- La actualización de esta estrategia cuenta con la participación de todas las áreas de la institución.
México, D.F. 11 de julio 2014. (aguzados.com).- La corresponsabilidad de los gobiernos federal, estatal y municipal y la participación de la sociedad son fundamentales para prevenir y reducir los riesgos que pueden generar los fenómenos hidrometeorológicos. Por esta razón, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) actualizó su Protocolo de Emergencias, donde se establecen las acciones a desarrollar, antes, durante y después de las emergencias
Estos procedimientos incluyen una estrecha colaboración con la Coordinación Nacional de Protección Civil, de la Secretaría de Gobernación, así como con los gobiernos de los estados y los municipios, para poner a su disposición de manera oportuna la información relativa a los fenómenos hidrometeorológicos, coadyuvar en la mitigación de las contingencias y contribuir al restablecimiento de la normalidad, después de las afectaciones.
En la actualización del protocolo participan todas las áreas de Conagua, principalmente las subdirecciones generales de Infraestructura Hidroagrícola, de Administración y de Agua Potable, Drenaje y Saneamiento, así como de las coordinaciones generales de Atención de Emergencias y Consejos de Cuenca y de Comunicación y Cultura del Agua.
En la fase “Antes de la emergencia”, que va de diciembre a mayo, se incluye (por primera vez) el periodo de estiaje, la etapa de preparación y vigilancia, y la alerta. Es entonces cuando se planifican, preparan y definen estrategias y mecanismo de actuación, acopio de material y equipo, se fortalece la organización y la coordinación interna, se suman esfuerzos de las autoridades de los tres órdenes de Gobierno.
La fase propiamente de “Alerta” incluye avisos a las autoridades implicadas, particularmente a las diferentes áreas de Protección Civil, a nivel nacional y estatal, sobre las condiciones meteorológicas o hidrológicas que pudieran generar una situación de emergencia.
En este periodo el monitoreo de las condiciones meteorológicas, la coordinación interinstitucional, la planeación y preparación de recursos económicos y materiales, así como la revisión de las obras hidráulicas, son fundamentales para estar mejor preparados, detectar y reducir riesgos.
En la fase “Durante la Emergencia”, que inicia cuando el impacto del fenómeno meteorológico es inminente y se mantiene durante el desarrollo de las condiciones que generaron la contingencia, se realizan actividades de protección directa a la población y a la infraestructura hidráulica, mediante diversas obras.
La comunicación efectiva con las autoridades y la población es fundamental, durante este lapso, debido a que de ello depende la actuación oportuna.
Asimismo, las Brigadas de Protección a la Infraestructura y Atención de Emergencias (PIAE), destacadas en todo el país, tienen un papel fundamental en el desalojo de agua en regiones inundadas y en el apoyo a los municipios en el desazolve y la limpieza de las redes de drenaje. En los 20 Centros Regionales de Atención a Emergencias, además de operar equipos como plantas generadoras de energía y de potabilización de agua para garantizar el abasto a instituciones de salud y a la población, realizan obras de emergencia como el levantamiento de bordos de protección.
En este protocolo, se considera la fase “Después de la Emergencia” a partir del momento en que concluye la contingencia, y se prolonga hasta el restablecimiento de las condiciones en las zonas afectadas.
En esta etapa se realizan tareas de evaluación del estado de infraestructura hidráulica, de rehabilitación y limpieza, se reparan los daños más relevantes, y se brindan servicios básicos de agua potable, saneamiento y riego.
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