Carlos Romo Medina
DEBATIR -en términos simples- para la Real Academia de la Lengua significa discutir dos o más personas sobre uno o varios temas exponiendo sus ideas y defendiendo sus opiniones e intereses. Un ejemplo: "el martes está previsto que el Congreso de los Diputados debata y apruebe la propuesta del partido de la oposición".
EL PASADO martes 17 de mayo eso no ocurrió. Con la sola excepción de Teresa Jiménez, quien se mantuvo firme en presentar sus propuestas de gobierno, las demás aspirantes a gobernar Aguascalientes se dedicaron en un mar de fango a lanzar ataques a la candidata puntera en las encuestas, con pocas propuestas que en su mayoría sonaron más a ocurrencias que a planes serios de gobierno.
DESPUÉS de que las aguas volvieron a su nivel, una vez que la turbulencia generada en las siguientes horas del debate cesó, puede analizarse con mayor serenidad lo ocurrido ese día.
EN PRIMER término, la candidata de la “Alianza Va Por Aguascalientes” Teresa Jiménez, advirtió que ella presentaría sus propuestas de gobierno y no respondería a agresiones, infundios o diatribas personales. Y cumplió porque sus oponentes ignoraron esa advertencia o no la quisieron asimilar porque se mantuvieron dentro del guion previamente elaborado por su equipo de campaña para enfocarse en el ataque personal y no para DEBATIR las propuestas de gobierno.
Entonces, Teresa Jiménez salió bien librada porque sus propuestas para gobernar no fueron debatidas, rebatidas o descalificadas por sus oponentes. Como se dice popularmente se les fue el tren al mantener su obsesión por emplear la estrategia del ataque frontal, en lugar de aprovechar la inercia de su oponente para evidenciar defectos o debilidades de dichas propuestas presentadas por quien lidera ampliamente en las encuestas.
EL RELOJ político de la maestra Nora Ruvalcaba definitivamente detuvo su marcha en el año 2018 -el de hace cuatro años- puesto que no se cansó de repetir que sus propuestas de gobierno podrían alcanzarse gracias al apoyo de “ya sabes quién”. Serias dudas generaron ese discurso y esas promesas entre el electorado, porque habría que preguntarse ¿cómo va Nora Ruvalcaba regresar -por ejemplo- los refugios para mujeres violentadas o las estancias infantiles cuando “ya sabes quién” se encargó de destruirlas inmediatamente después de que accedió al poder? ¿Se atreverá Nora a contradecir las decisiones tomadas por su poderoso protector político que odia que le enmienden la plana? Y otros más se preguntan si Nora le apuesta a la amnesia colectiva de los destrozos causados por la actual administración federal en todos los ámbitos. Como si fueran para presumirse las desgracias ocasionadas y todavía hablar de un “cambio”, un cambio que llegó para mal.
¿Y QUÉ DECIR de la antes priista furtiva, verde-ecologista de membrete y ahora “anaranjada” de ocasión Anayeli Muñoz? El electorado percibe claramente su actitud de soberbia, de falsa autosuficiencia adoptada después de haber estado bajo el manto protector de su “madrina” política, la priista Lorena Martínez, metida de lleno en la campaña del PAN. En el rancho le llaman a eso fatuidad y falsedad. Pretendió presumir el gobierno que realizan sus fraternos naranjas en Nuevo León y Jalisco quienes cada día caen más en la aprobación de sus gobernados. Mala rima Tacho, mala rima. Para gobernar no se requiere de buenos, malos o peores, se necesitan personas eficientes y decentes.
MARTHA MÁRQUEZ, renegada panista que se presumía convencida de la doctrina conservadora del albiceleste, de la noche a la mañana optó por trasladarse a la falsa izquierda del PT y al engañoso ecologismo del PVEM. Su paternidad política, derivada de su profunda amistad con el gobernador panista Martín Orozco, le permitió llegar a ser candidata a senadora y ahora en definitiva está comprometida a cumplir los designios de su apoderado político y no a atender en verdad las demandas de la ciudadanía. Un delfín que no llega ni a charal.
POR SU PARTE, una ilustre desconocida que ha mostrado experiencia sobrada en emular a los chapulines y a los grillos, de nombre Natzielli Rodríguez, de pronto saltó de las filas de un partido sin registro llamado “Fuerza por México” para mostrarle a la ciudadanía sus serias carencias en la improvisación del discurso y sus limitaciones básicas de lectura en voz alta.
MAL COPIAR los debates gringos que se significan más en practicar guerras de lodo que en debatir realmente las propuestas, no ha sido benéfico para la democracia mexicana ni para dirimir propuestas serias de gobierno que resuelvan sus grandes problemas ni para acercar a la ciudadanía a una competencia electoral que le permita elegir a verdaderos gobernantes y no a populistas o demagogos vacíos de ideas, pero plenos de ambición.
SI ESE ES el verdadero nivel para “debatir” de quienes aspiran a gobernar el estado, nubarrones negros pueden apreciarse en el futuro que le aguarda a Aguascalientes.
En síntesis, no se pueden esperar peras de un olmo, o castañas de un témpano.
¿CÓMO SE HACE UN DEBATE? Un esquema básico de debate debe contener cuatro partes: la introducción, el argumento de tesis, los puntos clave que respalden tu posición y la conclusión. Debes estar preparado para definir cualquier palabra clave ante los jueces. Puedes descomponer cada una de las cuatro partes en subcategorías.
En sus propias palabras
Aspiramos a consolidar la Cuarta Transformación, a que se expanda a todos los rincones de la patria. Desde 2016, en que fui por segunda vez contendiente en situaciones adversas, nada parecidas a las actuales, desde ese momento determinamos: a la tercera va la vencida. Nora Ruvalcaba, candidata de Morena a gobernadora de Aguascalientes.
La frase del día
Algunos políticos sostienen que la única manera de hacer seguro a un revolucionario es darle un escaño en el parlamento. Clive Staples Lewis (1898-1963). Escritor británico.
El Bisturí. El ajuste de cuentas entre los sucesos y las declaraciones
El debate es un discurso oral catalogable como un tipo de conversación estructurada. Su objetivo es enfrentar dos o más opiniones acerca de un determinado tema polémico, o al menos, discutible desde diversos puntos de vista. Es un dato que quienes pretendan acceder al poder público deberían, aunque fuera por accidente, contemplar practicarlo alguna vez.
Colofón
Lo que es quemar la pólvora en infiernitos.