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Vale al Paraíso / De la limosna a la caída del helicóptero

  • Mario Granados Roldán

Aguascalientes, Ags.- 22 de noviembre de 2022.- (aguzados.com).- El jueves 10 de este mes se presentó la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel para inaugurar la tienda de raya Aguascalientes, el Gigante de México, con el arranque de “proyectos de obras simultáneamente en todo el estado”, además de anunciar que la gran inversión para los once municipios era de 75 millones de pesos —6 millones 800 mil pesos en promedio para cada demarcación—, distribuidos estratégicamente en cuatro regiones, con base en las peticiones planteadas por los habitantes de cada zona.

En una especie de orgasmo publicitario el boletín de prensa del gobierno panista resaltó que “estas obras impactarán positivamente en el desarrollo de los (once) municipios; facilitarán los traslados de los habitantes, y les dará una mejor calidad de vida, pues entre las obras que se pusieron en marcha destacan mejoras en vialidades, infraestructura pública que facilita la movilidad universal, mejoramiento de alumbrado público y alcantarillado”.

Por supuesto, alcaldes y alcaldesas, al recibir la “histórica” limosna, aplaudieron a rabiar, estallaron de júbilo y más de alguno estuvo a punto del desmayo. El millón 400 mil habitantes, creyó que el Buen Fin, el Niño Dios o los Reyes Magos se habían adelantado para entregarles en promedio, por cabeza, 54 pesotes a invertirse en obras públicas municipales.

La limosna parece una broma estudiantil de mal gusto, considerando que la administración de Martín Orozco Sandoval le dejó a la de Jiménez Esquivel 7 mil millones de pesos, a fin de ejercerlos en el último trimestre del presente ejercicio fiscal, informó el entonces secretario de Finanzas del Estado, Carlos de Jesús Magallanes García (El Heraldo de Aguascalientes, 10/07/2022).

Una semana después, el mismo funcionario declaró a EHA que “a partir de este mes de julio y hasta diciembre de 2022, el Gobierno del Estado recibirá por vía de participaciones federales recursos adicionales por la cantidad de mil millones de pesos, gracias al trabajo de recaudación realizado por esta autoridad estatal y por cuatro municipios”.

No todo lo que brilla es oro.

Porque alguien tiene que escribirlo: Dos horas después de la caída del helicóptero la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel se presentó apresuradamente a la conferencia de prensa vestida de color claro, dejando en el ropero las prendas negras para mostrar su duelo por el fallecimiento de sus colaboradores.

Sin presentar argumentos sostenibles, documentos científicos o peritajes de los expertos, decretó que había sido un fatal accidente. Que no se trató de un atentado de los sicarios, a pesar del operativo que en ese momento se llevaba a cabo en Jesús María. Que no se debió a una falla mecánica de la aeronave, porque en la bitácora de mantenimiento estaba registrada la última revisión, la de septiembre. Que no hubo falla humana. Que el piloto fue un héroe porque evitó la caída en las casas aledañas al terreno baldío, sin más sustento que su imaginación, porque el piloto nunca se comunicó con el C5 para informar de esa y otras maniobras, propias y ajenas.

El mensaje avivó la especulación. El fraseo incoherente llegó al extremo de señalar que “no teníamos previsto este suceso”. La verborrea acrecentó la incredulidad. La prosa jamás asumió una postura responsable, solo posible cuando se tienen experiencia, conocimiento, madurez y un equipo de trabajo inteligente para afrontar las crisis de manera prudente.

La mexiquense María Teresa Jiménez Esquivel pasará a la historia de Aguascalientes por ser la primera gobernador@ a la que se le cae un aeronave oficial al servicio de la seguridad pública.

En los primeros 47 días de la administración de El Gigante de México, la atemorizada población ha sido testigo del choque del tren con la pipa de Pemex. La cabeza de cerdo con la granada. El ajuste de cuentas de los sicarios en el palenque de El Llano. La caída de helicóptero.  ¿Qué sigue?

Coda: Ni la gobernadora María Teresa Jiménez Esquivel, ni la directora del IEA, la zacatecana Lorena Martínez Rodríguez, se dignaron felicitar públicamente a la aguascalentense Nora Ruvalcaba Gámez, al recibir el nombramiento presidencial de subsecretaria de Educación Media Superior de la SEP. Extraña forma de hacer política para ayudar a Aguascalientes en la obtención de más recursos de la Federación.

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