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Vale al Paraíso / ¿Veolia se va… a quedar?

  • Mario Granados Roldán

Aguascalientes, Ags.- 17 de enero de 2023.- (aguzados.com).- No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no le llegue a CAASA, Proactiva Medio Ambiente, Veolia, o como se llame, al fin, es el mismo salmonete pero revolcado, que factura 2 mil 400 millones de pesos al año.

PMA Concesionaria de Aguas de Aguascalientes, S.A. de C.V. (CAASA), el 30 de agosto de 2018 presentó en la oficina de la entonces alcaldesa María Teresa Jiménez Esquivel la “Carta de Intención” para “continuar prestando este fundamental servicio para Aguascalientes y sus habitantes”, después de 25 años de entregarle a los usuarios capitalinos los mejores esfuerzos para reconocerle que es la piadosa hermana que le hubiera encantado tener a Santa Rita de Casia.

Con el documento se inició del proceso de renovación del título de concesión que amplió a 10 años el Cabildo de Aguascalientes —presidido por el nefasto alcalde Alfredo Martín Reyes Velázquez—, y la mayoría perteneciente al PAN, en aquella célebre sesión del 28 de marzo de 1996.

Más rápido que la velocidad del sonido, el 3 de septiembre, el Boletín 937 del Ayuntamiento de Aguascalientes daba cuenta de un “hecho histórico” al informar: “Tere Jiménez cumple, CAASA se va”, considerando “las constantes fallas en el suministro por falta de mantenimiento a la infraestructura, obras inconclusas, numerosas quejas por cortes, cobros excesivos y en general el mal servicio y una mala percepción durante 25 años; la alcaldesa subrayó que no habrá marcha atrás en la determinación”.

Al día siguiente, el Padrino Emérito de CAASA, Reyes Velázquez, clavaba el filoso puñal azul durante una entrevista concedida a Buenos Días Aguascalientes de Radio Grupo, al recriminar que “la alcaldesa debió hacer consulta pública antes de terminar con CAASA”, pero, además, subrayó que su compañera de partido "Tere Jiménez no cancelará el título de concesión, simplemente no se renovará el contrato, pero no le va a tocar instrumentarlo a ella".

Ante la vorágine mediática en que se ve atrapado el chimuelo título de concesión, vale revisar algunos detallitos:

1. El título signado por el municipio capitalino y CAASA concluye el 21 de octubre de 2023.

2. La cláusula cuarta del título a la letra dice: “Vigencia. El plazo de vigencia de esta concesión será de 30 años a partir del 21 de octubre de 1993, los cuales podrán ser renovables por un período sucesivo cuyo tiempo será determinado en función de los estudios técnicos y financieros de largo plazo que se realicen.

“El concedente (Ayuntamiento de Aguascalientes) en un plazo no mayor de ciento ochenta días, contados a partir de la solicitud del concesionario (CAASA), otorgara o negara la prórroga, sin sujetarse a procedimiento alguno y con la total discrecionalidad del concedente (Ayuntamiento de Aguascalientes), en caso de no dar respuesta en el término señalado se entenderá negada la prórroga”.

3. La concesionaria deberá tener cubierto todos los pasivos.

4. Al momento de la extinción, la empresa estará obligada a entregar la infraestructura al municipio.

5. Los demás bienes que aporte CAASA para la prestación de los servicios, se procederá de conformidad con la cláusula quinta.

Las autoridades municipales serán las responsables de la delicada entrega-recepción técnica, jurídica y administrativa que hará Veolia. Definirán el próximo modelo de operación. Decidirán el contenido del próximo título. Y firmarán a la empresa beneficiada el título obtenido a través de una licitación pública —que se supone—, será transparente. Libre de cualquier sospecha. Blindada ante cualquier acto de corrupción o negocio al amparo del poder.

¿Veolia se va…a quedar? ¿Honrará su palabra la gobernadora Jiménez Esquivel? ¿Será mejor viejo por conocido, que nuevo por conocer?

A mí no me interesa el nuevo título de concesión. Tampoco la empresa concesionaria. Me importa que preste servicios de calidad.

Que Dios reparta suerte.

Porque alguien tiene que escribirlo: En el supuesto de que se resuelva satisfactoriamente el otorgamiento de la concesión de agua, habrá much@s Reyes Magos que presumirán el oro, el incienso y la mirra. Pero si el espinoso asunto se gestiona con errores y horrores, el alcalde capitalino será el Diablo de la Pastorela. Así es de cruel la política.

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