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IDEOLOGIZACIÓN DEL VOTO

 

 

  • Los comicios no preservaron los valores y virtudes del voto, el procedimiento, la ley, la CPEUM

 

Ignacio Ruelas Olvera

 

Aguascalientes, Ags, 03 de junio 2015.- (aguzados.com).- El divorcio entre ideología y cultura está muy sentido hoy en día. Según estudiosos como Althusser, la ideología no acaba en creencias políticas, va más allá, se acomoda como una escena que arregla nuestra percepción de la realidad.

Su ruta en memoria y razón marcha inconsciente, crea nuestra subjetividad para interpretar, en esa virtud se muestra parcial.

Sin duda la tecnología tiene un papel estelar en nuestro tiempo, influye nuestra subjetividad, los medios de comunicación, en las nuevas plataformas incontables que, bajo el principio de la obsolescencia dinámica, se renuevan cada momento.

Prueba de ello es que la cimentación de la identidad es más fragmentada y fluida cada día, ello plantea desafíos para la estabilidad de las narrativas personales.

La aldea global, la digitalización, han descuidado mucho la analogía, una VERDADERA TRANSFORMACIÓN de la cultura. Un conjunto de influencias, pluralidades, divergencias, demandan de la política diálogo para influir cómo las personas se relacionan con la ideología y la subjetividad.

La cultura de masas y la cultura popular juegan un papel clave en la difusión de ideas y valores. El pueblo es una abstracción, una subjetividad que adorna las narrativas políticas de ayer, sobre todo de hoy. Subjetividad e ideología se abrazan, no solo como creencias políticas, sino un marco que estructura y perturba nuestra percepción.

En esa virtud, la subjetividad no es completamente autónoma, ya que se ve influenciada por discursos ideológicos que circulan en la atmósfera social.

Este proceso de internalización transforma valores y creencias en verdades aparentemente incuestionables, moldeando las decisiones y acciones de las personas.

Las votaciones en la elección del Poder Judicial es un ejemplo didáctico de dicha influencia: desde el salón Tesorería del Alcázar de Tenochtitlán, se institucionalizó la ideología con el respaldo de medios de comunicación e instituciones que interpretaron esos predicados como mandatos.

Por ejemplo, el INE declaró que promover la abstención fue “delito electoral”. El marco de las elecciones contiene un mandato constitucional, fue un regalo de despedida al expresidente Andrés; con una reforma incompleta, las simpatías ideológicas se refuerzan.

La ley reglamentaria del artículo 41 de la CPEUM sigue sin detallar procedimientos claros para garantizar elecciones auténticas, lo que permitió que las instituciones administrativas y jurisdiccionales influyeran en las creencias y valores sin un análisis crítico apegado a derecho.

La ideología marxista buscó superar el dominio de la filosofía alemana idealista, especialmente la de los jóvenes hegelianos, Feuerbach, Bauer, Stirner... Conciencia e ideas son motores de la historia.

En las elecciones del domingo 01 de junio fue testigo la sociedad mexicana y la internacional que la narrativa de la presidente, Morena y aliados es: “habrá más democracia”, como si ésta se diera por kilos, como si no votar atentara contra la ciudadanía, el civismo, el derecho...

Insisto, la reforma está inconclusa, ello hace trampa dado que la democracia son reglas del juego, para la elección de justicieros no se respetaron.

La transparencia fue violada, no hubo información de la jornada, SIJE, ni resultados preliminares, ni PREP, ni actas de casilla, pues no hubo escrutinio ni cómputo en la casilla, violó el procedimiento del régimen de comicios, las autoridades administran el procedimiento y la ciudadanía hace la elección, no hubo cartel al exterior de la casilla en la que el electorado de la sección queda informado del estado que guarda la elección, ni cadena de custodia, no están las actas en Internet.

Por si fuera poco, los votos no tuvieron el mismo valor pues se franquiciaron en territorios judiciales. La paridad apareció en la boleta a cargo del elector, perdió su autonomía y libertad para ejercer el derecho.

No hay cauce legal confiable para impugnar la elección, no hay defensa para los votos de candidaturas. No se regenerará el sistema de justicia. La democracia no se cimienta en falsedades, dicen las alboradas que el Poder Judicial gasta mucho, el presupuesto de egresos de la federación le otorga UNO por ciento al Poder Judicial.

Los comicios no preservaron los valores y virtudes del voto, el procedimiento, la ley, la CPEUM; 34 años de trabajo colectivo desperdiciados.

La democracia no es un espectáculo.

Las ocurrencias de una reforma incompleta ponen en riesgo al país.

No haber ejercitado ese derecho en este tsunami de violaciones y contradicciones no es apatía, ES una forma legítima y crítica de ejercer derechos democráticos.

La dignidad, virtud del Derecho, deberá quedar a salvo.

Es una elección inauténtica, dado que no son las que mandata la Constitución, nos coloca en una desagradable explotación cultural, tienen un estratégica producción y distribución de bienes culturales ideologizados al ritmo del RAP 4T, se parece en todo a un modo del sistema capitalista, que tanto critican y denuestan, convirtiendo la cultura en mercancía, un producto de consumo masivo con narrativas, color, consignas, música… que refuerza el conformismo social.

 

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