- La CEM se solidariza con los familiares de los 43 normalistas desparecidos: Raúl Sosa Palos
Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags., 3 de noviembre de 2014.- (aguzados.com).- La conmemoración de los fieles difuntos es la ocasión para hacer una reflexión existencial sobre la muerte, en las Sagradas Escrituras leemos esta solemne declaración "no fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes" señaló el vocero oficial de la Diócesis, Carlos Alberto Alvarado Quezada, concluidas las festividades en honor a los difuntos.
El prelado explicó que Dios creó al hombre para la inmortalidad, le hizo imagen de su misma naturaleza, más por envida del diablo entró la muerte en el mundo, comprendemos entonces por qué la muerte suscita en nosotros tanta repulsión.
Dijo que el motivo es que ésta no es natural, así como lo experimentamos en el presente orden de las cosas, hay algo ajeno en nuestra naturaleza, fruto de la envidia del diablo, por eso luchamos contra ella con todas nuestras fuerzas.
Agregó que este insuprimible rechazo nuestro hacia la muerte, es la mejor prueba de que no hemos sido hechos para ella y de que no puede tener la última palabra y precisamente sobre esto como nos aseguran las primeras palabras de la primera lectura de la santa misa, las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno.
Señaló que el temor a la muerte es un conflicto en lo más profundo de todo ser humano, hay quien ha querido reconducir todavía actividad humana al instinto sexual y explicar todo con él, también con el arte y la religión.
Pero más poderoso que el instinto sexual es el rechazo a la muerte, del que la propia sexualidad no es sino una manifestación y si se pudiera oir el grito silencioso que brota de la humanidad, se oiría un clamor tremendo de "No quiero morir".
Alvarado Quezada se preguntó enseguida, ¿por qué entonces invitar a los hombres a pensar en la muerte, si ya está tan presente?, para responderse asímiso, es sencillo, porque nosotros los hombres hemos elegido suprimir el pensamiento de la muerte, fingir que no existe o que existe solo para los demás, pero no para nosotros, de ahí que se hagan proyectos de vida, como si en cierto momento no tuviéramos que dajarlo todo y partir de este mundo.
En otro orden de ideas y al tomar la palabra en la conferencia de prensa ocurrida en la Casa del Obispado, con la ausencia de su titular, José María de la Torre Martín, el Vicario General de la Diócesis, Raúl Sosa Palos, señaló que la iglesia católica ha mostrado una gran solidaridad a los familiares de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, que hasta la fecha continúan en calidad de desaparecidos.
Sosa Palos refirió que el Consejo Episcopal Mexicano (CEM) en una misiva dirigida a la sociedad guerrerense y en especial a los padres y parientes de los educandos, se pronuncia con profundo dolro ante los reprobables acontecimientos sucedidos en Ayotzinapa Guerrero y une su voz a los ya expresado por los obispos de la provincia de Acapulco, de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y muchos más, manifestando su solidaridad a los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, por quienes se ha orado insistentemente a Dios.
En una segunda parte de la misiva del CEM se lee: "al tiempo de expresar nuestra preocupación por toda forma de violencia, corrupción, actividad ilícita, nexos con el crimen organizado e impunidad, hacemos un llamado a las autoridades a redoblar esfuerzos para encontrar a los estudiantes desaparecidos, sancionar a los culpables y hacer prevalecer el estado de Derecho, a fin de garantizar la seguridad y una vida digna a todos los mexicanos y mexicanas".
El texto se complementa señalando "la situación de los desaparecidos y el sufrimiento de sus padres, madres y familiares, merecen acciones eficaces y de respeto, por eso exhortamos a las fuerzas políticas y a la sociedad en general a actuar con responsabilidad y no lucrar políticamente con esta desgracia, ni convertirla en bandera para causar daños a terceros o provocar desestabilización, lo que alejaría aún más la necesaria justicia, equidad, seguridad y paz que México requiere para alcanzar un desarollo del que nadie quede excluído".
En su último párrafo la CEM asienta "invocando la intersección de Santa María de Guadalupe, rogamos a Dios que bendiga a los jóvenes desaparecidos, fortalezca a sus familias, ilumine a las autoridades, convierta a los que hacen mal y dañan a tantas personas y nos asista a todos para que unidos en la legítima diversidad, hagamos lo que nos corresponde en la construcción de una nación mejor" y remata "Por México, actuemos", según signan el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, en su calidad de presidente de la organización católica y el obispo auxiliar de Puebla, Eugenio Lira Rugarcia, como secretario general de la misma.
Mientras que la provincia eclesiástica de Acapulco que preside el arzobispo Carlos Garfias Merlos, en una epístola similar a la anterior, asienta que "unidos a su dolor y sufrimiento nos dirigimos a ustedes para hacerles llegar nuestro consuelo y esperanza y los sentimientos de cercanía y de solidaridad, en este momento de tanto dolor y sufrimiento por la desaparición o muerte de su hijo".
El purpurado añade a su carta "este hecho nos ha conmovido a nosotros al igual que a gran parte de los mexicanos y queremos que sepan que hemos hecho oración por ustedes y que sentimos la necesidad de ofrecerles nuestro consuelo, conscientes que no podemos permanecer lejanos a ustedes".
Remató al afirmar que el dolor y sufrimiento que experimentan encontrará consuelo y podrá transformarse en esperanza e ilusión de vida, recordando a la Virgen María, madre de Jesús que también tuvo que llevar un gran dolor en su corazón cuando su hijo fue torturado y ajusticiado en la Cruz y este es un tiempo para fortalecer la fe y la confianza en Dios, Padre bueno que se acerca a sus hijos más atribulados, en El podrán hacer más llevadero su dolor y podrán experimentar la paz que tanto necesitan en sus corazones y en sus familias.
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