- Nadie ni nada importan más que el gran señor apoltronado en la silla del águila
Carlos Romo Medina
AL PARECER, la transformación que evangeliza con la mentira de no ser iguales a los de antes, mantiene estrictos requisitos para formar parte de la secta política fundada por el mesías cuatrotero.
EN PRIMER TÉRMINO, está la disciplina entendida no como un principio de orden que permita el correcto funcionamiento de cualquier organismo burocrático creado por el hombre, sino como la obediencia ciega hacia ese mesías cuatrotero que no admite el uso de la razón y la inteligencia. Te sometes o, te sometes, a la voluntad férrea del mesías o recibirás el desprecio de la turba enajenada.
EN SEGUNDO LUGAR, se encuentra la despersonalización y la metamorfosis por un ser independiente a un apéndice de la voluntad del auto ungido mesías. Así como falsamente éste afirma ya no pertenecerse, de la misma manera demanda que los miembros del cuatro teísmo ya no se pertenezcan a sí mismo, sino que ahora le pertenecen a quien se cree el rayo esperanzador.
EN TERCER SITIO, está la permanente amenaza de ser demolido por la furia del mesías si no se cumplen estrictamente sus órdenes y, además, si se osa buscar ingenuamente una salida de emergencia del cuatro teísmo la aplicación de la “justicia” les aguarda. Los tobillos de quienes pretendan desertar están encadenados a un pesado expediente con antecedentes turbios. Las blancas palomas no existen en el mundo de la política
EL MIEDO, el terror que le tienen a su pastor, es por demás evidente. Marcelo Ebrard Casaubón, de quien el dueño de sus sueños lo definía como un “hermano”, acabó por hacerle lo que Caín a Abel, con la variante que entre éstos últimos no había una mujer de por medio.
LA PRUDENCIA fingida de Ebrard obedece a los tres factores señalados líneas arriba. El deprecio de la turba ya comenzó a recibirlo solo por exigir que el proceso de su dizque encuesta se hiciera sin “incidentes”.
HA DEMOSTRADO que su vocación de pertenecerle a su “hermano” lo demostró cuando le permitió el paso a la candidatura presidencial de 2012 y todavía como canciller soportó toda clase de humillaciones, y como aspirante a ser ungido por el dedo mayor llegó al extremo de arrastrarse para ofrecer la creación especial de una secretaría para un hijo del mesías.
Y EL TERCER paso, su pretendida salida del proyecto cuatroteísta está en suspenso, no porque se trate de una película de suspense, sino porque la mantiene en el aire ante la certeza de que le aplicarían la llave china si busca “traicionar” al movimiento. El carnal Marcelo sabe de qué tamaño son los expedientes que aguardan salir a la luz si insiste en la torpeza de romper con el que se cree inventor de la honestidad y la transparencia.
LA ÚNICA SALIDA, prevén quienes le conocen de cerca, es seguir sirviendo de comparsa en esta farsa llamada cuarta transformación, y en el mejor de los casos y si los emecistas lo permiten, tratar de lavarse la cara como candidato de los naranjas y buscar descalificar a la candidata del Frente Amplio por México, Xóchilt Gálvez. Lo que es cierto es que la carrera política de Ebrard ha recibido el peor revés y difícilmente se recuperaría.
EN OTRO CASO similar, su compañero de viacrucis, Ricardo Monreal Ávila, no ha tenido otro recurso que doblar las manos y recular en sus intenciones, no tan solo de ser presidente de la república, sino jefe de gobierno de la capital del país.
EL MIEDO QUE se le tiene al señor de los bastones de mando es tan enorme, que el propio Monreal Ávila declaró completamente derrotado, abatido, humillado, que prefiere ser “nada” antes que hablar mal del dueño de su destino político.
LA BIOGRAFÍA de Monreal Ávila refleja con claridad que ha tenido la capacidad, no tan solo camaleónica, sino de saber reptar a tiempo y con las personas indicadas. Habilidad que pocos políticos poseen y que con destreza puntual el senador con licencia ha dominado desde que dejó las entrañables filas priistas que le proporcionaron las bases para nadar en el pantano de la política nacional.
LA REALIDAD POLÍTICA del movimiento de transformación (en reversa) ha evidenciado con claridad que el único importante es el inquilino de Palacio Nacional. Nadie ni nada importan más que el gran señor apoltronado en la silla del águila.
DARÍA RISA si no fuera tan serio, pero observar a los súbditos de Palacio como los que desfilan genuflexos con sonrisas de plástico para ser tomados en cuenta a la hora del reparto de cuotas, cargos y canonjías, están dañando al país en índices nunca vistos y vaya que estábamos asombrados al ver la capacidad depredadora de los “adversarios de la transformación”.
EL SIGNIFICADO del “cuatroteísmo” es muy simple y sin más rodeos se resume en la adoración de cuatro dioses o creadores: AMLO, AMLO, AMLO y AMLO.
En sus propias palabras.
Debemos evitar la desintegración de la familia, que es la institución de seguridad social más importante que tenemos. En la izquierda hemos cometido el error de dejar el tema de la familia a la derecha. Tenemos la obligación moral de participar en el combate al consumo del fentanilo en Estados Unidos. Es una pandemia que están enfrentando. Los narcotraficantes tienen más dinero para comprar fusiles, vehículos blindados, misiles, políticos, senadores, generales, jueces, presidentes. Andrés López, presidente de México.
La frase del día.
La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano. San Agustín (354-430). Obispo y filósofo.
El Bisturí. El ajuste de cuentas entre los sucesos y las declaraciones.
El único poder que cuenta es el de él. Los poderes Legislativo y Judicial no forman parte de la Unión. Solamente la soberbia de su pensamiento y creencia cuentan. Es por ello por lo que, si el aparato de Estado requería de ciertos ajustes relevantes, ahora sencillamente el aparato de Estado está paralizado porque el dueño es él y, como no le agrada, pretendería crear uno a su imagen y semejanza, por eso es el mesías, ¿qué no?
Colofón.
No, no es el envejecimiento, es la soberbia.