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10 millones de mexicanos se sumarán a la pobreza extrema; con 0.7% del PIB podrían salir de ahí

  • Un estudio realizado por investigadores del PUED-UNAM calculó que serían necesarios 178 mil millones de pesos anuales para eliminar la pobreza extrema en México, que incrementará como consecuencia de la caída generalizada del ingreso por la pandemia.

Ciudad de México.- 22 de julio de 2020.- (aguzados.com).- La crisis sanitaria, que se transforma en una crisis económica y social, ya impacta de manera importante a la población mexicana. Las instituciones y los organismos han proyectado aumentos en los niveles de desempleo y pobreza; además de una ampliación en las brechas de desigualdad y efectos desproporcionalmente más fuertes para los grupos vulnerables.

El estudio Estimación del costo de eliminar la pobreza extrema por ingreso en México, en tiempos del Covid-19, realizado por Héctor Nájera y Curtis Hoffman del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, encontró que serían necesarios 178,296 millones de pesos anuales para eliminar los niveles de pobreza extrema que la pandemia ha dejado.

Este monto es equivalente al 2.0% del presupuesto nacional y representa cerca del 0.7% del PIB mexicano. Esta estimación considera cifras hasta mayo de 2020, cuando los pobres extremos por ingresos en el país ascenderían a 32 millones.

eleconomista22julio20 2El análisis de los investigadores del PUED-UNAM estimó que la pobreza extrema por ingresos ha aumentado 8 puntos porcentuales en sólo cuatro meses, pasando de 17 a 25% de la población en esta situación. Esto implicaría que de febrero a mayo del 2020 al menos 10 millones de mexicanos se sumarían a la población cuyos ingresos son insuficientes para adquirir la canasta básica alimentaria.

En esta proyección se consideró la caída generalizada del ingreso y las mutaciones en los niveles de desocupación, subocupación e informalidad. También se consideran los efectos en el nivel de inactivos desalentados; todos los mexicanos arrojados del mercado laboral que mayoritariamente fueron suspendidos temporalmente de sus ocupaciones, pero sin garantía de retorno.

El Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) ha calculado que en el 2020 la pobreza moderada por ingresos incrementará entre 7.2 y 7.9 puntos porcentuales llevando a 9 millones o 10 millones de personas a esta situación.

En cuanto a la pobreza extrema por ingresos el cálculo fue de un crecimiento de 4.9 y 8.5 puntos, que representan de 6 a 10 millones de mexicanos que enfrentarían la imposibilidad de pagar su alimentación, aunque destinaran todo su ingreso a ella.

¿Por qué importa?

Ambos estudios alertan sobre dos cuestiones específicas. La primera, los efectos negativos del Covid-19 serán mucho más fuertes para la población que ya era vulnerable desde antes de la pandemia. Y la segunda, la importancia de que se destinen recursos directos a la población en esta situación.

La persistencia de la pobreza y la pobreza extrema expresan que existen todavía personas en México que no pueden costear los bienes y servicios básicos para la vida o incluso ni siquiera su alimentación. Y, aunque los efectos económicos son generalizados, la profundidad o gravedad de ellos no será igual para todos.

En países como México, donde los niveles de desigualdad, rezago y marginación ya eran altos previamente, la pandemia los evidencia y recrudece. La Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) proyecta que México será uno de los países de la región en donde la desigualdad crecerá de manera más pronunciada.

En el 2018, el Coeficiente de Gini mexicano se ubicó en 0.48, en una escala del 0 al 1 donde la cercanía al cero expresa una distribución más equitativa de los ingresos y la cercanía al uno expresa una polarización más profunda.

Este indicador aumentará entre 5.0 y 5.9% durante la pandemia lo que podría ubicarlo cerca del 0.50. La fuerza en la que aumentará la desigualdad de ingresos sería la mayor de América Latina sólo por debajo de Argentina, Perú y Ecuador.

Esto afectaría de manera importante a los principales grupos vulnerables que encabezan las filas de pobreza, bajos ingresos, rezago educativo, marginación, seguridad social o acceso a salud. En estos grupos se encuentran las mujeres, los niños, los adolescentes y jóvenes, los adultos mayores, la comunidad LGBT y la población indígena y afrodescendiente.

Organismos internacionales y nacionales enfatizan en la necesidad de que las autoridades a escala federal y local implementen políticas de desarrollo social con enfoque interseccional, así como apoyos o transferencias que eviten que la pobreza se extienda.

El estudio realizado por los investigadores del PUED-UNAM, particularmente también enfatiza en la importancia de considerar las condiciones sociales y culturales de la población que se encuentra en situación de pobreza y pobreza extrema.

Además de considerar los programas de apoyo e incentivos; también es importante considerar las maneras en las que estos recursos llegan a los beneficiarios y seguimiento al acceso efectivo de los mismos.

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