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¿Y la policía?...En la luna

  • Alfonso Morales Castorena

crimen25oct17aAguascalientes, Ags.- 25 de octubre de 2017.- (aguzados.com).- Decenas de preguntas sin respuestas inmediatas, planteó el asesinato a tiros del empresario deportivo Juan Antonio Muñoz González, “El Güero”, de 30 años de edad, a manos de uno de dos desconocidos que desaparecieron amparados por la oscuridad, a bordo de un vehículo.

Sin testigos confiables para conocer la realidad del proditorio crimen, en las redes sociales circularon enseguida versiones disímbolas entre sí, en las que se señalaba que la víctima del ignoto pistolero había sido el también empresario Ricardo Cummings, pero él mismo se encargó de desmentir la especie.

crimen25oct17cPara entonces ya las autoridades policiacas de los tres niveles de gobierno estaban presentes en el lugar del crimen – la avenida Aguascalientes Norte y la calle de San Julián del fraccionamiento Los Bosques – en busca de los indicios que cuando menos les permitiera intentar establecer causa y motivo del caso e identidad de quien privó de la vida al empresario, de su acompañante y tipo y características del vehículo en el que viajaban y luego huyeron.

Pese a la ausencia de posibles observadores del mortal atentado, las primeras indagatorias se centraron en tratar de establecer la mecánica que siguió el crimen del empresario y cuando menos se supuso que éste al salir del gimnasio que poseía – Gym Workout First – fue sorprendido por el desconocido pistolero, que apenas descendiera del vehículo en el que viajaba, le descerrajó un tiro en la pierna derecha.

A raíz de esa lesión, Muñoz González caería a los pies de su victimario y éste accionaría de nueva cuenta el arma de fuego en su contra, incrustándole un tiro en el cráneo que le segó la vida en cuestión de minutos y dejaría de existir a bordo de la ambulancia ECO-343 del ISSEA en el que se le trasladaba de emergencia a la cercana clínica de Star Médica.

Para entonces ya el pistolero asesino había desaparecido de ese lugar a bordo del vehículo en el que llegó a las puertas del gimnasio, que se dijo parecía ser una camioneta Windstar, de color oscuro, cuyo conductor enfiló rumbo al norte por sobre el bulevar Miguel de la Madrid y a marcha lenta desapareció a la distancia, de tal suerte que el operativo policiaco que luego se instrumentó en su búsqueda, fue tan inútil como alardoso y aparatoso.

Y bajo ese mar de incógnitas y reflejo fiel de la inseguridad que prevalece en la entidad, el cadáver fue depositado en la morgue para la práctica de la necropsia de ley, apenas peritos forenses concluyeron con sus indagatorias que luego endosaron a la Policía Ministerial para que sus elementos integraran la carpeta de investigación del caso, cuya opinión generalizada se centró en “la ocurrencia de una ejecución más en la ciudad”

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