Carlos Romo Medina
UNA PRÁCTICA utilizada con frecuencia cotidiana por la inmensa mayoría de los políticos es describir que en el escenario de su gestión las cosas pintan de maravilla. Afirman ser mejores que sus antecesores. En el presente está de moda asegurar que no son iguales a quienes les precedieron en el ejercicio del poder, aunque por increíble que parezca, resultan ser peores.
DE DICHA PRÁCTICA no se salvan quienes ocupan las más altas responsabilidades del servicio público ni quienes desde posiciones más sencillas pretenden dirigir los destinos sociales, políticos y económicos de la sociedad que representan. Esto significa que en definitiva hay niveles de importancia. Hay castas: desde las divinas del ámbito federal, pasando por los olimpos estatales, hasta llegar a las modestas del entorno municipal.
SIN IMPORTAR su lugar en esa especie de fauna política, se subraya que desgraciadamente la mayoría de esos políticos son proclives a mentir sin límite alguno, ya sea por carencia de escrúpulos, por ambicionar un cargo más alto, por grandes intereses económicos particulares, por cínicos o simple y sencillamente porque está en su naturaleza.
HA SIDO evidente que en cada cambio de administración buscan “borrar” de la historia la gestión de su antecesor, dilapidando lo bueno que se haya logrado, tratando de presumir que ellos tienen los programas “adecuados” y las soluciones “perfectas” para resolver los rezagos en la comunidad. En otras palabras, aseguran haber inventado el hilo negro, cuando en realidad le brindan a la sociedad “más de lo mismo”.
LA EXISTENCIA de la pandemia que ha significado el virus Covid-19 en nada ha cambiado las conductas perversas de dichos gobernantes, pues se han aprovechado de esa tragedia sanitaria y humana para enfrentarla con gastados discursos políticos en lugar de enfocarse a resolver con responsabilidad al problema con argumentos y trabajos científicos, pero por desgracia han optado por hacer politiquería en lugar de adoptar políticas sanitarias efectivas.
EN EL CASO particular del combate al Covid-19 en Aguascalientes, el gobernador MARTÍN OROZCO SANDOVAL vertió una joya: “actualmente existe una tendencia a la baja en la ocupación de camas para la atención de Coronavirus”. En parte dice la verdad, pero oculta que si no están ocupadas todas las camas hospitalarias no es debido a que no haya pacientes y sobran enfermos, es a causa de que no hay suficiente personal médico especializado para atenderlos y por eso hay camas desocupadas. Una verdad a medias en una mentira flagrante.
Y COMO LAS cifras alegres que manipulan desde las oficinas del secretario de Salud en la entidad, Miguel Ángel Piza Jiménez, el gobernador reconoció que “aunque existen diferencias en algunos indicadores que presenta el Gobierno de México respecto al semáforo epidemiológico asignado a Aguascalientes”, el gobernador Martín Orozco Sandoval reculó al decir que no entrará a un debate con la federación y continuará trabajando a favor de la salud de los aguascalentenses para que la entidad se mantenga con un buen control de la pandemia.
ESTO SE DEBE a que los números que reporta el Instituto de Salud del estado (ISSEA) con relación al número de contagiados y decesos, son menores a los que reporta la Secretaría de Salud federal en su “corte de caja” diario.
Y COMO el “dueño” temporal de Palacio Nacional no desentona en eso de mentir de manera contumaz, aseguró que “ya inició la recuperación económica, luego de ver los datos de la Inversión Extranjera Directa y el empleo en el país”. Y como no hay nadie capaz en “su” equipo de trabajo para aclararle las cuentas alegres a quien interpreta el papel del Presidente de México, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, el país sigue hundiéndose más en los terrenos de la economía, la salud y la seguridad públicas.
PERO A NADIE debe extrañar que las mentiras sean el pan de cada día desde el púlpito presidencial, desde donde LÓPEZ OBRADOR perora, acusa y desacredita a quienes no coinciden con sus triunfalismos de politiquería, alejados de los problemas y las necesidades reales del pueblo “bueno y sabio” que tanto asegura defender. Eso sí, no se cansa de parlotear por presumir que es diferente a sus antecesores: “no somos iguales”, asevera. Y tiene razón, son peores.
EN EL COLMO de su actitud mesiánica plagada de descalificaciones, odio y rencores evidentes se cura en salud y explota: “nuestros adversarios no van a aceptar nada, siguen como desquiciados, van a querer que haya más muertos”. La muerte de semejantes utilizada como bandera política y punta de lanza para justificar su ineptitud al frente del cargo de elección popular más relevante en el país.
EN SUS PROPIAS PALABRAS:
Se solicitará a la Guardia Sanitaria una vigilancia más estricta sobre el acatamiento de medidas preventivas en espacios públicos de la zona (de la) capital como (d) el centro histórico, mercados, tianguis, transporte público, pues son lugares en los que no sólo existe gran afluencia de personas, sino también lugares en los que no se pueden parar sus actividades por ser de índole económico. Miguel Ángel Piza Jiménez, secretario de Salud de Aguascalientes.
FRASE DEL DÍA:
Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano. Goethe (1749-1832). Poeta y dramaturgo alemán.
EL BISTURÍ. El ajuste de cuentas entre los sucesos y las declaraciones.
Cuando la mayoría de los políticos perciben que están camino al fracaso de su gestión, a la desaprobación popular y por ende al rechazo, aceleran el uso del discurso demagógico y la manipulación para encontrar culpables y justificar así su incompetencia. Ante los pésimos, por no decir nulos, resultados obtenidos en menos de dos años de gobierno (¿?), LÓPEZ OBRADOR aceita su maquinaria para aferrarse al poder al precio que sea. Si no actuamos a tiempo, los mexicanos conoceremos la verdadera desgracia de estar bajo el imperio absoluto de un dictador y todo lo que ello implica.
COLOFÓN.
Ante la eficiencia, nada. Con la improvisación, todo.