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El ABC del candidato

  • Isidoro Armendáriz

Aguascalientes, Ags.- 11 de mayo de 2019.- (aguzados.com).- El tiempo es el mejor o el peor aliado. Nunca hay que ir en contra del espíritu de los tiempos.

  • • La agenda estratégica del candidato es el alma de la campaña.
  • • Las palabras de un candidato pecan y pican. Hay que educarlas y domesticarlas para no violentar las leyes del lenguaje.
  • • Dime de donde vienen y quienes son los integrantes de tu equipo de campaña y te diré quién eres y a dónde vas.
  • • Las campañas no tienen lugar para candidatos ingenuos, nostálgicos, cobardes o tartufos. El valor, la verdad y la destreza son elementos determinantes.
  • • En la guerra electoral los adversarios son absolutos y los aliados son relativos.
  • • En la campaña, si la instrucción no se cumple o comunica bien, el responsable es el jefe de campaña.
  • • En estrategia electoral, un golpe de timón y un cambio de juego a tiempo es mejor que jugar al cambio sin posibilidad de victoria.
  • • No existen victorias electorales anticipadas, lo que existe es un proceso de guerra en el cual las fuerzas políticas demuestran al final, en los hechos, la superioridad numérica expresada en votos.
  • • El análisis, la planificación de la campaña y la estrategia electoral, son tres partes diferentes integradas a un todo. El candidato que así lo entienda sobrevivirá.
  • • La traición, la sorpresa, el engaño, la capacidad de maniobra y la alquimia electoral son elementos comunes de una campaña que modifican resultados.
  • • Un candidato, un estratega y un jefe de campaña no deben tomar decisiones importantes en condiciones de cólera, depresión, cansancio o perturbación mental. Esto significa el suicidio.
  • • Hay quienes tienen ganada la elección a las ocho de la mañana, a las seis de la tarde la han perdido. El exceso de confianza, el triunfalismo y la impericia matan al candidato.
  • • Teniendo todo para ganar, partidos y candidatos desperdician energía, menosprecian fuerzas capilares aliadas, desaprovechan condiciones políticas e ignoran el poderoso alcance de sus recursos. Toda campaña experimenta la organización fortuita del caos.
  • • Hay quienes son derrotados, otros se auto derrotan. La derrota del pensamiento es la madre de todas las derrotas.
  • • El voto se motiva por diversos medios, pero se ejerce directamente en el territorio. Por ello, a diario hay que conquistar pequeñas y grandes porciones de ese territorio en disputa.
  • • No hay candidatos moribundos en las campañas, todos viven y todos ganan. La digna participación por si misma le abona a la democracia.
  • • En las campañas, la guerra sucia sin soporte suficiente hace victimas a los supuestos victimarios y héroes a los supuestos villanos.
  • • La gente quiere líderes carismáticos, auténticos y comprometidos. El pueblo aprendió a rechazar conductas demagógicas, oportunistas, cínicas y mediocres.
  • • En la coyuntura electoral, el candidato se convierte en profeta, artista, maestro de la actuación y psicólogo de ocasión. A pesar de que el elector ve y escucha al candidato, finalmente lo juzga en la urna.
  • • La evaluación de la campaña, como rutina, permite corregir errores, crear prácticas nuevas, advertir puntos débiles y mantener el control de cada variable del proceso electoral.
  • • La maquinaria del gobierno, en cualquiera de sus órdenes o niveles, es determinante en el arte de la guerra electoral. Los sistemas de inteligencia, la policía, los programas sociales, el activismo de los servidores públicos y el señorío económico no son cosas menores.
  • • Es irónico pensar que el candidato que acate literalmente los topes de campaña estará condenado a la derrota, sin embargo, esta premisa es real. En las campañas políticas por debajo del agua se trafica con cantidades desmedidas de despensas, propaganda, billetes, utilitarios, credenciales de elector, información y promotores al servicio del mejor postor.

 

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