- Argumentó que había sido secuestrada, que pagó rescate, pero sus captores la asesinaron
- Médicos forenses descubrieron la verdad al someter el cadáver a la necropsia legal
- Rodolfo Vázquez confesaría que “sospechaba que no era su hija por infidelidad de su esposa"
Alfonso Morales Castorena
Aguascalientes, Ags.- 7 de agosto de 2018.- (aguzados.com).- El infernal mundo de las drogas que abrazan las mentes débiles con el pueril pretexto de evadir la realidad que enfrentan y vivir en el mundo perfecto, no solo las convierte en piltrafas humanas sin remedio, sino que las lleva al primitivo estado de salvajismo más cruel para protagonizar tragedias y dramas carentes de toda lógica.
La destrucción paulatina de todo razonamiento humano por el uso y abuso de los estupefacientes, lleva a los adictos, hombres y mujeres, a elucubrar fantasmales supuestos que los hunden en los abismos de la más baja degradación y para dar salida a sus absurdas suposiciones causan daños irreversibles en su entorno, que su dañado raciocinio no alcanza a comprender.
Ese mundo de demonios invisibles afecta a los más vulnerables en forma directa, los deja en manos de sus drogados verdugos y éstos, ya desatada su furia, arremeten en su contra de una y mil maneras a grado tal de confundir “la tortura que les infligen” con “una severa llamada de atención”, como luego justifican su cruel proceder.
Tal fue el caso – uno más que se suma a la larga lista de víctimas que ha cobrado la drogadicción – de la infante Denisse Guadalupe, de apenas cuatro años de efímera existencia que tuvo como hogar una sala del infierno en la calle Francisco I. Madero 106 de la colonia Ejidal en el municipio de Jesús María.
Su cadáver fue descubierto por “alguien” en el patio de esa sucursal del averno durante la mañana del martes pasado, su cuerpo lucía las profundas huellas de la tortura a la que había sido sometida la noche del lunes anterior por su drogado padre Rodolfo Vázquez “El Ropo” y ante la indiferencia de su madre, María Guadalupe.
A la intervención de las autoridades del ramo, ambos viles individuos argumentaron que “su hija había sido víctima de la delincuencia organizada, objeto de secuestro en días anteriores y que aún cuando pagaron el rescata exigido por los plagiarios, estos se cebaron en la niña y arrojaron su cadáver al patio de la casa, en el transcurso de la mañana del martes”.
Versión inverosímil ante las huellas claras y contundentes de violencia extrema que se desatara en contra dela indefensa criatura, que derivó en la aprehensión del vicioso y su esposa para aclarar el asunto y en la intervención de los peritos médicos forenses para practicar la necropsia de ley al cuerpo yerto de la niña.
Los resultados mostrados por el estudio necrológico oficial fueron espeluznantes, los médicos legistas realizaron el protocolo de feminicidio y encontraron en el cuerpo de la menor: múltiples lesiones en diferentes tiempos; contusiones en diversas partes del cuerpo; lesión de mordaza y pérdida de piezas dentales.
En la espalda y cara posterior de las piernas se encontraron lesiones lineales de latigazos, lesiones puntiformes en las manos probablemente de palillo de dientes o similar, fractura del maxilar inferior y contusión severa en rostro.
Los peritos médicos dictaminaron como causa de muerte: traumatismo abdominal penetrante, sepsis abdominal, maltrato infantil y desnutrición moderada.
La coartada para eludir la acción de la justicia planeada por los infames progenitores de la niña, fue destruida por la necropsia de ley y envió a ambos presuntos responsables de los hechos, a disposición del representante social, bajo cargos de homicidio doloso.
Las autoridades ministeriales informaron que El Ropo es un distribuidor de drogas que operaba en Jesús María e incluso hace unos meses salió del CERESO en donde enfrentó cargos por delitos contra la salud y ahora podría regresar al penal, pero por el homicidio de su hija.
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