- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 31 de mayo de 2022.- (aguzados.com).- En el último segundo de mañana concluyen las campañas para la Gubernatura de Aguascalientes 2022-2027, que medio entretuvieron al público con esos avioncitos de papel llamados encuestas. Las propuestas compiladas en el recetario de comida rápida. Los fuegos artificiales de la propaganda electoral. La saga de embates organizados por el Instituto Estatal Electoral para la Liga Femenil AGS. Y los bombazos propios de la guerra, por cierto, iniciada en noviembre del año reciente durante proceso interno del PAN, donde la alcaldesa capitalina, María Teresa Jiménez Esquivel y el senador Antonio Martín del Campo Martín del Campo, se dieron hasta con las charolas de la panadería azul.
Los cuartos de guerra de las cinco candidatas trabajan a marchas forzadas para modelar la proyección de los resultados finales, pero la siempre presente simulación; la potente o fallida movilización; el voto secreto cruzado en ese confesionario llamado mampara; y dos historias inéditas que hoy recupero, pudieran hacer añicos las estimaciones.
El martes 14 de enero a las 14 horas con 15 minutos los viejos representantes de los grupitos enquistados en el PRI Aguascalientes fueron convocados a la avenida Insurgentes norte 59 de la Ciudad de México, donde se ubica la antropológica sede del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor, para concelebrar una reunión presidida por Alejandro Moreno Cárdenas y con María Teresa Jiménez Esquivel, en aquel entonces, próxima a fungir como la abanderada de la anticlimática alianza PAN-PRI-PRD.
Guardando las formas, los modales y las educadas maneras —propias de una militante del PAN que visita el búnker de su adversario histórico—, la nacida en el Estado de México les habló fuerte para dejar en claro su conocimiento sobre la simulación que se cocina frecuentemente en los fogones de PRI, donde el amigable compañerismo es de mentira y las puñaladas son de verdad. Finalmente, los convocó a “unidad”, a partirse el alma para entregarles el pedacito del pastel —cargos públicos— acordado con Moreno Cárdenas, si el caudal priista se refleja en una respetable cantidad de votos, suficiente para aportarle al triunfo.
Meses más tarde, con la coalición “Vamos por Aguascalientes” debidamente firmada y registrada ante el IEE, la ahora candidata Jiménez Esquivel llegó al cuestionado (litigado) edificio del PRI Aguascalientes, en la avenida López Mateos 609 oriente, a las 13 horas del lunes 9 de este mes.
Acompañada del poderoso regidor Alfredo Cervantes García y Mario Alberto Álvarez Michaus, pisó los terrenos minados por la lucha antagónica de los adversarios históricos.
Ingresó por la calle 18 de julio al estacionamiento privado —exclusivo para los automóviles de la jerarquía aldeana—. Subió los escalones suficientes para toparse con la puerta del despacho principal, donde fue recibida por un inútil sonorense que se dice Presidente, el delegado general oriundo de Baja California, la secretaria general y la infaltable Sexta Candidata nacida en Zacatecas, Lorena Martínez Rodríguez.
Después de los saludos de rigor. Se quejaron del caluroso clima político, los más de 30 grados centígrados, las aguas de mayo que niegan su presencia y la falta de recursos para ofrecer a los invitados refresquitos y galletas de animalitos del Agropecuario, por lo menos.
Para no variar, Martínez Rodríguez tomó la voz cantante. Refirió la gran campaña del PRI en las colonias y comunidades. Presumió el infinito número de visitados y convencidos. Y presentó el momento estelar del espectáculo: la promesa que el PRI le entregará a Jiménez Esquivel 100 mil votos, según las cuentas alegres mostradas en las gráficas.
La candidata y su reducido estado mayor guardaron silencio. Se voltearon a ver. Miraron incrédulos las cifras desagregadas por municipios. Para sus adentros recordaban al bíblico Lázaro, pero en versión tricolor. Pero no daban crédito al carnaval numérico. Y sus palabras insistían sobre la simulación. Sus palabras dejaban ver precaución y desconfianza.
Concluida la cumbre pastoral, el selecto grupo bajó con las ovejas tricolores, reunida el auditorio Jesús Reyes Heroles, que vitoreó a su candidata, quien agradeció los 100 mil votos comprometidos por la jefa Lorena, pero les recordó que la elección no se gana con aplausos, sino con votos.
Con qué autoridad, confiabilidad, puede ofrecer Lorena 100 mil votos, cuando su efectividad en las urnas es tan solo del 25 por ciento: tres derrotas y una victoria en cuatro elecciones donde ha participado como candidata.
Porque alguien tiene que escribirlo: Mañana se publicara Vale al Paraíso.
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