Martes, 04 Marzo 2025
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LA POLÍTICA PUEDE SER FALSIFICABLE

 

 

  • El bienestar no se mide solo por dinero, tampoco por factores materiales

 

Ignacio Ruelas Olvera

 

Aguascalientes, Ags, 04 de marzo de 2025.- (aguzados.com).-  Discurso que degrada la realidad. ¡El mundo al revés!, si bien es importante la libertad y los derechos, en lógica y desarrollo humano el cultivo de valores y virtudes es producto de la enseñanza y la educación, que el Estado debe garantizar para el desarrollo de habilidades, competencias, capacidades…, para crear el mundo de la política.

El pacto constitucional es garante de que las personas ingresen a atmosferas de derechos y libertades reales, es decir, a la virtud de su autonomía. No basta con ser libres, es imperativo saber para qué, por qué, cómo... es la libertad.

La vida de un solo poder político no es vida, es repetir “la caverna de Platón”. La pluralidad es un menester social con “enemigos, adversarios, retrógrados, conservadores, fifís…”, su calidad ciudadana los incluye en el diálogo democrático, creativo, disruptivo, productivo, por el bien de la nación. Impide “…más luchas entre hermanos”, “olvidemos los rencores compañeros…” crea sociedades diversas, consensadas, armónicas, un parlamento de calidad es partitura democrática.

La educación es la formación de hábitos deseables, el saber de las habilidades, las competencias, las capacidades con que las personas obtienen su desarrollo en la vida personal y compartida.

Mientras la narrativa política no considere con seriedad el saber educativo, el desarrollo pierde la integridad que demanda.

No es función de memorizar, sino que el aprendizaje sea capaz de formar criterio, crítica, virtudes, coherencia, lucidez, de pensamiento y comportamiento.

Un circuito olvidado por los “marxianos”, que debemos recuperar desde la educación “temprana” es: Aprender a Aprender, autonomía para cultivarse, pensamiento crítico, destreza de análisis, evaluar, sintetizar, autonomía en los propios procesos de pensamiento y aprendizaje.

Aprender a Ser, desarrollo personal, autoconocimiento, autoestima y autoconfianza, valores y ética, impulso de dignidades.

Aprender a Hacer, habilidades prácticas, desplegar competencias técnicas y habilidades prácticas en “el mundo de la vida”, resolución de problemas de manera creativa y eficiente.

Aprender a Convivir, comunicación efectiva, resolución de conflictos…, empatía y solidaridad, respeto a la “otredad”.

Aprender a Compartir conocimientos y habilidades, responsabilidad social, ventura comunitaria y desarrollo sostenible.

Aprender a Transformar, disrupción, innovación para la transformación social y económica, compromiso con el cambio y mejora continua. Es álgebra que mezcla presente con pasado para crear proyecto, justo y sostenible. ¡Es el ejercicio de la utopía!

El discurso del oficialismo no tiene buen aprecio del bienestar como ancla de las libertades reales que las personas tienen. El triunfo electoral es ya trofeo apolillado.

El AHORA demanda seriedad en los mecanismos de las capacidades políticas para lograr acuerdos, consensos, humildad para reconocer que: “el otro puede tener razón”.

Las personas tienen diferentes capacidades para transformar recursos en actividades valiosas.

El bienestar no se mide solo por dinero, tampoco por factores materiales, es esencial entender cómo se distribuyan las oportunidades en la sociedad y de qué manera puede discutir en uso de sus libertades y derechos.

Han sido omisos en las políticas públicas que consideren con efectividad las funciones y capacidades de los gobernados, de los justiciados, y de su plural participación en la vida comunitaria.

Deben saber que las capacidades personales son alma y espíritu de las libertades sustantivas, es el debate que logra armonía social, posibilitan la valoración del bienestar, la calidad de vida y el ejercicio de derechos.

La primera minoría se ha centrado en sus militancias y abandonaron las estructuras sociales. No saben siquiera qué capacidades específicas deben priorizarse. No han mostrado su evaluación de la correlación entre derechos y capacidades. Mejorar el bienestar para distinguir libertades reales y oportunidades para una vida plena.

Olvidan que las emociones son esculturas de la enseñanza, la educación, la cultura; no son absurdas, tampoco ilógicas. Las emociones enjuician, justiprecian, son avenida de los juicios sobre la vida, las palabras y las cosas.

“El pueblo bueno” real, no el de sus narrativas, cuando la injusticia los abraza se indigna, evalúa el engaño. Esos 36 millones no votaron por el secuestro institucional de la justicia, empero padecerán la deformación. La justicia no es representativa, es aplicativa en base al derecho.

En la cólera moral se erige la ética de la justicia y el bienestar humano.

Evadir la educación emocional acepta la formación de individuos inmorales e irresponsables.

Es en sociedad donde se fomenta solidaridad y justicia.

La irritación frente a las injusticias sociales motivará al “pueblo bueno” a luchar por el cambio y la reforma.

Es preciso que la cultura del trabajo sea la solución que proteja a los vulnerables.

La autocracia de la primera minoría de combatir el nepotismo con una demora familiar es trampa, engaño, deslealtad...

Los oídos sordos de las pérdidas mega millonarias en PEMEX producen un rencor político, pues la autoridad es obstáculo.

¡La realidad es incuestionable!, en ese expediente emocional se bosquejan las reivindicaciones de la excepcional sociedad mexicana, al tiempo.

 

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