- … las promesas nunca han sido compromisos éticos
Ignacio Ruelas Olvera
Aguascalientes, Ags, 24 de diciembre de 2024.- (aguzados.com).- Una de las enseñanzas de Lacan es el simbolismo. Tiene influencia hegeliana, la idea. Ruta cómoda para gobernantes sin respeto al Estado Constitucional de Derecho.
Cuando la realidad se simboliza las cosas se sintetizan en conceptos en donde están presentes en su propia convención de lenguaje, veámoslo así, “me canso ganso, 4T…”, “veo un México con hambre y con sed de justicia”, “Un político pobre, es un pobre político”, “somos una nueva generación de priistas”, “Haiga sido como haiga sido”, “Por el bien de todos, primero los pobres” ... Lo simbólico comienza en el lenguaje, lo detona su sentido relacional.
Admitamos que “…una persona es Tlatoani porque sus súbditos se comportan ante él como un Tlatoani” ... La publicidad reitera palabras que producen significados, la cobertura, la frecuencia fonética, escrita, sugerida en pantallas, la dispersión comunicativa “boca a boca” hace su trabajo. Se suma a la posverdad la propaganda que impacta en el orden simbólico, “el segundo piso de la 4T”.
En esa narrativa surge un torrente ideológico, es decir, desde el contexto es un ilusorio reconocimiento de la realidad social. Sin esfuerzo empírico se puede establecer que un porcentaje MUY AMPLIO no saben qué significa “con PRI sí”, “cucarachas, víboras prietas, sanguijuelas”, “La 4ª transformación”, desconocen el sentido de esas palabras; no hay una pedagogía pública que demuestre la razón de “…sí, víboras prietas, 4T”, en cada momento despertaron esperanza de cambio político y social.
Empero, los ideologizados dicen: “somos: priistas, panistas, perredistas, cuatroteistas…”. En frases han conceptualizado ideas. Todos saben que se trata del partido gobernante en su momento. ¿Cuáles ideas, cambios, transformaciones…? ¡No ha cambiado, ni realidad, ni convivencia!
La ideología actúa como “una fantasía inconsciente que estructura la realidad”, señala Slavoj Žižek a la teoría crítica y al psicoanálisis “lacaniano”, (El sublime objeto de la ideología, ed. Siglo XXI, México, 1992).
La ideología no adjunta falsedades que impiden la revelación de la realidad, sino que se acomoda en el proceso cultural de prácticas y costumbres, así forja la manera en que percibimos y estructuramos la realidad.
La política al dejar de ser de Estado para ser de ideología, fragua una “fantasía ideológica”, oculta y constituye la realidad, una percepción del mundo de la vida e interacciones sociales. Si observamos el debate mediático y la pobre discusión parlamentaria, encontramos un placer en sus “fantasías ideológicas”.
Existen agravios y perjuicios para los ideologizados, sin embargo, resisten y desarrollan narrativas justificativas. Sin duda, el discurso ideológico crea un repelente que ofrece resistencia a todo enunciado con refutación racional. ¿Cuál es la razón de satanizar la palabra navidad?
La desaprobación es una constante que busca conexión. Observamos en las “Mañaneras”, hoy en “mañaneras del pueblo”, donde no hay confrontación por cuestionamientos, dudas, explicaciones… Sino un traslado de la atención hacia el pretérito o persona “culpable”, sin derecho de audiencia, ni presunción de inocencia.
En el Congreso de la Unión padecemos una anémica e incoherente acción argumentativa de una oposición timorata, con retórica débil e inadecuada; aguantamos también a las “mayorías adula-pueblo”, constatamos su inconsciente narrativa ideológica.
Se debate un tema y ellos profieren discursos inconexos y culpabilidades sorprendentes; si se habla de seguridad pública, se blasfema hasta de Jesucristo hijo de un tal José carpintero…, una ideología subjetiva que escritura en falso una realidad social y política, presuntuosa, fatua, distorsionante.
En ese sentido las oposiciones deben emprender una lucha seria contra las fantasías ideológicas que no asumen responsabilidades, atacan al pasado que ELLOS construyeron en otros partidos y otras ideologías.
Es preciso enfrentar sus falsas realidades, desmitificar sus narrativas de geometría política, inexistente, inconsciente, inconsistente.
“El pueblo bueno y Sabio… para seguir siendo libres… hoy, hoy, hoy”, no hay prueba que el pueblo participe en las decisiones; una laxa democracia interna de partidos; la mano alzada es una irresponsabilidad política. “Lucha contra la desigualdad… justicia social… democracia de ciudadanos conscientes” ..., una redistribución de la riqueza, NO; lucha contra la corrupción, NO.
“Soberanía nacional e independencia de México”, NO. “Antiimperialismo y contra políticas neoliberales”, NO, ninguna propuesta antiimperialista, ¿cómo desaparecer el mercado? Solo críticas “al pasado, a los adversarios, los conservadores, SIN proyectos fácticos para el porvenir…”, conceptos de gran impacto mediático. “Honestidad y Transparencia”, “…renovación moral de la sociedad, barrer la corrupción de arriba hacia abajo” … han sido solo frases. Transitamos 7 décadas del PRI, 12 años de PAN, 7 años de 4T. No han impulsado desarrollo sostenible, justicia económica de la que México es capaz y que ha sido acompañada fuertemente por la iniciativa privada.
Un desperdicio político y traiciones sociales, las promesas nunca han sido compromisos éticos.
Desperdician su legitimidad, infringen la legalidad, deshonran el Estado.
Subsumen el procedimiento electoral que tiene reconocimiento internacional.
El despotismo político los enferma, cancelan el diálogo.
El poder no lo han llevado a virtudes del desempeño público.