- ¿Humanismo o valemadrismo?
David Pérez Calleja
Aguascalientes, Ags, 01 de febrero de 2023.- (aguzados.com).- La presión de la sociedad civil puede mucho. Esta semana la realidad dolorosa que señalé en mi colaboración anterior movió la conciencia de importantes grupos sociales, políticos, partidos y Gobierno del Estado de Aguascalientes.
Se ha comprobado que, cuando se quiere, se puede atender de inmediato la crisis de migrantes y que cultura cristiana hidrocálida está a prueba. Comenzar por reconocer que no son extranjeros, que la violencia no sabe de fronteras y que todos somos migrantes sobre esta tierra.
Las familias de migrantes y sus enfermos, suplican atención médica a las puertas de hospitales públicos que le niegan servicios por no contar con el estúpido “carné”. Mientras esos caminantes sin prisa pero con pausa, invaden las calles, parques y vías de trenes para tirarse a descansar sus penas y cruzar por la avenida Miguel de la Madrid hasta encontrar en su camino un albergue gratuito, de esos que la sociedad civil abre sin permiso de las autoridades sólo por humanidad como el de la familia Maya López y Lara.
Albergues para migrantes abierto por la sociedad hidrocálida, no por los gobiernos. Sitios, donde la mano de los amigues cuota “Arcoiris” con Salma a la cabeza apoyan. Espacios que salen a luz pública por la determinación política de Martha Márquez, la senadora rebelde. Casetones que reciben alimentos y agua, cobijas y colchones que cargan los Ruvalcaba, los Alférez, los Pérez, los Vargas, los Méndez, los Viveros, los Ruíz, los Romo y los Pastores y Monjas de la iglesia cristiana acompañados por su Consejo Ecuménico en Aguascalientes quienes ofrecen auxilio sin criticar el valemadrismo gubernamental.
Me resulta imposible escribir en defensa de algún gobierno en turno debido a sus continúas reacciones valemadristas. El hecho de haber negado apoyos humanitarios a los migrantes como el no acceso a los servicios de salud para atender sus padecimientos resulta irracional.
Negar abrigo a las familias que sufren persecución y que a diario marchan kilómetros sobre las carreteras obligados por autoridades migratorias y sin la menor seguridad pública por las absurdas reglas de migración que sancionan a la sociedad civil que les ofrece un “ride”, o les abre algún albergue para que pasen la noche.
La humanidad amaneció perdida con las políticas gubernamentales que presumen Humanismo y sólo brindan valemadrismo.
Aguascalientes es una pequeña y pacífica viudad de la República Mexicana que se ha transformado en Estación Migratoria Internacional permanente a consecuencia de Acuerdos Trilaterales entre México, EUA y Canadá; su objetivo, es contener la ola migratoria hacia Norteamérica. Los acuerdos internacionales ordenan al gobierno de México operar la contención migratoria y recibir a miles de personas migrantes que piden refugio, empleos y oportunidades profesionales, a su pobreza ancestral hoy transformada en política populista en Centroamérica y la violencia del crimen organizado que instaura el terror como método para conducir masas en pobreza extrema y arribar al Poder.
El humanismo como política pública ha fracasado.
Ha fracasado cuando atestiguamos la carencia de financiamiento en la producción agropecuaria; la apropiación ilegal de tierras de cultivo y expulsión de población rural por causa de la violencia de grupos criminales; la carencia de empleos en el comercio y la industria; la impunidad de la corrupción institucionalizada entre servidores públicos.
El humanismo hoy equivale a un paternalismo inhumano que genera dependencia gubernamental entre los pobres y construye sobre ellos su gran ejército de reserva electoral.
Ojalá y me equivoque, pero la participación de México en esta política internacional de contención migratoria se funda sobre principios racistas y clasistas que contradicen el espíritu del humanismo mexicano.
La sensible preselección de las personas que reciben su documento oficial de asilo o refugio, en gran medida, recae sobre los solicitantes con más alta preparación académica y buen aspecto físico.
Ojalá y me equivoque, más precisamente, ser una “selección de personas tan rigurosa” se convierte en una posible verdad sospechosa.
Continuará….
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