- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 19 de marzo de 2019.- (aguzados.com).- Rafael Moreno Valle, el malogrado senador poblano, solía decir que “cada elección es una lección”, y la interna del PAN en el municipio de Aguascalientes, no fue la excepción.
Julio César Medina Delgado es el menos culpable de su derrota, porque lo llevaron, empujaron y colocaron en el momento menos oportuno y en el lugar menos preciso, para ser sacrificado en la dura piedra de Acción Nacional.
Fue víctima, entre otros factores, a saber:
De la rebelión silenciosa del voto contra el oficialismo y la imposición.
De dinosaurios y descendencia política de éstos, que se vienen tropezando en cada proceso interno hasta llegar a la caída final, para ser exhibidos como liderazgos viejos, inoperantes, que deberían ser guardados en el lugar de honor del Parque Jurásico azul y blanco.
De la militancia abandonada por el gobierno estatal.
De un diagnóstico mal elaborado, que minimizó las potencialidades del equipo contrario.
Y de un ineficiente equipo de precampaña que tuvo escasos aciertos y nutridas fallas, empezando por el trabajo de Manuel Appendini Carrera, jefe de prensa del gobierno del estado, convertido en un fusible quemado, a pesar de su cortísima vida burocrática, por la inexperiencia y la incapacidad.
El anverso de la moneda fue María Teresa Jiménez Esquivel, rodeada de algunos generales, pocos coroneles y muchísima tropa, que se desplazaron en el campo de batalla de forma precisa, sin jactanciosos desplantes, para alcanzar el holgado triunfo.
Considerar a dos o tres mandos superiores, como padres de la victoria, es una mezquindad del tamaño del universo, porque la historia es implacable al momento de recordar el timing victorioso de la alcaldesa capitalina en dos procesos internos y dos elecciones constitucionales.
Revisemos los cuatro triunfos de la todavía invicta:
En 2012 derrotó al líder cetemista (PRI), José Alfredo González González, en el Distrito 02, para convertirse en diputada federal; la diferencia de votos fue de, apenas, 480 votos del total sufragados, es decir, 28.85% contra 28.58%.
En 2016 le pasó por encima a su correligionaria Alma Hilda Medina Macías en el proceso interno del PAN para elegir candidata a presidenta municipal de Aguascalientes, al obtener 2 mil 196 (58%) del total de los votos emitidos contra mil 539 (42%); se estimó un padrón de 14 mil panistas, pero menos del 30% acudió a las urnas.
Contrario a lo que ocurrió este año con Medina Delgado, al reconocer inmediatamente su derrota, Medina Macías impugnó sin éxito la contienda ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Ese mismo año, 2016, Jiménez Esquivel agarró a elotazos al priista José de Jesús Ríos Alba, al ganarle la Presidencia Municipal de Aguascalientes, con la abismal diferencia de 8.47% del total, es decir, 117 mil 189 votos contra 92 mil 280.
Mientras, el candidato a gobernador Martín Orozco Sandoval victimó a la candidata del PRI, Lorena Martínez Rodríguez, por apenas 2.92%.
Este año, 2019, Jiménez Esquivel derrotó en la interna a Medina Delgado y buscará su reelección a la alcaldía capitalina; cosechó 4 mil 188 votos (66.9%) del total de votos contra 2000 mil 6 (32.1%); y la asistencia registró el histórico 88.7% de los 7 mil anotados en el padrón de militantes.
La aguascalentense nacida en Valle de Bravo, Estado de México, va por su quinta victoria consecutiva, tercera constitucional, pero antes inició la famosa Operación Cicatriz Azul, al tender la mano a los contrarios y a los traidores, sabedora que se necesitan para darle el triunfo al PAN.
“No rodarán cabezas en el gabinete municipal (…) Nosotros estamos en un trabajo de unidad, era lo que se había planteado desde un principio; ya estamos en un tema de unidad, entonces es lo que va a prevalecer”, declaró la alcaldesa a Pagina 24 (15/03/2019).
Pero el lúdico sentimiento se detuvo en el patíbulo de uno de sus más cercanos, el diputado panista Luis Enrique García López, alias Quique Galo, quien todavía con la metralleta en la mano informó que “naturalmente que habrá cambios en el gabinete del Gobierno Municipal”, porque “son los juegos y los embates democratizadores que traen los procesos internos; me queda claro que todos son buenos funcionarios, no podríamos decir que se van o se quedan por ser buenos o por ser malos” (Pagina 24, 15/03/2019).
El PAN suelen procesar sus luchas internas de forma civilizada y ordenada. El reagrupamiento es una práctica que les da buenos dividendos, por eso suele aplicar la elección abierta para democratizar internamente su vida electoral. Seguramente, Jiménez Esquivel no es la excepción ni el factor que desestabilice su campaña.
Porque alguien tiene que escribirlo: Hasta la próxima.
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