- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 6 de septiembre de 2022.- (aguzados.com).- En la tarde y noche del sábado 12 de febrero de 2005 nos reunimos con Ma. Guadalupe Roldán Gándara, en la casa de mi hermana Irene, sin saber que era el último encuentro familiar con nuestra querida madre. La enfermedad la tenía postrada en cama desde hacía varios meses. El doloroso sacrificio me pareció inexplicable ante su olor a santidad.
Al día siguiente, domingo 13, acompañada del sepulcral silencio que ofrecía la fría madrugada, decidió morir en paz. La misa de cuerpo presente se llevó a cabo en el templo del Campestre. Sus cenizas las depositamos en la Catedral.
En la esquela publicada en los diarios dejamos constancia, para siempre y por siempre, de nuestro sentimiento, de lo que nuestra madre representa para nosotros: “Con profundo dolor, pero llenos de fe y esperanza, sus hijos, hijos políticos, nietos, bisnietos y demás familiares lo participamos (su fallecimiento), agradeciéndole a Dios y a la vida que durante 85 años haya compartido con nosotros su amor y su ternura, su ejemplo y alegría, y los sabios consejos que han sido la guía moral más importante en nuestras vidas”.
En su reciente libro —jamás el último, toco madera—, Viaje a la memoria. Un recuento personal (Ediciones Cal y Arena e ICA de Aguascalientes, 2022), Otto Granados Roldán recuerda la mañana del lejano 2 de abril de 1992, cuando llegó al estado que le vio nacer, en calidad de candidato del PRI al gobierno de Aguascalientes: “Fue un momento emocionante, que recuerdo vivamente, porque en la pista del aeropuerto local me esperaban unas 400 o 500 personas, principalmente, empresarios, formados en herradura en torno del avión, sobre todo porque allí estaba, muy conmovida y feliz, mi madre, que siempre fue la figura más influyente en mi formación y desarrollo, y mis hermanos Irene, Gustavo y Mario. Siento mucho que no haya estado también mi padre, que había muerto tres años antes. Sin duda le habría dado enorme gusto”.
La lectura del libro es la recreación de una parte de mi vida enlazada al desarrollo personal, profesional, político y académico de Otto, empezando por la juvenil convivencia de cuatro hermanos que decidimos migrar al Distrito Federal para estudiar en la UNAM con el gran apoyo de nuestros padres, que nos amueblaron un departamento en la calle de Xola, colonia del Valle, para preservar la unidad, armonía y cohesionada hermandad.
Gustavo se casa con Lupita Corzo Castillejos, nuestra querida cuñada, y abandonamos el depa para trasladarnos a la calle de Miguel Laurent, también en la del Valle. Cuando Irene concluye sus estudios decide regresar a Aguascalientes, y Otto y yo le dimos las gracias al señor Laurent por su hospitalidad, y nos mudamos a Patricio Sanz, en la misma del Valle. Marzo de 1980 alteró—supongo en vanidosa presunción— el sentimiento de Otto al regresar a Aguascalientes para postularme candidato del PRI en el primer distrito local electoral, con el amistoso impulso de Rodolfo Landeros Gallegos, candidato a gobernador del estado.
Tengo muy presente al menor de la dinastía, en las últimas escenas de nuestra convivencia, cuando estudiaba la maestría en ciencia política en el Colegio de México y colaborara en diversas publicaciones de circulación nacional, con una Babel de libros en el escritorio, leyendo, estudiando, investigando, aporreando disciplinadamente, un día sí y otro también, el teclado de la portátil maquina de escribir, y mirando de vez en cuando por el amplio ventanal de su recamara, que se asemejaba al que tenía Pablo Neruda en su santuario poético de Isla Negra, Valparaíso (Chile), pero sin la inspiradora vista al mar, el canto de las sirenas y la música de las olas, desafortunadamente.
A la distancia se acrecentó el lazo consanguíneo por nuestras afinidades al estudiar la misma licenciatura. Recorrer los caminos de la política. Explorar las veredas de la administración pública. Edificar archivos temáticos y de hombres y mujeres de presencia local y nacional. Y publicar textos en diarios y revistas.
La lectura de Viaje a la memoria. Un recuento personal, de Otto Granados Roldán. De mi carnal. Orgullo de familia. Es un exitoso viaje a la feliz remembranza de mi larga vida. Es el mural que congrega, aproximadamente, a 469 personajes que conoció y trato en sus casi cuarenta años de vida pública.
Porque alguien tiene que escribirlo: Hasta la próxima.
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