- El impacto real contra el virus podrá ser determinado después de su implementación a gran escala
- La aparición de casos de reinfección no destruye los avances en la creación de vacunas
- Así lo señaló la catedrática de la UVM, Campus Chapultepec, Gabriela Molina Olvera
Ciudad de México.- 8 de septiembre de 2020.- (aguzados.com).- La respuesta a la pregunta sobre si las vacunas que se están desarrollando en varios países del mundo para frenar al SARS-coV-2, serán eficientes para frenar la pandemia es incierta y aún no es del todo clara, dijo la coordinadora de Licenciaturas en Químico Farmacéutico Biotecnólogo (QFBT), Nutrición e ITSI, de la Universidad del Valle de México (UVM), Campus Chapultepec, Gabriela Molina Olvera.
Dijo que a finales del año pasado en China surgió este nuevo virus, causante del COVID-19, que a la fecha se ha convertido en una pandemia que ha afectado a la población, puesto en alerta a las instituciones de salud en todo el mundo; médicos e investigadores se han dado a la tarea de buscar opciones de tratamiento que ayuden a las personas infectadas a recuperarse de la enfermedad.
Señaló que cada día se publican nuevos artículos acerca de cómo es que el cuerpo se protege contra este coronavirus, la facilidad que tiene para mutar y los factores implicados en el desarrollo de la enfermedad.
La aparición de casos de reinfección no destruye los avances hechos en la creación de vacunas, sino que alerta a la población de que la vacunación no necesariamente podría brindar un escudo impenetrable por el virus.
Por ello, quizá será necesario mantener las medidas de cuidado actuales (lavado de manos, uso de cubrebocas, distancia social) aun cuando las vacunas comiencen a ser distribuidas.
“El impacto real en la población de la administración de vacunas contra el SARS-CoV-2 únicamente podrá ser determinado después de su implementación a gran escala; se está combatiendo contra un virus desconocido en muchos aspectos, por lo que los mecanismos inmunológicos alrededor de él no están del todo claros”, agregó
Añadió que “los grupos de investigación que siguen abordando la creación de vacunas para frenar los casos de COVID-19 necesitan considerar esta información para realizar las mejoras que sean necesarias; posiblemente en un futuro cercano veamos vacunas que brinden protección contra las variantes del virus de mayor circulación, tal y como ocurre actualmente con la influenza estacional”, indicó.
Molina Olvera manifestó que existen diferentes ensayos clínicos que han explorado la posibilidad de usar diversas estrategias para reducir la severidad de esta infección. Se han probado medicamentos ya conocidos usados de forma cotidiana como tratamiento para otras enfermedades, plasma proveniente de pacientes que se han recuperado, así como algunos moduladores del sistema inmunológico.
Sin embargo, todavía se sigue indagando en la efectividad de estos tratamientos, por lo que la terapia de soporte sigue siendo el principal auxiliar en el cuidado de los pacientes con COVID-19.
Expresó que normalmente, el desarrollo de una vacuna es un proceso que dura años, pues se requieren diferentes análisis que garanticen su seguridad y efectividad. Debido a la problemática actual, estas pruebas han reducido su tiempo de ejecución, por lo que en estos momentos algunas vacunas han pasado a la fase 3, es decir, ensayos a gran escala en humanos para probar su eficacia.
Las vacunas elaboradas por el grupo de Andrew J. Pollar (Reino Unido) y de Denis Y. Logunov (Rusia), han mostrado resultados prometedores durante las fases 1 y 2, con una generación de linfocitos específicos en todos los pacientes incluidos en el análisis y con una producción de anticuerpos en el 100% con la vacuna rusa y del 91-100% con la vacuna británica.
No obstante, otras vacunas han pasado a la fase 3 como aquellas elaboradas por Moderna/NIH, BioNTech/Pfizer/Fosun Pharma, Sinovac Biotech, entre otras.
La creación de estas vacunas brinda un panorama alentador para poder hacerle frente a esta pandemia, sin embargo, recientemente se han descrito casos de pacientes que han tenido reinfección, es decir, han vuelto a infectarse con el SARS-CoV-2.
“Vale la pena aclarar que infección no es lo mismo que enfermedad, el primer término se refiere a la invasión de un huésped por un agente patógeno, mientras que la enfermedad es una alteración al estado general de salud de un individuo”, indicó.
Añadió que una persona puede estar infectada sin estar enferma, es decir, ser un paciente asintomático. Los casos de reinfección descritos hasta el momento varían de un individuo a otro, un hombre en China y una mujer en México dieron positivo por segunda vez a la detección del virus, pero ninguno mostró síntomas de la enfermedad, lo cual hablaría de una respuesta protectora eficiente por parte del sistema inmunológico.
Sin embargo, un paciente reinfectado en Estados Unidos presentó sintomatología similar a la primera infección, exponiendo un foco de duda sobre la eficacia que podría tener una vacuna para proteger a la población contra la enfermedad.
“En estos momentos la comunidad científica sigue trabajando en la búsqueda de tener las herramientas necesarias para prevenir o tratar de forma adecuada este coronavirus; la vacunación sigue siendo un pilar en el combate contra las enfermedades, pues gracias a ella hemos erradicado padecimientos como la viruela y estamos en vías de desaparecer otros como la poliomielitis.
Los datos muestran que las vacunas que próximamente podrían distribuirse serían grandes aliadas para reducir los casos de COVID-19, sin embargo, las observaciones futuras serán el camino para seguir explorando mejores soluciones que lleven al control de esta pandemia”, concluyó.