- Javier García Zapata
Aguascalientes, Ags.- 15 de julio de 2019.- (aguzados.com).- El licenciado Jorge Varona, quien fuera Director fundador de MOMENTO, me hizo llegar el siguiente texto, que deseo compartir con mis lectores.
Aprovecho esta ocasión para reiterar mi gratitud al propio licenciado Varona, quien me abrió las puertas del periodismo y me ha dispensado con su amistad.
También fue determinante el apoyo incondicional de mi estimado amigo Raúl Cruz, que de Dios goce, así como el consejo y la orientación del apreciado Salvador Rodríguez, y de Daniel, su hermano. Recuerdo con honda gratitud también a Lázaro Cantú.
A tantos les debo tanto. ¡Muchas gracias!
Sin más, va la carta:
Estimado Javier:
En atención a tus inquietudes, acerca del origen y fundación del diario MOMENTO, a los 40 años de su cierre en julio (16) de 1979, te escribo estas líneas.
En el vestíbulo del entonces Hotel París, nos reunimos a platicar el ingeniero Gonzalo Padilla, Ignacio Rosillo (socio y director general de Editora del Centro de México, la empresa que editaba en San Luis Potosí y Zacatecas el diario MOMENTO) y yo. Fue a mediados de marzo de 1976. Pocas horas antes, el ingeniero Padilla me llamó por teléfono para invitarme a esa reunión sin saber por mi parte cuál era el motivo. Sin preámbulos el señor Rosillo me invitó a la fundación de MOMENTO de Aguascalientes, toda vez que, explicó, consideraba que había las condiciones para un nuevo diario. (Sólo había dos).
Coincidimos. Comentamos algunos aspectos para iniciar de inmediato los trabajos.
El señor Rosillo (Director de El Sol de San Luis) y yo (Director de El Sol del Centro) nos conocimos en la Ciudad de México, en reuniones a las cuales fuimos convocados en las oficinas centrales de la todavía Cadena García Valseca. En el curso de 1975 don Ignacio Rosillo dejó la dirección del El Sol de San Luis por diferencias con Benjamín Wong, entonces Director General de la Cadena. A principios de 1976 sucedió lo mismo conmigo.
El 12 de abril de 1976 circuló el primer ejemplar de MOMENTO de Aguascalientes. Desde ese día el diario logró una amplia aceptación social. Empezamos con tres mil ejemplares y llegamos a diez mil. Ciertamente predominaba la prensa escrita. No había la competencia de los noticieros locales de radio y TV, Internet ni redes sociales que ofrecen la noticia en tiempo real.
Me lo he explicado por dos razones: 1) el primer diario impreso a color con el entonces nuevo, aquí, sistema offset (como sabes, el viejo sistema de estereotipia (*) o “caliente” no permitía el color, además poco claro en las fotografías y “sucio”, es decir, fácilmente se impregnaban de tinta las manos de los lectores); 2) la apertura editorial y periodística, que fue una de los requisitos que admitió el Señor Rosillo. Con esto quiero decir que el centro de la noticia es, desde entonces, la sociedad misma, sus diversos actores (academia, empresarios, todos los partidos –no únicamente PRI—incluidos los entonces no reconocidos legalmente de “izquierda” o de “derecha”, sindicatos, disidentes sociales…) y ya no solamente las figuras centrales que eran la tradición en el periodismo local (Gobernador, Obispo y los delegados de las dependencias federales). Incluido, desde luego, crítica pública: editorialistas locales, columnas con comentarios sobre el acontecer diario tanto de política, como economía, educación, cultura y todas las cuestiones sociales relevantes.
Creo que para la circunstancias de entonces significó algo novedoso para los lectores y para los anunciantes. Desde luego, para la sociedad en general fue una especie de “aire fresco” en la vida de la entidad. En esa época hizo historia, desde años atrás, el Excélsior de Scherer. Después del ’68, era una demanda esencial la prensa libre y crítica. Fueron mis parámetros.
Todos los amigos y compañeros a quienes invité y se sumaron a esa tarea comprendieron de qué se trataba y asumieron cabalmente su responsabilidad. A ellos, quienes iniciaron, como todos los demás que se fueron incorporando, se debe el éxito y la presencia que logró MOMENTO desde su inicio y a lo largo de sus poco más de tres años de vida.
Recuerdo, entre los primeros, a Laura Medina, Queta Martínez, Idalia Bravo (incansable), brevemente mi esposa Gaby, Juan José Mora Barba y su hijo José Luis, Armando Alonso (el de la mejor prosa), Rolando Galindo (inquieto e incisivo), Gerardo Avendaño (tal vez el mejor reportero), José Luis Engel. A cargo de la sección de deportes Salvador Rodríguez (siempre muy serio y dedicado), reforzado por Efrén Rodríguez y Daniel Rodríguez. A pocos meses se integró Lázaro Cantú (quien hizo historia), así como Jaime Arteaga. Ambos venían de la oficina de prensa del Gobierno del Estado.
En el tema taurino Raúl Rentería Brun (gran conocedor, pero sobre todo un caballero). En fotografía Gonzalo Martínez (después se sumó Jorge), Alfonso Salas (“Mao”)… En tareas administrativas, Angélica Colín (todavía no era de Romero), José Isabel Vela. En publicidad Macario González (profesional). Jesús Eduardo Martín Jáuregui asesor jurídico… En otras etapas, Raúl Cruz Gallardo, Javier García Zapata, David Barba González, José García Muñoz, Fernando Ramos, Fernando Palacio, Martín Zapata (fotógrafo de SLP y compañero de aventuras periodísticas de Lázaro). Que me disculpen aquellos que omito porque a veces la memoria falla.
Fue particularmente importante para el arranque del diario el apoyo casi incondicional de Salvador Estrada (a cargo de la circulación) y la Asociación de Voceadores.
Algún día continuaré. Saludos.
Tu amigo Jorge Varona
(*) En artes gráficas, procedimiento para reproducir una composición tipográfica, que consiste en oprimir contra los tipos un cartón especial o una lámina de otra materia que sirve de molde para vaciar el metal fundido [por eso lo de “sistema caliente”] que sustituye al de la composición.