Carlos Romo Medina
CUANDO ALGUIEN AFIRMA con discursos que reformando las leyes se va a conseguir la sobada justicia social, lo más seguro es que hay que desconfiar de esa persona y de sus intenciones al pretender desgarrarse las vestiduras en un vacuo intento por “ayudar a los que menos tienen y más necesitan”. Han pasado más de cien 100 años de la Revolución Mexicana y la pretendida justicia social sigue siendo todavía un excelente material para que pocos continúen esquilmando la riqueza de la mayoría, quedándose para sí con la mayor parte. La simulación, nuevamente, como el arte de la política por fingir hacer para seguir succionando la riqueza nacional. El gatopardismo en plena acción por “el cambio”.
UN EJEMPLO reciente de esa insana costumbre lo representa con fidelidad la diputada panista Karina Ivette Eudave Delgado, quien preside el Comité de Gestoría y Quejas y participa en algunas otras comisiones en la LXIII Legislatura local; es decir, su papel dentro de ese cuerpo colegiado no está ni cerca de la modesta medianía. Dicha diputada del blanquiazul, que llegó al Congreso del Estado por la vía plurinominal y no por el voto directo de los electores, al parecer busca obtener un lugar en las preferencias de la ciudadanía ante el cabal desprestigio que se han ganado a pulso los “representantes populares”. –Hola, estás llamando a Radio Desprestigio, ¿por quién votas?
SIN MÁS, Eudave Delgado se sacó de la chistera una propuesta que fue difundida mediante un comunicado de prensa por la oficina de Comunicación Social del Congreso del Estado: “Con el firme propósito de hacer valer el derecho a la alimentación, consagrado en la Carta Magna, la diputada Karina Eudave, impulsa una iniciativa que pretende reformar la Constitución Política Local y la Ley de Desarrollo Social para el Estado de Aguascalientes, para establecer esquemas y programas que permitan a los grupos sociales más vulnerables allegarse de una nutritiva y basta (sic) alimentación”. Nota de la Redacción. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra “basta” significa: “hilván”. El vocablo “vasta” significa: “extensa, dilatada, extensa”.
EUDAVE DELGADO señaló en el documento que presentó ante el Pleno Legislativo “que prevé, además de reconocer esa garantía individual en la Constitución local, la implementación de programas que garanticen el acceso a la alimentación por medio de la producción de alimentos para el autoconsumo, con la implementación los huertos familiares, comunitarios y escolares, además donde las condiciones lo permitan, la crianza de pequeñas especies de animales comestibles”. Hasta aquí todo parecería que las cosas caen como miel sobre hojuelas, a no ser, ¡claro!, que de acuerdo a la experiencia los diversos programas que se han implementado desde los escritorios solamente han servido para lo mismo que la carabina de Ambrosio, puesto que son iniciativas que se utilizan para simular que se hace algo en favor de los pobres, además de que la diputada del partido albiceleste cree que con decretos, leyes, esquemas o programas van a comer los más pobres de entre los pobres, excepto que les den de comer tinta, letras y papel.
EN EL PASADO reciente, en la LXII Legislatura que terminó funciones hace poco menos de tres meses, se legisló para que los grupos de educandos en las instituciones de enseñanza básica no rebasaran los 30 alumnos. Ahora resulta que la diputada del Partido Nueva Alianza (PANAL), Mayela Macías Alvarado, no se enteró y por ello promueve esa medida como si fuera una genialidad que hubiera sido de su autoría, por lo que se la sacó del bolsillo sin inmutarse. Y en otro tema legislativo, la brillantez que ha demostrado el “dueño” del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en la entidad, Sergio Augusto López Ramírez, y con base a su experiencia de vivir plácidamente de la ubre presupuestal desde hace muchos años, propuso dos iniciativas dentro de la ardua labor que desarrollan los representantes populares en el Congreso del Estado. En la primera de dichas iniciativas propuso “la creación de hospitales para mascotas donde se brinde el servicio de castración y esterilización, con el objeto de detener la sobrepoblación de canes y gatos”. Sin duda, es un trascendental asunto de Estado al que se le debe dar prioridad.
CUOTAS DE PODER. Dentro del gatopardismo tan socorrido por la mayoría de los políticos, en los últimos tiempos han venido a venderle a la población un conjunto de espejitos aglutinados en algo que pomposamente denominaron como el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA. Hasta siglas le pusieron). Y como muchos ciudadanos se han cuestionado: ¿para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? Esto en razón de que habría que comenzar por el principio --como citara algún profundo filósofo popular--, como por ejemplo, definir o determinar como DELITO GRAVE el peculado y que quienes incurran en esa felonía no alcancen el beneficio de la libertad bajo caución. ¿Cuántos saqueos de las arcas públicas estatales se habrían evitado? ¿Cuántos políticos ladrones estarían tras las rejas? Pero no, hay que inventar un sistema o mecanismo “especial”, ponerle 20 mil componentes por demás enredados para complicar su operación, nombrar comisionados o miembros presuntamente sacados de la “sociedad civil” --porque la otra es la “sociedad privilegiada”-- para supuestamente asegurar la transparencia de su proceder.
EL MEJOR EJEMPLO del gatopardismo y el reparto de las cuotas de poder (cuando no las acapara un solo grupo) se presenta de manera sistemática en los diferentes partidos políticos. Un claro ejemplo de la manera como se manejan las cosas en el PRI, son la recientes declaraciones de la presidenta interina del Comité Directivo Estatal, Norma Esparza Herrera, quien --se nota que domina el cinismo-- exhortó a los cada vez menos compañeros de partido “a dejar de lado los protagonismos y a no buscar intereses personales o de grupo, ya que como fuerza política el PRI demanda de los verdaderos priistas un análisis responsable y juicio de lo que hemos hecho y lo que dejamos de hacer; pero principalmente exige la unidad en torno a los principios correligionarios”. No existe la menor duda de que el tricolor está pasando por una grave crisis de desunión, de peleas intestinas por tomar el bastón de mando en la entidad de esa fracturada organización política, precisamente porque el grupo al que pertenece Esparza Herrera propició esa debacle y ahora siente tener la suficiente autoridad moral para llamar a sus correligionarios a no buscar protagonismos ni intereses personales. El espejo de la madrastra de Blanca Nieves es un artilugio de una auténtica fantasía de amor.
ASÍ, ¿O MÁS CLARO? Al acudir como participante del Panel “Proceso de construcción y la consolidación del Estado Mexicano a partir de las Constituciones de 1857 y 1917”, organizado en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Isidoro Armendáriz García, subrayó que “los partidos políticos han dejado de ser entidades de interés público y empresas sociales al servicio de ideales; los poderes ejecutivo y judicial en la actualidad han perdido credibilidad porque se han apartado del espíritu de la Constitución que les da vida”. Puede afirmarse que Armendáriz García lanzó un mea culpa, pero es evidente que las palabras vertidas quedarán solamente en eso, en discurso. A la sociedad nada le gustaría más que esta confesión de parte pudiera cambiar y los políticos comenzaran a actuar dentro del estricto marco constitucional. Pero ya se sabe que será un sueño guajiro más.
EN SUS PROPIAS PALABRAS:
Para que exista una auténtica unidad nacional, es necesario que las instituciones políticas y poderes públicos cumplan su obligación de velar por el bienestar de la población, garantizar sus derechos y trabajar por el progreso y la dignificación constante de sus condiciones de vida. Trabajemos para derribar también los muros atávicos que dentro de nuestro país han impedido que se hagan realidad todas las libertades, derechos y bienestar que merece. Fernando Herrera Ávila, coordinador del GPPAN en el Senado y presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara Alta.
FRASE DEL DÍA:
El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que no nos engañarán nunca. Víctor Ruiz Iriarte (1912 -1982). Dramaturgo español.
EL BISTURÍ. El ajuste de cuentas entre los sucesos y las declaraciones.
En el PRI, cuyos dirigentes pasados y actuales se han llenado la boca de regocijo por denominarlo como “el partido de la legalidad”, actualmente sigue sin cumplir con sus propios estatutos. Para empezar, no han renovado su Consejo Político Estatal, la dirigente interina Norma Esparza Herrera sigue “encariñada a la mala” con la silla que avasalla todos los días sin dar cumplimiento a las normas estatutarias para renovar la dirigencia, y los grupos y grupitos siguen pasmados como el chinito: no’más milando. Y el Comité Ejecutivo Nacional, que debiera tomar las riendas y procurar que se cumplan las normas internas, se la pasa vacilando a la población con discursos de unidad y combate a la corrupción. ¿Hasta cuándo, Enrique Ochoa Reza?
COLOFÓN.
El fantasma de Juan Antonio Martín del Campo que se resiste a desaparecer.
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Cartón por Tiscareño
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