A mi familia y amigos, con afecto
- Se acabarán rencores / de hermanos contra hermanos; / se enlazarán las manos / del rico y del gañán*; / los mexicanos, todos, / al pie de su Bandera / mil himnos por doquiera / de triunfo cantarán.
Canción sinarquista
Francisco Javier García Zapata
Aguascalientes, Ags, 24 de mayo de 2024.- (aguzados.com).- Frente al encono que estamos viviendo en nuestro país, más bien una auténtica guerra civil que se mira sobre todo en las redes sociales, pero que en no pocas veces trasciende hacia las calles, o es reflejo de lo que en ellas sucede, y que confronta a amigos y familiares, me parece oportuno voltear la mirada a una propuesta que hoy, a 87 años de haber sido puesta en marcha, es quizá más vigente.
La actual campaña ha levantado pasiones como pocas veces, Expresar hoy una opinión distinta de los otros -independientemente de quiénes sean esos otros, o de qué “lado de la historia” estén-- se considera un acto que merece la horca y el descuartizamiento.
Quizá ni en los peores momentos del partido único estaba tan polarizada la sociedad.
Causa tristeza más que agravio o enojo, porque incluso aquellos amigos de décadas lo menos que hacen es “pendejear” al otro, así sea con eufemismos.
Siempre hay respuestas y siempre hay argumentos –pero sobre todo datos duros, cifras objetivas-- de cualesquiera de las partes, y es posible apreciarlas cuando hay disposición para escuchar e incluso para debatir. Pero hoy están rotos los puentes, y la reconciliación se ve cada vez más distante, consecuencia de tantos y tan severos insultos.
Y aunque está claro que una opinión no por ser mayoritaria es verdadera, preocupa que en estos tiempos líquidos se imponga la dictadura de las minorías, que hacen de la denostación su argumento. De pronto hasta se mueve el piso de las propias convicciones, para luego, ciertamente, hacerlas más sólidas.
Pero todo este antecedente ustedes lo conocen, y sin duda lo estarán padeciendo en su entorno. Vayamos, pues, a rememorar que el 23 de mayo de 1937 fue fundada en León, Guanajuato. La Unión Nacional Sinarquista (UNS), un movimiento, una filosofía, una forma de ver y proponer la vida, basada justamente en la defensa de la vida y sus más altos valores, y que este domingo celebrará su aniversario con varios eventos en Comonfort, Guanajuato, como lo que es: una agrupación auténticamente popular.
Al alcance de quien desee profundizar en el tema, están documentos en los archivos del Instituto Nacional Electoral, pues desafortunadamente las filas sinarquistas han menguado, y hoy no quedará ninguno de sus fundadores, aunque sí entusiastas miembros que mantienen en alto la llama del que en su momento desbordó plazas de todo el país, incluyendo Aguascalientes.
La UNS se inspira en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, y para no ahondar ahora podría aquí resumir su filosofía en unas cuentas palabras de quien es reconocido como su fundador, el joven queretano José Antonio Urquiza, que, paradójicamente, fue asesinado por uno de sus trabajadores, por los que luchaba.
Dijo Juan Antonio, sintetizando las ideas del movimiento sinarquista: “El bien que quiero para mí, lo quiero para todos los demás”.
Tan sencillo y profundo. Para los creyentes, es una adecuada interpretación del mandamiento “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Y no tiene qué ver con egoísmos ni falsos mesianismos, pues es evidente que no podemos dar lo que no poseemos.
No se trata de que, pues no puedo comprarme un segundo par de zapatos, que nadie más tenga la posibilidad, sino de que todos estemos en condiciones de acceder a los bienes y satisfactores a los que tenemos derecho.
A esa frase joseantoniana se le añade otra para ampliar el panorama: “Frente al grito comunista de ‘todos proletarios’, levantamos el nuestro: ‘todos propietarios’ “. Es decir, que avancemos juntos hacia el verdadero progreso, y no quedarnos en el conformismo, y menos en la confrontación; que el Estado no se arrogue derechos, sino que sea factor de equilibrio: ni estatismo socialista, ni capitalismo inhumano.
El sinarquismo pretende la unidad de los mexicanos, por encima de las diferencias. En el epígrafe puse los versos de una canción que así lo resume, y en los cuales, por cierto, la palabra “gañán” es utilizada en su sentido originario: mozo, agricultor, hombre rudo.
Necesitamos reencontrarnos, reconciliarnos. Reconocernos tanto en el sentido de volvernos a conocer como en el de valorarnos como individuos, no como masa; mirarnos tan diferentes e iguales que somos, pertenecientes a un mismo país e incluso a una misma época.
Todos cabemos en esta patria. Y eso es precisamente lo que hoy quiero defender. Quiero seguir pensando y expresándome con libertad; quiero continuar cuestionando sin temor a represalias. Aspiro a un México de paz y de respeto; de diálogo y consenso.
Rechazo el pensamiento único y excluyente; digo “no” a un gobierno autoritario: eso es para las dictaduras personales o partidistas, no para las democracias como la que anhelo.
Bienvenidos los argumentos y el debate; no el insulto fanatizado, la burla ni la cerrazón de los monólogos.
Deseo para ustedes lo mismo que para mí y para mi familia: bienestar, seguridad, prosperidad, empleo, salud y educación de calidad. Supongo que ustedes querrán lo mismo, pues parafraseando a Peña Nieto seguramente “Nadie se levanta con el afán de joder” al otro.
Que tengamos visiones distintas no nos hace enemigos. Pero sí me gustaría subrayar que incluso los cuestionamientos entre nosotros sólo son posibles en un ambiente de libertad, de pluralidad, de democracia, de derechos, de Derecho. Yo veo riesgos y a partir de ello tomo decisiones sobre mi voto.
A fin de cuentas, familia y amigos, como dicen ahora los jóvenes: “Ni nos topan” el presidente, su candidata o Xóchitl, y nosotros andamos acá haciéndonos trizas. Vayamos a las urnas en paz, expresémonos con respeto, con datos e ideas, no con descalificaciones. Los dogmas apenas si caben hoy en las religiones.