Sábado, 05 Octubre 2024
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LA DOLOROSA RESPIRACIÓN ARTIFICIAL DEL PRI

 

 

  • En su agonía, finalmente el día de ayer perdió la voz

 

Jorge Benito Palomino Ibarra

 

El día 27 de junio fui testigo de un universo político paralelo que nunca debió de haber sucedido.

La última asamblea estatal del Partido Revolucionario Institucional de cara a su destino final.

En lugar de encontrarme con un viejo sabio, satisfecho de haber cumplido su deber en la construcción de un país que alguna vez fue icono y referente internacional, me encontré en un cuarto, desolado, en donde parientes lejanos y desconocidos peleaban por mantener encendida la máquina de respiración artificial, prolongando la agonía y el sufrimiento de un PRI cansado, desfigurado, casi irreconocible por la destrucción y desgaste de sus entrañas, venido a menos por el cáncer de la corrupción, el tumor que fue creciendo de los intereses personales de las células que se alimentan de lo que alguna vez fue un cuerpo fuerte, robusto, que resistió los embates de los retos sociales que se vieron cristalizados en instituciones fuertes y consolidadas con el trabajo de todos y cada uno de los mexicanos.

En su agonía, finalmente el día de ayer perdió la voz.

Sus verdugos se encargaron de acallar sus últimos deseos, sus palabras de despedida y aliento para los mexicanos, su última voluntad.

Los que quisimos ponerle nombre y expresión a su dolor, fuimos censurados y desterrados.

En una intervención en la mesa de trabajo del código de ética, cuestioné los resultados de una dirigencia cínica y siniestra. No había forma de justificar el daño que le están causando.

En lugar de cuestionarse, simularon empatía y enterraron las ideas, cómo un puño de tierra, en la fosa común que han ido cavando para enterrar ahí sus canonjías, sus conciencias y su último gajo de dignidad y ética.

En una asamblea se repartieron en una plantilla gris, los cuchillos con los que han de acribillar el ya inerte cuerpo, con falsas loas para reelegir al verdugo moreno.

Con voces de villanos, se repartieron los últimos espacios políticos entre los desconocidos que han simulado toda su vida, viviendo a expensas del partido.

Cual rémoras, se alimentan de las escamas y migajas que pudieron sustraer de la caridad de otros partidos y actores políticos.

Nunca podré entender el tamaño y el alcance de la avaricia y la ambición, de los doble caras, que, invitando a hablar de ética, se burlan cínicamente, de la seriedad con la que abordábamos el tema.

El último en llegar (Alito Moreno) sugirió que él sabía la cura (se jactaba de saber ganar elecciones).

Perdió un par de decenas de gubernaturas, evidenciando que su intención nunca fue servir, sino servirse. Cambiamos las tradiciones por traiciones.

Hoy no queda mucho.

Los cobardes no dieron espacio alguno en la asamblea, para que se escucharan las voces, las ideas, las divergencias. Ésta es su sentencia.

Nunca renuncié al PRI, nunca lo abandoné. Ahora en el PRI, los que dicen representarlo, renunciaron a su militancia, a sus expresiones.

El partido se va a “reformar” y para esto requerirán de una reafiliación masiva.

Yo me reservaré el derecho. Y, ¿usted?

 

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