- “No hay nada que limite más la innovación que una visión dogmática del mundo”. -Stephen Jay Gould
Jesús Enrique Ramírez Ramírez
Aguascalientes, Ags, 12 de julio 2015.- (aguzados.com).- Existe la tentación oficial de hacer creer a los gobernados que con más patrullas, el problema de la inseguridad se resuelve y en los hechos hemos visto que esa estrategia es ineficiente. En el tema del transporte público sucede lo mismo, la autoridad pretende dar por modernizado el sistema del autotransporte mediante la actualización de los modelos de las unidades que circulan diariamente en la entidad, y desde luego esa estrategia es equivocada.
En el actual sexenio no hubo nunca la verdadera intención de ir a fondo en la modernización del sistema público de transporte. Acciones aisladas como la introducción de unidades eléctricas no contaminantes (esquema subsidiado con recursos públicos a precios muy elevados con limitados beneficios) y la más reciente, la sustitución de unidades antiguas por de más reciente modelo que, al mantener la trafica estancada por más de 5 años en el caso de los taxis, hoy los concesionarios de la mayoría de las 3 mil 800 taxis y sus choferes están en una situación financiera muy comprometida.
Basta observar con atención lo que sucede actualmente en nuestro sistema de transporte. Por un lado, una planeación deficiente, que data de más de una década y que año con año se ha ido improvisando rutas conforme va creciendo la mancha urbana, pero sin una visión integral. Por otro lado, una manipulación política de candidatos en turno que juegan con las expectativas de la gente respecto de contar con un sistema eficiente y moderno de transportación, sin que ese momento llegue tan rápido como los compromisos de campaña y de gobierno.
Hoy en día, algunos de los principales problemas que los ciudadanos enfrentan es que no existe una adecuada articulación en rutas, costos, distancias y calidad en el servicio, de tal suerte que hay regiones en las que un trabajador tiene que tomar tres autobuses diferentes para ir a su trabajo y otros tantos para regresar a casa. Esto es inconcebible en una ciudad capital como Aguascalientes, en donde las distancias no son tan largas y cuenta con infraestructura en buenas condiciones como para evitar que más ciudadanos tengan que tomar varios autobuses para poder llegar a su destino.
En un reciente estudio sobre la modernización del transporte público formulado por el World Resurces Institut (WRI) en 13 ciudades de América Latina y Asia, incluido México, se formularon algunas conclusiones después de analizar detalladamente cada uno de los procesos modernizadores del transporte y entre las advertencias principales está el hecho de partir de un diagnóstico integral y de una claridad en la meta para reformar el transporte y consolidarlo en términos de renovación e innovación sustentado en una objetiva planificación.
En la CROM hemos visto con preocupación que el sistema de transporte público ha sido abandonado desde hace varias administraciones. Ha ido creciendo conforme crece la mancha urbana y no es gratuito, por ejemplo, que existan actualmente una anarquía total en las rutas de tal suerte que los ciudadanos tienen que tomar tres camiones diferentes para recorrer trayectos de menos de 20 kilómetros.
Esta anarquía además crea conflictos de intereses entre los concesionarios dado que, existen rutas muy rentables en términos de demanda y rutas cuyas unidades circulan con menos de la mitad de su capacidad de pasaje. Y lo que es peor, son los propios concesionarios los que evitan que haya más unidades atendiendo las rutas rentables, aun a costa del constante sobre cupo con el que viajan, ello en detrimento de la calidad en el servicio.
¿Qué se necesita entonces?
Se requiere de una visión más integral del reto modernizador. No basta con modernizar el parque vehicular, ello representa apenas el 20 por ciento de la solución del problema porque el 80 por ciento restante está vinculado a otros factores como planificación, regulación estricta, capacitación, adecuación de la infraestructura urbana y nuevos modelos de vialidades que consideren carriles exclusivos para transporte público, solo por citar algunas ideas.
Todos los días unos 3 mil 855 taxis, 306 combis, 600 camiones recorren amplia zona del territorio estatal, moviendo a casi de medio millón de pasajeros a costos muy elevados para los usuarios y en condiciones de riesgos innecesarios así como de falta de cuidado del medio ambiente.
Existe de facto una zona metropolitana que diariamente ofrece retos nuevos en términos de movilidad. Aguascalientes, Jesús María y San Francisco de los Romos concentran cada vez más el grueso de la actividad económica y de la vida diaria, ¿por qué entonces existen sistemas de transporte divididos? ¿Cuál es la razón (más allá del interés empresarial de los concesionarios) por la que un autobús urbano no puede llegar hasta el último rincón de San Pancho, o una combi no puede llegar en ruta hasta alguna colonia alejada, en esas que los autobuses no entran por no resultarles costeable?
Existe anarquía y en realidad no se ve que en los próximos dos años haya alguna acción clara y contundente para instrumentar un adecuado y moderno sistema de transporte público que haga más eficiente la movilidad, que incentive a que cada vez más personas dejen de usar autos particulares y viajen en unidades públicas o en el uso de bicicletas, por ejemplo.
Hace unos días, en una de las habituales conferencias de prensa en la que suelen acompañarme diversos medios de comunicación exponía la necesidad de incluir en el sistema del transporte público, tarifas preferenciales o servicio gratuito a grupos vulnerables como personas de la tercera edad, personas con discapacidad, estudiantes y obreros que ganen menos de 1.5 salarios mínimos. Ello es posible, no tengo duda, de haber una reestructuración a fondo de nuestro sistema de transporte.
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