- Cada persona tiene un valor intrínseco e invaluable como Hijo de Dios: José María de la Torre
- Lo ideal es construir puentes entre personas que rompan los muros de la exclusión y la explotación, dijo
Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags.- 20 de febrero de 2017.- (aguzados.com).- La dignidad del hombre y los derechos humanos en los tiempos de la globalización, constituyen hoy uno de los retos más complejos de este mundo, por eso es natural que salte a primer plano el tema de los derechos fundamentales de la persona humana y por tanto de aquellos que están implicados en la movilidad humana, señaló el vocero oficial de la Diócesis, presbítero Carlos Alberto Alvarado Quezada.
Desde este punto de vista, dijo, la iglesia está continuamente comprometida en varios niveles, atenta como está, sobre todo, en promover un camino que respete y valore la dignidad de la persona migrante, en alusión clara a las políticas de deportación masiva que ha asumido el recién ungido presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Recordó entonces la misiva que el presidente de la Dimensión Episcopal de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) y obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, signó junto con el Secretario de la CEM, obispo auxiliar de Monterrey, Nuevo León, Alfonso G. Miranda Guardiola, envió a los prelados de cada Diócesis de la República Mexicana, en la que la asociación sacerdotal lamenta con profundo dolor “el que Donald Trump hay firmado la autorización para dar inicio a la construcción del muro fronterizo”.
En el texto, los obispos de la CEM asientan “los obispos de la frontera norte de México y de la frontera sur de Estados Unidos, hemos venido trabajando, desde hace más de veinte años, por la mejor atención a los fieles que habitan dos países hermanos, enmarcados propiamente en una sola ciudad, comunidades de fe atendidas por dos Diócesis, como Matamoros y Brownsville o Laredo y Nuevo Laredo, por ejemplo.
Lo primero que nos duele es que muchas personas que viven su relación de familia, fe, trabajo o amistad, quedarán bloqueadas aún más por esta inhumana interferencia” y refieren que “unimos nuestro pensar y sentir a lo expresado por el presidente del Comité de Migración de la Conferencia del Episcopado Americano (USCCB), el obispo de Austin, Texas, Joe Vázquez, quien dijo, estoy desalentado porque el presidente Donald Trump ha priorizado la construcción de un muro en nuestra frontera con México”.
El mismo sacerdote asegura en su texto que “esta acción pondrá las vidas de los inmigrantes innecesariamente en peligro, la construcción de este muro solo hará los migrantes, especialmente las mujeres y los niños vulnerables, sean más susceptibles a los traficantes y contrabandistas.
Además, continúa, la construcción de tal muro desestabilizará a muchas comunidades llenas de vida y bellamente interconectadas que habitan pacíficamente a lo largo de la frontera, en vez de construir muros, dice, mis hermanos obispos y yo seguiremos actuando a ejemplo del Papa Francisco que asentó queremos construir puentes entre personas, puentes que nos permitan romper los muros de la exclusión y de la explotación”, agregó el obispo diocesano, José María de la Torre Martín al hacer uso de la voz.
Bajo este contexto, Alvarado Quezada retomó la palabra y refierió que por este motivo, la iglesia está extremadamente atenta a la acogida y al acompañamiento pastoral de los migrantes, no olvidando subrayar que el fenómeno de la migración comporta también un conjunto de deberes y derechos, el primero de ellos es el derecho al traslado migratorio.
El derecho de los estados a la gestión de la migración, añadió, por su parte, debe prever medidas claras y factibles de ingresos regulares al país, velar sobre el mercado del trabajo para entorpecer a aquellos que explotan a los trabajadores migrantes, poner en marcha medidas de integración cotidiana, combatir los comportamientos xenofóbicos, promover las formas de convivencia social, cultural y religiosa que toda sociedad plural exige, concluyó.
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