Ameyalli Villafán
México, D.F., 22 de noviembre 2015.- (aguzados.com).- (Agencia Informativa Conacyt).- Con el objetivo de tener textiles con propiedades antimicrobianas y con fragancia duradera, la doctora Keiko Shirai Matsumoto, profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Iztapalapa, ha desarrollado un proceso para fabricar textiles funcionales.
Dicho proceso, de acuerdo con información proporcionada por la Coordinación General de Vinculación y Desarrollo Institucional de la UAM, incorpora microcápsulas que contienen diversos materiales como “aceites esenciales, perfumes, productos terapéuticos, bactericidas, repelentes de insectos, entre otros”.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Shirai Matsumoto explica cómo desarrolló esta nueva tecnología, así como sus ventajas y aplicaciones en distintos ámbitos.
Quitosano, la base
Shirai Matsumoto es una de las investigadoras mexicanas pioneras en la extracción de quitina a partir de desechos de crustáceos y su posterior transformación en quitosano, así como sus diversas aplicaciones. Estas sustancias son la principal materia prima para el proceso de funcionalización debido a sus propiedades no tóxicas, biocompatibles y biodegradables; además, puede reemplazar los materiales sintéticos, lo que evita riesgos en la salud del usuario y el medio ambiente.
Mediante microcápsulas compuestas por el núcleo de un compuesto activo y un delgado armazón polimérico que lo envuelve, y que contienen las diferentes propiedades, se fabrica el textil inteligente. “Algunas aplicaciones precisan la liberación progresiva y controlada de los agentes microcapsulados para conseguir la emisión de olores o sustancias, lo cual se logra porque la naturaleza del polímero recubriente lo permite”, según información proporcionada por la Coordinación General de Vinculación y Desarrollo Institucional.
“El proceso de funcionalización se lleva a cabo sin el empleo de ningún reactivo tóxico; el material es completamente biodegradable y no generamos ningún impacto al medio ambiente. En el proceso de funcionalización trabajamos con dos polímeros naturales que se encuentran en mayor abundancia: la celulosa y el quitosano”, agrega la también miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
“Con el quitosano también es factible incorporar otros compuestos que mejoren la actividad antimicrobiana del mismo y lo hagan más efectivo. Por otra parte, puede conferir otras características como el que tenga un buen olor y que el aroma agradable se mantenga por más tiempo en el textil”, expone la doctora en Ciencias Biológicas.
Shirai Matsumoto explica, durante la entrevista realizada en su laboratorio, que en la actualidad ya existe una demanda establecida de “materiales que además de tener una función primaria que podría ser de protección o imagen, también se busca que tengan otro tipo de propiedades. Una de las más buscadas es la antimicrobiana (…) Básicamente este proyecto surge como una respuesta a una demanda que ya existe.”
Textiles inteligentes, útiles en diversos ámbitos
En cuanto a los usos que podría tener el textil inteligente, la doctora comenta que “se puede aplicar desde el campo médico como apósitos hasta la fabricación de ropa. Una aplicación interesante sería para ropa de deportistas o ropa de hospitales, ya que el textil tratado con el quitosano le confiere propiedades antimicrobianas.”
Otra de las ventajas de los textiles inteligentes es que son durables, sus propiedades no desaparecen con los lavados, añade.
Después de tres años de investigación básica y dos más para el desarrollo del producto y con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Distrito Federal (Seciti), la innovación ya está patentada y “lo que estamos esperando justamente es que haya empresas que se interesen en retomar la patente y llevar los textiles inteligentes a la comercialización”, finaliza la doctora Shirai Matsumoto.
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