Carlos Romo Medina
UN MAL CANDIDATO deriva en un mal perdedor. El fracaso de una campaña se traduce inevitablemente en una derrota. Para contender en el terreno de la política se debe contar con un mínimo entrenamiento, por no decir que una preparación más completa. Los partidos políticos tradicionalmente preparan a sus nuevos “cuadros” con capacitación para justamente ponerlos “a punto” de participar en las contiendas electorales. La improvisación de un presunto empresario exitoso como político y candidato ha tenido sus consecuencias.
ARTURO AVILA y sus padrinos creyeron que simplemente con que éste se presentara ante el electorado a actuar como espontáneo y definiéndose como un triunfador en los negocios iba a deslumbrar a la ciudadanía y ésta se volcaría para rendirle pleitesía por ese solo hecho. Se equivocaron todos y al percatarse de su error quisieron enderezar el rumbo -si es que alguna vez lo tuvo- de la campaña y el único resultado obtenido fue evidenciar la falta de oficio, la improvisación y la ambición del poder por el poder de Arturo Ávila y quienes le manejan los hilos.
AL DARSE cuenta de que la campaña estaba mal dirigida y peor coordinada, la desesperación por hacerse del poder los llevó a justificar su incapacidad y convocar a una conferencia de prensa que denominaron como “crónica un fraude anunciado”. Es de esperarse que cuando su fracaso se confirme este dos de junio saldrán a las calles a gritar un fraude inexistente, pero ese es el estilo de la casa morenista. Si durante la campaña pretendió cobijarse bajo la sombra de AMLO, después de la derrota tratarán de emular las lecciones impartidas en el pasado por su pastor -quien por cierto ha incumplido con lo prometido y ha hecho del gobierno un verdadero desastre impartiendo una cátedra de cómo no se debe gobernar-.
EL SEGUNDO DEBATE -por llamarle de alguna manera- organizado por el Instituto Estatal Electoral (IEE) confirmó la personalidad de los aspirantes a la alcaldía de la capital. Arturo Ávila mostró una vez más la fingida sonrisa de plástico que utilizó durante la campaña, una mueca tan falsa como sus promesas. Las mismas copiadas en versión rural de las ofrecidas por AMLO hace un año, aunque jamás definió como alcanzar ese utópico mundo que pintó para los aguascalentenses. Y, sobre todo, a pesar de que afirma que una encuesta le favorece y por ello se dijo seguro de alcanzar la victoria, mostró sus miedos y evidenció su debilidad al dedicarse a cuestionar la ausencia de la candidata panista Teresa Jiménez Esquivel. Se sabe derrotado de antemano y de ahí su desesperado intento obsesivo por restarle puntos a la alcaldesa con licencia. Reiteró el mismo discurso vacío. Eso sí, puede declararse ganador en materia demagógica.
IVÁN SÁNCHEZ NÁJERA, candidato de lo que queda del Partido de la Revolución Democrática (PRD), mantuvo la misma sintonía al decirse preocupado por los más pobres, aunque como siempre se ha cuidado de revelar que gracias a su condición de “izquierdista” posee una pequeña fortuna que esconde de los curiosos ojos de los desposeídos y gracias a su preocupación por los pobres logró zafarse del lumpen. (Ver artículo publicado en esta página: https://www.aguzados.com/index.php/opinion/16749-vale-al-paraiso-la-riqueza-de-ivan-sanchez-najera.
EL ABANDERADO de Nueva Alianza Aguascalientes, Armando Quezada Chávez, con antecedentes de un priismo por demás rancio y anquilosado (es hermano del ex alcalde de infausta memoria en Pabellón de Arteaga, Faustino Quezada Chávez), con mucho verbo (al igual que Ávila y Sánchez Nájera) pretende venderle a la gente acciones prácticamente irrealizables y que en el hipotético caso de ponerlas en práctica vendrían a generarle un gran atraso a Aguascalientes y a su gente.
QUIEN CAUSA una verdadera lástima por su pobreza de propuestas y una torpeza ejemplar para expresar con claridad sus ideas, además que están fuera del contexto social, es el aspirante del Partido Juntos Podemos Más de Enrique Rangel a quien le gusta que le llamen “Quique Maracas”. El ex priista se presentó prácticamente sin idea de su presencia en esta campaña, resultó ser el más debil de los candidatos y al final de cuentas provocó más desánimo que risas, y conste que fueron bastantes éstas últimas.
OTRO TRÁNSFUGA politico que se presentó a la contienda fue Vicente Pérez Almanza, quien después de fracasar estrepitosamente en la dirección estatal de Movimiento Ciudadano y haber estado en el ostracismo político, decidió formar su propia organización denominada Partido Libre. También se sumó a la triste realidad de contendiente de relleno, cuya única aspiración es lograr el registro de “su” partido para conseguir vivir de las prerrogativas que se pagan con dinero público.
EL CASO de la candidatura del priista Netzahualcóyotl Ventura Anaya fue más de lo mismo. Dice que ahora sí va a arreglar el caos que generó su tricolor partido con la infame concesión del agua potable. Enmedio de la desesperación se atrevió a intentar emular la resistencia pacífica de Gandhi con una pseudo huelga de hambre. Netza, como le gusta que le llamen, con promesas por demás demagógicas intenta convencer al electorado que ahora sí crean que el PRI ha cambiado y que las cosas “ahora sí” las van a hacer bien. Ante tales promesas la ciudadanía prefiere la nieve de limón.
EL SUSPIRANTE de Movimiento Ciudadano (MC), Jaime Durán, se regodeó mostrando una novatez similar a otros de los contendientes (Morena, PT, PVEM, PL, UPM, Panal), condición que si acaso lo llevaría a salvar a ese partido de la quema postelectoral. A la par de él, la aspirante del Partido del Trabajo Betty Ortega y del llamado Partido Verde (PVEM), Natanel Saucedo Silva, se esforzaron por tratar de convencer con propuestas que sonaron más a buenas intenciones y que quizás algunas no fueron tan descabelladas, pero el PT al no hacer alianza con Morena tuvo que jugar por su cuenta y solos no tienen la fuerza necesaria para tomarlos en serio y por su lado el Verde lo único que busca es seguir colgado de las prerrogativas.
PARA EVITAR que en el futuro lleguen a presentarse candidatos que ni la menor idea tengan de cómo debe llevarse a cabo una campana política, les recordamos que el 11 de mayo del presenta año el politólogo Isidoro Amendáriz García publicó en este mismo sitio web un artículo en el que atinadamente señaló los aspectos que deben tomar en cuenta los aspirantes a un puesto de elección popular cuando se alistan en la batalla electoral. https://www.aguzados.com/index.php/opinion/16617-el-abc-del-candidato. Valdría la pena que lo tomaran en cuenta quienes en el futuro tengan intenciones por acceder al poder mediante el voto ciudadano y se eviten ridículos innecesarios.
LA MAYORÍA de las encuestas serias (no encuestas gansito) la candidata del Partido Acción Nacional (PAN), Teresa Jiménez Esquivel, mantiene una amplia ventaja sobre su más cercano perseguidor. Esto le dolió sobre todo a quien se dice ya a la cabeza y por esa razón utilizó más tiempo en señalar su ausencia en el segundo debate, en lugar de haberlo utilizado para ampliar sus propuestas. La única encuesta definitiva y válida será la que los ciudadanos emitirán con su voto este próximo domingo 2 de junio y ahí se verá de qué cuero salen más correas.
EN SUS PROPIAS PALABRAS:
El candidato perredista tropicaliza la arena electoral. Disfruta la opacidad. Engaña a la ciudadanía. Caza incautos. Rebasa por la derecha. Y demuestra cómo un camarada de la izquierda parroquial puede convertirse en el pequeño burgués de la aldea, muy distante al socialista idílico de principios del siglo pasado. Mario Granados Roldán, politólogo y columnista de AGuzadoS.
FRASE DEL DÍA:
La dulce piedad es el símbolo de la verdadera grandeza. William Shakespeare (1564-1616). Escritor británico.
EL BISTURÍ. El ajuste de cuentas entre los sucesos y las declaraciones.
“Un candidato, un estratega y un jefe de campaña no deben tomar decisiones importantes en condiciones de cólera, depresión, cansancio o perturbación mental. Esto significa el suicidio”. Estos conceptos señalados en el artículo de Isidoro Armendáriz García cobraron vigencia cuando desde la desesperación de las filas morenistas prefirieron “denunciar” su “crónica de un fraude anunciado”, en lugar de haber trabajado con inteligencia. Si eso fue en la campaña, imaginen su reacción al primer tropiezo en el gobierno.
COLOFÓN.
Los malos competidores justifican su ineficacia culpando a los demás.
