- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 26 de octubre de 2021.- (aguzados.com).- La clase política lucha por obtener el Poder para después dilapidarlo en los cargos de representación popular, donde el diamante de comportamiento se distingue por la arrogancia generada desde la desbordada propaganda personal para vender soluciones epidérmicas, en ocasiones populistas y frívolas, de acuerdo al vanidoso carácter, la desmedida ambición y las desordenadas neuronas.
Recién salido de la imprenta, leí de una sentada, El estilo personal de gobernar del maestro Daniel Cosío Villegas (Editorial Mortiz, 1974, primera edición). Lo escribió con pluma fuente y su secretaria Esperanza González pasó en limpio el manuscrito.
En el prólogo el autor destaca que “la gran moraleja del estudio sería, por supuesto, la que nuestro actual sistema político propicia un estilo personal, no institucional, de gobierno, con todas las consecuencias que ello supone”.
La reflexión sirve de apoyo para mirarle la zanca al pollo y saber de qué pata cojea. Revisemos los primeros detalles.
Atendiendo la amable invitación de mi apreciada amiga, iniciamos el breve recorrido en la sala de juntas engalanada por las fotografías de los hombres y mujeres que han gobernado el municipio de Aguascalientes, como por ejemplo, mi abuelo materno Vidal Roldán y Ávila.
Sorprendido de la libertad para transitar por los caminos del Poder, pasamos al despacho del alcalde Leonardo Montañez Castro, quien después de saludarnos disparo el alentador mensaje: “Las puertas están y estarán siempre abiertas como usted podrá observar”. A lo que respondí: “Tuvieron que pasar cinco años para volver a pisar este despacho, en el período del alcalde Toño Martín del Campo”. El edil añadió que en las paredes colocará las fotografías de los espacios emblemáticos de la capital del estado. Luego nos despedimos.
Ahora falta saber si el secretario particular, la asistente y demás colaboradores del círculo premier respetarán el nuevo estilo, porque luego estos personajes suelen convertirse en una especie de cadeneros de antro.
En la primera conferencia de prensa dio señales del cuidadoso manejo de los recursos entregados por los contribuyentes, al rechazar la suntuosa escenografía montada en el pasado reciente en los actos públicos, empezando por las flores y el follaje que rodeaba, a la tarima, y la monumental mampara. “Prefiero gastar ese dinero en el programa de bacheo”, dijo categórico, mientras esperaba tranquilo —junto al barandal de la parte alta del segundo patio—, la llegada de los representantes de los medios informativos.
El entonces alcalde electo reunió a los integrantes del Cabildo entrante para revisar la agenda del máximo órgano de gobierno. Los regidores y síndicos se quedaron sorprendidos cuando el capitán de meseros les avisó que el alimento y el agua mineral correrían por cuenta de Leo, pero los tragos y refrescos serían pagados por cada uno de ellos y ellas.
Cuatro días después de rendir la protesta de ley, el sábado 16, le miré en Plaza Universidad con su esposa y los dos pequeños hijos, quienes estaban muy divertidos en los juegos.
A diferencia de otros años, los cuantiosos recursos utilizados en los entonces fastuosos festivales para conmemorar el aniversario de la fundación de la ciudad de Aguascalientes, los cinco millones de pesos serán destinados a mejorar los servicios públicos y rehabilitar las vialidades.
Al alcalde le queda muy claro que el peor negocio del mundo es pelearse con el Gobernador, por ello, dijo, “tendré con él una relación de respeto y empatía”, al fin, “somos un municipio, no somos feudo ni principado”.
Por su parte, Martín Orozco Sandoval reconoce: “Tengo una gran esperanza que Leo Montañez será un presidente municipal, con una visión diferente a la administración anterior; será un gobierno de resultados y de honestidad, por eso lo ayudaré en todo lo que necesite”.
Además, reveló que el jefe de la Comuna ya le presentó el primer proyecto urgente para el municipio; se trata del mantenimiento a las vialidades que, agregó, “se las dejaron destrozadas por falta de atención en años pasados”.
Todo parece indicar que en Aguascalientes corren otros vientos. El estilo personal de gobernar de Montañez Castro tiene aroma de moderación. Conciliación. Sencillez. Diálogo social. Aplicación rigurosa del gasto público. Y amor y paz, porque las broncas ajenas no son sus broncas. El tiempo dirá que tan buen fijador tiene esa loción, recomendable para todos los funcionarios municipales.
Porque alguien tiene que escribirlo: El título del maravilloso libro ¿Quién Se robó mi queso?, de Spencer Johnson, me hace recordar al ratón, exfuncionario municipal de Aguascalientes, del bienio reciente.
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