- Mario Granados Roldán
Aguascalientes, Ags.- 1 de diciembre de 2020.- (aguzados.com).- Considerando que los gobiernos estatal y municipales tienen en sus filas a los supuestos padres de la comunicación política posmoderna del mundo mundial, es inadmisible que hasta la fecha no se hayan puesto de acuerdo para alinear de forma permanente agresivas campañas publicitarias, a fin contener a la imparable pandemia, que en el estado de Aguascalientes sumaban ayer mil 268 muertos y 12 mil 409 infectados, según los datos oficiales.
Los vendedores de humo continúan lanzando al universo individuales bocanadas de incienso para destacar las virtudes y bondades de sus respectivos jefes y jefas, para construir endebles imágenes que tratan de matizar el trabajo deficiente, muchas veces corrupto, de las administraciones; más sin embargo, nada les importa las muertes ocasionadas por la Covid-19, que irán aumentando hasta llegar a 15 cada 24 horas, la próxima semana, según estimaciones del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, Estados Unidos.
De acuerdo a estas proyecciones, Aguascalientes arribaría a mil 632 muertes para el 31 de diciembre, y a mil 713 en marzo de 2021
Hace cinco meses, en junio, la Universidad de Washington consideraba 903 difuntos para el 1 de noviembre; ese Día de Todos los Santos, el ISSEA confirmó 930, en consecuencia, el trabajo del Instituto tuvo una precisión de 97%.
En los paraderos del transporte público citadino se continúa presumiendo la obra de las administraciones. Por ejemplo, los espectaculares —propiedad de los gobiernos estatales y municipales— lucen vacíos, están a la espera de una intensa campaña publicitaria unidireccional —como si fuera El Buen Fin—, que logre concientizar a la población de los beneficios —salud y economía— obtenidos por el uso correcto del cubrebocas. La distancia social. El gel antibacterial. La suspensión de fiestas. El estornudo de etiqueta. La movilidad esencial. Y demás recomendaciones sanitarias.
La pandemia es el mejor momento para guardar logotipos y lemas de gobierno, que mucho estorban y en nada ayudan; decretar la institucionalidad de la propaganda gubernamental; articular un solo mensaje para un solo destino; y abolir la dictadura del culto a la personalidad que está arrastrando a la tiranía del marketing, pasando por el imperio de los videos, spots, gacetillas, infografías, carteleras y demás material publicitario comprado con el dinero del contribuyente.
El periodista Héctor Aguilar Camín, en su texto Cómo volver la publicidad oficial un bien público señala que si se siguieran al pie de la letra los lineamientos del artículo 134 constitucional, la publicidad oficial, hoy un escándalo por su opacidad y sus montos, podría volverse una inversión virtuosa.
El también historiador se imagina, por ejemplo, una campaña larga, persistente, efectiva, de resultados medibles, destinada a promover entre los mexicanos los hábitos de una vida sana, empezando por la dieta, el ejercicio y la cultura de prevención de la enfermedad.
Me imagino campañas persuasivas contra las grandes lacras de nuestra vida cotidiana: la violencia intrafamiliar, el hostigamiento y el abuso sexual, la discriminación de la mujer, el bullying.
Campañas en favor de buenos hábitos ecológicos (empezando por no tirar basura), buenos hábitos de trato y convivencia, buenos hábitos viales… (Milenio, 24/11/2017).
La representación idealista de Aguilar Camín es una propuesta de alta gama, pero jamás los gobernantes utilizarían la publicidad oficial —transformada en propaganda política—, con "fines informativos, educativos o de orientación social", como establece el artículo 134 constitucional, porque cerrarían la mina de oro de la promoción personalizada, al dejar de aparecer en la plaza pública su nombre, imagen, voz y símbolo que le identifica.
Hoy más que nunca, con la calamidad encima, la comunidad demanda más gobierno y menos propaganda.
Porque alguien debe de escribirlo: Los cuatro grandes del futbol mexicano: Cruz Azul, Guadalajara, UNAM y León, ya están en la fase semifinal del Guard1anes 2020.
Los pollitos de América murieron de Chivavirus, pero antes recibieron tres chicotazos del señor Calderón.
Los acérrimos enemigos del Guadalajara descansan en paz. Las condolencias se presentaron en el cementerio La Humillación.
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