- La fragmentación del sistema es el principal conflicto para lograr la universalidad del acceso a la salud, que impacta en el gasto de bolsillo
Ciudad de México, 9 de septiembre de 2024.- (aguzados.com).- El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que 64.7 millones de mexicanos carecen de acceso a la seguridad social, y más de 50 millones no cuentan con servicios de salud. Estas cifras evidencian la urgencia de establecer un sistema de salud universal que garantice el acceso equitativo a la atención médica para todos, especialmente para los sectores más vulnerables.
En entrevista con Soy Paciente, el doctor John Scott Andretta, miembro del Comité Ejecutivo del Coneval, subrayó que “la solución más efectiva sería implementar un sistema de salud universal integral accesible para toda la población, con un financiamiento adecuado”. Scott destacó que en México el sistema de salud está fragmentado entre la parte contributiva y no contributiva, lo que genera ineficiencias y desigualdades que afectan especialmente a los sectores de menores ingresos, quienes se ven obligados a realizar gastos de bolsillo ante cualquier eventualidad médica.
“El reto principal es establecer un sistema de salud integral que esté adecuadamente financiado y gestionado, con la infraestructura y los recursos necesarios, tanto físicos como humanos, para atender a toda la población. Además, la Constitución mexicana establece que no solo los servicios de salud deben ser gratuitos, sino también los medicamentos asociados, lo que reduce el gasto de bolsillo, especialmente en las poblaciones más vulnerables”, señaló Scott.
Actualmente, en México, cerca del 50% del gasto en salud proviene de los bolsillos de las familias. Esta situación se agrava cuando se trata de gastos catastróficos, que se definen como aquellos en los que una familia debe destinar el 30% o más de su ingreso neto, después de cubrir necesidades básicas, a atender problemas de salud graves. “Este tipo de gasto ha aumentado considerablemente, pasando del 2.1% al 2.9% entre 2010 y 2022, y del 3.6% al 4.2% en áreas rurales”, explicó Scott.
A pesar del aumento en el financiamiento de los sistemas de salud que atienden a la población sin seguridad social en las últimas décadas, el problema persiste. Las familias enfrentan decisiones difíciles entre pagar por servicios de baja calidad o no recibir atención. Scott argumentó que “la integración de un sistema de salud universal financiado con impuestos generales es crucial para eliminar las barreras de entrada para los más pobres, evitando así la dependencia del sector privado y los gastos de bolsillo”.
La doctora María del Rosario Cárdenas Elizalde, también miembro del Comité Ejecutivo del Coneval, enfatizó en la misma entrevista que “muchas personas resuelven sus problemas de salud acudiendo a servicios privados con una amplia gama de costos, desde accesibles consultorios adyacentes a farmacias hasta opciones mucho más costosas. Esto no era tan común hace algunos años y deteriora significativamente la economía de las familias”.
Ambos expertos coincidieron en la importancia de desarrollar un sistema de salud preventivo y de atención temprana para mejorar las condiciones de salud de la población adulta en una o dos generaciones. “Enfocarse en la prevención y atención de enfermedades no transmisibles y crónicas es crucial para avanzar hacia un sistema de salud más equitativo y eficiente”, concluyó la doctora Cárdenas.
La creación de un sistema de salud universal y la integración de los sistemas contributivo y no contributivo son tareas urgentes que requieren voluntad política. Una reforma en este sentido debe garantizar la accesibilidad a medicinas y servicios de calidad para toda la población, promoviendo un acceso equitativo y sin barreras económicas para mejorar el bienestar de los ciudadanos.