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NOTAS ACERCA DE LAS IDEAS POLÍTICAS XLI

 

 

  • Kant 2. La ley moral y el Estado                                             
  • El saber es el dominio del conocimiento, la acción es el dominio de la moral

 

Jorge Varona Rodríguez

 

Aguascalientes, Ags, 04 de marzo de 2024.- (aguzados.com).- La explicación historicista de la sociedad y el Estado (Adam Müller. 1779-1829) tuvo influencia directa en el pensamiento político. Müller destacó que “desde la familia” procede el desarrollo histórico del Estado, “organismo dotado de vida, de unidad y continuidad”.

Friedrich Karl von Savigny (1779-1861), dio a conocer “su teoría del derecho, ‘producto histórico y comunitario del alma del pueblo’ (Volksgeist) … siempre en desarrollo, tiene como forma visible al Estado que, procediendo históricamente de la familia y después de la tribu, se encuentra hoy en la comunidad ampliada.

Toda la organización judicial heredada de siglos es legítima, es la forma legítima del Estado”. [Puede inferirse, entonces, un anticipo del pensamiento de Hegel: el proceso dialéctico del Espíritu, demiurgo de la realidad material, que se reproduce en la sociedad civil y el Estado].

En este contexto histórico e ideológico surgió el pensamiento de Kant, quien definió la Ilustración como “la emancipación del hombre, que sale de la edad de minoría intelectual … ¡atrévete a utilizar tu juicio! (sapere aude)”.

Kant marcó “el término y liquidación” ---expresión de Jean-Edouard Spenlé (1873-1951), citado por Touchard— de la Aufklärung y fundamentó la filosofía “en categorías dadas por el entendimiento de una razón pura, y no los datos de la experiencia” [los juicios a priori].

En “proyecto de paz perpetua”, principalmente, y en forma parcial en Crítica de la razón pura y Crítica de la razón práctica –obras de carácter filosófico, las cuales son significativas en la teoría del conocimiento--, expone Kant sus ideas políticas ligadas a la comprensión de la historia [que posteriormente desarrollan ampliamente Hegel desde una visión idealista, y Marx desde una perspectiva materialista].

 El núcleo de su obra es el “idealismo trascendental” y la moral: “no hay saber absoluto de lo real en sí. El saber es el dominio del conocimiento, la acción es el dominio de la moral”. Para construir su monumento metafísico forja la “’forma pura’ del deber, del imperativo moral categórico”.

Kant reelabora la hipótesis de Rousseau del contrato social, explicándola no como una mera especulación teórica sino como “idea de la razón que constituye el fundamento legítimo de la autoridad”.

No comparte, sin embargo, las ideas de igualdad y de voluntad general como bases de la democracia sino “como postulados que derivan del imperativo moral y prohíben al soberano decretar una decisión que no pudiera ser tomada por cada sujeto moral”.  Recoge, asimismo, el postulado de progreso homogéneo de la humanidad “hacia la libertad, la moralidad y la paz perpetua”.

Kant no solamente admiró el pensamiento de Rousseau, de quien toma reflexiones y las procesa y expone con el criterio metafísico y jurídico acorde al racionalismo alemán, sino que le atribuyó ser “el Newton del orden moral” … “descubrió en el elemento moral lo que constituye la unidad de la naturaleza humana, así como Newton descubrió un principio que une a todas las leyes de la naturaleza física” (Julián Benda, citado por Salazar Mallén).

“Para Kant no existe el pacto social sino solamente el pacto político, o pacto civil … la naturaleza y no la voluntad humana es la que crea o suscita la vida social” (Principios metafísicos del derecho).

Los hombres son “seres racionales, pero de mala índole … con el progreso de la cultura no harán sino sentir más intensamente los males que se infieren por egoísmo unos a otros … y los medios contra esos males, someter el interés privado de los individuos aislados al interés común de todos juntos, a una disciplina de coacción civil a que sólo se someten según las leyes dadas por ellos mismos”. [Idea original de Rousseau]

El estado natural “es ya de por sí un estado de injusticia”. Lo que hace indispensable la sociedad civil. En “la Paz perpetua”, Kant afirma (citado por SM) que en el estado de naturaleza prevalece la guerra, lo cual lleva a instaurar la paz, “salir del estado natural y someterse en una sociedad civil a la ley, a fin de reconocer lo suyo de cada uno”. En “Principios metafísicos del derecho”, señala que el pacto civil es el “acto por el cual el pueblo se constituye en una ciudad … contrato primitivo” en el cual “todos se desprenden de su libertad exterior ante el pueblo, para volver a recuperarla al instante como miembros de una república”.

Con ello abandona su “libertad salvaje y sin freno, para encontrar toda su libertad en la dependencia legal, en el Estado jurídico, porque esta dependencia es el hecho de su voluntad legislativa propia”.

Identifica igualdad-libertad política-dignidad humana. “Este mundo sólo puede ser regido por un Estado de Derecho, en el que la política debe encontrarse en una absoluta subordinación respecto de la moral, cuyo carácter es absoluto y rígido”.

Para Kant el derecho es una ley general de la libertad que fija las condiciones para “que el libre arbitrio de cada uno concuerde con el de los demás”.  Por ello asume la Declaración de Derechos de 1789: “1) la libertad como ser humano; 2) la igualdad como sujeto ante una misma ley moral; 3) el derecho a ser ciudadano y disfrutar de igual fraternidad ante una ley común” [en esto último quedaron excluidos los obreros y todos aquellos que “se encuentran en un estatuto de dependencia” (siervos, empleados domésticos)].

No es la “felicidad y la satisfacción de los ciudadanos”, como propuso el utilitarismo inglés, sino el respeto de estos derechos inalienables lo que constituye un orden político legítimo.

Para ello Kant consideró como única forma política válida la república, el sistema representativo y la separación de poderes. No obstante, admitía la monarquía constitucional y el sufragio censitario. Kant “en la práctica política es, con frecuencia, prudente”, observa Touchard.

 

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