Mario Guevara Palomino
- “No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”.
- San Mateo, capítulo 6, versículo 3.
Aguascalientes, Ags, 07 de julio de 2022.- (aguzados.com).- La política es un juego de destreza, no existe margen alguno para la distracción, por eso la capacidad de concentración es fundamental.
Se deben cumplir las reglas, siempre respetar al oponente, pero no ser débil ante sus presiones; la POLÍTICA es cómo el DOMINÓ, un juego de estrategia que se juega en equipo, pero se participa de manera individual. La destreza de un jugador hace que todo el juego se desenvuelva a su alrededor y no en el entorno de otro.
POLÍTICA Y DOMINÓ, dos juegos de mayor popularidad en México. En ambos: la agilidad mental y la destreza rompen el ritmo entre los contrarios, el reto es saber mandar señales, leerlas e interpretarlas constantemente hasta acabar con el oponente.
Una característica del jugador es que debe tener una conducta racional, ya que en el planteamiento del juego no existe margen para la ingenuidad, los errores se pagan ahorcando las fichas.
Al presidente Adolfo Ruiz Cortines le encantaba el dominó, pues él decía que se parecía mucho a la POLÍTICA, no se cansaba de plantearlo de esta manera:
“En el dominó, como en la Presidencia -ponderaba-, no hay que hablar, es un juego de mudos. Las señas son recomendables si se hacen con discreción y elegancia. No admitir ni dar cachirules. Si el juego viene mal, desatiende. De las mulas hay que deshacerse con rapidez y a los contrarios ahorcárselas sin piedad. Y no lo olviden: vale más un mal cierre que una pasada en falso.
El peor error que comete el GOBERNANTE es creer que todos son sus amigos, el mayor que existe. El PODER es el imán de las amistades que se acrecientan en el transcurso del periodo gubernamental, y justo el PODER mismo alentará la traición, a tal grado que para el fin de la administración será el GOBERNANTE quien menos amigos tendrá y mucho más enemigos cosechará.
El bloqueo de las fichas para que no avancen los adversarios es lo más común, sobre todo cuando hablamos de POLÍTICA, y en muchos de los casos cómo en el DOMINÓ es ahorcar sin clemencia, dejando las mulas arriba (fuera del juego),
El GOBERNANTE en estricto sentido vive en la desgracia de ser patrocinador de su propio secuestro, su grillete se compone de las alabanzas, parte del estéril servilismo humano, que configuran la conducta dócil de quienes quedan bien con quien manda, al final lo que menos importa es concretar la viabilidad de una visión de Estado.
Guadalupe Loaeza en su texto Memorias de La Silla/Los secretos de Ruiz Cortines, apunta lo siguiente:
“Uno de los políticos más misteriosos de nuestra historia ha sido el veracruzano Adolfo Ruiz Cortines.
“Como buen jugador de dominó, era casi imposible ver sus intenciones secretas, así como lo que verdaderamente pensaba de todos los asuntos.
“Quizá por esta razón, todos aquellos que han escrito sobre Ruiz Cortines lo ven como un jugador que constantemente se encontraba en una partida de ‘dominó político’, dice Loaeza.
Hoy en la POLÍTICA vemos cada vez menos jugadores, pero además muy poco diestros porque han dejado de lado la planeación y la estrategia, desarticulan sus movimientos, pero lo más delicado desprotegen lo más importante: el PROYECTO DE ESTADO.
El éxito lo basan en ser más apostadores que jugadores razonables. La ambición ciega, los concentra en proyectos personales y el poder los confunden hasta caer en el error artero, abren su juego sin medir tiempos, su único objetivo es hacer sentir al GOBERNANTE que les es necesario.
Siempre existirá el jugador que se transformará con otros en descodificadores para obtener la información más íntima de quien gobierna. Conocer sus gustos, pasiones, predilecciones, momentos de estado de ánimo, etcétera. La finalidad será transformar al GOBERNANTE en un ente dependiente, incapaz de tomar decisiones por sí solo, su inseguridad crecerá y cualquier movimiento de ficha dudará, su intención perderá fuerza al haber otorgado la mayor información posible y el GOBERNANTE pasará a una condición cómoda a la de rehén, pero eso sí, con un claro síndrome de Estocolmo.
Los “POLÍTICOS” actuales (si entre comillas), han pasado del juego estratégico del DOMINÓ al burdo juego de la mafia. La intriga, la confusión son la causa de las filtraciones o reproducción de mentiras que se puedan transformar en realidades artificiales, es decir en falsos positivos.
Si bien es cierto que el golpeteo bajo siempre ha existido, cada vez se valora menos el significado de la lealtad, y justo aquí es donde le GOBERNANTE debe ser mucho más ágil que sus interlocutores. Siempre debe tener varias fuentes de información para confrontar y analizar la información, el peligro, no es para quien es objeto del señalamiento atroz, sino para quien la usa. INFORMACIÓN ES PODER, pero se paga más por la imprecisión de ésta para armar una jugada.
Cuántas veces hemos visto que personas son señaladas, sin que exista un aval de la información confirmada, bajo pretexto de que es un rumor y que el objetivo es retirar y hacer a un lado en el ánimo del GOBERNANTE a miembros de su propio equipo o personajes que se incorporan al ánimo gubernamental, es como en el DOMINÓ, el propio compañero bloquea el juego de la pareja sin importar quien lleva la mano.
Como no existe un manual que determine reglas escritas o un tratado para el ejercicio de la POLITICA, el jugador deberá interpretarla fielmente para ejercerla con un ingrediente ético y desacralizar la forma de conceptualizarla, alejándose de la tentación de la POLITIQUERÍA. Ante la ausencia de manuales, debería aprovecha sus experiencias exitosas y desterrar los rotundos fracasos.
El primer distractor para el hombre de gobierno es pensar en el PODER por el PODER, lo que le provoca dejar de lado la construcción de un proyecto global que tenga el objetivo del bienestar colectivo, partiendo de la aplicación de la ley y el fortalecimiento del Estado Democrático de Derecho.
La idea central obliga a no pasar de largo el acomodo de las fichas y el cumplimiento de un proceso secuencial, lógico y escalonado que llevarán al GOBERNANTE a la consolidación de su proyecto y al final de cuenta a su éxito.
CONCLUSIÓN: El GOBERNANTE tiene que ejercer la POLÍTICA como la estrategia del DOMINÓ y la única seña válida en el juego es la de "PENSAR”. Cuando toca el turno de jugar, no se debe perder esa opción durante el tiempo que pueda hacer entender al compañero que se tienen varias fichas del mismo número, que va a tapar o va a cuadrar.
Por el contrario, jugar apresurado, sin pensar, en medio de un juego desarticulado indica que no se tienen más fichas de las que tiene el compañero en ese momento, es decir, se tirará por la borda todo el proyecto que se construyó por mucho tiempo para trascender en la historia.