Carlos Romo Medina
APRESURAN EL PASO para que no les ganen la pizca de despojos. El negocio del reciclaje de los desperdicios es abundante y generoso. No existe un proyecto político claro, definido, ni siquiera esbozado, pero eso no importa, lo verdaderamente significativo es levantar la mano primero que los demás para impedir que el “maduguete” desparezca y alguien más “les coma el mandado”. Quedó en el pasado “el que se mueve no sale en la foto”. Al fin y al cabo ya no hay un “jefe” político que imponga sus caprichos. Se reitera el desdén por la sociedad y se machaca el desgastado discurso del sacrificio personal en aras del beneficio colectivo. La demagogia una vez más como signo patológico incurable. Es terrible, triste, lastimoso, pero siguen sin entender que no entienden. La codicia ha tiempo los rebasó y por ende la necedad les ha propiciado una ceguera irreversible.
EL ELEMENTAL PRINCIPIO de la política ha sido abandonado, ignorado y, lo peor, desdeñado. El diálogo de sordos en medio del monólogo falaz y como método único para tratar de salvar los escollos que ellos mismos han creado. Los militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) incrustados en su cúspide siguen sin comprender que hacer política es establecer un diálogo sin esconder ases bajo la manga, acallar los tambores de guerra interna y mandar al armario las dagas que estuvieron prestas para la batalla con el adversario electoral. Aún no se han dado el tiempo necesario para analizar las causas de la derrota infringida y corregir el rumbo, pero ya han desplegado los sables para decapitarse entre sí con la intención de alcanzar un espacio de poder… y riqueza.
LO QUE NO han tomado en cuenta los integrantes de las diversas expresiones que cohabitan bajo las siglas tricolores, es que sin unidad no existe la fortaleza en cualesquier cruzada; pero ya se despedazan sin misericordia y están hundidos en el fango político que con tanto empeño, envidia, ambición y cinismo han construido bajo los cimientos de su propia institución política. Eso sin contar el grandísimo daño que le han causado a quienes han prometido representar y gobernar en diferentes épocas de la historia. Pero es algo que son incapaces de observar dada su ceguera auto contraída. Frente al espejo de las vanidades se miran a sí mismos como hacedores y forjadores de un bienestar social inexistente para más de la mitad de los mexicanos y que solamente ellos aseguran ver.
LO ANTERIOR no significa que otras opciones políticas de gobierno sean mejores o peores, sencillamente la ciudadanía aprecia que no es cuestión de partidos o colores, sino de una mal llamada clase política que actúa y procede desde las esferas del poder con los mismos esquemas impopulares que prohíjan y solapan la impunidad, la corrupción, simulando hacer “gobierno y administración” desde las luces del gatopardismo. La cuestión es muy simple: la mayoría de la “clase política” de marras carece de decencia, educación, honradez y cultura para gobernar y administrar los bienes nacionales.
ANTES QUE los diferentes aspirantes de todos los partidos a ocupar un cargo de elección popular el año próximo intenten siquiera solicitar el voto ciudadano, será necesario que públicamente muestren y reconozcan con sencillez su historial de éxitos y fracasos acumulados en su paso por la política. Al tiempo de transparentar su situación económica personal y familiar, no porque ahora lo exija la ley, sino porque tienen la convicción personal de conducirse con la verdad, sin simulaciones o engaños. Después podrán hablar de propuestas y promesas, que en su mayoría han incumplido, por lo que deberían comprometerse a renunciar si en el caso de ser electos y en el trayecto de sus responsabilidades llegaran a fallar. Y no se trata de legislar el tema, es cuestión de honradez política de frente a sus representados. La rendición de cuentas sigue siendo un mito, por lo que habrá que derribarse. Algunas voces podrán tomar estos conceptos con hilaridad, pero de alguna manera hay que comenzar a reconstruir el desastre que han causado a la Nación esos que afirman saber cómo gobernar.
LOS APUNTADOS. La maltrecha directiva del priismo local, encabezada por Norma Esparza Herrera, no ha tenido la capacidad y mucho menos la sensibilidad para haberse hecho de lado a tiempo antes de que los obuses crecieran de intensidad y el fuego cruzado en todos los frentes comenzara a hundir la raquítica barcaza partidaria. La pugna trascendió la derrota electoral del 2016 y en lugar de sentarse a la mesa a reflexionar con honradez intelectual y política las causas de la debacle, cada expresión canalizó sus energías para buscar el control de la directiva a costa de lo que fuera y ante la inacción del comité nacional encabezado por Enrique Ochoa Reza, que parece no tener el mínimo interés en recomponer lo deshecho. El primero en levantar la mano fue el ex gobernador Otto Granados Roldán; luego la ex alcaldesa Lorena Martínez Rodríguez, pero para buscar un espacio rumbo al Senado. Resultó muy obvia la pretensión de Lorena Martínez al auto destaparse para el Senado, cuando en realidad se daría por “bien servida” con una candidatura plurinominal otra vez a la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión.
PARA RELEVAR a la espuria Esparza Herrera se han anotado Isidoro Armendáriz García, Roberto Tavares, Salvador Farías Higareda, Miguel Ángel Juárez Frías, Norma Guel Saldívar, entre otros. Los cónclaves recientes entre hermanitos del mismo dolor (la derrota) causaron ciertos comentarios suspicaces, lo que le ha permitido agregarle gasolina al fuego de las ansias por alcanzar las candidaturas federales y locales para el año venidero. Por lo tanto, los dimes y diretes, el fuego amigo y los abrazos sinceros con puñalada trapera incluida, serán el pan de cada día durante los próximos meses, por lo que varios aspirantes tendrán que usar chalecos blindados, además de los mencionados. Tampoco hay que olvidar que durante esta temporada hay que manejar con precaución, pues no resultaría remoto que en cada crucero de las calles de la ciudad pueda toparse y atropellar a algún aspirante que esté dispuesto a ofrendar sus habilidades y vocación en el servicio público para dedicarlo al servicio de sus semejantes, todo ello, ¡claro!, en aras de sacrificar su bienestar.
EN SUS PROPIAS PALABRAS:
Cada vez estamos peor en las carreteras. No se trata solamente del socavón en el paso exprés de Cuernavaca, sino de todo el sistema carretero del país, el cual ha sufrido un notable deterioro en este gobierno, como lo prueba la Auditoría Superior de la Federación. La ASF realizó una evaluación sobre 40 mil kilómetros de carretera y comprobó un deterioro alarmante en lo que va del sexenio. Entre 2012 y 2015 más de 15 mil kilómetros perdieron la calificación de “buenos” y 12 mil más pasaron a ser francamente deficientes. Antes del actual gobierno no existía ningún kilómetro en la categoría “deficiente” en esos 40 mil kilómetros monitoreados por la ASF. Es lamentable que México, considerada la décima primera economía del mundo, sólo tenga 393 kilómetros de autopista de cinco estrellas. El responsable político del desastre en las carreteras es el secretario de Comunicaciones y Transportes. Fernando Herrera Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República y coordinador del GPPAN en la Cámara Alta.
FRASE DEL DÍA:
Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien. Víctor Hugo (1802-1885) Novelista francés.
EL BISTURÍ. El ajuste de cuentas entre los sucesos y las declaraciones.
Los aspirantes priistas que obtengan cualquier candidatura para el 2018, primero deberán llamar al número de emergencias para que los cuerpos de rescate intenten ayudarlos y los auxilien para salir del socavón en el que están metidos gracias a la corrupción que irónicamente chorrea a borbotones desde arriba. Como ya se sabe que todo proceso de rescate debe cumplir con ciertos protocolos burocráticos, lo más seguro es que la mayoría de esas candidaturas fenecerán por asfixia en las urnas (electorales).
COLOFÓN.
Tras las migajas de los despojos.
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Cartón por Tiscareño |
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