmunoglobulinas que se generaron no eran de afinidad suficiente para neutralizar de forma definitiva la acción del veneno. Inclusive encontramos una cosa alarmante: era peligroso usar un fragmento que generara un anticuerpo que no fuera de alta afinidad, porque eso protegía la toxina circulante, y los ratones previamente inmunizados eran más sensibles al veneno del alacrán.
Llevamos 20 años trabajando porque pensamos que quizá el segmento de la toxina que tenemos que sintetizar para que sea inmune no fue el adecuado, entonces utilizamos cientos de péptidos y estudiamos eso de forma exhaustiva. Finalmente, llegamos a la conclusión de que esa estrategia para el caso del veneno del alacrán no funciona, funciona para otras cosas: enfermedades, ciertos virus y bacterias; es en donde se basan muchas de las vacunas que hoy en día se usan.
AIC: ¿Qué otros descubrimientos hicieron a partir del trabajo en el laboratorio?
LPP: Encontrar en el veneno de los alacranes unos péptidos que controlan enfermedades inmunológicas, los bautizamos con el nombre de BM23 y BM24, que son péptidos que actúan sobre un canal iónico muy específico del sistema inmune de los linfocitos T y bloquean los canales llamados 1.3, que son canales fundamentales para el funcionamiento y la respuesta autoinmune.
Hay enfermedades en el humano que son por un mal funcionamiento del sistema inmune, que reconoce la proteína —que es propia— como si fuera extraña y hace un anticuerpo con esa proteína, entonces el individuo queda con diabetes tipo I, por ejemplo, ataca las células del páncreas, productoras de insulina.
Esos dos péptidos (BM23 y BM24) que actúan de forma específica sobre esos canales y bloquean la función de los canales T, por lo tanto son potenciales fármacos para controlar enfermedades inmunológicas: artritis reumáticas, psoriasis y una serie de enfermedades de tipo autoinmune, que esperamos se vayan a poder controlar a partir de ahí.
Encontramos otros péptidos que son antibióticos, que matan o impiden el desarrollo de ciertas bacterias. Hemos estudiado la estructura en laboratorio y el mecanismo de acción.
AIC: ¿Tienen el nombre de algunas de esas bacterias?
LPP: Las más comunes del laboratorio, por ejemplo la Escherichia coli, que es la de todos los días, es un modelo que nuestros péptidos afectan su desarrollo; hay otras bacterias que son responsables de ciertas enfermedades, tuberculosis y otras, que también sufren el efecto de la acción de esos péptidos.
Es un proyecto que nos dio muchas patentes: tenemos 20 patentes internacionales y una compañía mexicana que ha comprado los derechos a la UNAM, los laboratorios Columbia, que ahora están en estudios más bien preclínicos para ver si van a poder o no aplicar eso en humanos.
AIC: ¿En qué proyecto está trabajando actualmente?
LPP: En una última fase, los estudios llamados transcriptómicos del veneno. A partir del RNA, que es el ácido nucleico responsable de las síntesis de proteínas que encontramos en las glándulas venenosas del alacrán, podemos determinar cuántas proteínas más el alacrán tiene potencialmente la posibilidad de sintetizar y expresar, entonces, cuando se tiene un análisis transcriptómico, se tiene una batería de miles de posibles proteínas que ese alacrán puede sintetizar y expresar.
Tenemos un par de artículos científicos hechos en ese sentido y hemos encontrado, por ejemplo, para el alacrán de Nayarit, que es uno de los más peligrosos, cerca de 18 mil genes, a través de los estudios transcriptómicos.
Ahora estamos viendo cuál es la similitud de estructura de esos genes potenciales con enzimas, proteínas que están involucradas en las funciones de las células del organismo, y viendo qué similitudes tiene, y vamos a estar buscando posibles funciones por similitudes de secuencia.
También encontramos que en algunos venenos existen escorpinas, proteínas que son muy interesantes porque tienen una función dual: la mitad de la molécula tiene una acción bactericida, que funciona como un antibiótico; y la otra mitad tiene una función de reconocimiento de canales iónicos, que es el mecanismo por el cual mata las toxinas venenosas al humano, son péptidos que reconocen canales iónicos de potasio, sodio, calcio y cromo de los humanos y modifica el funcionamiento de esas proteínas. Son muy efectivas, por ejemplo, para evitar el crecimiento de ciertos parásitos como los que causan la malaria y el paludismo.
AIC: ¿Han hecho estudios directamente en humanos?
LPP: No se puede hacer en humanos hasta que se apruebe por los organismos controladores. Hay un riguroso control del uso de biológicos en humanos: tienes que tener permiso, pasar las diferentes fases clínicas: uno, dos, tres, cuatro; una vez que pasan, te permiten fabricar el producto y distribuir al mercado. Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), que es el organismo mexicano que controla eso, desde el punto de vista gubernamental, controla la eficacia y calidad de los productos biológicos que se pueden usar en humanos.
Sin embargo, en colaboración con un buen colega mío, el doctor Baltazar Becerril y la doctora Lidia Riaño, vamos a ver si podemos desarrollar un nuevo tipo de antiveneno: que en lugar de usar proteínas de caballo, utilice proteínas de humano.
Para eso lo que hicimos fue clonar genes que codifican para las inmunoglobulinas humanas y a partir de ahí hacer un banco de cDNA, o sea de DNA complementario que expresara esas secuencias de aminoácidos que codifican para inmunoglobulina humana y buscar, entre esta variedad de esa biblioteca que tiene miles de millones de posibilidades que son las variantes de los anticuerpos que son producidos por nosotros como defensa, si había alguno que reconociera la toxina de los venenos del alacrán. Y encontramos varios; en eso estamos trabajando en este momento.
Ese trabajo está muy bien andado: ya encontramos una serie de fragmentos de inmunoglobulina humana que son capaces de neutralizar la acción de los venenos de los alacranes.
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Ana Luisa Guerrero
México, D.F., 30 de diciembre 2015.- (aguzados.com).- Más de mil especies de plantas vivas conforman la colección documentada del Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero, que pertenece al Instituto de Ecología (Inecol) -un centro público de investigación científica y de formación académica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)- y que tiene a su resguardo el Santuario del Bosque de Niebla.
Ubicado en Xalapa, Veracruz, desde hace 38 años el jardín botánico tiene el propósito de documentar el acervo natural para apoyar la investigación científica que contribuya al conocimiento y conservación de la diversidad vegetal, así como para realizar actividades de educación para el desarrollo sostenible.
El responsable del jardín botánico, Víctor Luna Monterroso, comparte con la Agencia Informativa Conacyt que cuentan con tres colecciones nacionales (cícadas, bambúes y beaucarneas), así como colecciones de plantas en peligro de extinción, orquídeas, especies forestales, palmas, helechos, plantas medicinales y de interés de la etnobotánica.
Resalta que el pasado 14 de octubre se inauguró el Centro de Recepción y Educación Ambiental del Inecol, el cual incluye un espacio de recepción amplio para los visitantes, que consta de un mariposario, un orquidario, dos aulas educativas y un auditorio de 44 plazas, además de albergar instalaciones para el personal del Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero. Este espacio complementa las actividades que se ofrecen a los visitantes del jardín.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué es el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero y qué extensión tiene?
Víctor Luna Monterroso (VLM): Un jardín botánico es una colección científica de plantas vivas, cuyos ejemplares están documentados e inventariados con propósitos de investigación científica, educación y conservación. El Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero tiene una superficie de 7.5 hectáreas y un área natural protegida (Santuario del Bosque de Niebla) de 30 hectáreas.
AIC: ¿Cuántos tipos de especies alberga?
VLM: Actualmente tiene mil 17 especies de plantas dentro de su colección, de las cuales tienen cinco mil 313 ejemplares en total. En su colección destacan las dos colecciones nacionales: la colección nacional de cícadas y la colección nacional de bambúes nativos de México. En la colección nacional de cícadas están representadas las 56 especies de México, es decir, tiene todas las especies de cícadas de México. La colección nacional de bambúes nativos de México tiene 35 especies de las 50 especies de bambúes nativos de México; el objetivo es tener todas las especies del país.
En México se reconocen 985 especies en riesgo de extinción según la Norma Oficial Mexicana 059 de 2010, de las cuales en el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero se tienen 121 en alguna categoría de riesgo según la norma antes referida, asimismo se tienen 18 y 17 especies endémicas de Veracruz y México, respectivamente, estas son especies que solo crecen en Veracruz o México y no crecen de manera silvestre en ningún otro lugar del mundo, más que dentro de los límites antes referidos.
Por mencionar algunas secciones de la colección más importantes se pueden citar 58 especies de árboles forestales de las 180 reportadas para Veracruz; 133 especies de plantas medicinales de las 902 reportadas para Veracruz; 78 especies de orquídeas del Bosque de Niebla de las 128 reportadas para Veracruz; y 21 especies silvestres de dalias y 12 variedades de dalias cultivadas.
Es importante mencionar que el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero es el único que cuenta con una hectárea de bosque mesófilo de montaña, dentro del Santuario del Bosque de Niebla.
En cuanto a los animales, no contamos con ninguno en cautiverio, las poblaciones de animales silvestres llegan a visitarnos de manera espontánea, ya que al cuidar las plantas, y en especial el bosque mesófilo de montaña, llegan solos animales residentes temporales y permanentes.
AIC: ¿Qué impacto ambiental tiene para la región?
VLM: El Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero es un espacio didáctico, visitado al año por 45 mil personas en promedio. Contribuye con la restauración de áreas urbanas y rurales inmersas en el Bosque de Niebla, promoviendo la valoración, conservación y uso de especies silvestres nativas y desarrollando protocolos de propagación.
Además asesora a las unidades de manejo ambiental (UMA) con las que colabora; propicia la participación de la población en programas de concienciación sobre el uso y conservación de los recursos, al tiempo que capacita docentes en temas como la biodiversidad, el consumo responsable y las consecuencias de las acciones cotidianas en la conservación de la diversidad vegetal.
AIC: ¿Cómo contribuye con los trabajos de investigación del Inecol?
VLM: Con las colecciones, facilita la descripción de especies y la realización de estudios genéticos y moleculares; asimismo, brinda apoyo a estudiantes, técnicos e investigadores que requieren información sobre ejemplares de las colecciones, o bien, en temas relacionados con la horticultura.
AIC: ¿Qué actividades y/o cursos organiza?
VLM: El Fairchild Challenge del Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero es el proyecto ambiental más ambicioso del jardín; en el ciclo escolar 2014-2015 involucró 284 escuelas de los niveles de educación especial, preescolar, primaria y secundaria, en las cuales interaccionamos con 509 maestros y se impactó indirectamente a 16 mil 352 niños. Se utiliza una metodología desarrollada por Fairchild Tropical Garden y se desarrolla en colaboración con ello y con la Secretaría de Educación de Veracruz.
Numeralia
A 38 años de su fundación, el Jardín Botánico del Inecol mantiene en su colección científica:
- 155 familias de plantas, de 92 géneros
- 1,017 especies con 5 mil 313 ejemplares
- 121 especies en peligro de extinción, de las cuales 18 son especies endémicas de Veracruz y 17, endémicas de México, además de 58 especies de árboles forestales de 180 reportadas para Veracruz
- 133 especies medicinales de las 902 reportadas para Veracruz
Ofrece el diplomado “Jardinería y mantenimiento integral de bosques urbanos” que tiene el objetivo de profesionalizar el oficio de jardinero, certificando competencias laborales, facilitando la oportunidad de empleo y contribuyendo a la mejora de espacios verdes urbanos y los jardines de la ciudad.
Brinda el curso teórico práctico de arboricultura, de trepa y poda de árboles; el arbolado urbano es cada día más importante y se requiere personal capacitado para su manejo, por eso se implementó este curso de arboricultura, se han capacitado a 226 personas en 15 cursos durante los últimos dos años.
Además ofrece el curso de verano, es un curso dirigido a niños de seis a 14 años durante las vacaciones de verano, con el objetivo de brindar a los niños un verano divertido en un espacio agradable con alto contenido de temas ecológicos y científicos de actualidad.
En el Día Nacional de Jardines Botánicos se prepara una muestra del trabajo de los jardines botánicos para todo el público. El primer domingo de cada mes realiza los "Domingos de Horticultura", impartiendo cápsulas de temas hortícolas con alto contenido práctico, con el fin de capacitar a las personas en el trabajo cotidiano en sus jardines o áreas verdes de su comunidad.
AIC: ¿Puede visitarlo la población?
VLM: Sí, de lunes a domingo en horario de 9:00 a 17:00 horas. Se ofrecen recorridos interpretativos a grupos de mínimo diez personas, los cuales deben programarse llamando al teléfono 01 (228) 842 1827.
El costo de entrada es de cinco pesos por niño y diez por adulto. En caso de incluir un recorrido interpretativo se incrementa el costo en cinco pesos más.
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Marytere Narváez
Mérida, Yuc, 29 de diciembre 2015.- (aguzados.com).- Para Ana Lidia Domínguez Ruiz, profesora investigadora en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y candidata del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), además de una facultad fisiológica, los sentidos se consideran desde una perspectiva antropológica como habilidades que se forman en el ser humano que pueden educarse, desarrollarse y transmitirse de generación en generación, de manera que las formas que tenemos de sentir están permeadas por la cultura.
En el marco del seminario Antropología de los sentidos impartido en la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), la investigadora compartió en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt sus experiencias en esta línea de investigación y, de manera particular, en el estudio del sonido como fenómeno social y cultural.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo estudia la antropología el campo de los sentidos?
Ana Lidia Domínguez Ruiz (ALDR): No todos vemos igual, no todos olemos ni decodificamos los datos sensoriales de la misma manera, la antropología de los sentidos o la antropología sensorial se encarga del estudio de la percepción. Justamente la percepción es el fenómeno fundador de esta disciplina porque es el primer acto de traducción del ser humano, es decir, sus sensaciones las traduce en percepciones. Cuando uno percibe una cosa como bella o como desagradable, entonces uno le está otorgando un valor a esa sensación y ese valor otorgado es la percepción. Por eso es que el mundo de los sentidos le interesa a la antropología, para saber cómo se construyen culturalmente los valores sensoriales.
AIC: ¿Cuáles son los antecedentes teóricos de esta perspectiva?
ALDR: En México es básicamente una disciplina nueva, pero ahora tiene mucho repunte. Hay gente que está muy interesada en la antropología visual a través de métodos etnográficos y visuales. Desde la música, particularmente la etnomusicología es un antecedente de la antropología del sonido, no solo la transmisión de los valores o los gustos musicales, sino de las maneras de escuchar.
La antropología sensorial es parte de una corriente de estudios más amplia conocida como estudios sensoriales, un campo multidisciplinario del que forman parte la psicología, sociología, filosofía, ciencia cognitiva y biología, por mencionar algunas ciencias. Hay quienes han pensado o han utilizado los sentidos para pensar los procesos simbólicos como la constitución de la identidad. David Holmes es uno de los autores principales entre los antropólogos que producen etnografías muy ricas en datos sensoriales, esa es la primera aproximación en la apertura hacia los grandes temas de la cultura por mediación de los sentidos.
Merleau-Ponty es el gran inspirador de la antropología de los sentidos. Generalmente utilizamos percepción como sinónimo de sensación, y son cosas totalmente distintas. Cuando olemos algo experimentamos una sensación, es decir, un estímulo, pero cuando uno le asigna un valor a la sensación eso ya es una percepción, Merleau-Ponty dice que este es nuestro primer prejuicio del mundo. Para mí esta distinción es la clave de la antropología de los sentidos.
La percepción no es una construcción meramente individual, hay cosas que uno clasifica en función de los gustos personales, pero esos gustos personales están determinados social y culturalmente.
En cuanto a las metodologías, la antropología de los sentidos es un campo inter, trans y multidisciplinario. Por ejemplo, yo he utilizado mucho el 'paisaje sonoro', que es una herramienta teórica y metodológica que te permite ubicar en un espacio elementos sensibles. Las metodologías son las de cualquier antropólogo, pero están muy prestas a la inventiva, uno puede crear muchas cosas, caminatas sonoras, salir a escuchar, se puede usar el cine para recuperar la memoria de la gente.
El Centre sur l'espace sonore et l'environnement urbain (Cresson) —donde hice una estancia doctoral— ha desarrollado muchas herramientas metodológicas para la recuperación de las sensaciones desde la arquitectura, a través del concepto de ambiente investiga cómo recuperar la experiencia y cómo se percibe un ambiente.
AIC: ¿Qué aspectos de los sentidos has investigado en México?
ALDR: Soy antropóloga sonora —si es que eso existe—. Me he ocupado del estudio del sonido como dato social. Mi primera aproximación fue la reconstrucción del paisaje sonoro de la ciudad de Cholula, Puebla. Retomé el concepto de paisaje sonoro de Murray Schaffer, pero no solo como un acto de contemplación sino como herramienta para ver cómo el sonido era algo que tenía consecuencias prácticas en la vida de las personas, en la religiosidad de la gente de Cholula, sus relaciones con los santos, con las campanas.
Posteriormente, en la ciudad de México comencé a trabajar con el ruido y cuestiones relacionadas con la contaminación acústica a través de un enfoque social. La idea era no solo pensar en este como un desecho sino tratar de entender el valor social del ruido, algo que comúnmente no se hace. El ruido lo producimos nosotros, la gente, el ruido es un producto social, entonces durante estos últimos cinco años he estudiado el ruido desde sus perspectivas artísticas, psicológicas, biológicas, urbanísticas, sociológicas y legislativas.
Recientemente participé en un proyecto de legislación de ruido de la ciudad de México, una ciudad muy complicada para ese trabajo y por lo tanto muy rica en los retos que representa entender este fenómeno. Derivado de eso he trabajado cuestiones relativas a la educación sensorial, la educación para la escucha como una manera de contribuir desde las ciencias sociales a solucionar este problema.
Hasta hace muy poco tiempo no había posibilidad de demandas por ruido, por lo que la gente no tenía dónde quejarse. Mi acceso al material era con gente que conocía o conocidos de conocidos que se quejaban del ruido, la gente abría foros de Internet para gritar sus frustraciones vecinales y el Internet se volvió parte de mi trabajo de campo. Cuando empecé a hacer estos trabajos consulté archivos de la Procuraduría Social del Distrito Federal y tenían escasas 20 demandas. El ‘no dato’ también es un dato, era interesante ver cómo no había causes jurídicos, por lo que realicé búsquedas en espacios muy pequeños donde a través de anecdotarios empecé a conocer por dónde han surgido los problemas de ruido.
AIC: ¿Cuándo se considera el ruido como violencia?
ALDR: El ruido es una forma de violencia acústica, entendida como una forma de agresión que se ejerce a través del sonido, más propiamente a los efectos negativos que la potencia sonora produce sobre el cuerpo. Pero esta violencia no solo se ejerce a través del volumen sino como imposición, es decir, obligar a alguien a escuchar lo que no se quiere.
El concepto de violencia acústica me ha llevado a estudiar el grito como violencia simbólica, como mecanismo de disciplina: uno grita para demostrar que es más fuerte que el otro sonoramente y es exactamente lo que hace el ruido. Desde la observación de fenómenos de guerras de sonido de un vecino contra otro, de un comerciante contra otro, hasta la guerra sempiterna de Israel y Palestina que se ha valido del uso de armas sónicas y mecanismos de control de las sonoridades sacras, particularmente con la promoción de la Ley Muecín. El ruido tiene una cantidad de lecturas muy importantes que pasa por distintos conceptos de violencia.
Hay ciertos elementos del ruido que son dañinos y eso es indiscutible. Independientemente de que el sentido del ruido se construye en la subjetividad —uno puede pensar que el sonido del motor de una motocicleta es hermoso si te gustan las motocicletas y al que no le guste dirá que es un sonido infernal—, está comprobado científicamente que hay niveles de ruido que son dañinos, que merman la escucha, pero eso no es una definición de ruido, es solo una cuestión que tiene que ver con mediciones. Es cierto que la definición de lo que es o no ruido puede ser utilizado como mecanismo de control, así como la indefinición de lo que es el ruido se presta justamente para cualquier fin.
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Roxana de León
San Luis Potosí, S.L.P., 29 de diciembre 2015.- (aguzados.com).- Con la finalidad de dar opciones a personas sedentarias para ejercitarse, la alumna Laura Méndez Magdaleno realizó una investigación acerca del tiempo mínimo que se requiere para tener una buena salud cardiopulmonar. La propuesta de la estudiante de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) es que realizar cinco minutos de entrenamiento intenso diarios tiene el mismo efecto que correr 20 minutos al día.
Méndez Magdaleno comentó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt: "El objetivo de este estudio es dar a la gente sedentaria una nueva opción de entrenamiento, y es que de acuerdo con las estadísticas, México ocupa el segundo sitio mundial en obesidad, donde el principal pretexto es la falta de tiempo, así tienes una opción de hacerlo en tu casa, solo cinco minutos diarios y te da el mismo beneficio cardiovascular que correr 20 minutos".
La doctora Guadalupe Dorantes Méndez, asesora del proyecto, comentó en entrevista: “La idea de evaluar entrenamiento físico en personas principalmente sedentarias fue un poquito ver si es bueno hacer ejercicio con una intensidad más grande durante poco tiempo; entonces propusimos protocolos de diferentes intensidades de ejercicio calculando varios índices”.
El proceso se basó en recopilar información de sujetos que realizaban 20 minutos diarios de trote contra el comportamiento de sujetos sedentarios que solo hacían cinco minutos de ejercicio intenso al día, ambos frente a una prueba estándar. La prueba estándar consistía en que los sujetos de prueba deberían subir y bajar un escalón de 50 cm durante cinco minutos, una vez a la semana. Se contó con la participación de ocho sujetos divididos en dos grupos sometidos a entrenamientos de intensidad alta y moderada.
Para la recopilación de datos se emplearon electrodos como sensores en torso y mano, y apoyados del fotopletismógrafo se obtuvo información que analizó la autora del proyecto. "Esto permitió observar que con el paso de las semanas eran visibles las mejorías en cuanto a la condición física de los sujetos de control", comentó la autora del trabajo. Con la información obtenida se analizaron índices de variabilidad de la frecuencia cardiaca y el tiempo transitorio del pulso.
Los resultados mostraron que no hubo diferencias significativas entre los dos tipos de entrenamiento. Sin embargo, se observó una tendencia de aumento en la activación parasimpática después de las cinco semanas de entrenamiento, lo que sugiere que los dos tipos de entrenamiento benefician la condición cardiovascular.
Como siguiente paso, se busca ampliar el grupo de estudio. Este trabajo de investigación fue ganador en el concurso de proyectos del 38o Congreso Nacional de Ingeniería Biomédica.
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Felipe Sánchez Banda
Saltillo, Coah, 28 de diciembre 2015.- (aguzados.com).- La Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), a través de su Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos, desarrolla la especialidad en Desarrollo Integral Alimentario para proporcionar una alternativa más a los profesionistas de la industria alimentaria de la región noreste de México.
El objetivo de la especialidad, de acuerdo con el portal web oficial, es "formar profesionales especialistas, capaces de generar y aplicar conocimientos innovadores, mediante la implementación de redes de colaboración nacionales e internacionales que contribuyan al desarrollo integral alimentario, con la finalidad de satisfacer las necesidades mundiales de alimentación y desarrollando nuevos productos que impacten de manera favorable la calidad de vida".
De acuerdo con el doctor Mario Alberto Cruz Hernández, jefe del Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la UAAAN, para la especialidad la vinculación entre universidad, productores y empresarios será fundamental.
“El objetivo es vincular cien por ciento la universidad con el sector productivo, es por ello que escogimos el nombre de desarrollo integral alimentario, en el cual podamos cubrir las expectativas de las personas que producen la materia prima, ayudarles a tener procesos innovadores con los que puedan aprovechar sus recursos para, en colaboración con ellos, dar un valor agregado a sus productos y vincularlos con empresas, tratar de apoyarlos en las problemáticas que pudieran surgir en cuanto al desarrollo de productos o algunos procesos y apoyarlos desde el punto de vista científico tecnológico”.
Las líneas de generación y aplicación del conocimiento (LGAC) son dos: Innovación y Desarrollo de Alimentos (IDA), dirigida a los alumnos que tengan el interés de integrarse en las diferentes áreas del desarrollo de nuevos productos, para lo cual se ha formado un grupo de profesionales expertos en la parte de desarrollo de alimentos; y la otra, Procesos Alimentarios (PA), dirigida a los alumnos que tengan el interés de conocer los fenómenos involucrados en la transformación de materias primas en productos alimentarios, para lo cual se ha constituido un grupo de profesionales expertos en la parte de desarrollo de alimentos.
Acerca de la importancia de la especialidad para el sector alimentario, Cruz Hernández agregó: “Para el sector alimentario tiene mucha importancia, se ha descuidado mucho desde el punto de vista científico y tecnológico porque hemos permitido que se estén creando productos y/o alimentos chatarra, alimentos que pueden causar algún daño a la salud y no hemos intervenido desde el punto de vista científico en la creación o el desarrollo de productos nutritivos que tengan un beneficio para la salud, en lugar de ello se crean productos chatarra y más comerciales”.
Para mayores informes pueden comunicarse al Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la UAAAN a través del correo Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o al teléfono 01 (844) 411 0200 ext. 2009 con la doctora Dolores Gabriela Martínez Vázquez y/o el doctor Mario Alberto Cruz Hernández.
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