- “…todo enunciado debe ser considerado como una <jugada> hecha en un juego”. Jean-Francois Lyotard
Ignacio Ruelas Olvera
Aguascalientes, Ags, 22 de agosto de 2023- (aguzados.com).- Una palabra cotidiana es “pirata”, promueve la idea de un acto o producto ilegal.
En la jerga habitual, ocurre lo mismo con la palabra “clon”, refleja la idea de productos copia del original. Con un grado de más especialización la palabra “hackers” documenta la idea de robo, reproducción y venta de inteligencia informática.
En la visión mercadológica “similares” nos dice de la imitación industrial de productos. Vivimos a expensas de la “piratería”, “la clonación”, la “hackería” y lo “similar”.
Con estas analogías del lenguaje se ha perdido también la imagen autentica de las palabras. Como lo estableció Nietzsche: las palabras quedan como monedas sin valor, el puro metal.
Veamos. La palabra pirata proviene del griego y su significado es “el que emprende”, “el que intenta fortuna”. Los piratas, quedaron reflejados en las historias como ladrones del mar.
Sus fines no eran políticos, buscaban su propio beneficio y no servían más que a su propia bandera. Los principales blancos de los ataques piratas eran mayoritariamente los barcos comerciales entre Europa y el Nuevo Mundo, los buques cargados del oro y la plata, eran un suculento bocado para los piratas. Nadie estaba a salvo de los salvajes perros del mar.
En pleno siglo XX, en medio de la revolución de la luz, 300 mil kilómetros por segundo, el ciberespacio, en la era de la computación han surgido personas o grupos que se dedican a actividades ilícitas en la cibernética.
La palabra pirata es evocativamente romántica, sin embargo, es atribuido a las personas que hacen uso del “software” creado por terceros, a través de copias obtenidas sin permiso o licencia del autor.
Al “software” no original se le denomina “copia pirata”. Tengo para mí que se le debería llamar: “software” robado.
La palabra “pirata” al uso ilegal del software fue nombrada por primera vez por William Gates en 1976 en su “Carta abierta a los Hobistas”, mediante la cual expresó su protesta debido a que muchos usuarios de computadoras estaban haciendo uso de un software desarrollado por él, sin su autorización. (“SEGURIDAD INFORMÁTICA: LOS HACKERS Y SUS DIVERSOS TIPOS – Dossier ...”)
Después los medios de difusión adoptaron el nombre de “hacker” para calificar a toda persona involucrada en actos que atentan en contra la propiedad intelectual y seguridad en las redes, autores de virus, intrusos de servidores, interceptadores de mensaje de correo, vándalos del ciberespacio, persiste la idea: piratas de la informática.
Empero, “hacker” es una expresión inglesa cuya traducción literal al español es, “una persona contratada para un trabajo rutinario”, se crea a fines del siglo XX, cuando los Estados Unidos de América empiezan a recibir un masivo movimiento migratorio de personas de todos los países del mundo que esperaban encontrar en el “país de las oportunidades” un bienestar económico y progreso… ¡que ilusos! “hacker” tiene varios significados en español, entre ellos “hacha”.
La imagen lingüista contempla taladores de árboles que usan su hacha en forma infatigable hasta llegar a tumbarlos.
“Hacker” se refiere a las personas que se dedican la tarea de investigación o desarrollo realizando esfuerzos más allá de los normales y convencionales.
El “hacker” es alguien que se apasiona por las computadoras y se dedica a ellas más allá de los límites.
En genética, la clonación es el proceso de hacer copias de un fragmento específico de ADN, generalmente un gen.
En Biología un “clon” es un organismo multicelular que es genéticamente idéntico a otro organismo. El hito en los experimentos de clonación animal tuvo su representante en la oveja Dolly. Clonar es aislar y multiplicar en tubo de ensayo un determinado gen o, en general, un trozo de ADN.
Científicamente se trata de un logro muy interesante, ya que demuestra que, al menos bajo determinadas circunstancias es posible “reprogramar” el material genético nuclear de una célula diferenciada. (“CLONACIÓN Y MANIPULACIÓN DE EMBRIONES HUMANOS”).
Los “clonadores” se dedican a reproducir productos parecidos al original, a robar la propiedad intelectual e industrial para comercializarlos.
A esta “fauna” nociva productora de equivalentes, además de “piratas”, “hackers” y “clonadores”, se suman los “Similares”.
Símil viene del latín y se traduce como parecido, semejante. Se ha desarrollado toda una industria de productos con menor calidad que han inundado los mercados: “lo mismo… pero más barato”.
En sentido fiscal y cultural los “piratas”, “hackers”, “clonadores” y “similares”, son una pesada y dolorosa carga. Relojes “clon”, ropa “pirata”, música “hacker”, medicamentos “similares” … todo está a merced de símiles, lo inauténtico, lo casi igual… y nos conformamos. García Márquez ha sido víctima.
Esperemos que los discursos de campaña no sean “clones”, ni “piratas”, ni “hackers”, mucho menos “similares”.
El candidato “pirata” deshonra la candidatura.
El político “clon” degrada la política.
El ciudadano “hacker” subsume la ciudadanía.
La persona “similar” destruye la personalidad.
La política es magisterio de ciudadanos auténticos.