- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 20 de julio de 2021.- (aguzados.com).- Esta columna está dedicada, sin reconocimiento de por medio, a los alcaldes, legisladores, funcionarios públicos, políticos, grillos, dirigentes partidarios y demás sanguijuelas que no leen, ni siquiera, las calificaciones de sus hijos.
Se entiende el desapego. Adentrarse al mundo de la lectura. Del enriquecedor conocimiento. La mente ejercitada. El hábito sanísimo. La concentración franciscana. El florecimiento de las palabras que forman el idioma. La vital disciplina. No forman parte de sus cualidades profesionales.
Desde que me fui a vivir al Distrito Federal en 1972, por razones de estudios universitarios, visitaba con frecuencia y emoción la vieja librería Gandhi, ubicada en el 134 de Miguel Ángel de Quevedo, por los rumbos de la arbolada Chimalistac.
Un año antes la fundó el célebre Mauricio Achar, para imponer un nuevo concepto cultural al incluir galería, cafetería, venta de libros y revistas, en el espacio donde coincidían escritores e intelectuales, además de Violeta Parra, Juan Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, entre otros.
Ahí, en la reducida pero mágica extensión, Achar —el Gordo para sus amigos— montó obras de teatro con su maestro Germán Dehesa, quien le dio clases, junto con el entonces jovencito Héctor Aguilar Camín, en el Centro para el Desarrollo Humano, donde organizó conferencias con Juan José Arreola y Luis Villoro.
Gandhi muy pronto se convirtió en el sitio propicio para tirar el anzuelo a las bonitas. Leer. Jugar ajedrez o backgammon. Disfrutar exposiciones de jóvenes artistas. Y discutir sobre los avances de la idílica izquierda y la inalcanzable justicia social.
El periodista Ciro Gómez Leyva, siempre exacto, calcula haber visitado a 2004, 700 ocasiones la librería, “desde 1996, cuando era un changarrito de 120 metros cuadrados”.
Pues bien, esta Catedral donde se oficia y se ofrece el conocer para saber; donde se induce a la lectura como manía cultural con efectos educativos, está cumpliendo 50 años de existencia con 43 sucursales en todo el país —20 de ellas en la Ciudad de México—, 280 puntos de venta en supermercados y 13 en tiendas departamentales, y gandhi.com.mx, que ofrece libros electrónicos y audiolibros, entre otros variados productos.
La oferta de las librerías Gandhi alcanza los 5 millones de libros y alrededor de 30 millones de visitantes, en un país donde la lectura no se paladea ni se engulle, menos se mastica y se digiere. Revisemos.
El 22 de Abril de 2021, el Comunicado de Prensa número 215/21 del Inegi, dio a conocer que la lectura en formato digital de libros, revistas y periódicos registra los incrementos más altos desde 2016, de acuerdo a los resultados del Módulo sobre Lectura (MOLEC) levantado en febrero de 2021.
Hace 14 años le presenté al apreciado amigo, director del diario local donde me hospedaba semanalmente, un proyecto visualizando el futuro comportamiento de los lectores, para impulsar la versión digital con el propósito de adelantarnos a los tiempos que ya alcanzaron a las empresas editoriales. Pero nada ocurrió.
MOLEC, agrega que entre 2016 y 2021, el porcentaje de población lectora de libros en formato digital pasó de 6.8 a 21.5%; los lectores de revistas aumentaron de 2.6 a 21.6% y los de periódicos digitales, de 5.6 a 21.3 por ciento.
El 71.6% de la población de 18 años y más que saben leer y escribir un recado declaró leer alguno de los materiales considerados por MOLEC. Comparado con 2016, hay una reducción de 9.2% en este grupo de población.
El promedio de libros que leyó la población adulta lectora en los últimos 12 meses fue de 3.7 ejemplares, cifra que no se alcanzaba desde 2017.
Los dos motivos principales para no leer son la falta de tiempo; y falta de interés, motivación o gusto por la lectura.
El mal endémico se refleja en la estadística mundial al ocupar México el lugar 24 de los 29 países medidos. Los tres territorios con mayor cultura lectora son la India con 10 horas y 42 segundos a la semana. Tailandia 9 horas y 24 segundos. Y China 8 horas. En México se destinan 5 horas y 30 segundos. Según el estudio global realizado por el Culture Score Index para calcular el tiempo que las personas leen durante ese período, aunque no se especifica qué tipo de material se está consultado, como podría ser noticias, correos electrónicos y revistas de trabajo o libros impresos o digitales.
Para mejorar el registro mexicano, quizás habría que advertirles a los alcaldes, legisladores, funcionarios públicos, políticos, grillos, dirigentes partidarios y demás fauna, que “los libros no muerden”, aclara la publicidad de las Librerías Gandhi.
Porque alguien tiene que escribirlo: Hasta la próxima.
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