Verenise Sánchez
México, D.F., 10 de febrero 2016.- (aguzados.com).- ¿Alguna vez te has preguntado a cuánto asciende el salario de un científico? Quizás no, y es que de acuerdo con la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México, más de 90 por ciento de los encuestados respondió no tener ni una idea de cuánto percibe un investigador.
Según dicha encuesta, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2011, de 10 por ciento que sí tuvo una idea de cuánto gana un científico la mitad contestó que es bajo o decoroso.
El desconocimiento de cuánto puede ganar un científico muchas veces genera que los jóvenes no deseen estudiar alguna carrera en este ámbito, pues consideran que como científicos en México no van a vivir bien, así lo señala la doctora Silvia Domínguez Gutiérrez, profesora e investigadora del Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajara (UDG).
La especialista, que realizó la investigación "Representaciones sociales de la ciencia, del científico y de la actividad científica en estudiantes de pregrado del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, de la Universidad de Guadalajara", indicó que “los muchachos consideran que los científicos ganan poco, que no es una profesión redituable”.
Un buen científico no gana mal
No obstante, esta es una percepción errónea, ya que a decir de Eduardo de la Fuente Acosta, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara (UDG), un buen científico no gana mal.
“Es una mentira, un científico no se muere de hambre, un buen científico no gana mal, el reto es ser bueno y para ser bueno se requieren de cuatro actividades fundamentales: investigar, enseñar, divulgar y gestionar”.
Decir exactamente cuánto gana un investigador es complejo de responder porque depende de diversos factores, señaló Citlalli Becerril Tinoco, investigadora del Centro Interdisciplinario de Estudios Metropolitanos (Centromet).
La remuneración de un investigador depende de la institución en la cual trabaje y el nivel que tenga dentro de ella, así como si cuenta con estímulos de productividad por parte de su institución o si pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y, si es miembro de este sistema en qué nivel se encuentra, además si ocupa un cargo administrativo, entre otras cosas.
Pese a todos estos factores de los cuales depende la percepción económica de un investigador, todos los científicos que fueron entrevistados para este reportaje coincidieron que su sueldo no es malo y les permite tener un buen nivel de vida; además de que su trabajo les da muchas más recompensas invaluables que no tienen precio.
En este tenor, Luis Fernando Magaña Solís, investigador del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que “un científico gana lo suficiente para vivir bien, además el investigador es bastante frugal, por este troquel profesional no somos gente de dispendio, somos gente que casi siempre terminamos ahorrando… Uno gana lo suficiente para tener una vivienda, un carro y costear la manutención de un hogar”.
De acuerdo con las estimaciones de la remuneración que percibe un científico en México realizadas por los investigadores entrevistados para este reportaje, podría oscilar entre los 12 mil y hasta los 120 mil pesos al mes, dependiendo de los factores ya mencionados.
“Hay que considerar que en la ciencia, como en cualquier otra profesión, cuando uno empieza el salario es relativamente bajo, pero en la medida en que uno va tomando experiencia y realiza más actividades, publica más, da más clases, en definitiva gana más”, indicó Magaña Solís.
Los sueldos de México y el resto del mundo
¿Y estos sueldos que van desde los 12 mil pesos y que podrían alcanzar hasta los 120 mil —este último monto para investigadores de amplia trayectoria y con los niveles más altos en sus universidades y en el propio SNI— son similares a los que reciben los científicos de otras partes del mundo? La respuesta depende de con qué país se compare, ya que en algunos casos es inferior, pero en otros tantos es superior.
Al respecto, Héctor Solano Lamphar, investigador del Centromet, señaló que “depende de qué países estemos hablando. Tengo colegas en la India que tienen un salario más bajo que el mío; sin embargo, hay que considerar que el costo de vida en la India es mucho más bajo que en México. Asimismo, tengo otros colegas en Europa Central que tienen un salario mayor, pero también el costo de vida es mayor”.
En este mismo sentido, Eduard de la Cruz Burelo, profesor investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), mencionó que aunque “en otros países se gana más, se gasta más. En general el salario en el extranjero va unido a eso. En México el salario es más bajo pero los costos de vida lo son también”.
La diferencia podría radicar en la calidad de vida que se tiene en otros países. “En otras naciones se obtienen servicios médicos y recreativos de mejor calidad que los que hay en México y son totalmente gratuitos. Es diferente la calidad de vida que se tiene, pero eso en muchas ocasiones no se obtiene con el salario que uno percibe”, subrayó Solano Lamphar.
Oportunidades en México
Si bien la mayoría de los investigadores entrevistados reconocieron que existe una diferencia sustancial entre sus sueldos y los salarios de sus colegas en Estados Unidos o en Europa, también reconocieron que en México hay ciertas ventajas laborales.
“Como posdoctorante en Estados Unidos uno puede aspirar a un salario de por lo menos unos cinco mil dólares mensuales. Ya bien pagado puede subir algo más, incluso hay posdoctorantes que reciben ocho mil dólares al mes; en México pocos investigadores ganan lo que gana un posdoctorante en el extranjero”, señaló De la Cruz Burelo.
Sin embargo, “en México al obtener una plaza, generalmente se entra como profesor asociado, mientras que en otros países eso no es así. En Estados Unidos por ejemplo se llega a ser profesor (full professor) hasta ya edad avanzada, mientras que en México un investigador muy productivo puede llegar a titular C a sus 40 años”.
Para De la Cruz Burelo “la ventaja más clara es en cierto grado la posibilidad de un trabajo más estable, así como la posibilidad de establecerse como investigador o profesor titular en poco tiempo. En otros países existen periodos de prueba de más de media década que puede terminar en un despido y se tiene que comenzar de nuevo”.
Arturo Fernández Téllez, profesor investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), declaró que en México se puede tener cierta estabilidad laboral que en otras naciones no hay. “En México encontré una oportunidad única de desarrollo científico y docente que no hubiera encontrado en algunas instituciones extranjeras que, en esa época, solicitaron mis servicios como posdoctorante, sin ninguna garantía de obtener una plaza de trabajo permanente”, manifestó.
Otra de las ventajas laborales que se puede encontrar en el país es que un joven investigador puede tener su propia línea de investigación, agregó De la Cruz Burelo.
“En México también existe la posibilidad de tener proyectos de investigación a una edad joven, lo cual es más complicado en otros países. Creo que los programas de apoyo para jóvenes investigadores hacen una gran diferencia”, afirmó.
A dos años de entrar en marcha el Programa Cátedras Conacyt para Jóvenes Investigadores, dicha iniciativa ha permitido la incorporación al ámbito laboral a casi 800 investigadores.
A decir de Citlalli Becerril Tinoco, otra de las oportunidades que pueden encontrar los científicos en México es que hay más libertad para seleccionar su tema de investigación.
“Una oportunidad con respecto a otros países, es que México tiene un campo de estudio bastante amplio y una gama de posibilidades en las cuales los científicos pueden innovar, insertarse y proponer. Las ventajas del país son varias; una de ellas es que el país requiere de personas jóvenes dispuestas a trabajar por mejorar las condiciones del país y, por tanto, de la población”, manifestó.
¿Cómo ganar más si eres científico?
En opinión de Luis Fernando Magaña Solís, la labor científica no es un trabajo para hacer dinero, sino para satisfacer sus curiosidades sobre el mundo que lo rodea y aportar conocimiento o innovación para mejorar la calidad de vida del ser humano.
Sin embargo, añadió que para aquellos que quieran incrementar su sueldo pueden trabajar más duro para ser parte del SNI o incrementar su nivel dentro de dicho sistema. Asimismo pueden realizar más actividades que su centro o universidad pida para aumentar su nivel dentro de la misma y obtener más bonos o becas de productividad.
Además pueden vincularse con la iniciativa privada para que, en conjunto, desarrollen alguna innovación que pueda salir al mercado. Esto en México ya es posible ya que recientemente se aprobaron las reformas a los artículos 40 y 51 de la Ley de Ciencia y Tecnología y de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, respectivamente.
Dichas modificaciones permitirán la vinculación de investigadores de centros e instituciones públicos con el sector privado.
Al respecto, Eduard de la Cruz Burelo subrayó que “los científicos que busquen ganar más dinero en México, definitivamente tienen que colaborar con la iniciativa privada. Esto también es un hecho en otros países”.
Más allá del dinero…
Más allá de la remuneración que reciben, los investigadores señalan que sus trabajos les otorgan gratificaciones inmensurables que no tienen precio, tales como saber que contribuyen para mejorar la calidad de vida de las personas y transmiten sus conocimientos a las nuevas generaciones de investigadores, entre muchas otras.
“Ser científico te da muchas satisfacciones. Hay que dejar claro que esas satisfacciones no son solo materiales o satisfacciones propias, sino que son derivadas de los descubrimientos que se llevan a cabo y los aportes que cada investigador realiza a la sociedad”, manifestó Héctor Solano Lamphar.
Otra de las retribuciones de ser científico es que tienen la posibilidad de conocer muchos lugares, personas, tradiciones y métodos de trabajo, lo que diversifica su experiencia de vida.
“Las satisfacciones científicas y personales son enormes. Esta labor permite desarrollarse en muchos aspectos, entre ellos conocer personas de todas partes del mundo y visitar lugares remotos”, reconoció Arturo Fernández Téllez.
Asimismo, la labor científica permite solicitar un permiso de un año (año sabático) para realizar una estancia de investigación en otra institución, ya sea nacional o internacional.
Del mismo modo, ser científico, entre muchas otras profesiones, permite tener flexibilidad de horarios, “eso no significa no trabajar, sino poder trabajar en distintos espacios en donde pueda tener mayor concentración”, aseguró Citlalli Becerril Tinoco.
Todas estas gratificaciones ya señaladas —horarios flexibles, permisos especiales como los años sabáticos, conocer muchos países y mucha gente, entre otras— hacen en su conjunto que mejore la calidad de vida de las personas que se dedican a la labor científica.
En suma, los buenos científicos no ganan mal, tienen un buen nivel de vida y disfrutan de cada uno de sus días de trabajo porque, sin duda alguna, hacen lo que les apasiona.
Si hubiera sabido cuánto iba a ganar…
"Cuando decidí dedicarme a la labor científica no tenía idea de cuánto iba a ganar, solo tenía enormes deseos de alcanzar mis metas científicas. Recuerdo que hace más de 30 años mis padres y amigos me decían que pronto dejaría de perder el tiempo queriendo ser científico en México, pues las obligaciones económicas me empujarían a buscar otros trabajos más redituables. Me da mucho gusto saber que ellos estaban equivocados." Arturo Fernández Téllez, profesor investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
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