- “Finalmente comprendo
- que, en la vida,
- todo es falso
- pero tú eres mucho más”
Francisco Javier García Zapata
Aguascalientes, Ags, 13 de mayo de 2023.- (aguzados.com).- Quién sabe si los enamorados de hoy, pero las anteriores generaciones sin duda tienen presente aquel bolero interpretado por Javier Solís que lleva por título “Falsa”. Y no, no es de la autoría de Gabriel Siria Levario (nombre real del Rey del Bolero Ranchero; el de Javier Solís era su nombre comercial, o sea, un nombre falso).
Obviamente ciertas nuevas generaciones, con la falsa solidaridad que las caracteriza, afirmarán que el machismo y la misoginia inspiraron e impregnan tal canción, cuyo autor es Juan Blanco Leonardo. Ante ello podríamos argumentar que es una falsa apreciación juzgar con “valores” actuales lo acontecido en otros momentos y circunstancias, y el tema podría llevarnos por los laberintos de una discusión bizantina, además de falsa, e involucrar ética y moral, así que no ahondemos en ese punto por esta vez.
Lo que me gustaría subrayar ahora es que la falsedad, hermana del engaño, hijos de la traición ambos, está hoy más presente que nunca en nuestra sociedad. Una falsedad que tiene diferentes rostros, pero que a final de cuentas se aprovecha de la buena fe, y hasta de la ingenuidad, del otro para la obtención de ventajas para los falsarios.
Antigüito que soy, ortodoxo, me atenderé a la definición que la santa madre Real Academia Española nos aporta sobre el significado de “falsedad”, y que es, en la acepción primera y que nos interesa, la falta de verdad o autenticidad, y a su vez la autenticidad es definida como aquello “Acreditado como cierto y verdadero por los caracteres o requisitos que en ello concurren”.
Bueno, dejando a un lado la falsa erudición, hagamos un rápido recorrido por las falsedades que hoy asoman por doquier, y que llevan incluso a incurrir en malabares lingüísticos del tipo “es una copia auténtica”, que ciertamente no equivale a “auténtica copia”, pues aquí sí el orden de los factores altera el producto.
Estamos tan inmersos en las falsedades, que cuesta trabajo hasta dilucidar las diferencias en y entre imitaciones y falsificaciones. El engaño, la traición y el daño estriban en que nos presenten como verdadero aquello que no lo es; es decir, hay falsedad cuando se inflige un perjuicio a sabiendas.
Queda claro, entonces, que no es lo mismo vender medicamentos similares o genéricos o intercambiables por los de patente, que entregar agua como medicamento oncológico o aire como vacuna anticovid, lo cual es algo así como hacerse pasar por Rolex cuando se es Casio, como diría Shakira. En el primer caso no hay trampa.
En nuestro país, fruto de la falsa justicia, nos hemos llenado de falsedades, y ya no digamos de bisutería. Y para hacer prevalecer la “verdad” propia se recurre a cualquier artimaña, comenzando por que todos “tenemos otros datos” de una misma realidad, y a pesar de que esa realidad esté frente a nosotros de cuerpo entero y en tercera o cuarta dimensión. Llega un momento en que es muy complicado distinguir entre originales y copias, entre auténticos y falsos.
Seguramente recuerdan que hubo un tiempo en que los tianguis se llenaron de discos compactos grabados artesanalmente, y que se dividían en dos categorías: copias y clones, con diferente fidelidad y precio, aunque a la postre era piratería pura, “auténtica falsedad”.
Cuando creemos que ya no puede haber más sorpresas, resulta que en la Ciudad de México un grupo de delincuentes se dedicaba a fabricar un líquido que vendía como si de cocacola se tratase (Que igual es falso aquello de “chispa de la vida”).
Ni qué decir de las tesis que, al parecer falsamente, presentó como propias una ministra. O en el más reciente caso del promocional en favor de Claudia Sheinbaum, que es una copia “al carbón” del que utilizó en su campaña electoral la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, acusada de dar golpe de Estado al amigo de AMLO, Evo Morales. Peor, el spot de la expresidenta fue calificado en su momento de “machista”; pero para los falsarios no existen la izquierda ni la derecha, ni el derecho, sino sólo el interés. Desde luego que la “corcholata favorita” se apresuró a deslindarse, y dijo que son falsas las acusaciones en su contra.
Así que, parafraseando al Predicador: Falsedad de falsedades, todo es falsedad. Aunque “Nada nuevo hay bajo el sol”.
Ante esta realidad lo único que queda es tener los ojos bien abiertos para evitar que nos den gato por liebre en las próximas elecciones, y en general en la vida toda.
Avisados estamos.
SÓLO EN MÉXICO
Se promueve a una política de izquierda con un spot “fusilado” burdamente al de una política de derecha acusada de golpista por el jefe de la política de izquierda. El spot de Áñez fue definido como “catarata de guiños al patriarcado”, con lo cual creyó que “la mejor forma de graficar su plataforma de gobierno era mostrando una ‘casa en orden’, que ella misma se ocupa de limpiar y decorar, procurando cumplir al detalle con cada uno de los roles heteronormativos asignados socialmente”.
Aquí pueden hallar ambos vídeos: https://acortar.link/2SaaUd y https://acortar.link/W6TgE3
