Miércoles, 02 Abril 2025
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LO QUE LA IDEOLOGÍA NOS ENDILGUE

 

 

  • El poder que no proviene de la democracia, sino de la captura y secuestro de la realidad

 

Ignacio Ruelas Olvera

 

Aguascalientes, Ags, 01 de abril de 2025.- (aguzados.com).- Las narrativas se cruzan en una evidente evasión de sus motivos. Lo padecemos a diario en el ámbito político.

Los escuchas no tienen beneficio, sino consignas ideológicas. “Corridas de toros sin violencia” una idea sin sustento de cultura, tradiciones, arte…; “Rancho Izaguirre, en Teuchitlán”, profieren: “no hay evidencias, las madres buscadoras fueron enviadas por alguien…” Seguramente son enemigas, conservadoras, de derecha… La fiesta antitaurina le ganó la atención pública a Teuchitlán. ¡Ingeniosos!

¿Qué pasa con el lenguaje?, su precariedad cultural, imaginativa… nos recluta a un Auschwitz-Birkenau en clave posmoderna, ofrece nueva vida con grandes ingresos al servicio del crimen, una percepción muy equivocada de la vida social.

En política sobresale el poder y no el servicio. En la narrativa política se aprecia carencia de lenguaje. Las ideologías limitan lenguaje y libertad, son una “mónada” como lo pensó Leibniz, que moldea nuestras percepciones del “mundo de la vida” y, como dice Slavoj Žižek “oculta las restricciones reales que nos condicionan”. Además, señala, “esa libertad que percibimos puede ser más una ilusión que una realidad auténtica”. (The Sublime Object of Ideology, 1989)

El cuerpo electoral vota y define rumbos sociales. Con el silencio de la educación y el ejercicio amoral del poder público, la libertad electoral queda dominada por la manipulación ideológica en turno, es decir, al llegar a la mesa de votación la decisión pierde su libertad pues ha sido condicionada por esas “mónadas” que nos restringen.

La ocurrencia de que el “pueblo elija a los juzgadores” es un despropósito político, jurídico, logístico, del procedimiento electoral; una Ley General de instituciones y procedimientos electorales que sirve a medias y la otra mitad a contentillo del poder.

Un formato de boletas poco accesible al electorado se antoja más como una forma de control de alineamiento al elector, por ejemplo, las autoridades dicen que no pasara del 15% la participación, de una lista electoral de un millón de registros. Se dijo que: “…el pueblo mandó la elección del poder judicial”. Precipitaron la contradicción.

Las tribunas del oficialismo son un administrador de cómo serán las decisiones. La ministra del interior explica cómo son las boletas y cómo serán las votaciones, en invasión al INE. Con ello la narrativa irrumpe y condiciona las decisiones colectivas.

Queda secuestrada libertad y autonomía ciudadana para ejercer el derecho a votar. Las voces opositoras se mimetizan con los predicados de la primera minoría, no se atreven a cuestionar la normatividad, menos el despotismo dominante. La única opción es la ideología en turno que acecha como serpiente amenazante.

Marx, Engels, Lenin, sus reflexiones e ideas se olvidaron, en su lugar colocan un discurso que moldea la realidad inventada desde “la ideología de izquierda”. Lo mismo se puede decir de la derecha. Ambos populistas.

Ambos abandonan la convicción de sus posturas políticas y se suman a los caprichos del poder, siguen a la letra que “el poder no se comparte, se ejerce”, o sea, el poder que no proviene de la democracia, sino de la captura y secuestro de la realidad.

La salida es que el cuerpo electoral sea auténtico y haga un esfuerzo que le permita manumitirse del secuestro político y panóptico ideológico. No hacerlo es perder la conciencia de la manipulación que en cada poro nos acecha con una realidad inexistente, se queda una sola ruta: la ideología, una realidad inventada.

La precipitación de las contradicciones ampara los intereses. La prueba didáctica es el tema Cuauhtémoc Blanco. El desafuero no es prescripción de culpabilidad, sino de racionalidad y derecho para que pueda juzgarse como ciudadano. Su presunción de inocencia no está en duda, ésta debe garantizarse. El artículo 61 de la CPEUM lo protege en el sentido político con el famoso fuero y la denunciante queda sin justicia. Sería un gesto de urbanidad que el Sr. Blanco venza a su hermana en juicio.

“No estás solo, no estás solo” frustra la esperanza de una sociedad justa y equilibrada. El poder jugó, una vez más, con las emociones, anhelos, utopías, a las que aspira la dignidad política.

Las ideologías inhiben la política. Por ejemplo, “Espacio libre de humo”, con ello creemos que contribuimos con la salud pública, sin embargo, la venta y consumo de cigarrillos sigue siendo desproporcionado a pesar de los impuestos que le endosan.

¿Por qué no considerar una sociedad libre de ideologías? La solución está en la cancha de la educación que engendre una cultura de ciudadanía crítica, autónoma, libre, que se sepa desenvolver en ilocucionarias ideologías.

“Las benditas redes sociales”, son muestra que no hay libertades, están controladas por algoritmos que predeterminan.

Las elecciones que tomamos en la vida cotidiana están a merced de las circunstancias. Las propias opciones políticas quedan a merced de intereses que limitan los cambios reales.

¡Es hora de reiniciar la ética política!

 

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