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Tania Robles
Ciudad de México, 22 de febrero 2015.- (aguzados.com).- Jóvenes emprendedores diseñaron Wodiblu, un sistema inteligente para el ahorro de agua cuyo objetivo es motivar a las personas a cuidarla. Con el uso de una aplicación móvil, pretenden disminuir un gran porcentaje del vital líquido al bañarse.
Wodiblu resultó ganador en el tema de energía en el Reto Todos con el Mismo Chip que buscaba propuestas tecnológicas de alto impacto en nuestro país y que fue organizado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Este logro los hará acreedores a recibir asesoría y cursos especializados en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) e incubar y dar a conocer el éxito de este nuevo proyecto, por lo que Valeria Cristina Segura, integrante del equipo, platicó sobre los detalles del mismo.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué es Wodiblu y cómo funciona?
Valeria Segura (VS): Este sistema está conformado por una regadera inteligente que se controla por una app móvil que motiva, traza y notifica el cumplimiento de metas llegando a ahorrar hasta 60 por ciento de agua. Tiene características únicas como su fácil instalación, autosustentabilidad, detección de la presencia para abrir o cerrar el flujo, una comunidad de usuarios de Wodiblu en la cual se podrán posicionar en un ranking; también permite compartir logros en redes sociales y, al incrementar la cantidad de litros ahorrados, se desbloquean nuevos niveles y juegos de la aplicación.
La aplicación para controlar las preferencias en la regadera está desarrollada en los lenguajes HTML5 para la estructura, CSS para aspectos de la interfaz y Javascript para la funcionalidad. Se utilizan estas tecnologías web con la finalidad de tener una amplia compatibilidad en las distintas plataformas de dispositivos móviles y evitar los costos de desarrollar la aplicación de manera nativa para cada sistema operativo.
La comunicación entre regadera y aplicación se realiza a través de tecnología wifi. La regadera cuenta con un circuito integrado por luces LED, módulo wifi, una bocina y un microcontrolador con el algoritmo que lleva el registro de los litros gastados y que cronometra el tiempo en la ducha para así determinar el momento de hacer la alerta con base en las preferencias y metas establecidas previamente por el usuario, notificando en ese momento con el encendido y parpadeo de las luces al ritmo de la melodía definida. Dicho algoritmo se desarrolló en lenguaje C y almacena variables con sonidos en ocho bits, y la combinación de ellos produce la melodía de notificación.
AIC: ¿Cómo, cuándo y por qué fue diseñado?
VS: Wodiblu es una startup iniciada en julio de 2015 en la ciudad de Xalapa, Veracruz, que surgió debido a nuestra preocupación por los problemas globales. Tiene como objetivo crear soluciones tecnológicas que ayuden a la preservación del medio ambiente y los recursos naturales a través de productos ecológicos, dinámicos y vanguardistas.
La escasez de agua es uno de los problemas más graves a nivel global, pues no solo repercute en el presente sino además pone en riesgo el futuro. Investigaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que entre los usos del agua potable, donde más se gasta es al lavarse los dientes con agua corriendo 20 litros, al vaciar el estanque del inodoro entre siete y 10 litros, ducharse entre 80 y 120 litros, y entre muchos otros usos en los cuales consciente o inconscientemente desperdiciamos el agua.
Tan solo recordemos alguna ocasión en la que hayamos tenido que recurrir a ducharnos con una cubeta de agua de menos de 20 litros, el problema consiste en que al abrir la regadera perdemos la noción del tiempo y no sabemos cuánta agua utilizamos.
Solamente en las metrópolis de la República Mexicana que son Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, 91 por ciento de las viviendas que cuentan con agua potable consume diariamente 10 millones 933 mil 812.5 metros cúbicos, lo que asciende a un gasto diario de 11 millones 14 mil 778 pesos.
AIC: ¿Quiénes se encuentran detrás de Wodiblu?
VS: El equipo de desarrollo de Wodiblu está formado por el ingeniero industrial Jeovani López, la ingeniera en informática Sara Quiralte, la ingeniera en informática Valeria Segura y el licenciado en gestión y dirección de negocios Antonino Pavón.
AIC: ¿Existe algún cambio en el diseño que se busque o se esté realizando actualmente en Wodiblu?
VS: Actualmente nos encontramos en el desarrollo del producto comercial. Se están realizando varios diseños para validar cuál quedaría en la preferencia del consumidor.
AIC: ¿Cuáles han sido las dificultades de generar un desarrollo tecnológico propio?
VS: La dificultad inicial fue crear una idea de alto impacto, hoy en día hemos cubierto esa parte.
AIC: ¿Existe algún tipo de licencia en su tecnología?
VS: No; sin embargo, tenemos como meta certificar Wodiblu a nivel nacional con Hipoteca Verde y a nivel internacional en Global Water Partnership.
AIC: ¿Se ha introducido Wodiblu a la industria?
VS: Actualmente no se comercializa, pero es nuestra meta para 2016. Iniciaremos con México como mercado de prueba. Pero el mercado potencial de Wodiblu son países en donde la escasez y el cuidado del agua son muy importantes, por ejemplo Austria, Francia, España, Portugal, Reino Unido, Italia, Alemania y Estados Unidos.
Para mayor información: Ing. Valeria Cristina Segura. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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Querétaro, Qro, 22 de febrero 2015.- (aguzados.com).- El equipo U-Fly Team, de la Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ), se impuso este año ante los campeones Kukulcán Aerodesing del IPN-ESIME Ticomán en la competencia de drones “SAE Aerodesign México 2016” que se llevó a cabo este fin de semana en el Club de Aeromodelismo Halcones en Lagunillas, Querétaro.
SAE México, sección nacional de SAE International, sociedad reconocida a nivel mundial y Quetzal Aeroespacial (QAE) premiaron a los equipos de la UNAQ con el primer lugar; Kukulcán, segundo; y Borregos CEM del ITESM Estado de México con el tercer lugar.
En el intercolegial de Sistemas Aéreos No Tripulados (UAS) más importante de la industria aeroespacial mexicana, los estudiantes se enfrentaron a problemas en tiempo real como el cambio de campo de vuelo, averías en sus drones, descalificaciones técnicas, problemas de pesos y dimensiones, despegue y aterrizaje.
Es inédito el registro de 11 equipos: dos de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Ticomán; uno de la Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ); uno de la UNAM; tres Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) campus Santa Fe, Estado de México y Querétaro; Universidad Autónoma de Nuevo León, Universidad Politécnica de Chihuahua, IPN-UPIIG y UPMH.
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Israel Pérez
Querétaro, Qro, 22 de febrero 2015.- (aguzados.com).- La comercialización de la tecnología es un proceso que la comunidad académica y científica debe aprender desde la etapa estudiantil; pues no se trata solo de crear la tecnología sino de reconocer su potencial, su impacto social y la generación de estrategias de negocios efectivas para poder llevarlas al mercado.
Esta y otras reflexiones compartió en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt la titular de la Oficina Certificada de Transferencia de Tecnología del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (Cideteq), Claudia Ríos Álvarez.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo se puede conceptualizar la comercialización de la tecnología?
Claudia Ríos Álvarez (CRA): En su definición básica se refiere al conjunto de recursos, medios y modalidades que emplea una organización para vender, transferir, licenciar o intercambiar sus tecnologías, sus activos de propiedad intelectual y paquetes tecnológicos con la finalidad de recuperar la inversión y obtener algunos beneficios económicos; suena bonita la definición, pero vamos a empezar a desagregar.
La tecnología tiene que ver con conocimientos, habilidades, saber hacer, recursos materiales, que sea algo reproducible y repetible. Necesitamos saber que, para que algo se considere tecnología, esta debe poder producirse en serie. Si hicimos un prototipo, pero no decimos cómo se usa o cómo se produce, no estamos hablando de una tecnología en sí.
Otro aspecto importante es la propiedad intelectual, que se refiere a derechos de carácter exclusivo que otorga el estado a cualquier persona que haya realizado creaciones intelectuales. Hay dos ramas, una es lo que es en sí la propiedad industrial y la otra son los derechos de autor.
AIC: ¿Cómo se lleva a cabo el proceso para concienciar a la comunidad científica sobre la comercialización de la tecnología?
CRA: Con los investigadores del Cideteq hemos estado trabajando no solo en la concienciación de desarrollar tecnología, sino también en reflexionar para qué sirve y en dónde se visualiza que se va a usar. El trabajo de hacerles ver en qué se usa su tecnología me ha servido mucho para que ellos mismos abran sus barreras de defensa y empiecen a visualizar su tecnología siendo utilizada en la realidad.
La idea es cambiar la mentalidad, no pensar solamente en resolver problemas científicos o técnicos, deben preguntar también a quiénes más sirven sus creaciones y si funcionarán en el mercado, eso es una prueba de concepto. A partir de ahí, ya podemos hablar de un plan de negocios, mercadotecnia y la producción en serie para finalmente ponerle precio a la tecnología o el intercambio que podemos hacer por esos conocimientos o tecnologías.
AIC: ¿Cuáles son los puntos que hay que tomar en cuenta para concienciar a la comunidad científica sobre la importancia de la comercialización de la tecnología?
CRA: Es muy importante hablarles de lo que es un paquete tecnológico, que se refiere a la integración de todo lo que se necesita para que los desarrollos científicos y tecnológicos puedan ser licenciados, comercializados o transferidos a través de una estrategia comercial. Un prototipo con su manual de instrucciones y de ensamble no representa un paquete tecnológico; en ocasiones los investigadores desarrollan varias versiones de ese prototipo sin haber puesto el primero en un paquete tecnológico.
Esto nos lleva también a hablar de planeación, a veces nos falta esta cuestión de esperar y de saber que en este proceso se tiene que pasar por etapas. En ocasiones la impaciencia provoca que se abandonen proyectos, los dejamos de lado y empezamos a hacer otra cosa.
Para la comercialización de la tecnología también hay que aprender a compartir. El miedo a que se roben nuestras ideas nos hace creer que podemos hacerlo todo solos y nos olvidamos de los pequeños cambios e impactos que se pueden ofrecer a los demás. Somos muy reacios a compartir; todos queremos empezar desde la generación de la idea hasta la fundación de la empresa, perdiendo de vista todo el camino que hay en medio, queremos dar un salto cuántico. Hay que quitarnos la soberbia y valorar los pasos pequeños y, si en algún momento tienes que cedérselos a alguien para que se siga desarrollando el proyecto, adelante; pero esa convicción todavía no es fácil encontrarla.
AIC: ¿Cuáles son los apoyos a los que pueden acceder los desarrolladores de tecnología para los procesos de comercialización?
CRA: En México muchos provienen del gobierno, lo que son subsidios de las etapas tempranas o capital semilla, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaría de Economía (SE), también se están poniendo recursos como capital de riesgo en las universidades, los centros públicos, etcétera. Tenemos mucho trabajo en la parte de desarrollo de etapas tempranas de tecnología y nos falta llegar al concepto y al mercado; hacer este empaquetamiento de la tecnología, incluir especificaciones, la protección de la propiedad intelectual, hacer los manuales de operación, el plan de negocios y entonces presentárselo a alguien.
El Conacyt y la SE ya lo saben y están trabajando mucho en esto. Nosotros estaríamos en las etapas de las tecnologías emergentes impulsadas por la investigación, problemas y ventajas para el innovador emprendedor; a nosotros nos toca jugar en esta etapa, para esto existen varios instrumentos que nos ayudan a impulsar la innovación, hay fondos para desarrollo de competencias, para la investigación aplicada, desarrollo tecnológico y la comercialización.
Existen tres oficinas en los centros públicos de investigación de Querétaro, lo que hacemos es el estudio sobre la etapa de desarrollo en que se encuentra la tecnología, cuál es su estatus de propiedad intelectual y cuáles son los mercados atractivos. Eso es importante para que podamos ayudarles a conseguir más recursos.
AIC: ¿Qué ocurre con estos fondos hablando del sector privado?
CRA: Algunas empresas que acceden a estos fondos tienen conciencia de su uso, otras no; a mí la parte que me preocupa es que se vea a los fondos como una manera fácil de obtener dinero. En ocasiones veo empresas que solo desarrollan proyectos de innovación hasta que existen fondos, eso un inhibidor, porque la innovación se debe desarrollar con y sin fondos públicos.
En teoría, las empresas están obligadas a apostarle a la competitividad, pero no podrán hacerlo si solo están sentadas buscando fondos, eso es un contrasentido. Hay que cambiar ese paradigma; si existen fondos para el desarrollo de la innovación, les dan un poco más de espacio, pero la iniciativa tiene que venir de la empresa.
Claudia Ríos Álvarez forma parte del equipo de la Dirección General del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica; es integrante del Grupo de Trabajo para la Elaboración de Normas Mexicanas del Sistema de Gestión de Tecnología y del Comité ISO/TC 279 y miembro del Registro Conacyt de Evaluadores Acreditados (RCEA).
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Israel Pérez
Querétaro, Qro, 22 de febrero 2015.- (aguzados.com).- Con el objetivo de generar ecotecnologías que respondan a las necesidades económicas, sociales y de salud de poblaciones rurales del estado, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) en coordinación con instituciones del sector público y privado, desarrolló un proyecto para el diseño de estufas solares que, además de incentivar el consumo de energías alternativas, favorece la creación de pequeñas empresas comunitarias.
En el proyecto participaron la UAQ, a través de la Secretaría de la Rectoría y la Dirección de Vinculación Tecnológica y Proyectos Especiales (DVTPE), la organización no gubernamental Solar Household Energy (SHE), la delegación Querétaro de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Fundación Latinoamericana para el Agua y la Vivienda Sostenibles, A. C.
El director de la DVTPE, Eusebio Jr. Ventura Ramos, explicó que, ante el agotamiento de los combustibles fósiles y el impacto que su consumo está generando en el medio ambiente, resulta importante que las universidades y centros de investigación desarrollen proyectos que generen alternativas para el consumo de energías limpias y renovables en todos los niveles sociales.
“Ante el calentamiento global, la producción de gases invernadero y otras alteraciones climáticas, debemos trabajar desde los niveles más básicos, uno de ellos es cocinar. En muchas poblaciones de nuestro país se sigue utilizando la leña, a pesar de que ya se sabe que representa un deterioro en la vegetación y problemas por generación de dióxido de carbono (CO2), cenizas y hollín que también causan problemas pulmonares en las personas que están cerca de estas combustiones”.
Ventura Ramos detalló que las condiciones climatológicas que tiene México resultan favorables para el desarrollo de tecnología enfocada en la utilización de la energía solar, por lo que resulta fundamental trabajar en proyectos de sistemas fotovoltaicos y calentadores.
“Hemos logrado una innovación en el concepto de la estufa solar. Por un lado, lo que estamos haciendo es concentrar los rayos solares en un espejo cóncavo hacia un punto focal donde se colocan las ollas o sartenes con los que se va a cocinar. Para su diseño estamos empleando materiales de bajo costo; utilizamos los platos de las antenas para la recepción de señales de televisión satelital de desecho y otros materiales reciclados. Estas antenas parabólicas son grandes concentradoras de rayos solares si les colocamos la superficie adecuada para que reflejen la luz del sol”, abundó.
El director de la DVTPE destacó que otro aspecto de innovación de estufa solar fue la integración de un calentador de agua, que permitirá que los procesos de ebullición de esta sean más cortos y pueda ser utilizada de manera más efectiva en la preparación de alimentos.
“El agua tiene unas propiedades muy específicas, muy anómalas comparada con otros líquidos parecidos, su punto de ebullición es muy alto, 100 grados, esto requiere de mucha energía. Lo que hicimos fue innovar en el diseño de un calentador solar de dimensiones pequeñas; el agua se calienta a través de tubos, donde, por el principio de convección, el agua sube y se acumula en un recipiente térmico aislado. Entonces, siempre se cuenta con agua almacenada con una temperatura entre 60 y 70 grados —en algunos casos hasta más, dependiendo de la hora del día—, lo que hace más eficientes los tiempos de cocción que los alimentos requieren”, señaló.
¿Cómo funciona una estufa solar?
El diseño de la estufa solar estuvo a cargo del ingeniero de la DVTPE, Francisco Javier Velázquez Luna, quien describió que el objetivo del proyecto era construir un colector solar capaz de concentrar la energía solar en un área reducida, aumentando la intensidad energética por medio de un arreglo de espejos alineados hacia un objetivo capaz de captar dicha energía para su aprovechamiento.
“Primero limpiamos la superficie de la antena para poder pegar papel vinil que actuara como reflejante para la concentración de los rayos solares. Se trata de un ensamble de forma rectangular que consta del plato parabólico —al que se puede ajustar su ángulo para ubicar el punto focal—, una parrilla, cuatro llantas para orientar la estufa hacia el sol. Con la ayuda de una cámara termográfica se buscó la distancia en la que se encontraba el punto focal y la concentración de mayor temperatura. Al final hicimos pruebas de cocción de alimentos, obtuvimos resultados muy favorables, preparamos un guisado de pollo con verduras para 10 personas en un muy buen tiempo”, indicó.
Un proyecto social
El prototipo de estufa solar que diseña la UAQ no solo busca la innovación en el área de energías limpias. La miembro del patronato de la organización no gubernamental Solar Household Energy, María Margarita Christlieb, explicó que este proyecto es la continuación de una estrategia que esta organización lleva a cabo en México y otras partes del mundo, junto con instituciones educativas y gubernamentales, con el objetivo de promover la utilización de ecotecnologías que permitan a comunidades rurales en extrema pobreza acceder a fuentes de energía para su desarrollo.
“Nosotros ya habíamos trabajado, junto con la Semarnat, el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza A. C. (FMCN), la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y los Peace Corps de los Estados Unidos, en la distribución de más de 300 ollas solares (hot pots) en varias comunidades de Querétaro, por lo que buscamos llegar a la siguiente etapa, que es este diseño de estufa solar. En México, más de 27 millones de personas cocinan con leña, con todas las problemáticas que conllevan, que van desde afectaciones a la salud, al medio ambiente por el humo que se emite, quemaduras de niños y hasta fallecimientos por intoxicación de CO2, y lo hacen porque no tienen acceso a fuentes de energía como el gas o la electricidad”, señaló.
Por su parte la docente y colaboradora del proyecto, Nadxielli Morales Siller, acotó que como parte de esta iniciativa se realizó un estudio social de impacto en las comunidades de Chitejé de Garabato, municipio de Amealco de Bonfil; La Carbonera y San Juan de la Rosa, municipio de Cadereyta de Montes (todos en Querétaro), y que más que ser un programa asistencialista lo que se pretende es generar alternativas de empleo a través de la creación de pequeñas empresas productoras y comercializadoras de esta tecnología. Para el trabajo de desarrollo de negocios y planeación estratégica se cuenta con la especialista Mindy Kuth, quien realiza el trabajo voluntario.
“El estudio social buscó recuperar la experiencia de estas usuarias con las ollas solares para poder hacer una propuesta innovadora, mejorada y que respondiera a las expectativas de estas poblaciones. Seleccionamos estas comunidades porque las tres, aparte de la olla solar, utilizan otras ecotecnias para huertos y captación de agua. Estamos proponiendo un esquema de gestión tecnológica basado en la triple hélice de cooperación entre universidad, empresa y gobierno. No buscamos que esta tecnología se reduzca a ser un mero obsequio para estas poblaciones, la universidad pretende que se apropien de esta ecotecnia para que puedan producirla, aprovecharla y crear empresas pequeñas”.
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Alan Gómez Mayén
Ensenada, B.C., 20 de febrero 2016.- (aguzados.com).- En un esfuerzo conjunto de El Colegio de la Frontera Norte (Colef) y la Universidad de Guadalajara (UDG), se impulsa el proyecto de la Biblioteca Digital Histórica de la Frontera Norte de México, que durante su primera etapa rescatará más de 63 mil imágenes relacionadas con material bibliográfico y hemerográfico de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola.
"Tenemos fondos que abarcan norte, noroeste de México y el sur de los Estados Unidos; esto coincide con el interés del Colef de conservar los documentos patrimoniales de esta zona", afirmó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Juan Manuel Durán Juárez, director de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, la cual, como parte de la UDG, ya realiza una digitalización de su acervo desde el 2005.
El archivo de imágenes digitalizadas, que pronto estará disponible en Internet, fue entregado por Manuel Durán al doctor Tonatiuh Guillén López, director del Colef. Se incluyen textos relacionados con las lenguas indígenas, documentos de la Real Audiencia Criminal, Real Audiencia Civil, Real Audiencia Bienes de Difuntos, textos de instrucción pública, exámenes de abogados, mapas, manuscritos y una sección de misceláneas que se hizo compilando folletería antigua relacionada con la frontera norte.
La siguiente fase de este proyecto consistirá en la colaboración de ambas instituciones para digitalizar el archivo hemerográfico del norte del país. "Tenemos periódicos de los estados fronterizos y es un acervo que aproximadamente equivale a 70 mil imágenes más que hay que capturar. El Colef y la UDG se van a unir para rescatar la memoria fronteriza", añadió Durán Juárez.
El pasado en línea
La Biblioteca Pública del Estado de Jalisco se ha propuesto poner todos sus documentos en línea. "Estamos trabajando en eso, es una tarea ardua porque estamos hablando de tener todo el acervo a disposición de quien quiera consultarlo", afirmó el director.
La sección de Tesoros Bibliográficos, donde destacan los libros incunables —libros impresos, con tipos móviles metálicos, entre los años de 1450 y 1500—, ya se encuentra en línea. Se trabaja para digitalizar en su totalidad secciones de la biblioteca que corresponden a los primeros impresos mexicanos del siglo XVI, manuscritos de entre 1531-1950, obras europeas del siglo XVI, la Colección de Códices Facsimilares, calendarios desde el siglo XVII al XX y más de mil imágenes del Archivo Casasola.
La Colección de Lenguas Indígenas de la biblioteca, reconocida como Memoria del Mundo por la Unesco, ya contiene más de 100 libros disponibles para su consulta digital. "Algunos escritos fueron hechos por los franciscanos desde la época colonial. Son documentos muy frágiles, en condiciones de deterioro, y los estamos rescatando" afirmó Durán Juárez.
Náhuatl clásico
Para el director de la biblioteca, la Colección de Lenguas Indígenas posee un valor lingüístico, sociológico e histórico, al funcionar como una compilación de herramientas conceptuales para el estudio de los idiomas en México, y al mismo tiempo como testimonio del contexto histórico y político.
Los títulos, además, son el registro de la forma en que las lenguas indígenas se hablaban hace siglos. Al igual que el español medieval o el español áurico, formas antiguas del idioma que conocemos gracias a textos históricos, la lengua más hablada en la Mesoamérica precolombina, el náhuatl, se conserva en una variante registrada por los frailes y considerada como clásica, la forma que precede a sus manifestaciones actuales que presentan diversas variaciones lingüísticas.
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