Carlos Romo Medina
CONTINUANDO CON los detalles del circo político mexicano de la simulación que ha montado la estirpe política de este País desde que Hernán Cortés pisó tierras americanas, éste continúa indetenible con un fenómeno político del populismo actual: Andrés Manuel López Obrador y del candidato de la utopía, José Antonio Meade Kuribreña.
EL PRIMERO de ellos, López Obrador, huérfano de una vocación ideológica definida, ha explorado y escalado para realizar un híbrido político-ideológico sin pies ni cabeza. Me explico. Según su personal óptica, volver al pasado para emular la peor cara (si es que tiene una mejor) del PRI de los años 70 es la solución a los gravísimos problemas nacionales que se tienen en todos los ámbitos. Continúa anclado en las viejas recetas que le proporcionaron más males que remedios a la sociedad mexicana y no porque fueran ciento por ciento inviables, sino porque como se ha reiterado, abusaron de la promesa exagerada, fácil; del populismo artero y de la simulación aparejada a la corrupción y la impunidad.
EN ESTE HÍBRIDO político-ideológico, Manuel López ha echado mano de fragmentos que le convienen a sus intereses particulares de las doctrinas políticas descritas en las entregas anteriores, incluida la democracia cristiana al aliarse con la ultraderecha representada por el Partido Encuentro Social. Vale la pena recordar que la democracia cristiana es una corriente política que tiene orígenes en las enseñanzas de Jacques Maritain, Emmanuel Mounier y los pronunciamientos de la Doctrina social de la Iglesia, muy distintos del socialismo cristiano que es socialista, aunque las dos doctrinas dicen estar influidas por las enseñanzas de Jesucristo. Esta corriente surgió en el siglo XIX en Europa, y continúa teniendo una fuerte influencia en Europa y Latinoamérica.
LOS MOVIMIENTOS demócrata-cristianos, según se define, no son círculos puros de pensamiento y de doctrina, sino grupos de acción con la aspiración de llevar a la democracia las consecuencias derivadas de los principios filosóficos cristianos, entre ellos la concepción de la historia con una raíz espiritual, no materialista; la primacía de lo moral; La dignidad de la persona humana; La primacía del bien común y la justicia social.
EN LA PRÁCTICA política, la democracia cristiana ha sido calificada como de centroderecha en asuntos económicos, morales y culturales y de centroizquierda asuntos políticos y sociales. La Democracia Cristiana no tiene su origen en el socialismo ni relación alguna con la Internacional, sino en la Doctrina social de la Iglesia. Aunque en muchas ocasiones la democracia cristiana ha aceptado el liberalismo, y comparte la idea de la reducción de impuestos con la intervención estatal, con el fin de acabar con la injusticia social; en general los principios que han regido su matriz se derivan de la idea del Estado del bienestar o Estado social. Por esa razón es frecuente encontrar partidos democristianos en la centro-derecha. La Democracia Cristiana suele sobresalir por su marcado conservadurismo lo que la distingue del progresismo; y su notoria inclinación estatista lo que también la separa del liberalismo económico.
TOMAR LO MEJOR de cada ideología política o practicar íntegramente cualquiera de ellas sería acertado, siempre y cuando en el ejercicio del poder estén ausentes la simulación, la mentira, el engaño, la traición, la corrupción y la impunidad. La experiencia de los ciudadanos de este País les ha enseñado que quienes han gobernado hasta la fecha se han dedicado más a satisfacer plenamente a los grupos de poder y a soslayar las necesidades de la población.
A PESAR de que las encuestas marcan -- hasta el momento -- como favorito a ganar la elección presidencial a Manuel López, existe la zozobra en gran parte de la ciudadanía y serias dudas para votar por él, porque éste personaje del mundillo de la política insiste en demostrar una gran incapacidad para llegar a acuerdos, a hacer política, pues; además de exhibir de manera fehaciente una intolerancia con aquellos que no comparten sus ideas. Tampoco está de más señalar que su vocación autoritaria lo delata a plena luz del día y que ha propiciado una división social en extremo peligrosa, no nada más para los miembros de la “mafia del poder” como señala peyorativamente, sino para toda la población en general. Su obsesión por acceder al poder, a toda costa, mantienen encendidos los focos rojos de quienes en dudan y desconfían de su capacidad para gobernar en sintonía con los intereses de la sociedad.
EN EL CASO de Antonio Meade, quien simula ser un candidato ajeno a la maquinaria del poder priista y como miembro de ese partido político, posee el lastre más grande que jamás candidato alguno en la Historia de México ha tenido: la ineficacia subrayada, la impunidad impune (valga el pleonasmo), la corrupción galopante y cínica, que le ha endosado su único elector: Enrique Peña, así como su propio pasado que le recuerda cuando menos haber sido omiso en señalar la corrupción que giró en su entorno más cercano durante su vida en el servicio público, tanto con el panismo fracasado de Felipe Calderón y el priismo descarado de su padrino que lo impuso con base en un capricho en esa candidatura.
ANTONIO MEADE ha sido incapaz de comprender que sencillamente el desencanto social por todo lo que hieda a PRI es una realidad irrefutable. También, que al presuntamente ser ajeno a ese partido y tener la simulada etiqueta de “candidato independiente” ni los propios priistas le toleran. Además, el tercer lugar en el que se encuentra dentro de la fotografía del momento que son las encuestas con tan bajo puntaje, difícilmente le alcanzará para siquiera acceder al segundo lugar en la elección, salvo que crea, ¡claro!, que una medalla de plata es honrosa. Para rematar, presumir que a mitad del río cambió de caballo al “cesar” a Enrique Ochoa y traer a otro Enrique (Juárez) en su lugar le impulsará para ganar la elección, es evidencia de que Antonio Meade es uno más, de millones de mexicanos, que han caído en el perverso juego de la simulación del poder político.
EN SUS PROPIAS PALABRAS:
Nos duele como mexicanos, al igual que a ti, que hoy el aumento a las gasolinas está pegando directa o indirectamente en tu bolsillo, cada vez que le pones gasolina al auto, cuando surtes el gas, cuando pagas el transporte público o cuando vas al mercado a comprar alimentos para tu familia. Lorena Martínez Rodríguez, candidata del PRI al Senado por Aguascalientes.
FRASE DEL DÍA:
Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros. Hermann Hesse (1877-1962). Escritor suizo, de origen alemán.
EL BISTURÍ. El ajuste de cuentas entre los sucesos y las declaraciones.
En el transcurso de esta campaña política por la Presidencia de México, los aspirantes se han destacado más por acusarse de corruptos, ineficaces, traicioneros, mentirosos y rapaces, dejando en segundo término las propuestas de gobierno que la ciudadanía espera de ellos para sacar del hoyo a este País. Pero pueden más la soberbia y el ego individual que la urgencia por buscar soluciones viables y realistas que atiendan lo verdaderamente importante. El espejo de vanidades a todo galope en el páramo del escenario político. Ahora sí, la caballada está bastante famélica. Tal vez por eso la división de opiniones se acerca azarosamente al encono social ante la falta de un liderazgo puro, sin imitaciones de héroes inexistentes o emulaciones de adalides de historietas vulgares.
COLOFÓN.
Se puede ser ingenuo, pero no mentecato.
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