- Si la pandemia se hace más grande, algunas empresas tendrán que cambiar su producción como en tiempos de guerra, opina Jorge Sánchez Tello
Ciudad de México.- 19 de marzo de 2020.- (aguzados.com).- Estamos frente a la tormenta perfecta, la economía del mundo es probable que enfrente una recesión y el impacto para México no será la excepción. Con un estancamiento en la economía es probable que este 2020 sea otro año perdido en crecimiento, por esta razón es importante tener medidas para reactivar la economía una vez que termine la pandemia, de ser más grave, los países van a tener que implementar una “economía de guerra”.
El estancamiento en la producción en distintos lugares de China hace que se corten algunas cadenas de suministros. China es hoy un proveedor global para la economía estadounidense, alemana, y son productos de alta complejidad tecnológica.
Hay que agregar el “shock económico” para grandes economías como Japón, Corea del Sur e Italia. Cuando la enfermedad se propaga a otros mercados desarrollados y emergentes, este daño aumentará. En América Latina se espera un crecimiento exponencial del coronavirus en las próximas semanas.
Frente a este escenario, se tienen que tomar medidas que ayuden a minimizar el costo en términos de vidas humanas: mientras la gente esté enferma no puede funcionar la economía y las empresas van a parar la producción.
Si la pandemia se hace más grande, algunas empresas tendrán que cambiar su producción como en tiempos de guerra; así, varios hoteles o instalaciones similares se van a tener que adaptar a ser hospitales. Algo similar puede pasar frente a la necesidad de aumentar el equipo médico necesario.
Las autoridades financieras deben relajar los requerimientos de capital, que de por sí son altos en México, que exigen a los bancos para que no corran riesgos de quiebra por la caída temporal de ingresos. Al final tenemos un sistema bancario en México fuerte, pero no está de más tener cuidado y hacer más flexible su regulación.
Se debe proteger en cierto sentido a las empresas de todos los tamaños, si la economía se llega a parar totalmente un mes o más, no se les debería cobrar impuestos para no ahogarlas y que puedan sobrevivir.
Una vez que termine la pandemia será el momento indicado para lanzar una política monetaria expansiva con importantes reducciones en la tasa de interés, bajar el ISR y el IVA para incentivar el consumo y esto ayudará a que la economía se vaya reactivando.
Dependiendo de la magnitud del problema se podrían hacer transferencias directas a las personas de dinero por parte del gobierno, cheques como lo están implementando a Estados Unidos, y de esa forma se protege a las personas que vayan a perder su empleo y se motiva el consumo.
Son medidas excepcionales, no se debe tener miedo a implementarlas, no son para siempre, pero el gobierno no se debe quedar pasmado. Tiene las herramientas necesarias con la política fiscal para ayudar a las personas y a las empresas a sobrevivir en esta crisis que no sabemos exactamente cuánto tiempo va a durar.
Ya habrá tiempo para reponer la economía y reconstruir lo que se destruya, lo esencial es ayudar desde nuestras trincheras y primero está la salud. Si bien ningún sistema de salud está preparado para una gran pandemia, más vale extremar precauciones que no tomar en serio la gravedad de lo que vive la humanidad, en Dios confiamos y la humanidad va a salir adelante, solo espero que el costo en vidas humanas sea el menor y entre todos levantaremos la economía.