- Son un riesgo para las democracias occidentales porque pretenden difamar a instituciones, partidos y figuras públicas
Ciudad de México.- 4 de mayo de 2021.- (aguzados.com).- La difusión de noticias falsas en las últimas elecciones presidenciales de varios países latinoamericanos reavivó una preocupación global: el riesgo de las democracias occidentales ante las fake news que pretenden difamar a instituciones, partidos y figuras públicas. La UNESCO advirtió que la población no posee elementos para combatir los intentos de desinformación y apunta al trabajo en las escuelas.
La Red de Periodismo Ético (EJN) define las fake news como “toda aquella información fabricada y publicada deliberadamente para engañar e inducir a terceros a creer falsedades o poner en duda hechos verificables”. Si bien son actores concretos con intención maliciosa quienes las inician, el verdadero poder de estas noticias se despliega cuando son compartidas masivamente por usuarios que desconocen su falsedad.
Un estudio realizado por una universidad de Escocia reveló que las personas que tienen mayor inteligencia emocional son menos susceptibles a caer en las noticias falsas, porque identifican más fácilmente los tres rasgos principales de las fake news: ausencia de fuentes confiables, información escasa y lenguaje emotivo.
La proliferación de las redes sociales es otro gran factor que potencia la difusión de fake news, ya que los usuarios están expuestos de forma constante a grandes caudales de información, de manera tanto deliberada como incidental. Desde la UNESCO señalan que las noticias falsas no son un fenómeno nuevo en la historia de la humanidad, pero que es la lógica de las redes y la posibilidad de viralización instantánea la que las convierte en una problemática de tanto peso.
Esta situación conduce a los medios de comunicación fiables a replantearse su misión y les ofrece una oportunidad para luchar contra la información adulterada. Las fake news emponzoñan la labor profesional de los periodistas, pero también refuerzan la importancia de su rol en la sociedad. Algunos referentes del periodismo consideran que a largo plazo, la capacidad de ofrecer contenido de calidad y desmentir las noticias falsas va a potenciar la legitimidad de su profesión.
Una investigación realizada por la Universidad de Maryland mostró que la medida más eficiente para reducir la circulación de fake news es la verificación de datos, o fact-checking. Es una labor realizada por empresas y medios que se dedican a rastrear información que circula en la web y corroborar su verdad o falsedad. Luego, publican el contenido con una etiqueta que dice “verdadero” o “falso” según sea el caso.
“Lo que el estudio muestra es que hay una forma de operar sobre la gente que, sin saberlo, difunde información falsa. El fact-checking baja los incentivos para que las personas compartan fake news”, expresó uno de los investigadores. Una vez que un sitio oficial ha declarado que un contenido no es verdadero, la circulación de ese mensaje disminuye dramáticamente en la comunidad que lo estaba circulando, así crea o no en la corrección.
Otra opción es la denuncia ciudadana de los sitios web que publican información falsa o engañosa. Al respecto, hay empresas de hosting en México que están diseñando herramientas para detectar y sancionar ese tipo de páginas.
Más allá de las posibles medidas, es necesario que los ciudadanos generen conciencia ante la información falsa que circula por las redes y se detengan a verificar antes de hacer click en “compartir”.