- El Siglo de las luces o La Ilustración (1)
Jorge Varona Rodríguez
Aguascalientes, Ags.- 11 de septiembre de 2022.- (aguzados.com).- De acuerdo con Richard Kennigton, en su análisis de la obra de Descartes (Historia de la filosofía política), la Ilustración posee tres significados: 1) acción política impulsada por la filosofía moderna que “forja el nexo entre la filosofía o la ciencia y la sociedad”. 2) Argumentación empleada para afianzar ese nexo, ya que “el progreso de la ciencia exige cooperación de los científicos y difusión del conocimiento” que impulse el avance de la ciencia. 3) La Ilustración implica “sociedades abiertas, vinculadas entre sí en la empresa común del ‘dominio de la naturaleza’”.
Este movimiento es conocido también como “iluminismo” porque consideraba que la razón es “la luz que iluminaría el conocimiento humano para sacar a la humanidad de la ignorancia y de esta manera construir un mundo mejor”. La Enciclopedia, expresión viva del Siglo de las luces, “es el mejor documento sobre las ideas de la burguesía francesa del siglo 18” (Touchard).
Alejadas cada vez más de los dogmas religiosas, desde el siglo 17, filosofía y teoría política se desarrollaron por las aportaciones de las ciencias naturales, empirismo (observación y experimentación) y racionalismo (razonamiento lógico). Existente fuera e independiente de la conciencia y sin identificar origen divino, la naturaleza es aprehendida por la razón, “esencia del hombre”. Asimismo, explican los derechos humanos como consustanciales a la dignidad humana, existentes aquéllos y ésta desde el estado de naturaleza. Incluso se llegó a sustentar una religión natural y una moral natural “independiente de la religión, en función del hombre mundano, considerado tal como es y no tal como debía ser”. De ahí el rechazo a la religión “revelada”, admitiendo la acepción de Dios como cuestión personal, íntima, lejos de “cultos, ritos y dogmas”. Ello fue decisivo en la consolidación del Estado laico y, especialmente, de la sociedad laica.
La Ilustración no fue un movimiento homogéneo ni se limitó a pensadores o filósofos, sino que fue “una actitud cultural y espiritual … de la burguesía [y] de la sociedad mundana en sentido lato, y hasta de algunos reyes”. Su propuesta era “la lucha contra la autoridad” [política, eclesiástica o tradición académica], asi como “la difusión del uso de la razón para dirigir el progreso de la vida en todos sus aspectos”. (Saffo Testoni)
Inició en Holanda e Inglaterra, pero fue en Francia donde alcanzó su mayor expresión y expansión. Desde los siglos 17 y 18, “los éxitos de las ciencias experimentales fomentan la idea de que ese mismo método conduce a un progreso concreto en todos los campos de la cultura y de la vida”. Es decir, se concibió la ciencia “en sentido práctico y utilitarista”. Pretendía “encontrar verdades indiscutibles o … generalizaciones legítimas que tengan una validez metodológica fundada”. Kant explicó el Iluminismo con la consigna “sapere aude” (atrévete a saber).
La noción de progreso se asumió como un proceso creciente que conlleva el “mejoramiento institucional, económico, moral y civil”, totalmente bajo la guía de la razón que funda en la observación y en la experimentación todo conocimiento. Aplica la reflexión lógica y trasplanta las leyes de la naturaleza a “la vida social y unifica todo el orden de las relaciones y de los fines del hombre”, suponiendo que no sólo se libra del dominio de la naturaleza sino, al contrario, pued controlarla y ponerla a su servicio. Por lo tanto, sugiere Testoni, el iluminismo es la continuación histórica del Renacimiento ya que “ese interés está en función del hombre y del acrecentamiento de su poder”. Esta es la base desde la cual el Iluminismo forja su idea de la libertad y de la historia.
En cuanto a doctrina económica, la fisiocracia (típicamente iluminista), suponía que, “bajo el gobierno de la naturaleza las energías de la sociedad, deberían dejarse en libertad [dejar hacer, dejar pasar]… para producir efectivamente un bienestar real y duradero para el Estado”. Mauro Ambrosoli (Revolución agrícola) (1), aducía que el orden natural está regido “por leyes eternas”, a las cuales hay que adaptarse, y, por tanto, la ley positiva debería favorecer ese orden natural “concediendo la máxima libertad económica”. Ello sintetiza la ideología de la burguesía, cuya filosofía de la libertad es “un ideal racional intelectual, pero no social. [De ahí que] la libertad de comercio, la abolición de los privilegios y de las inmunidades … la divulgación de la cultura, la revisión del sistema fiscal”, respondan también al Tercer Estado [pueblo llano, carente de privilegios; campesinos, siervos, trabajadores], a pesar de que en modo alguno es la filosofía del pueblo, al cual burguesía y filósofos del Iluminismo “muestran cierta desconfianza y cierto recelo, por lo menos mientras se lleva a cabo su educación”. (Testoni)
A partir de “la segunda generación iluminista se agudizan las referencias a una renovación social radical … aparecen entonces las ideas republicanas … del mismo modo surgen el socialismo y el comunismo del siglo 18 … construcciones ilusorias semejantes en muchos aspectos a las de los llamados socialistas utópicos del siglo 19”. Empero, los iluministas defienden la propiedad privada y “rechazan toda acción revolucionaria [política o social] ya que puede “ser un remedio siempre peor que lo que se pretende sanar”. (Testoni)
Impulsada por la revolución industrial, la revolución agrícola surge en Inglaterra por la aplicación de nuevas técnicas de cultivo, lo cual provocó la expulsión de los campesinos convertidos en el “ejército industrial de reserva” (Marx). Ello fortaleció el poder de los terratenientes, así como de la clase industrial al disponer de abundante mano de obra barata. (https://enciclopediadehistoria.com›revolucion-agricola)