
- Marx. Acerca de la lucha de clases (1)
Jorge Varona Rodríguez
Aguascalientes, Ags, 06 de julio de 2025.- (aguzados.com).- Respecto de la lucha de clases, Celia Duek y Graciela Inda, explican que “desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, los pensadores constataban la existencia de las clases y las describían, veían que la sociedad se dividía siempre en ricos y pobres, en nobles y plebeyos, en libres y no libres, pero no podían explicarse las causas de esta desigualdad. Aristóteles dividió a los ciudadanos en pobres, ricos y clase media y relacionó formas de gobierno y predominio de ciertas clases sociales. Con los economistas burgueses de fines del siglo XVIII y principios del XIX (Quesnay, Smith, Ricardo) se dio un paso adelante en el conocimiento de la anatomía económica de las clases, pero vinculaban la división de la sociedad en clases a las relaciones de distribución más que a las relaciones de producción, y consideraban históricamente a la estructura clasista de la sociedad capitalista como algo natural y eterno. Tampoco los socialistas utópicos supieron dar una definición científica de las clases”. (Lectura de Marx: tras el concepto de clases sociales. Revista Confluencia, año 3, número 6, verano 2007, Mendoza, Argentina. ISSN 1667-6394)
“El aporte de la teoría marxista es decisivo no porque descubra la existencia de las clases sino porque por primera vez proporciona una explicación científica de la estructura de clases. El punto de partida de Marx es el punto de llegada de aquellos historiadores y economistas del siglo XIX. Es Marx quien pone en relación el concepto de clase con el concepto de modo de producción, ligando a las clases con fases históricas del desarrollo de la producción; y es él quien establece la relación entre los agentes en la producción (situación frente a los medios de producción) y la clase social” (Celia Duek y Graciela Inda)
En el Manifiesto Comunista Marx y Engels estipularon que “hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros [miembro de un gremio con todos los derechos, y no su dirigente] y oficiales, en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otra franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases en pugna … En las anteriores épocas históricas encontramos casi por todas partes una completa diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros. Oficiales y siervos, y, además, en casi todas esas clases todavía encontramos gradaciones especiales … La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas” (C. Marx, F. Engels, Obras Escogidas, Ediciones de Cultura Popular, sin fecha de publicación, p. 33)
En la Grecia y en la Roma clásicas se reconocía esta problemática, desde luego sin usar este término (“lucha de clases”). Platón, por ejemplo, en “La República” y en “Las leyes” al proponer su modelo ideal de república, establece jerarquía de clases en cuya cúspide está la de los filósofos (hoy le llamaríamos tecnocracia), y hace referencia a la pugna por el predominio entre la aristocracia terrateniente y la clase de los mercaderes, en auge en el Mediterráneo y con creciente poder económico. Expone las diversas formas de gobierno (monarquía, aristocracia y democracia) cada una sustentada en el valor de servir a la armonía social, pero al explicar la sucesión de esas formas de gobierno menciona que se genera por la ruptura de ese orden social y político, quiebre que no significa sino lucha de clases. Aristóteles en “La Política” aborda ampliamente esta cuestión reproduciendo la secuencia de Platón, aunque en varios aspectos lo crítica y cuestiona, en particular por la comunidad de mujeres e hijos. Cada modelo degenera en su opuesto: monarquía-tiranía; aristocracia-oligarquía; demagogia (democracia)-oclocracia (gobierno de la plebe). Tal como Platón, la ruptura proviene del incumplimiento de la ley. Aristóteles consideró la aristocracia como la forma ideal de gobierno, ya que, opinó, frena los excesos del gobierno de uno y del de muchos. “La virtud está en el medio”, principio esencial en el pensamiento de Aristóteles.
En Roma, con menos filosofía y más pragmatismo (la necesidad de administrar y controlar el entonces vasto imperio), se ocupan más del derecho y el orden jurídico. La base del orden político-jurídico-administrativo fue el municipio. En cada región conquistada se reproducía el municipio romano, si bien hubo diversos tipos de y regímenes municipales (estatus urbanos) a partir del modelo de Roma:
1. Ciudades con tratados de garantías mutuas
2. Ciudades con garantía unilateral que podía ser modificada por el Senado
3. Ciudades-colonias, extensiones de Roma con ciudadanos romanos
4. Municipios de provincias que recibían una concesión de ciudadanía.
En el imperio romano, la ciudad tuvo orígenes y evolución similar a Grecia. En ésta, de la gens (nacimiento), a la fratria (hermandad). La coalición de las fratrias dio lugar a las tribus, cuya unidad conformó la ciudad que era el eje de una confederación de aldeas. La diferencia, respecto a la Ciudad-Estado romana, la Polis, no tuvo capacidad para expandirse y constituirse en imperio; en cambio Roma, la civitas latina por excelencia, sí siguió esta vocación y construyó el paradigmático imperio, en cuya evolución destaca la conflictividad entre el monarca, los patricios, el pueblo y el ejército. Ello fue singular lucha de clases.